City Life

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Lesión cerebral

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En el primer vertedero de basura encontré un libro que describía una nueva vida plena de perfección, prosperidad y felicidad. Una nueva vida plena de perfección, prosperidad y felicidad no puede lograrse sin ayuda, decía el libro. Para alcanzarla se necesita la ayuda de maestros espirituales. Al fin se ha descubierto un camino para alcanzar el mundo espiritual. Una vez conocido el secreto, los maestros espirituales te ayudarán con el asombroso instrumento conocido como Percepción Extrasensorial. Los profesores espirituales querían ayudarme, decía el libro. Tan pronto como entrara en contacto con ellos, harían todo cuanto estuviera en sus manos para satisfacer mis deseos. Un ejemplo, en la página 117: una señora de mediana edad era víctima de un robo, pero cuando el ladrón se apoderaba ya de su bolso un rayo de luz azul como un fino relámpago arrojó el arma lejos de las manos del ladrón que huyó despavorido. Eso era sólo el comienzo, decía el libro. Se puede aprender a eliminar la hostilidad del corazón del prójimo.

Pensábamos en las flores azules. Cada uno tenía diferentes ideas sobre ellas. Henry quería «conectarlas». Trajimos cables y enchufes y un destornillador y empalmamos los finos extremos de las flores (exactamente por donde habían sido cortadas) al cable eléctrico. Teníamos miedo a enchufarlas, miedo de toda aquella electricidad abriéndose camino por los verdes tallos de las flores, inundando las hojas y finalmente alcanzando los pétalos, la parte azul en la que reside la azulidad de las flores, junto con blanco y un poco de amarillo. «¿Qué tipo de corriente es ésta que nos proponemos aplicar a las flores?» preguntó Gregory. Parecía ser corriente alterna y no corriente continua. Eso era lo que todos creíamos pues la mayoría de las casas en aquella parte del país estaban construidas conforme a normas que exigían C. A. De hecho ya no se encuentra C. C., pues en la primera época de la electricidad murió mucha gente por su causa.

«Bueno, conectadlas», dijo Grace, pues quería ver cómo se iluminaban las flores o cómo se marchitaban, o cualquier otra cosa que pudiera suceder al conectarlas.

La posición humanista es no conectar las flores, sino dejarlas, los humanistas creen que hay que dejar tranquilamente que cada cosa sea lo que es, en la medida de lo posible. Los nuevos conocimientos eléctricos, sin embargo, exigen que las flores sean conectadas inmediatamente. Las ideas de Toynbee sobre estímulo y respuesta también son, quizás, acertadas. Mi opinión particular respecto a conecta o no conectar las flores se halla en algún punto intermedio entre estas ideas, en esa zona gris en la cual no se hace nada, realmente, más que vacilar dándole vueltas al asunto. El azul de las flores era extraordinariamente bello en contraste con el gris de esa zona.

RUIDOS MULTITUDINARIOS

MURMULLO

MURMULLO

BOSTEZO

Un gran camarero murió, y todos los demás camareros estaban afligidos. En el restaurante, la tristeza era manifiesta. Había servilletas negras sobre las mangas blancas. Se colocaron manteles negros. Algunas de las calles inmediatas se pintaron de negro —aquellas que conducían al establecimiento en el que Guignol había servido sus platos con tacto legendario. Las huellas de Guignol (pues había sido condecorado muchas veces en exhibiciones internacionales en París, Bruselas, Río de Janeiro) se enviaron a su amante, La Lupe. El cadáver se adobó con vino blanco, aceite de oliva, vinagre, hierbas aromáticas, ajo y rajas de limón durante veinticuatro horas y se presentó con gelatina sobre un lecho de hojas de lechuga. Centenares de frívolos famosos se presentaron para rendir sus últimos respetos. Los colegas de Guignol recordaron con placer la más notable excentricidad del maestro. Tras haber persuadido fríamente a algún inocente a elegir una botella de vino de treinta dólares, nunca dejaba de inclinarse hacia su víctima con aire conspiratorio y susurrarle al oído: «Elimina la grasa».

NAUSEA

MAREO

DESANIMO

PRESENTACION DE EXCUSAS

Un sueño: Estoy contemplando un barco, un trasatlántico del tamaño del Michelangelo. Pero a diferencia del Michelangelo no está pintado de un blanco resplandeciente; está cubierto de herrumbre. Y no está en el agua. Todo su inmenso volumen descansa sobre la tierra. Además está cargado con explosivos de gran potencia que pueden estallar en cualquier momento. Mi tarea consiste en empujarlo por un estrecho paso montañoso cuyos riscos se ciernen sobre mí amenazadoramente. Una experiencia: Yo cruzaba la calle bajo la lluvia con un paraguas. En la otra acera una mujer ya de edad estaba haciéndome señas. ¡Venga, venga! Le indiqué que no quería ir allí, no tenía ningún interés en ir, tenía otras cosas que hacer. Pero ella siguió haciéndome señas, insistiendo. Finalmente fui hasta donde ella estaba. «Mire ahí abajo», dijo, señalando el albañal lleno de agua, «hay un centavo. ¿No quiere cogerlo?».

