Dark

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CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31

 

A última hora de la tarde, le llegó una invitación de Keity y Alex para cenar. Ahora que el padre de Keity recuperándose en casa, Keity deseaba salir una noche para despejar la mente. Morgan no estaba para la labor. Pero Keity podría ser muy persuasiva. Así que, en lugar de ir a casa, fue directo a la casa de Keity. Ahí esperarían a Alex. El señor Iain la recibió con un cálido abrazo que en ese momento casi la hizo llorar. Estaba tan necesitada de consuelo. El fiscal Morrison simplemente le dirigió un asentimiento de cabeza, el hombre se encontraba recostado en el sofá, parecía estar un poco mejor, pero tenía cara de aburrido.

En el trayecto a la casa de Keity no dejó de darle vueltas. Ilusa y tonta eran los dos adjetivos que primero le vinieron a la cabeza. Buscando un pensamiento positivo que la acompañara para minimizar los negativos se dijo que por lo menor ahora tenía buena vista. Gracias a Ana… La doctora Carson, Morgan podía de dejar de ser menos torpe y quien sabe, con el tiempo tal vez conociera a alguien que… A quien quería engañar, si ella lograba conocer a alguien o por lo menos enamorarse de alguien sería un milagro.

Por las declaraciones de la señora Mina, Ana había estado enamorada de ella por años. Y si una persona como la doctora Carson sufría por amor, no quería ni siquiera pensar que posibilidades tenía ella en la vida.

De verdad que Morgan no tenía ganas de salir a ninguna parte. Solo deseaba ir a casa, refugiarse en su habitación, ponerse cómoda e intentar no llorar. Cuando Keity la vio se dio cuenta de que algo sucedía. Ella era una chica lista, así que la sujetó del brazo y la llevó directo a su habitación.

—Vamos a ahorrarnos esa parte en la que yo te pregunto qué te pasa y tú me respondes que nada— dijo ella mientras la obligaba a sentarse en la cama

—No es nada… —Murmuró Morgan mientras se cambiaba de ropa.

—Comenzaré de nuevo. ¿Tengo que ir a buscar a Ana y darle un sermón al estilo fiscal Morrison? — Morgan rio. Un poco.

—¿Así de severos son los sermones de tu papá? —

—Mi padre es capaz de escribir el libro de “ Como dar un buen sermón en diez sencillos pasos ”— Keity rio —Dime que sucedió, tienes cara de haber perdido la batalla, soy tu amiga Morgan—

—Yo…— Los ojos de Morgan se llenaron de lágrimas, Keity se acercó a ella y la abrazó

—. Vamos a comer helado y hablamos— Morgan se resignó a que no podría escapar del interrogatorio, así terminaron juntas sentadas sobre la alfombra con la espalda recargada en la cama de Keity con bote de helado y dos cucharas.

—Ahora cuéntame, ¿Qué hizo Ana en esta ocasión? —Morgan suspiró. Se llevó una cuchara de helado a la boca y tras saborearlo, empezó a explicarle lo tonta e ingenua que había sido al pensar en la posibilidad de que ella también sintiera algo especial cuando estaban juntas. Le contó sobre Mina, sobre su última conversación con Ana y su decisión de ir a Toronto. Morgan intentó hablar como si ella no fuera la protagonista, como si fuera otra la afectada. Pero resultaba muy difícil contener los sentimientos. Lo peor del asunto no era enterarse de que Ana solo pasaba el tiempo con ella. Eso podría soportarlo si ella hubiera sido clara desde el principio. Pero claro, ese fue error de Morgan. Ya lo decía su cerebro semanas atrás. Que una persona como la doctora Carson no se fijaría en alguien como ella. Lo que realmente dolía era el hecho de que Ana se hubiera comportado como si realmente ella le importara. Como si sintiera lo mismo y eso no podía perdonarlo. Mientras hablaba, Keity se mantuvo en silencio, comprendiendo a su amiga y asintiendo.

