Cell

Cell


Kent Pond » 6

Página 102 de 146

6

Los refugiados que se habían cobijado en el ayuntamiento de Kent Pond habían dejado atrás gran cantidad de provisiones antes de poner rumbo a la TR-90 y Kashwak, con toda probabilidad todos juntos. Clay, Tom y Jordan comieron ensalada de pollo en lata con pan seco y macedonia en conserva de postre.

Cuando acabaron, Tom se inclinó hacia Jordan y le susurró algo al oído. El chico asintió, y los dos se levantaron.

—Perdónanos un momento, Clay, Jordan y yo tenemos que hablar.

Clay asintió. Durante su ausencia, abrió otra lata de macedonia y leyó la nota de Johnny por novena o décima vez; ya casi se la sabía de memoria. Recordaba la muerte de Alice con la misma claridad, pero al tiempo tenía la sensación de que había sucedido en otra vida y a otra versión de Clayton Riddell, a una versión anterior, por así decirlo.

Terminó de comer y guardó la nota en el instante en que Tom y Jordan regresaban del vestíbulo, donde habían sostenido lo que en teatro se denominaba un aparte, en los tiempos en que aún existía el teatro. Tom rodeaba de nuevo los estrechos hombros del chico. Ninguno de los dos parecía contento, pero ambos estaban tranquilos.

—Clay —empezó Tom—. Lo hemos hablado y…

—No queréis venir conmigo. Lo entiendo perfectamente.

—Sé que es tu hijo y todo eso, pero… —dijo Jordan.

—Y que es lo único que me queda. Su madre… —Clay lanzó una carcajada amarga—. Su madre, Sharon. Qué ironía. Después de preocuparme tanto por si Johnny había recibido una señal a través de ese puñetero trasto rojo… De haber tenido que escoger, me habría decantado por ella.

Ya lo había soltado, como un pedazo de carne que se le hubiera quedado atascado en la garganta, amenazando con cortarle la respiración.

—¿Y sabéis cómo me siento ahora? Como si le hubiera propuesto un pacto al diablo, y el diablo lo hubiera aceptado.

Tom hizo caso omiso de aquellas palabras y cuando habló lo hizo con extremada precaución, como si temiera que Clay estallara como una mina.

—Nos odian. Empezaron odiando a todo el mundo y han acabado odiándonos solo a nosotros. Pase lo que pase en Kashwak, si es idea suya no puede ser nada bueno.

—Si están reiniciándose hacia un nivel superior, puede que pasen a modo «vive y deja vivir» —señaló Clay.

Aquella conversación carecía de sentido, sin duda ambos debían de comprenderlo. Tenía que ir y punto.

—Lo dudo —objetó Jordan—. ¿No fuiste tú quien habló de la rampa que acaba en el matadero?

—Clay, somos normales, punto en contra número uno —le recordó Tom—. Quemamos uno de sus rebaños, puntos en contra número dos y tres. Lo de «vive y deja vivir» no se aplica a nosotros.

—¿Por qué iba a aplicarse a nosotros? —añadió Jordan—. El Hombre Andrajoso dice que estamos locos.

—Y que somos intocables —agregó Clay—. En tal caso, no creo que me pase nada, ¿no os parece?

Ya no quedaba gran cosa que decir.

Ir a la siguiente página

Report Page