City Life

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La explicación

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La explicación

P: ¿Crees que esta máquina puede ser útil para cambiar el gobierno?

R: Cambiar el gobierno…

P: ¿Haciendo que responda mejor a las necesidades de la gente?

R: No sé qué es. ¿Qué hace?

P: Bueno, mírala.

R: No da ninguna pista.

P: Es algo… reticente.

R: No sé qué es lo que hace.

P: ¿Falta de confianza en la máquina?

P: ¿La novela ha muerto?

R: Oh sí, totalmente.

P: ¿Qué es lo que la reemplaza?

R: Diría que ha sido reemplazada por lo que existía antes de que fuera inventada.

P: ¿Lo mismo?

R: El mismo tipo de cosa.

P: ¿La bicicleta ha muerto?

P: ¿No confías en la máquina?

R: ¿Por qué había de confiar?

P: (Reafirma su falta de interés por las máquinas).

P: Qué suéter tan bonito.

R: Gracias. No quiero preocuparme por las máquinas.

P: ¿Por qué te preocupas?

R: Yo estaba en la esquina esperando que cambiara el disco cuando al otro lado de la calle, entre la gente que estaba esperando que cambiara el disco, vi a una muchacha extraordinariamente hermosa que me miraba. Nuestros ojos se encontraron, yo desvié la vista; luego la miré de nuevo, ella miraba hacia otro lado; cambió el disco. Empecé a cruzar la calle a la vez que ella. Primero la miré para ver si ella me miraba; no estaba mirándome pero me di cuenta de que estaba pendiente de mí. Resolví sonreír. Sonreí, pero de un modo curioso… Deseaba que la sonrisa le indicara que me interesaba y a la vez que era consciente de lo divertido de la situación. Pero lo estropeé. Hice una mueca. Me desagrada incluso la palabra «mueca». Era, ya sabes, justo en el momento en que nos cruzábamos. Había decidido mirarla directamente en aquel momento. Lo intenté, pero ella estaba mirando un poco hacia mi izquierda, estaba mirando unos treinta y cinco centímetros a la izquierda de mis ojos.

P: Éste es el tipo de cosa que…

R: Quiero volver a hacerlo de nuevo.

P: Ahora que lo has estudiado un rato, ¿puedes explicar cómo funciona?

R: Por supuesto. (Explicación).

P: ¿Está ella aún quitándose la blusa?

R: Sí, todavía.

P: ¿Quieres que te saquen la foto conmigo?

R: No quiero que me hagan fotos.

P: ¿Tú crees que, alguna vez en el futuro, será posible alcanzar la satisfacción sexual, satisfacción sexual «completa», por ejemplo, tomando una píldora?

R: Dudo que sea imposible.

P: No te agrada la idea.

R: No. Creo que de ese modo sabremos menos de lo que sabemos ahora.

P: Sabremos menos sobre los demás.

R: Sin duda.

P: Es bella.

R: La máquina.

P: Sí. Construimos estas máquinas, no porque esperemos confiadamente que hagan aquello para lo que están diseñadas —cambiar el gobierno en este caso— sino porque intuimos una máquina resplandeciendo ahí fuera como un centro comercial…

R: Tenéis que competir con una historia de triunfo.

P: Que no nos ha llevado a ninguna parte.

R: (Ofrece consuelo).

P: ¿Qué hiciste entonces?

R: Caminé sobre un árbol. Unos veinte pasos.

P: ¿Qué clase de árbol?

R: Un árbol muerto. No sé distinguir uno de otro. Podría haber sido un roble. Yo estaba leyendo un libro.

P: ¿Qué libro era?

R: No sé. No puedo distinguirlos. No son como las películas. Con las películas uno puede recordar con detalle quiénes eran los actores…

P: ¿Qué estaba haciendo ella?

R: Quitándose la blusa. Comiendo una manzana.

P: El árbol tenía que ser muy grande.

R: El árbol tenía que ser muy grande.

P: ¿Dónde era esto?

R: Cerca del mar. Yo llevaba calzado con suela de esparto.

