Dante

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Notas

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Notas

[1] El primer enigma de esta obra enigmática es su título, que supone en cierta medida un comentario: el predicado «divina» es un añadido de Boccaccio, y aparece por vez primera en 1555 (en la edición de Lodovico Dolce). En su epístola a Cangrande, Dante nos da el título exacto de su poema: Incipit Comedia Dantis Alagherii, florentini natione, non moribus. Su autor no acentuó la e como harían actualmente los italianos (Commèdia), sino la i (Commedía). Dante explica en la epístola citada el sentido del vocablo, y lo reitera en su tratado De vulgari eloquentia. El distingue dos criterios, pero para nosotros tiene mucha más importancia el formal que el textual: Per tragediam superiorem stilum inducimus, per comediam inferiorem (Vulg. El. II, 4,5); Comedia vero remisse et humiliter… ubi licenciat aliquando cómicos ut tragedos toqui, et sic e converso… (Epist. XIII, 30). Así pues, «commedía» es un término que se refiere al estilo y significa variabilidad del tono. Cuando Dante escribió el Infierno no proyectaba continuar el poema con un estilo «sublime», sino que quería tener las manos libres para adoptar el estilo ajustado al contexto, al tema, es decir, que fuese en unos momentos gráfico, y en otros sublime (S. P. Rajna y E. Auerbach). Más adelante, en Par. XXV, 1, llama a su obra poema sacro, pero en el mismo Paraíso hay numerosos pasajes que se caracterizan por el stil comico. <<

[2] Los códices muestran dieciocho variantes diferentes del nombre familiar (detalladas por Cesare Marchi en Dante in esilio, Milán, 1964, p. 95). Aunque no se conserva la firma ni el nombre autografiados por el propio Dante, parece que él siempre se llamó a sí mismo Alaghieri. La grafía Alighieri es obra de Boccaccio. <<

[3] Así lo creen Vandelli, Gmelin y la mayoría de los comentaristas actuales. El Viernes Santo de 1300 fue el 8 de abril. Otros investigadores insisten en que Dante no alude a una festividad móvil, sino al verdadero aniversario de la muerte de Cristo, situado por una antigua tradición de los Padres de la Iglesia el día 25 de marzo, día de la Anunciación y al mismo tiempo día del año nuevo florentino. Pero hay en la Commedia dos pasajes que refutan esta argumentación: Inf. XX, 127 (y ya la luna ayer era redonda), que indica que el día antes de empezar la acción del poema era plenilunio, y éste según el calendario eclesiástico correspondía a la noche del 7 al 8 de abril; e Inf. X, 79 (su faz no habrá encendido otras cincuenta…), que afirma tajantemente que cuatro años y dos meses después del 9 de abril de 1300 (es decir, el 9 de junio de 1304) fracasarían definitivamente las esperanzas del poeta de regresar a su patria. La cita probatoria fundamental que aducen los defensores de la fecha del 25 de marzo (Purg. II, 98: Es verdad que en tres meses ha acogido / al que ha querido entrar…) sólo se podría compatibilizar con el 8 ó el 10 de abril, si estos «tres meses» se cuentan, no a partir de las Navidades de 1299, sino desde la Epifanía de 1300 (hecho que nos parece mucho más plausible por otra serie de motivos). <<

[4] Hermandad fundada en 1233 con el propósito de contribuir a la pacificación pública, pero que había degenerado y llevaba una vida muelle y regalada. (Nota del traductor.) <<

[5] El Testo critico della Società Dantesca Italiana (9.ª edic., 1928), a cargo de G. Vandelli, se decidió desde la novena edición por el antiguo significado de «pila bausüsmal» (battezzatori = fonti battesimali), y aduce en favor de esta tesis pruebas muy convincentes. <<

[6] Los versos 44-45 del canto VIII del Infierno son una simple confirmación retórica de una frase de Lucas XI, 27: «Bienaventurado el vientre que te llevó…» (bendita quien dio abrigo a tu simiente, afirma Dante). <<

[7] (Vid. Inf. XXIX, 16-27.) El poeta se refiere a Geri del Bello, hijo del Bello, que lo fue de Alighieri, antepasado del poeta. Fue muerto a traición por uno de los Saquetis sin que ninguno de los de la familia tomara venganza, como era costumbre en aquellos tiempos; por eso, el poeta no se ofende, sino que siente compasión cuando pasa el espíritu señalándole con gesto amenazador. (N. del T.) <<

[8] O sanguis meus, o superinfusa / grafía Dei, sicut tibi cui / bis unquam coeli ianua recluso? («¡Oh, sangre de mi sangre, oh rebosante gracia de Dios! ¿A quién como a ti se abrirán por dos veces las puertas del cielo?») (Par. XV, 28-30). (N. del T.) <<