Yo trabajé para los periódicos. Trabajé para los periódicos en una época en que era incompetente para tal tarea. Informaba defectuosamente. No conseguía obtener todos los datos. Deletreaba mal los nombres. Confundía las cifras. Desperdiciaba el papel de copia. Fingía saber cosas que no sabía. Simulaba comprender cosas que estaban por encima de mi comprensión. Supersimplificaba. Me mostraba superior en situaciones en las que era inferior. Interpretaba mal cosas que habían sucedido anteriormente. Eliminaba las noticias que la dirección quería que se inventaran. Fabricaba historias. No era capaz de descubrir la verdad. Coloreaba la verdad con la fantasía. No tenía respeto alguno por la verdad. No observaba el adagio: si conoces la verdad, la verdad te hará libre. Escribía mentiras. Escribía historias cuando estaba borracho. Abusaba de los ordenanzas. Adulaba a los anunciantes. Aceptaba regalos de las partes interesadas. Era servil con mis superiores. Era grosero con quienes telefoneaban pidiendo información. Me recreaba en las fotografías de la policía sobre crímenes sexuales. Cambiaba los tipos cuando los de compaginación no miraban. Me llevaba lápices a casa. Votaba con la dirección en las elecciones del Gremio.

PALMOTEO RITMICO

SUEÑO

¿QUE REMEDIO?

Los wapituiles se parecen extraordinariamente a nosotros. Tienen un sistema de parentesco muy similar a nuestro sistema de parentesco. Se tratan entre sí de «señor», «señora» y «señorita». Visten ropas que se parecen mucho a las nuestras. Tienen una Quinta Avenida que divide su territorio en Este y Oeste. Tienen una Chock Full O’Nuts y un Chevrolet. Tienen un Museo de Arte Moderno y un teléfono y un Martini. El Martini y el teléfono se guardan en el Museo de Arte Moderno. De hecho, tienen todo lo que nosotros tenemos, pero sólo un ejemplar de cada.

Según parece, pierden el interés por las cosas muy rápidamente. Por ejemplo, están totalmente industrializados, pero no parecen tener interés en sacar ventajas de ello. Después de producir el lingote de acero, cerraron los altos hornos. Pueden conceptualizar pero no desarrollan sus conceptualizaciones. Por ejemplo, su semana tiene siete días: lunes, lunes, lunes, lunes, lunes, lunes y lunes. Tienen una enfermedad, mononucleosis. La vida sexual de un wapituil consta de una sola experiencia, en la cual piensan después largo tiempo.

RETORCIMIENTO

AULLIDO

GEMIDO

¿QUE GEMIDO?

PALMOTEO RITMICO

OVACION

ACTIVIDAD SEXUAL

CONSUMO DE AUMENTOS

Comportamiento de los camareros: El primer camarero dio una propina de veinte centavos al segundo camarero. El segundo camarero bajó la vista hacia los dos centavos que tenía en la mano y miró después al primer camarero. Se intercambiaron miradas de disgusto. El tercer camarero puso un billete de dólar en un plato y se lo entregó al cuarto camarero. El cuarto camarero tomó el billete de dólar y se lo metió en el bolsillo. Después el cuarto camarero tomó seis monedas de veinticinco centavos de otro bolsillo e hizo un montoncito con ellas junto al codo del quinto camarero que estaba en una mesa del fondo escribiendo en un pequeño cuaderno. El quinto camarero dio al jefe de camareros un billete de cinco dólares que el capitán deslizó en un bolsillo de la solapa de su frac. El sexto camarero entregó al séptimo camarero un sobrecito que contenía dos billetes de diez dólares. El séptimo camarero colocó una bolsita de piel con doce luises de oro en el escote de la esposa del octavo camarero. El noveno camarero ofreció un Bono de Guerra de 50 dólares al décimo camarero que llevaba un cofrecillo de cristal de carbunclos al chef.

La taza se deslizó de aquellos dedos agarrotados…

La taza de porcelana china, grande como un campo de aviación cayó de aquellos finos dedos blancos casi tan delgados como cabellos…

«Siéntate. Soy tu consejero espiritual. Siéntate y toma una taza de té conmigo. Mira, ahí hay una silla. Ahí está la taza. El muchacho que sirve el té lo traerá enseguida. Cuando el muchacho traiga el té, podrás servirte un poco de té en tu taza. Esa taza que está ahí, en la mesa».

