@daniela

@daniela


¡Glopss!

Página 34 de 45

—Vamos, cuñao —le animó Toni riendo.

—¿El beso dónde? —preguntó Bruno medio riendo.

—A tu rollo —le dijo él—. Pero nada de mejillas ni besos castos —nos advirtió.

Bruno y yo nos pusimos uno frente al otro y nos miramos a los ojos.

—¿Quién empieza? —me preguntó serio, como si aquello no le apeteciera.

—Tú mismo.

Bajó hacia mi boca y sentí que se me iba la cabeza solo con ese leve contacto. Inspiré fuerte y él contuvo la respiración. Nos separamos del mismo modo, mirándonos pero ésta vez, notando el deseo de ambos.

—Bien, bien, chicos —era Natalia separando nuestros cuerpos muy sutilmente para que nos sentáramos en nuestro sitio.

Toni logró el objetivo y pasamos la ronda sin beber.

Hubo más tarjetas, más risas y más copas en nuestros labios. La mayoría tuvimos que servirnos la segunda. Y le tocó el turno a María.

—Puedo hacer cinco preguntas a cinco personas de sí o no. Si no decís la verdad, bebéis todos.

Un abucheo general, y María nos hizo callar.

—A ver, Toni, tú primero, —lo señaló riendo—¿has hecho algún trío alguna vez?

Nos reímos todos y él negó con la cabeza.

—Carla, ¿estás colgada por alguien de aquí?

Todos rieron y yo pensé que menuda pregunta absurda, todos lo sabíamos de sobras. Lógicamente dijo que sí, sonrojada y riendo.

—Enrique, ¿has fantaseado con Daniela?

Silbidos y grititos pero todos poniendo la oreja para saber qué decía Enrique.

—Sí, ¿y quién no? —Ala, moreno, gracias.

Más risas.

—Bruno, ¿lo has hecho con alguna de nosotras?

Silencio en la sala.

—¡A beber chicos! —dijo Bruno alzando la copa.

—¡Ehhh! Quien calla otorga —le dijo Enrique.

—Un caballero no habla de esas cosas —le replicó haciendo una reverencia y nos reímos.

Mientras bebía lo miré y él hizo lo mismo.

—Me queda la última  —dijo María divertida y todos resoplamos. No queríamos ser la diana de sus indiscreciones —. Daniela.

—Raro era que no me tocara —le dije y reímos todos.

—¿Lo has hecho con alguno de aquí?

La miré levantando una ceja.

—Bebamos hermanos —respondí y reímos de nuevo.

—Así me gusta Daniela, con un par —cogió su copa y brindó con la mía—. Vamos chicos. Arriba, abajo…

 —¡Al centro y para dentro! —exclamó la mayoría.

Panda de borrachos, me reí. Dejé mi copa y Bruno y yo nos miramos.

Le tocó entonces a Carla.

—Verdad o beso. Tu mejor amiga debe escoger por ti.

Soltaron una risita entre ellas y Diana la miró sonriendo.

—¡Beso, beso! Carla debes besar….a Bruno.

—¡Con lengua, Carla! —le gritaron algunos y yo me acomodé para ver bien aquel beso.

Bruno me miró un segundo y yo le hice una mueca en plan: a joderse, amigo.

Carla se acercó y lo cogió del cuello. La mayoría reía y la animaba a hacerlo. ¿He dicho antes quinceañeros? Quizás no llegábamos a los doce en ese momento… En fin, el alcohol es lo que tiene.

Lo besó y le metió la lengua hasta donde pudo. Y a mí no me gustó nada verlos, esa es la verdad. Apreté mis labios, esperando que terminaran, y al final tuve que mirar hacia otro lado. ¿Era eso el amor? Que te dolieran las tripas al ver como se enrollaba con otra delante de ti. Pues no me agradaba nada esa sensación y no me levanté para irme porque pensé que se notaría demasiado. Ajo y agua, a joderse.

El grupito de Carla aplaudió cuando se acabó el beso y fue el turno de Bruno.

—Con los ojos vendados, toca los traseros del resto de jugadores y trata de adivinar de quién es cada uno. Tienes que adivinar por lo menos tres.

—Joder Bruno, qué suerte la tuya.

—¡Mamón, comparte!

Y tonterías varias por parte de los chicos.

Vendaron los ojos a Bruno y nos pusimos en fila de espaldas a él. Reímos mucho porque Bruno no atinaba una: el culo de Toni lo confundió con el de Enrique, el de éste con el de Santi, el de María con el de Natalia y así sucesivamente. No le dejaban tocar demasiado para que no nos reconociera por la ropa que llevábamos. Me llegó el turno y me reí por dentro al notar sus manos.

—Daniela —dijo sin dudar y nos reímos todos, o casi todos.

Me cogió de la cintura y me rozó bailando la canción de Wisin and Yandel, Algo me gusta de ti. Yo alcé las manos y bailamos mientras todos comenzaron a bailar por allí como locos, siguiendo la canción: “tú y yo ohhh, sin que nadie nos vea, disfrutándonos…” Una fiesta en toda regla. Bruno se quitó la venda y acercó su boca a mi oído cantando.

—Hay algo que me gusta de ti, y ese algo me encanta, siento que eres necesaria para mí…

Me reí al oírlo. Mira que cantaba mal el tío. Pero era adorable, era Bruno, simplemente.

Bailaban todos con todos, dejándose llevar. Copa en mano y a pasarlo bien. Cuando terminó aquella canción, Santi subió el volumen y continuamos moviéndonos al ritmo de la música. Bruno era mi sombra o yo la suya, qué más daba. Bailamos juntos, entre nuestros compañeros. Sin decirnos nada y sonriéndonos. Sofía me miró y yo alcé mi copa. Vacía. Vaya.

—Te invito  —dijo Bruno muy solemne cogiendo mi vaso.

Me reí por el comentario.

—Me escama tanto derroche, Bruno ─ le repliqué.

—Necesito un descanso, solo es eso, ya son treinta ¿sabes?

Lo miré de arriba abajo, dándole un buen repaso. Dudaba que pudiera cansarse con ese cuerpazo.

Ir a la siguiente página

Report Page