[9] Dicho con más exactitud: su sonrisa mordaz recuerda la tosecilla de la dama del palacio en la novela de Lancelot (Lanzarote), que fue testigo mudo de la primera declaración de amor de Lancelot a Ginebra. <<

[10] Con el vos, que primero Roma oía, / y es hoy por su familia poco usado, / yo di comienzo a la respuesta mía; / y Beatriz que no estaba a mi lado, / pareció al sonreiría que, tosiendo, / de Ginebra avisó el primer pecado. (Par. XVI, 10-15) (N. del T.) <<

[11] Rudolf Borchardt, y sobre todo E. R. Curtius, consideran que la Vita Nuova es una mixtificación. Por lo demás, hasta el título es discutido; en el texto sólo aparece la forma latina: Vita Nuova. <<

[12] De Giovanni, primogénito de Dante, sólo tenemos noticias por un documento notarial descubierto el año 1921 en el archivo de Lucca (reproducido por M. Barbi, Problemi di critica dantesca, Florencia, 1934-1941, II, 347). Como no existe ningún otro documento referente a él, se ha llegado hasta a dudar de su existencia (Vid. nota 30). <<

[13] Así lo cree también Reto R. Bezzola en su obra Amor y aventuras en la novela cortesana. <<

[14] Giovanni Villani: Crónica, cit. por Vezin y Falke. <<

[15] Testo critico, p. 58. <<

[16] Testo critico, p. 57. Guido Guinizelli de Bolonia, el «otro Guido», es considerado el iniciador de la escuela poética del dolce stil nuovo. <<

[17] Vita Nuova V-VII. <<

[18] Esta temática aflora también en un soneto de Cavalcanti: «Una giovane donna di Tolosa», y en un soneto de Ciño da Pistoia dirigido a Dante: «Poi ch’i fui, Dante, dal mio natal sito». <<

[19] Convivio I, cap. I, 15. <<

[20] Vita Nuova V, XXV; Conv. II, cap. I, 3 ss. <<

[21] Vita Nuova XXII. <<

[22] Testo crítico, pp. 85 ss. <<

[23] El más conocido y divertido, que responde posiblemente a un soneto crítico de Dante, lo dirige un fugitivo a un desterrado desde Roma a Verona entre los años 1303 y 1306. En cuanto ejemplo del stil comico más burdo y grosero, parece un triste paradigma, en cualquier época, de la cuestionabilidad por la sociedad de su creatividad:

Dante Alighieri, si yo soy un bufón,

tú me sigues en todos los pasos;

si yo me atraco en la mañana, tú, a la tarde,

si yo como manteca, tú, tocino,

si yo esquilo la oveja, tú cardas la lana

si yo refreno mi lengua, tú sueltas la tuya,

si yo presumo de nobleza, tú de magistrado,

si yo fuera romano, tú serías lombardo.

Alabado sea Dios, porque ninguno

le debe reprochar nada al otro:

nos domina el infortunio o la propia necedad.

Si quieres añadir algo a este asunto,

hazlo, Alighieri, y te superaré,

porque soy la aguijada y tú el buey.

El deplorable soneto con el que se defiende messer Taviani da a entender que se tomó muy en serio este insulto; por lo demás, confirma que, por entonces, Dante buscaba más el prestigio como filósofo que como poeta. <<

[24] Testo critico, pp. 103 ss. <<

[25] Gallarati-Scotti y Vezin pasan por alto en las ediciones más recientes de sus obras las dataciones de Contini y Barbi, basadas en el análisis de las fechas astronómicas de Dante y en investigaciones de crítica literaria, pero también ellos rechazan interpretaciones alegóricas. <<

[26] Lassar vo’ lo trovare di Becchina; Testo critico, p. 116. <<

[27] Testo critico, pp. 447-448. <<

[28] Para Aristóteles, la entelequia es el fin que está en la misma cosa y hacia el que camina el desarrollo de la cosa, y, sobre todo, el cumplimiento de ese mismo desarrollo, la cosa misma en cuanto ha conseguido el más alto grado posible en su perfeccionamiento. (N. del T.) <<

[29] S’i fosse foco, arderei ’l mondo, edición bilingüe de la antología Italienische Gedichte, a cargo de Horst Rüdiger. <<

[30] Cuestión muy controvertida. Pero el hallazgo de un documento en Lucca, en el que se menciona a un Joannes filius Dantis Alagherii de Florentia en el año 1308 (Vid. nota 12), pese a que no goza de aceptación tan unánime como otros documentos sobre Dante, ha confirmado, al menos, a los investigadores que la datación de su matrimonio alrededor de 1295 (basada en una invención insostenible de Boccaccio), o sea, después de la muerte de Beatriz, así como los años posteriores dedicados al estudio y en los cuales el poeta habría padecido una cierta desorientación psíquica, no son hipótesis definitivamente probadas, sino un postulado pseudomoral. <<

