Dance

Una caricia tímida en el cuello, un rose de la mano que inspira confianza y que impulsa el corazón más allá de los límites inundando el cerebro con una ráfaga de impulsos incontrolables, la mirada sella el trato y los minutos desaparecen, qué minutos, el mundo desparece y solo
quedan dos que quieren bailar esa pieza que saca lo mejor de cada uno, la danza llena el aire de tensión siempre hay que saber manejar a las parejas. Un paso, ya está dentro, parecía que no pero sus ojos la delataron y por qué perder el tiempo si hay consenso. Parece que está mal, pero no puede ser malo si se siente tan bien, es la emoción de lo prohibido y desconocido, nada atrae más que un acertijo, siempre la derrota del pragmatismo por lo enigmático. El paso se convirtió en pirueta, ya depende de coordinación milimétrica primero esto, después aquello, ahora si se puede, no está, ya
no. La pireuta conllevó al desequilibrio, claro ella más que él, no es cuestión de fuerza es de conciencia, ya él fue más una vez. La ignorancia salva el balance, suerte de principiantes, siempre hasta donde se pueda, porque se puede, que rápido se aprendieron los pasos, ya salen al compás parece mentira que nunca había bailado. Una reverencia define la despedida, la mirada llena de pasión, solo piensa en la próxima danza, aunque desee cambiar la pieza.