Colegiala

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Nota de los editores

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NOTA DE LOS EDITORES

A la hora de preparar la selección de relatos del escritor japonés Osamu Dazai incluidos en este volumen, los traductores han utilizado la antología que la editorial Kadokawa publicó en el año 1997, en el que se recogían catorce textos, publicados tanto en vida del autor como póstumamente, cuyo denominador común era la descripción del mundo femenino del Japón de la época, universo que Dazai explora con singular sensibilidad y competencia. Relatos nunca hasta ahora recopilados en castellano, protagonizados por mujeres, muchas de ellas adolescentes, como la del relato que da título a la antología, «Colegiala» (女生徒), publicado en 1939, o «Vergüenza» (恥), aparecido en 1942, pero también por amas de casa («Ocho de diciembre» [十二月八日], publicado en 1942, o el tristemente profético «Osan» [おさん], publicado en 1947 y con final trágico, que nos recuerda al de las representaciones de Bunraku, prefigurando el fin del propio Dazai apenas un año después), mujeres ya maduras que recuerdan algún episodio de su juventud («El árbol del cerezo y el silbido mágico» [葉桜と魔笛], publicado póstumamente o «Nadie sabe» [誰も知らぬ], de 1940), e incluso un billete de cien yenes que narra, ya al final de su «vida útil» cómo ha ido pasando de mano en mano durante años, viviendo todo tipo de peripecias, hasta presenciar un acto sublime de compasión y desprendimiento protagonizado por una prostituta en plena segunda guerra mundial («Dinero» [貨幣], publicado originalmente en 1946).

Dazai es uno de los más notables representantes del llamado movimiento de las watakushi shōsetsu o «novelas del yo», un género literario genuinamente japonés, introducido en la época del naturalismo literario que triunfó durante el Periodo Taisho (1912-1926), que se consolidó gracias a autores como Naoya Shiga (1883-1971) y el propio Osamu Dazai, y que se caracteriza por la utilización de la primera persona para narrar historias y anécdotas, muchas veces vagamente intrascendentes o triviales, pero de fuerte contenido autobiográfico. La forma reflejaba una mayor individualidad y una forma más relajada de escritura que la correspondiente a géneros más tradicionales. Desde sus comienzos, la watakushi shōsetsu fue un género que también se utilizó para exponer al público el lado oscuro de las prácticas sociales o de la propia vida del autor. Dazai normalmente escribía con voz masculina, algo que no ocurre en estos relatos, donde son mujeres las que hablan, lo cual se demuestra un procedimiento tremendamente eficaz, por la libertad y honestidad que traslucen los relatos.

Es notable la repercusión que la obra Osamu Dazai, un autor de referencia en Japón, y maestro de innumerables escritores jóvenes desde su trágico suicidio, acaecido en 1948, ha tenido en los últimos años, debida sobre todo a la excelente labor de recuperación de sus obras emprendida por Sajalín editores, que ha puesto en las mesas de novedades dos obras maestras como Indigno de ser humano (1948) y Ocho escenas de Tokio, recopilación de relatos ambientados en esa ciudad. Confiamos en que las traducciones al castellano de otras obras suyas inéditas en nuestro idioma lleguen pronto y ayuden a consolidar a Osamu Dazai (considerado, a justo título, el Dostoievski japonés) como uno de los maestros indiscutibles de la escena literaria nipona del pasado siglo.

LOS EDITORES

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