[31] Conv. II, cap. 12, 2-7. Ahí, Dante revela que «durante unos treinta meses» se dedicó a estudiar incesantemente obras de Boecio y Cicerón, asistiendo además a escuelas de las órdenes religiosas y a círculos laicos. Sus continuas lecturas podrían haberle provocado dolencias de tipo ocular. <<

[32] Por lo que a la datación de la Vita Nuova respecta, reina tan poco acuerdo como en otras cuestiones dantistas. Lo único seguro es que la recopilación final y la elaboración del esqueleto en prosa son considerablemente más tardías que los poemas; existen, incluso, razones que abonan la teoría de una refundición más profunda, y paralela a la Divina Comedia. <<

[33] El pasaje de la carta citado por Bruni alude a un posterior distanciamiento de Dante de la actividad política. Hay otras indicaciones al mismo tema en el encuentro con Forese (Purg. XXIII) y en el soneto de Guido Cavalcanti que transcribimos a continuación («I’vegno in giorno a te infinite volte», Testo critico, p. 64):

Al día voy mil veces a tu lado

y te encuentro pensando muy vilmente;

duélome entonces de tu gentil mente

y de tanta virtud que te ha dejado.

Entre muchos, sentíaste enfadado

y siempre huías de molesta gente:

hablabas tú de mí tan cordialmente

que cuanta rima hiciste he recordado.

Ya no me atrevo, por tu mala vida,

a decir que me agrada tu poesía

ni voy a ti de modo que me veas.

Puede que este soneto aún releas.

El espíritu vil que te acompaña

salga entonces de tu alma envilecida.

(Traducción de Angel Crespo)

El motivo concreto y la fecha de este enigmático soneto nos son completamente desconocidos. Para los aficionados a las analogías, cabría recordar las amonestaciones de Klopstock a Goethe, o de George a Hofmannsthal. En cualquier caso, Guido Cavalcanti, auténtico caposcuola del dolce stil nuovo, parece ser mucho más afín a un Stefan George que Dante, aunque éste tampoco desdeña en su Commedia el lenguaje popular. <<

[34] Todas estas relaciones hay que fijarlas, en parte, en un periodo quizás anterior al nacimiento de la lírica de la Vita Nuova. <<

[35] Más detalles en Federn, Falke, Barbi (op. cit.) y Bargellini (Vita di Dante, Florencia, 1964), entre otros. <<

[36] Esta información de Dino Compagni fue malinterpretada por Giovanni Villani y cuestionada por Davidsohn, pero Michele Barbi (op. cit., II, pp. 376-377) ha confirmado su veracidad confrontándola con la crónica marciana-magliabecchiana analizada por Del Lungo, y con la Cronichetta del Cod. Magl. publicada por Santini (Vid. cronología). <<

[37] Inmediatamente después del fracaso de las negociaciones de 1304, en las que posiblemente participó Dante como miembro del «consejo de los doce» de los fuorusciti, el poeta debió de romper todos los lazos con sus compañeros de partido; estos acontecimientos se sitúan, pues, antes del malogrado ataque de los «blancos» al arrabal de San Lorenzo. <<

[38] Brunetto Latino (o Latini) (aproximadamente 1220-1295), alto cargo de la República de Florencia, gran erudito y poeta didáctico, dirigió uno de los círculos laicos filosóficos posiblemente frecuentados por Dante tras la muerte de Beatriz. Resulta curioso que el poeta lo mencione en otros pasajes reprobándolo, en concreto y de manera explícita en De vulgare eloquentia I, XIII, e implícitamente en dos lugares del Convivio (cuando habla de los detractores de la lengua popular y cuando habla de los traductores latinos: Conv. I, cap. 10-12); André Pézard deduce de todo esto la temeraria conclusión de que Brunetto no estaría en el círculo del infierno de los perversos por su homosexualidad (por lo demás no confirmada por ninguna otra prueba) sino por sus atentados contra la naturaleza sagrada del lenguaje. <<

[39] Michele Barbi (op. cit., nota 36, II, pp. 421 ss.) ratifica que Cino da Pistoia fue un desterrado «negro.» En la misma obra (p. 432) este autor se refiere también brevemente a las «amistosas relaciones de Dante con Moroello Malaspina, que había acogido de nuevo a los “negros” en Pistoya». <<

[40] Hay que aceptar al marqués Moroello Malaspina como anfitrión de Dante en Giovagallo. Así lo prueban, además de la famosa carta escrita por el poeta a Moroello desde el Casentino, los testimonios de numerosos biógrafos, que, en este punto concreto y con apoyos convincentes, dan por una vez la razón a un autor tan justamente discutido como Boccaccio. <<