—Al parecer ahora la doctora Carson tiene la posibilidad de estar en una relación con el amor de su vida— Keity frunció el ceño.

—Por lo que sé, a Ana no le gustan los bebes, así que no tengo idea de porque aceptaría unirse a una relación de tres, con un bebe en camino—

—Ella ama a esa mujer, y seguramente por amor, estaría dispuesta a todo ¿No crees? — Morgan comenzó a llorar mientras terminaba de decir esas palabras. Las dos amigas se fundieron en un abrazo y Morgan se sintió un poquito mejor.

—Lamento todo esto, Morgan— Keity la abrazó con fuerza —Pero estoy agradecida que gracias a Ana fue que nos conocimos, y quiero que sepas que sin importar que suceda quiero que siempre conservemos la amistad—

—Yo también quiero eso —concordó—. Eres una buena persona, Keity—

—Gracias —dijo Keity con una sonrisa. —Mi padre dice que soy una fuerza de la naturaleza, pero con buenas intenciones— Morgan rio.

—Gracias por escucharme—dijo Morgan limpiándose la mejilla. Ni una lágrima más.

—De nada, ahora pasemos a la segunda fase—

—¿Segunda fase? — preguntó confundida.

—La primera fase es la de expulsar los demonios, ya te desahogaste, ahora toca salir e intentar divertimos, esto no es un funeral— Morgan no estaba muy convencida, no era aficionada a acudir a los bares.

—Prefiero quedarme en casa, ya sabes que yo… —Intentó persuadir a Keity.

—Ni hablar —Afirmó Keity toda decidida. — Continuaremos con el plan, esperaremos a Alex y nos iremos a divertir. No pienso dejarte sola porque al final terminarás encerrada en tu cuarto sufriendo en silencio—

—Yo no sé qué hacer en ese tipo de lugares—Dijo de nuevo con la idea de no salir.

—¿Y cómo vas a conocer a hombres interesantes si no sales? … ¿O prefieres mujeres? —Preguntó Keity con una ceja arqueada —¿Eres lesbiana o bisexual? — Tener este tipo de conversaciones era vergonzoso, pero para Keity pareciera que estaba hablando del tiempo.

—Nunca he estado con un hombre… —Hizo una mueca. Keity la estudió atentamente.

—¿Has estado con otras mujeres aparte de Ana? — Morgan negó con la cabeza —¿Eras virgen cuando tú y Ana…? —

—Keity por favor, ¿Podríamos dejar esta conversación? — preguntó avergonzada. Keity se puso de pie.

—Conozco a Ana desde hace tiempo y en las ocasiones que hemos salido juntas, la he visto seducir hombres, mujeres o dos personas al mismo tiempo, da lo mismo. Incluso llegué a admirarla por la seguridad que demostraba— Comentó Keity —Para algunas personas es fácil considerar el sexo como algo simple y primitivo, libre de cualquier sentimiento, una sencilla y primaria atracción, una simple necesidad. —

—Para mí no lo es— dijo Morgan sinceramente.

—Lo sé, pero mucha gente sí lo hace, de ahí la desilusión, el desengaño, la traición…— Keity hizo una pausa —No pienso obligarte a nada, pero tienes que levantarte y continuar. Salir con Alex y conmigo será divertido, y no creas que te lanzaremos a los brazos de alguien a la primera. Simplemente no es justo que te encierres y sufras, tienes que cerrar este ciclo y continuar. — todo lo que decía Keity tenía su lógica, pero, tal y como ella decía, no todo el mundo podía lograrlo.

—De acuerdo—

—Muy bien. Esa es la actitud. — Exclamó Keity aplaudiendo con entusiasmo. Y Morgan se animó un poco hasta que Keity dijo que buscaría en su armario algo de ropa para ella. Fue ahí donde el verdadero sufrimiento comenzó.

 

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