Cell

Cell


Rosas marchitas, este jardín se ha terminado » 6

Página 82 de 146

6

Se dirigían despacio hacia el este en dirección a la Carretera 19, una vía que les permitiría cruzar la frontera y entrar en Maine, algo que no consiguieron aquella noche. Todas las carreteras de aquella parte de New Hampshire parecían atravesar la pequeña ciudad de Rochester, y Rochester había ardido hasta los cimientos. El núcleo de la conflagración seguía activo, despidiendo un calor abrasador y un fulgor casi radioactivo. Alice se hizo cargo del grupo y los ayudó a sortear los escombros más peligrosos en un semicírculo que los llevó hacia el oeste. En varias ocasiones vieron el mensaje KASHWAK=NO-FO garabateado en las aceras, y una vez escrito con aerosol en el costado de un buzón.

—Eso te cuesta una multa multimillonaria y cadena perpetua en Guantánamo —bromeó Tom con una tenue sonrisa.

El camino los llevó a través del inmenso aparcamiento del centro comercial de Rochester. Mucho antes de llegar a él oyeron la música sobreamplificada de un trío de jazz new age poco inspirado tocando la clase de tema que Clay denominaba música para ir de compras. El aparcamiento aparecía sepultado bajo una alfombra de desechos descompuestos; los coches que quedaban en él estaban hundidos hasta los tapacubos en basura. Desde donde se encontraban percibían el hedor fétido y carnoso de numerosos cadáveres que la brisa les acercaba.

—Hay un rebaño por aquí cerca —comentó Tom.

Estaba en el cementerio situado junto al centro comercial. La carretera los haría rodearlo por el sur y el oeste, pero al salir del aparcamiento del centro comercial pasaron lo bastante cerca del cementerio para ver los ojos rojos de las cadenas de música por entre los árboles.

—Podríamos cargárnoslos —propuso Alice de repente cuando enfilaron de nuevo North Main Street—. Debe de haber algún camión de propano disponible por aquí cerca.

—Sí, señora —convino Jordan al tiempo que levantaba los puños y los agitaba en el aire, con aspecto de estar vivo por primera vez desde que abandonaran Cheatham Lodge—. ¡Por el director!

—No me parece buena idea —objetó Tom.

—¿Tienes miedo de agotar su paciencia? —preguntó Clay.

Le sorprendió descubrir que casi aprobaba la idea alocada de Alice. No le cabía ninguna duda de que inmolar a otro rebaño era, en efecto, una idea alocada, pero…

Podría llegar a hacerlo por el simple hecho de que ésta es la peor versión de «Misty» que he oído en mi vida. Qué asco, por Dios.

—No es eso —replicó Tom con aire pensativo—. ¿Ves aquella calle?

Estaba señalando una avenida que discurría entre el centro comercial y el cementerio. Estaba abarrotada de coches abandonados y accidentados, casi todos ellos en dirección opuesta al centro comercial. A Clay no le costó imaginar aquellos coches ocupados por personas que intentaban volver a sus casas después de El Pulso. Personas deseosas de saber qué sucedía, de averiguar si sus familias estaban bien. Sin duda habrían alargado la mano hacia sus teléfonos móviles sin pensárselo dos veces…

—¿Qué pasa con la calle? —inquirió.

—Acerquémonos un poco, pero con mucho cuidado —sugirió Tom.

—¿Qué has visto, Tom?

—Prefiero no decirlo. Puede que no sea nada. Mantengámonos alejados de las aceras y caminemos bajo los árboles. Este atasco es impresionante. Sin duda habrá cadáveres.

Había docenas de ellos descomponiéndose entre Twombley Street y el cementerio West Side. «Misty» había dado paso a una versión almibarada de «I Left My Heart In San Francisco» cuando llegaron al final de la arboleda, y de nuevo divisaban los ojos rojos de las cadenas de música. De repente, Clay vio otra cosa y se detuvo.

—Dios mío —susurró.

Tom asintió.

—¿Qué? —susurró Jordan—. ¿Qué es?

Alice guardó silencio, pero Clay supo por la dirección de su mirada y la postura derrotada de sus hombros que también ella lo había visto. Había hombres armados con rifles custodiando el perímetro del cementerio. Clay asió la cabeza de Jordan, se la giró en aquella dirección y advirtió que también él hundía los hombros.

—Vámonos —murmuró el chiquillo—. Este olor me da náuseas.

Ir a la siguiente página

Report Page