[41] Vid. nota 37. Benedicto XI, cuya política de reconciliación evidenciaba sus buenos propósitos de reparar las injusticias del despótico papa Bonifacio VIII, falleció tras un breve pontificado (1303-1304). Sorprendentemente, Dante no se refiere nunca a él, ni siquiera en su carta al cardenal Niccolò da Prato, nombrado mediador por Benedicto para restablecer la paz en Florencia. <<

[42] Injustamente desterrado: de esta forma se califica Dante a sí mismo en el encabezamiento de muchas epístolas. <<

[43] La alusión a la cortesía gentil del gran Lombardo (Par. XVII, 7) sólo puede referirse a Bartolommeo, fallecido el 7 de marzo de 1304, es decir, antes de la ruptura de las negociaciones con el cardenal Da Prato y del distanciamiento de Dante de la política de los fuorusciti. Dante sólo pudo ser huésped de Cangrande (1291-1329) a partir del año 1316, lo que no excluye que le hubiera conocido con anterioridad (era desde 1311 representante del emperador). Cangrande fue excomulgado en 1317 por el papa Juan XXII. <<

[44] Con muchos animales se desposa / y muchos más serán hasta el momento / en que le dé el Lebrel muerte espantosa. / No serán tierra y oro su alimento, / sino amor y sapiencia reunidas; / tendrá entre fieltro y fieltro nacimiento. La identificación del Lebrel (Veltro) con Cangrande se basa en el hecho de que éste nació entre la ciudad de Feltre, en el Véneto, y la de Montefeltro, en la Romaña, a las que aludiría la expresión entre «fieltro y fieltro». No obstante, se trata de una simbología poco clara. Angel Crespo se inclina, con reservas, a ver en esta figura una imagen del emperador. (N. del T.) <<

[45] Alrededores de Verona; vid. A. Bassermann: Dantes Spuren in Itañen, Munich-Leipzig, 1898, pp. 356 ss. (paisajes rocosos de Veja), pp. 372 ss. (valles de Trento). <<

[46] Costa de Liguria: Bassermann, op. cit., pp. 306 ss. (De Lerici a Turbia), pág. 312 ss. (Luni y Carrara). <<

[47] Sobre este príncipe de la Iglesia, muy culto, refinado y probable asesor de Dante en la cantiga del Paraíso, vid. R. Caravita, Rinaldo da Concorrezzo arciuescovo di Ravenna al tempo di Dante, Florencia, 1964. Según las investigaciones más recientes, el profesor de derecho y teólogo reformista Rinaldo (o Rainaldo), nombrado por Benedicto XI arzobispo de Ravena en 1305 y beatificado el año 1326 a instancias de su sucesor en el pontificado, fue una de las personalidades más interesantes de su tiempo, un hombre que participó en aquella tempestuosa época con la misma vehemencia que el poeta. En un principio, se alineó con los güelfos y fue capellán del papa Bonifacio VIII, pero en 1310-1311 se contaba entre los partidarios del emperador Enrique VII. Desde su cargo de juez eclesiástico, se manifestó en contra de toda persecución a los caballeros del Temple, se opuso a las repetidas órdenes papales para aplicar la tortura y se declaró obstinadamente contrario a que ésta se admitiera como medio para esclarecer la verdad. Aunque no logró evitar que el Concilio de Viena disolviera la Orden, experimentó la satisfacción de que todas las acusaciones fuesen declaradas no probadas. <<

[48] El tempietto actual fue construido en 1780 por Camillo Morigia; contiene en su seno el arca con el relieve incólume de Pietro Lombardo del año 1483, alojada en la capilla edificada por encargo del podestà veneciano Bernardo Bembo y orientada al oeste. Fue trasladado el año 1660 a su emplazamiento actual (parte norte de la iglesia del monasterio). Sobre el destino de los restos de Dante hay un detallado informe en Ricci: L’ultimo rifugio di Dante; tratan también el tema F. X. Kraus y Scartazzini. La orden dada en 1329 por el legado cardenalicio Bertrand du Pouget (Bertrando del Poggetto) de exhumar los restos del poeta y quemarlos públicamente, quedó sin efecto ante la enérgica oposición del regente de la ciudad y de otras personas relevantes.

En 1396 los florentinos reclamaron los restos para enterrarlos en la catedral de Santa Fiore dentro de un fastuoso monumento, pero tal petición fue desatendida. Los requerimientos se sucedieron en 1429, 1520 y 1864, aunque tras la apertura del sarcófago el año 1520 a instancias de la Academia Medicea y del papa León X, se había demostrado que no existía resto alguno (hecho que se silenciaría en el futuro). En 1865, en vísperas de la conmemoración del centenario, el maestro de obras Pio Feletti (al parecer, después de que el poeta se le apareciese en sueños a un sacristán para indicarle el lugar exacto escondido en los muros de la iglesia) los halló dentro de una caja de madera con una inscripción de la que se deducía que los franciscanos (probablemente poco antes de 1520) habían retirado y ocultado los restos mortales del poeta, para no tener que entregárselos a los florentinos.