P: Tengo una serie de mensajes erróneos que me agradaría introducir aquí y que me agradaría que examinases cuidadosamente… son muchos. Los examinaré contigo: variable indefinida… serie impropia de operadores… uso impropio de jerarquía… operador extraviado… forma mezclada, particularmente grave… La razón de una función está determinada… carácter impropio de una constante… fijación impropia de una constante fluctuante impropia… carácter inválido transmitido en una declaración sub-programada, es una perra…, no aparece un FIN.

R: Me gustan mucho.

P: Has muchos otros, cientos, cientos y cientos.

R: No pareces emocionado.

P: Eso no es cierto.

R: ¿A qué van unidas tus emociones, si es que puedo plantearlo así?

P: ¿Ves lo que ella está haciendo?

R: Quitándose la blusa.

P: ¿Qué aspecto tiene?

R:…Parece absorta.

P: ¿Te aburre la forma pregunta-respuesta?

R: Me aburre, pero comprendo que permite muchas emisiones importantes: qué tiempo hace, qué llevo puesto, qué estoy pensando. Eso es una ventaja considerable, diría yo.

P: Así lo creo.

P: Ella cantaba y nosotros la escuchábamos.

R: Yo estaba hablando con un turista.

P: Su silla está aquí.

R: Llamé a la puerta. Estaba cerrada.

P: Los soldados marchaban hacia el castillo.

R: Yo tenía un reloj.

P: Me ha golpeado.

R: Le he golpeado.

P: Su silla está aquí.

R: No cruzaremos el río.

P: Los botes están llenos de agua.

R: Su padre le golpeará.

P: Llenándose los bolsillos de fruta.

P: El rostro… La máquina tiene un rostro. Este panel de aquí…

R: ¿Ése?

P: Igual que el rostro humano evolucionó… de pez… puede trazarse, por así decirlo, desde el… La primera boca fue la de la medusa. No puedo recordar el nombre, el nombre latino… Pero una boca, sólo una boca, una boca no es un rostro. Siguió a través de los escualos…

R: A través de los escualos…

P:…hasta las culebras…

R: Sí.

P: El rostro tiene tres funciones principales, localización de fuentes de energía deseables, dirección de la maquinaria locomotriz hacia su fin, y captura…

R: Sí.

P: Captura y preparación preliminar del alimento. Esto es también…

R: Nada.

P: El rostro, un rostro, también sirve como señuelo para adquirir pareja. La ancha nariz dirigida hacia adelante.

R: Yo no veo eso en el panel.

P: Míralo bien.

R: No lo veo…

P: Hay una analogía, lo creas o no. El… Utilizamos diseñadores industriales para hacer los paneles frontales, los controles. Diseñadores, artistas. Para hacer las máquinas atractivas a los compradores potenciales. Cosmética pura. Ellos nos dijeron que los mangos de los cuchillos eran masculinos. Los hombres creían… Así que utilizamos gran cantidad de mangos de cuchillos…

R: Sé que se ha escrito mucho sobre todo esto, pero cuando me encuentro con tales artículos en revistas o en un periódico, no los leo. No me interesan.

P: ¿Qué es lo que te interesa?

R: Soy director del Schumann Festival.

P: ¿Qué está haciendo ella ahora?

R: Quitándose los pantalones.

P: ¿Se ha quitado la blusa?

R: No, aún la lleva puesta.

P: ¿Una blusa amarilla?

R: Azul.

P: Bueno, ¿qué está haciendo ahora?

R: Quitándose los pantalones

P: ¿Qué lleva debajo?

R: Pantis, bragas.

P: Pero ¿aún lleva puesta la blusa?

R: Sí.

P: ¿Se ha quitado las bragas?

R: Sí.

P: ¿Lleva aún puesta la blusa?

R: Sí. Está caminando por un madero.

P: ¿Con la blusa puesta? ¿Está leyendo un libro?

R: No. Tiene gafas de sol.

P: ¿Lleva gafas de sol?

R: Las lleva en la mano.

P: ¿Cómo es?

R: Muy bella.

P: ¿Cuál es la esencia del maoísmo?

R: La esencia del maoísmo es la pureza.

P: ¿Es cuantificable la pureza?

