Cross
SEGUNDA PARTE - Caso enfriado » 29
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—Viviré —le dije a Ned mientras me acurrucaba sobre él en el hueco de la escalera.
—Sí, yo también —admitió Ned—. En fin, probablemente.
Un par de minutos más tarde, el personal sanitario estaba junto a nosotros en el angosto hueco. Para cuando sacaron a Ned de allí, el tiroteo parecía haber finalizado. Como él solía decir: cinco minutos de emoción y pánico.
Empezaron a llegar informes. El capitán Tim Moran me dio el último personalmente. El asalto a la fábrica de heroína parecía haber tenido resultados dispares. La mayoría de nosotros pensábamos que no tendríamos que haber entrado tan pronto, pero la decisión no estaba en nuestras manos. Había dos oficiales de la metropolitana y dos de Rescate de Rehenes, heridos junto a nosotros. A Ned se lo llevaron al quirófano.
Hubo seis víctimas entre los que estaban dentro del edificio, incluidos dos hombres de Operaciones Especiales. Uno de los muertos era una chica de diecisiete años, madre de dos hijos. Por la razón que fuera, había permanecido en el interior cuando salieron los trabajadores del laboratorio. También había muerto el marido de la muchacha. Tenía dieciséis años.
Al final llegué a casa poco después de las seis de la mañana. Iba arrastrándome, sin fuerzas, cansado hasta los huesos, y había algo surrealista en el hecho de volver tan tarde, o tan temprano.
La cosa no hizo más que empeorar. Yaya me esperaba levantada en la cocina.