Posteriormente, fueron sobre todo las investigaciones de Ricci las que arrojaron luz sobre los detalles concretos. En 1921 (con ocasión del sexto centenario de la muerte de Dante) sus restos fueron sacados de nuevo del sarcófago, inventariados, reconstruidos y cuidadosamente analizados por los profesores Sergi y Frassetti. <<

[49] Los pasajes más importantes a partir del exilio son tan conocidos y citados, que aquí nos limitaremos a enumerarlos: Conv. I, cap. III, 3 ss; Vulg. El. I, cap. VI, 3; Epist. II, 7; XII, 5-9; XIII, 88; Rima CXVI (Canzone montanina), Testo critico, pp. 122, 67 ss.; Rima CIV (Tre donne), Testo critico, pp. 111-112. <<

[50] Bruno Nardi: Nel mondo di Dante. Roma 1944, pp. 30-31. <<

[51] Este criterio lo sostiene, por ejemplo, Goffredo Jommi en su ensayo La realidad de la poesía irreal. Don Quijote y Dante. Reinbek, 1964. <<

[52] Paul Valéry: Oeuvres. Ed. Pléiade, II. p. 41.. <<

[53] Paul Claudel: Positions et Propositions. París, 1928, p. 161. <<

[54] La afirmación de Boccaccio —«en la vida de este admirable poeta la lujuria (lussuria) fue muy poderosa, y no sólo en su juventud, sino también en su madurez»— se apoya en los testimonios de amigos personales de Dante y en los comentarios de sus hijos Pietro y Jacopo, que han llegado íntegros a nuestras manos.

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[55] Citado por Robert L. John en Dante, Viena, 1946, pp. 235-236: «Aut tota intus est chantas aut nusquam est… solus de ea digne loquitur qui secundum quod cor dictat verba componit.» <<

[56] La teoría de la multiplicidad de significados de la escritura fue desarrollada por Filón de Alejandría y cristianizada por Orígenes, y a través de San Agustín se convirtió en un bien común del escolasticismo. Dante la toma, casi al pie de la letra, de San Buenaventura, a excepción de la aplicación a la poesía, y esto lo diferencia de Tomás de Aquino. Más detalles en los manuales de historia de la filosofía, y sobre todo en Henri Lubac: Der geistige Sinn der Schrift. Einsiedeln, 1952. <<

[57] Vid. nota 11. <<

[58] Tan importante como el párrafo final posiblemente añadido (como supone Nardi) con el expreso fin de la transmisión, que contiene en germen la Divina Comedia: «Después de este soneto se me apareció una maravillosa visión, en la cual vi cosas que me indujeron a no hablar más de la bendita, hasta tanto que yo más dignamente pudiese tratar de ella. Y en lograrlo me esfuerzo cuanto puedo en verdad, como ella sabe. Así pues, si le place a aquel por quien toda cosa vive, que mi vida dure algunos años, espero poder decir de ella lo que nunca de nadie se ha dicho.» Un tercer pasaje en el que aparece prefigurada, consciente o inconscientemente, la Commedia, es la segunda estrofa de la primera canción del capítulo XIX. Dios Padre —que en una canción posterior (Cap. XXXI), calificado de sommo Giove (sumo Zeus), se enamorará de su criatura Beatriz hasta el punto de permitir su muerte para tenerla consigo en el cielo— consuela a los santos del paraíso que manifiestan ese mismo deseo, y les pide paciencia por consideración a Dante: Amados míos, sufrid que ahora quiera / que esa esperanza se esté donde se era, / donde hay un hombre que perderla espera, / quien dirá en el infierno: «¡Oh malnacidos, / yo vi el deseo de los elegidos!» (Traducción: Cipriano Rivas Cherif). <<

[59] Por lo tanto enteramente comparable a la formulación programática de los fundadores de la poesía y del arte «modernos»: pienso sobre todo en Mallarmé, Valéry, Eliot, y también en las secuencias de pintores como Degas, Cézanne, Picasso… <<

[60] Romano Guardini apunta a este respecto muchas cosas dignas de mención en su obra: Der Engel in Dantes Göttlicher Komödie. Leipzig, 1937. <<

[61] Sciendum est, quod istius operis non est simplex sensus, immo dicí potest polysemum (Testo critico: polisemos), hoc est plurium sensuum. (Es necesario saber que esta obra no tiene un sentido simple y único, sino polisémico, es decir, muchos sentidos). (Epístola a Cangrande.) <<

[62] Cantar preciso (Par. XXX, 30); preciso latín (Par. XVII, 34); parla e si a breve e arguto (Purg. XIII, 78); le parole tue sien conte (Inf. X, 39). <<

