Cross
SEGUNDA PARTE - Caso enfriado » 27
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Nos pusimos nuestros chalecos antibalas, y tanto Ned como yo nos armamos con una MP5. Nunca se sabe qué puede pasar durante un asalto nocturno, y menos en este caso, con tíos de Operaciones Especiales en el interior y un equipo de Rescate de Rehenes entrando a por ellos.
Ned recibió un mensaje por el manos libres y se volvió hacia mí.
—Vamos allá, Alex. No asomes mucho la cabeza, colega. Esos tíos son tan buenos como nosotros.
—Lo mismo te digo, Ned.
Pero entonces ocurrió lo inesperado. Y esta vez no fue nada malo.
Se abrió la puerta principal. Durante unos pocos segundos, no se apreció actividad en el portal. ¿Qué estaba ocurriendo allí?
Luego salió una mujer mayor vestida con una bata de laboratorio, caminando en dirección a los potentes focos orientados hacia el edificio. Levantó las manos en el aire y dijo repetidamente:
—No disparen.
La siguieron más mujeres en bata, viejas y jóvenes, así como un par de chavales que no parecían tener más de doce o trece años.
Tras el cordón, la gente gritaba nombres. Lloraban de alegría y aplaudían como locos.
Luego la puerta de entrada se cerró de un golpe.
Se había acabado el éxodo.