«Gracias. Es una universidad muy bonita esta que tienen ustedes aquí. ¡Una universidad totalmente construida con esponjas de tres millas de altura!».

«Sí, es bastante notable».

«¿Qué es ese cuerpo tan largo con cientos y cientos de piernas que cruza el horizonte de izquierda a derecha en una línea tan firme y cuidadosamente dibujada?».

«Es la facultad de posesión que cruza hasta la otra orilla en el plano de lo posible».

«Y este tentáculo de aquí del Departamento de Ciencias de Vida Subacuática…».

«Eso no es un tentáculo sino el Departamento mismo. Devorando un pollo guisado proporcionado por el Departamento de Volatería Romántica».

«¿Y aquellos hombres que corren?».

«Aquéllos son los corredores».

«¿De qué van corriendo?».

«No corren de, están corriendo hacia. Están entrenados en el Departamento de Grandes Esperanzas».

«¿Es ese mi departamento?».

«¿Te ruborizas fácilmente?».

Las ascensoristas estaban casi pegadas. Una muchacha colocó un pirulí en la boca de otra muchacha, y después otra muchacha puso una hamburguesa en la boca de otra. Otra muchacha se llevó una cámara Kodak Instamatic al ojo y tomó una fotografía de otra muchacha y otra muchacha acarició la bien formada zona caudal de otra muchacha. Un gigantesco avión cruzaba el cielo, sus pasajeros iban inclinados, con las cabezas entre las rodillas, sentados en cojines. Habló la Madre Superiora: «No, querida amiga, no puede ser. No es que pensemos que su renuncia al mundo no sea auténtica. Creemos que lo es. Pero parece usted exactamente ese tipo de persona que resulta demasiado susceptible a la Melancolía Monjil que es uno de nuestros mayores problemas. Es imposible, por tanto, formalizar su admisión. La enviaremos a los frailes en su agonía final». Me aparté. Eso no era lo que deseaba oír. Fue al garaje, y le conté a Bill una interesante historia que no era cierta. Algunas personas creen que uno debe decir la verdad, pero se trata de personas impías y equivocadas y si uno escucha lo que tales personas dicen será trágicamente desgraciado toda su vida.

¿CON QUE OBJETO?

¿EN NOMBRE DE QUIÉN?

¿QUE REMEDIO?

Oh, hay lesión cerebral en el este, y lesión cerebral en el oeste, y arriba hay lesión cerebral, y abajo hay lesión cerebral, y en el salón de mi dama —lesión cerebral. La lesión cerebral está muy difundida. Apollinaire fue víctima de la lesión cerebral —recuérdese la fotografía, la venda en su cabeza, y los poemas… Bonnie y Clyde sufrieron lesión cerebral en los últimos cuatro minutos de la película. Hay lesión cerebral en el horizonte, una gran nube rugiente que avanza hacia aquí —

Y ya puede uno ocultarse bajo la cama que la lesión cerebral está allí, bajo la cama, y ya puede uno ocultarse en las universidades que las universidades son la cuna misma y el alma de la lesión cerebral. Lesión cerebral causada por osos que toman tu cabeza entre sus peludas garras mientras cantas «Masters of War…». Lesión cerebral provocada por esa soñolienta revolución la que nadie es capaz de hacer despertar… Lesión cerebral causada por el arte. La describiría mejor si no estuviera afectado por ella…

Éste es el país de la lesión cerebral, éste es el mapa de la lesión cerebral, éstos son los ríos de la lesión cerebral, y ved, esos lugares iluminados son los aeropuertos de la lesión cerebral donde los pilotos afectados posan sus grandes naves afectadas.

La Inmaculada Concepción provocó en tiempo gran cantidad de lesiones cerebrales, pero ya no lo hace. Un equipo de Lippizaners acaba de publicar una autobiografía. ¿Es esa una razón para acusarlos de lo-que-tú-sabes? Y yo vi a una muchacha caminando calle abajo, iba cantando «Yo y mis Winstons», y yo empecé también a cantarlo, y eso nos protegió, por un momento, de algo terrible que pudo haber ocurrido…

Y hay lesión cerebral en Arizona, y lesión cerebral en Maine, y en pueblecitos de Idaho hay epidemia de ella, y mi cielo azul está ennegrecido por ella, lesión cerebral cubriéndolo todo como una barrera infranqueable —

Patinando por una suave superficie de lesión cerebral, sin hundirnos nunca, porque no comprendemos el peligro —

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