[63] Hermann von Helmholtz: Physiologische Optik (1867), resumida en «Die Tatsachen in der Wahmehmung», disertación del 8 de agosto de 1878. <<

[64] «Las demostraciones opuestas son equivalentes» (Albert Einstein). Visto de manera cosmológica: Dios aparece en el noveno cielo (el cielo de cristal, Primo Mobile) como centro sin expansión de una fuente luminosa infinita, y en tomo a él giran los nueve círculos angélicos con una velocidad que disminuye de adentro a afuera; en el décimo cielo o Empíreo, Dios es una infinitud envolvente, un entorno infinito que abarca las nueve esferas, cuya velocidad disminuye al revés, proporcionalmente a su radio, hasta llegar al centro, o Tierra completamente inmóvil. Desde un punto de vista filosófico esto quiere decir: Dios es (según Aristóteles y los árabes) causa finalis, causa final del impulso amoroso de todo el cosmos, sin ser él mismo movido por el amor; al mismo tiempo, es también causa efficiens, causa eficiente del acto de creación, que en cuanto proyección del amor de Dios a sí mismo es la meta de la autoconciencia divina (Biblia y escolasticismo). «Porque esta causa es un sosiego carente de singularidad, que descansa inmóvil en sí mismo; todas las cosas son movidas por este ser inmóvil.» (Maestro Eckhart: Sobre la unidad en la creación.) <<

[65] Esta concepción de Dios de raíces aristotélico-arábigas confluye en Dante (de la misma forma que en su coetáneo Eckhart) con la idea del deseo activo de amor del Dios creador y juez bíblico, sin que el poeta vea contradicción alguna en ello. Dante lo llama incluso rey del universo (Inf. V. 91), sumo Zeus… por nuestro bien crucificado (Purg. VI, 118), eterno Señor feudal (V. N. XXXI). <<

[66] «¿No es tiempo de libramos, amando, del ser amado, y resistirlo, estremecidos, como la flecha a la cuerda, para, concentrada en el disparo, ser más que sí misma?» (Rilke: Primera Elegía de Duino). «Pero la aproximación más íntima de Rilke a Dante ocurrió en Duino, en el blanco castillo rocoso situado junto al Adriático… En Duino, Dante, por así decirlo, tenía los pies en el aire» (Eva Siebels: Dante im Erleben Rainer Maria Rilkes). <<

[67] La autenticidad de este insólito autocomentario ya no ofrece dudas en la actualidad. Investigadores como August Buck, Emst Robert Curtius, Bruno Sandkühler y otros lo han convertido en núcleo central de sus teorías. Las objeciones subjetivas de última hora de Bruno Nardi deben considerarse refutadas. <<

[68] August Rüegg: Die Jenseitsuorstellungen vor Dante… Esta obra, para todos cuantos quieran familiarizarse con las teorías cognoscitivas y literarias dantistas referentes al mundo sobrenatural, es de consulta indispensable, aunque hay que mirar con ojos críticos la problemática de las fuentes. <<

[69] Rüegg, op. cit., vol. I, pp. 255 ss. <<

[70] Respecto a la rehabilitación de Siger de Brabante, calificado de hereje por Tomás de Aquino, su más encarnizado enemigo, y la ubicación en el mismo cielo de los espíritus sabios de Joaquín de Fiore (que no sufrió persecución en vida, pero sí de sus obras y de sus discípulos —los espirituales franciscanos— sobre todo por su gran adversario San Buenaventura), vid. las obras de Gilson y Nardi, y, especialmente, Herbert Grundmann: Dante und Joachim von Fiore. Por el contrario, en mi opinión, Martin Grabmann (Siger von Brabant und Dante) enfoca de manera equivocada el auténtico problema de las «verdades que causan escándalo», porque ni siquiera la retractación posterior hubiera permitido calificar de «verdades» teorías heréticas. <<

[71] Ni siquiera Dios tiene poder para absolverme del pecado si yo no me arrepiento (Monarchia III, 8, 7). <<

[72] Jacob Burckhardt: Die Kultur der Renaissance in Italien. En esta obra, Dante es citado treinta y cinco veces, siempre con sumo respeto, y considerado como vencedor de la Edad Media y como auténtica base sobre la que se edificó el Renacimiento. Por el contrario, la mayoría de los investigadores sitúan al poeta dentro de un contexto netamente medieval. <<

[73] «Todo lo que cae fuera del ser, pertenece al azar, y éste exige un porqué» (Maestro Eckhart: De los justos.) <<

[74] Los que estén familiarizados con la poesía moderna recordarán inmediatamente a Paul Valéry. <<

[75] Citado de la edición de Diederich de 1923: Des Angelus Silesius Cherubinischer Wandersmann, primer libro, n.º 5. <<