R: La pureza nunca ha sido cuantificable.

P: ¿Cuál es el índice mundial de pureza?

R: La pureza se da en un 0’004 por ciento de los casos.

P: ¿A qué va unida a veces la pureza en estado puro?

R: La pureza en estado puro a veces va unida a la locura.

P: Esto no es denigrar a la locura.

R: Esto no es denigrar a la locura. La locura en estado puro ofrece una alternativa al reino de la recta razón.

P: ¿Cuál es la esencia de la recta razón?

R: La esencia de la recta razón es la retórica.

P: ¿Y la esencia de la retórica?

R: La esencia de la retórica es la pureza.

P: ¿Es cuantificable la pureza?

R: La pureza no es cuantificable. Es hinchable.

P: ¿Cómo se preserva nuestra retórica contra los ataques de otras retóricas?

R: Nuestros representantes electos preservan nuestra retórica con lo mejor de su inteligencia.

P: No voy a decir que la máquina sea un éxito total, pero tiene sus cualidades. No me gusta utilizar un lenguaje antropomórfico hablando de estas máquinas, pero hay una cualidad…

R: ¿Cuál es?

P: Es valiente.

R: Las máquinas son más valientes que el arte.

P: Desde la muerte de la bicicleta.

P: Hay diez normas para poner la máquina en funcionamiento. La primera norma es enchufarla.

R: Enchufarla.

P: La segunda norma es transformar la corriente. La tercera norma es girar los mandos. La cuarta norma es que hayas cometido un error grave.

R: ¿Qué hago yo?

P: Envías el mensaje erróneo adecuado.

R: Nunca recordaré estas normas.

P: Te las repetiré cien veces.

R: Era más feliz antes.

P: Lo imaginabas.

R: Los hechos no son reales.

P: Los hechos no son reales en el sentido en que son tangibles. Los hechos aquí originados son equivalentes. Existen razones y conclusiones aunque existan en otra parte y no aquí. Las razones y las conclusiones están en el aire y son fáciles de observar incluso para aquellos que no tienen tiempo para consultar o aprender a leer las publicaciones de las disciplinas especializadas.

R: La situación está llena de dificultades.

P: La situación está llena de dificultades, pero al final los jóvenes y los trabajadores vivirán en el mismo plano que los viejos y los funcionarios del gobierno, para el bien común de todas las categorías. El fenómeno de las masas, siguiendo la ley de los grandes números hace posibles los hechos raros y excepcionales, que…

R: La llamé entonces y le dije que había soñado con ella, que en el sueño ella estaba desnuda, que estábamos haciendo el amor. Ella no quería que se soñara con ella, dijo, ni ahora, ni después ni nunca, cuando parara. Le indiqué que había algo que yo no podía controlar. Ella dijo que todo eso había sido hacía mucho tiempo y que ella ahora estaba casada con William, como yo sabía, y que no quería… irrupciones de este tipo. Piensa en William, dijo.

P: Él me ha golpeado.

R: Yo le he golpeado a él.

P: Nosotros los hemos visto.

R: Yo estaba mirando por la ventana.

P: Su silla está aquí.

R: Ella cantaba y nosotros la escuchábamos.

P: Soldados marchando hacia el castillo.

R: Yo hablaba con un turista.

P: Llamé a la puerta.

R: No cruzaremos el río.

P: El río ha llenado de agua los botes.

R: Creo que la he visto con mi tío.

P: Subiendo a su automóvil. Yo los oí.

R: Él la golpeará si no lo consigue.

R (concluyendo): No me cabe la menor duda de que los jugadores actuales son los mejores que ha habido jamás. Son brillantes atletas, extremadamente bien coordinados, extraordinarios en cada especialidad. Los jugadores actuales son tan extraordinarios que para ellos conseguir tantos es algo relativamente sencillo.

P: Gracias por confiar en mí.

P:… enseñarte una fotografía de mi hija.

R: Muy guapa.

P: Puedo darte algunas referencias para una lectura posterior.

R: (La nariz comienza a sangrar).

P: ¿Qué está haciendo ella ahora?

R: Tiene un hematoma en el muslo. En el derecho.

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