Congo

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Día 8. Kanyamagufa » 1. Descenso

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La mañana del 20 de junio todos durmieron hasta tarde. Desayunaron despacio, tomándose el tiempo necesario para una comida caliente. Descansaron bajo el sol y jugaron con Amy, que se mostró encantada con esta atención inesperada que le prestaban. Eran pasadas las diez cuando iniciaron el descenso del Mukenko hacia la jungla.

Debido a que las laderas occidentales del Mukenko son abruptas e infranqueables, descendieron por el humeante cráter volcánico hasta una profundidad de ochocientos metros. Munro iba delante, llevando la carga de Asari, el porteador más robusto, sobre la cabeza, ya que éste tuvo que alzar a Amy porque las rocas estaban demasiado calientes para sus patas.

Amy estaba aterrorizada, y consideraba locas a las personas que avanzaban en hilera por el empinado cono interior. Elliot no estaba seguro de que la gorila no tuviese razón: el calor era intenso y a medida que se acercaban al lago de lava las acres emanaciones hacían arder los ojos y los orificios de la nariz. Oían cómo la lava reventaba y crepitaba bajo la negruzca y pesada corteza.

Luego llegaron a una formación llamada Naragema: el Ojo del Diablo. Era un arco natural de cuarenta y cinco metros de altura, y tan liso en su interior que parecía pulido. Una fresca brisa soplaba a través de este arco, y pudieron ver la jungla allá abajo. Hicieron una pausa para descansar, y Ross examinó la lisa superficie interior. Era parte de un túnel de lava formado en alguna erupción anterior; el cuerpo principal del túnel había desaparecido, dejando sólo aquella delgada estructura.

—Lo llaman el Ojo del Diablo —dijo Munro—, porque cuando se produce una erupción desde abajo brilla como un ojo rojo.

Desde el Ojo del Diablo descendieron rápidamente a través de un terreno dentado formado por un reciente río de lava. Aquí encontraron negros cráteres de tierra chamuscada; algunos tenían casi dos metros de profundidad. Lo primero que se le ocurrió a Munro fue que el ejército de Zaire habría utilizado ese terreno para práctica con morteros, pero al examinarlo más de cerca, descubrieron, dibujado en la roca, un diseño de quemaduras que se extendía como tentáculos hacia fuera de los cráteres. Munro nunca había visto nada parecido. Ross levantó la antena de inmediato, insertó la computadora y se comunicó con Houston. Parecía muy excitada.

El grupo descansó mientras ella leía los datos en la pequeña pantalla.

—¿Qué les está preguntando? —quiso saber Munro.

—La fecha de la última erupción del Mukenko, y el tiempo local. Fue en marzo… ¿Conoce a alguien llamado Seamans?

—Sí —dijo Elliot—. Tom Seamans es el programador de computación para el Proyecto Amy. ¿Por qué?

—Hay un mensaje para usted —dijo ella, indicando la pantalla.

Elliot leyó: SEAMANS MENSAJE PARA ELLIOT.

—¿Cuál es el mensaje? —preguntó Elliot.

—Pulse la tecla de transmisión —dijo ella.

Él hizo lo que le dijo y apareció el mensaje: REVISÉ CINTA ORIGINAL HOUSTON M.

—No entiendo —dijo Elliot.

Ross le explicó que la «M» significaba que había otro mensaje, y que debía pulsar la tecla de transmisión otra vez. Elliot repitió la operación varias veces hasta conseguir el mensaje, que completo era el siguiente:

REVISÉ CINTA ORIGINAL HOUSTON / NUEVO DESCUBRIMIENTO DE SEÑAL AUDITIVA ANÁLISIS COMPLETO CREO ES LENGUAJE

Elliot descubrió que podía entender el lenguaje comprimido al leerlo en voz alta:

—Dice: «Revisé cinta original de Houston; con nuevo descubrimiento con respecto a la información de señal auditiva el análisis está completo; creo que es un lenguaje». —Frunció el entrecejo—. ¿Un lenguaje?

—¿No le pidió que revisara el material de la cinta original de Houston proveniente del Congo? —preguntó Ross.

—Sí, pero era para identificación visual del animal en la pantalla. Nunca le dije nada acerca de la información auditiva. —Elliot sacudió la cabeza—. Ojalá pudiera hablar con él.

—Puede —dijo Ross—. Si es que no le importa despertarlo. —A continuación pulsó la tecla de enlace, y quince minutos después Elliot escribió: «Hola, Tom, ¿cómo estás?».

La pantalla imprimió: HOLA TOM CÓMO ESTÁS.

—Por lo general no desperdiciamos tiempo de satélite con este tipo de cosas —dijo Ross.

La pantalla imprimió: DORMIDO / DÓNDE ESTÁS.

VIRUNGA, escribió Elliot.

—Travis va a ponerse furioso cuando vea esta transmisión —dijo Ross—. ¿No se da cuenta de los costos?

Ross no debía preocuparse. Pronto la conversación pasó al plano técnico.

RECIBÍ MENSAJE INFORMACIÓN AUDITIVA / FAVOR EXPLICAR

DESCUBRIMIENTO ACCIDENTAL MUY EXCITANTE / ANÁLISIS FUNCIÓN DISCRIMINANTE SEGURIDAD INFORMACIÓN AUDITIVA (SONIDOS RESPIRACIÓN) DEMUESTRA IDIOMA CARACTERÍSTICO

CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS

ELEMENTOS REPETITIVOS / ESTRUCTURAS ARBITRARIAS / RELACIONES ESTRUCTURALES / PROBABLEMENTE IDIOMA HABLADO

¿PUEDES TRADUCIR?

TODAVÍA NO

¿POR QUÉ?

COMPUTADORA TIENE INFORMACIÓN INSUFICIENTE EN MENSAJE AUDITIVO 5 NECESITO MÁS DATOS / SIGO TRABAJANDO / QUIZÁ MAÑANA / CON SUERTE

¿PIENSAS ES IDIOMA GORILA?

SÍ SI ES GORILA

—Qué cosa más rara —dijo Elliot. La transmisión por satélite había terminado, pero el mensaje final de Seamans seguía en la pantalla, de un verde brillante.

«Sí, si es que es un gorila», quería decir.

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