[76] Blaise Pascal: Pensées, VI, 348. <<

[77] Ciertamente, Sartre distingue entre arbitrariedad (gratuité) y libertad aceptada; más aún, en su ensayo sobre Baudelaire recoge incluso la idea sorprendente de una libertad inteligible o metafísica; Sartre la toma del idealismo alemán, y éste de las mismas fuentes que Dante y la escolástica (Platón, Aristóteles y los árabes). <<

[78] Citado de Sigmund Freud: Psicología de masas y análisis del yo. <<

[79] Ibíd. <<

[80] Ibíd. <<

[81] Ibíd. <<

[82] Ibíd. <<

[83] Ibíd. <<

[84] En dicho soneto, cuya armonía musical y plasticidad nadie discute, el nombre de Amor apenas significa para Beatriz otra cosa que una connotación poética, un sobrenombre decorativo, siguiendo los recursos habituales de la poesía trovadoresca. El sentido alegórico es una sobrecarga adicional posterior, consecuencia del texto en prosa (fenómeno muy usual en la Vita Nuova). <<

[85] El canto no está dirigido a Dante, sino a Beatriz, que simboliza de nuevo al Salvador. <<

[86] Vita Nuova XV: ebrietà del gran tremore. <<

[87] Purg. XXX, 48: i segni dell’ antica fiamma. <<

[88] Alto jato di Dio sarebbe rotto (Purg. XXX, 142-145); vid. Purg. XXX, 108; Inf. II, 96; Purg. VI, 30; Par. XX, 94 ss. <<

[89] Messo di Dio, vid. nota 92 e Inf. IX, 85. <<

[90] Según F. X. Kraus, Matelda es «la figura de la Commedia que hasta ahora más se ha resistido a una interpretación concreta». Aquélla hace radicar su propia bienaventuranza en la contemplación de las obras de Dios (Ps. 91. 5), lo que no armoniza demasiado con una alegoría de la vita activa (Beatriz, en cambio, no se limita en modo alguno a la contemplación). Sante Bastiani había pretendido ver en Matelda a la Giovanna-Primavera de la Vita Nuova, pero su hipótesis resultó fallida por la divergencia entre los nombres (La Matelda e lo stagio nella Divina Commedia, Nápoles, 1865). La mayoría de los intérpretes modernos han opuesto resistencia, de acuerdo con las tesis de Scartazzini, a idenficarla con la marquesa Matilde. (De todos modos, quizá podría recordar a una anti-Matilde que mantuviera con una antipapa Beatriz estrechas relaciones, similares a las de la Matilde histórica con Gregorio, el enemigo del emperador odiado seguramente por Dante.) <<

[91] Mandetta, la joven de Toulouse, se identifica paulatinamente en Guido Cavalcanti con Giovanna a causa del extraordinario parecido entre ambas. Sin embargo, en el conocido soneto de Dante («Guido, i vorrei che tu e Lapo e io», Testo critico, p. 73), si Torricelli tiene razón (Studii sul Poema Sacro, Nápoles 1856), es calificada de Monna Numer Della Trenta (abreviado en los comentarios del siglo XIII como Ma. N. De. Tta.), o lo que es lo mismo, como la número treinta de las sesenta mujeres florentinas más bellas. Barbi identifica a esta «dama treinta» con la primera «dama camuflada» o simulada de la Vita Nuova, y Scartazzini, por su parte, con Matelda. En cualquier caso, la mujer-Primavera y bautista Matelda no es únicamente en la Divina Comedia una prefiguración de Beatriz (de la que recibe su luz, como la Luna del Sol), sino también una evocación del ámbito de la Vita Nuova, de la juventud de Dante y punto de partida previo para la confesión de la escena siguiente. Continúa sin aclararse de manera definitiva por qué Beatriz la llama Matelda. La semejanza con el nombre de Mandetta nos sorprendió al leer un verso de la batalla XXXI de Guido, «Era in pensar d’amor quand’io trovai», en el que se dice que «Amor» llamaba a la amada de Guido «la Mandetta». Pero Amor en Dante es un sobrenombre de Beatriz; ¿podría ser entonces Mandetta un apelativo de Giovanna? Claro que también Giovanna podría ser en la Vita Nuova el seudónimo de una Matelda… Quizá Dante, con esta oscuridad enigmática creada en torno al nombre, quería disimular la función salvadora de Beatriz. En este contexto, tampoco debe ser casual que el patrono de Florencia fuera San Juan Bautista. He aquí un hermoso ejemplo de la desconcertante riqueza que Dante mostraba en el uso de la polisemia. <<

