Crypta

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II. El blog de Natalia (1) » Explicaciones redundantes o necesarias (cada cual que piense lo que quiera)

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Explicaciones redundantes o necesarias (cada cual que piense lo que quiera)

Necesito aclarar un par de cuestiones. Nunca he dejado de querer a Bernal. Ni siquiera cuando actuó conmigo de ese modo. ¿Qué le costaba explicármelo? Hay mil formas mejores de comportarse con los demás que, simplemente, olvidarse de ellos. Me debía una explicación y durante mucho tiempo le odié por ello. Luego ocurrieron cosas. Y todo cambió de nuevo.

En realidad, hasta ese 14 de febrero no había odiado realmente a Rebeca. Más bien al contrario, diría yo. Creo que crecimos siendo dos hermanas muy unidas, que disfrutaban cada una de la compañía de la otra y que aprendieron a compartirlo todo. Todo. Solo que hay cosas que no pueden compartirse.

Nunca nos había importado, ni a ella ni a mí, ser tan diferentes. Ella era guapa, tenía mil amigos, le habían dado permiso para hacerse un piercing (a mí no porque, según mis padres, aún era demasiado pequeña, ya tendría tiempo de agujerearme el ombligo), no se perdía una fiesta y para ella estudiar era peor que una tortura medieval, pero a pesar de todo nos divertían las mismas películas y nos gustaban los mismos grupos musicales. A veces me dejaba su ropa (aunque estaba más desarrollada que yo) y, a cambio, yo le hacía los deberes. La nuestra no era una relación perfecta, pero creo que nos queríamos.

El 14 de febrero de cuarto dejé de querer a Rebeca. Para siempre. Y conste que he dicho para siempre. Por muy muerta que esté.

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