[92] Este enviado de Dios, emperador ideal o reformador social, constituye otro de los grandes enigmas de la Commedia que Dante, conscientemente, dejó sin resolver. Beatriz en su profecía sustituye el nombre por el número 515 —al igual que en el Apocalipsis, el 666 representa a Nerón—: un cinquecento dieci e cinque. Trasladado el número a romanos nos da DXV, y permutando sus letras DVX (jefe o caudillo); y si tenemos en cuenta el «un» y el «e», resulta IVDEX (juez). No hay duda de que el pasaje alude a Enrique VII, de quien Dante esperaba una restauración del imperio carolingio independiente del pontificado, porque si (como sugiere Elisabeth von Roon-Bassermann) restamos 515 de 1310 (año de la campaña de Italia de Enrique VII) nos da 795, o lo que es lo mismo, último año de vida del papa Adriano I, fecha que Dante considera, erróneamente, la de la coronación de Carlomagno (Monarchia III, 11). Pero aún son mucho más imprecisas y ambiguas las dos profecías paralelas de Inf. I, 101 ss. (los fieltros, el lebrel que ha de matar a la loba) y Par. XXVII, 139-148 (en el cual se aleja la hora del cambio definitivo, aunque tendrá lugar). <<

[93] Las numerosas discrepancias que existen con el tomismo oficial han hecho renacer siempre la cuestión de la posible heterodoxia de la visión dantista del mundo. Hay que tener en cuenta, al respecto, que algunas de las cosas que se consideraban entonces una herejía, ya no lo son, y viceversa. <<

[94] Hans Mühlestein (Die verhüllten Götter. Munich, 1957) piensa que Dante defiende una «autonomía política y moral», y lo basa en su interpretación de esta figura del purgatorio. <<

[95] Levít. XI, 3 ss. <<

[96] El papa Inocencio III escribió en el siglo XII un libro muy leído titulado De contemptu mundi siue de miseria humanae conditionis (Sobre el desprecio del mundo o la miseria de la condición humana). <<

[97] Según el pensamiento medieval, el hombre es —de acuerdo con Heidegger— «una criatura emplazada entre la vida y la muerte, un ser angustiado y culpable, al que la muerte moviliza para actualizar las potencialidades de su propio ser». Al igual que en Jaspers, también en Dante el hombre toca en el fracaso su frontera, que sólo se traspasa, sin embargo, al alcanzar una continuidad existencial superior, en la que el individuo se siente «prolongado en la trascendencia». <<

[98] Así lo admiten, aunque con ciertas reservas, investigadores tan cuidadosos como Bruno Nardi. Como Joaquín (con cuyo círculo de espirituales franciscanos se relacionó muy probablemente el poeta), el autor de la Commedia exige al papa la renuncia al mundo. Sin embargo, su utópico estado ideal no giraba en tomo a una teocracia ni a un comunismo monástico, sino que se centraba en un imperio laico independiente, un reino del amor caracterizado por la justicia, la libertad y la paz, la abolición y redistribución de la propiedad privada al margen de cualquier forma de capitalismo (Monarchia I, 11; Conv. IV…) y por la abolición de la nobleza hereditaria (Conv. IV, 7-11, 14-15). <<

[99] Alexandre Masseron: Dante et Saint Bemard. París, 1953. <<

[100] Y la alta fantasía fue impotente; / mas a mi voluntad seguir sus huellas, / como a otra esfera, hizo el amor ardiente / que mueve al Sol y a las demás estrellas. Hasta este maravilloso y expresivo cuarteto que cierra el poema puede considerarse casi una cita literal o un eco de un pasaje de Boecio, citado también literalmente por el mismo Dante (Monarchia I, 9): «O felix hominum genus / si vestros ánimos amor / quo coelum regitur, regat» (¡Dichoso género humano, / si el amor que gobierna los cielos / rige también tu corazón!) <<

[101] Indudablemente, puede haber personas que experimenten la experiencia mística, sin sentir necesidad alguna de manifestar a los demás esa vivencia. Por tanto, continuarán siendo desconocidas, ya que lo que sabemos procede de aquellos que la han vivido y han creído además recibir el encargo de desvelarla. Así, por ejemplo, Mahoma, San Pablo, Plotino y todos los demás místicos, entre los que cabe contar también a aquellos que se convirtieron en poetas por necesidades expresivas (San Juan de la Cruz, Angelus Silesius, San Francisco de Asís). Pero también puede darse el caso de poetas que, gracias a un conocimiento perfecto de las obras y de la predicación de los «verdaderos» místicos y a su talento y buen hacer personal, sean capaces de imitar, simular y falsificar experiencias místicas; más aún, de provocárselas a sí mismos y a sus lectores, de crearlas y elaborarlas mediante la fuerza sugestiva de su lenguaje. ¿A qué grupo pertenece Dante? ¿En qué grado y medida? ¿Era Dante un místico que utilizaba la poesía como vehículo de comunicación, o un poeta que se servía del poder del lenguaje para provocar la visión mística? He aquí algunas de las preguntas que siguen, por ahora, sin respuesta. <<

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