Carmina Burana

Carmina Burana


157

Página 122 de 154

157

<El lobo y la pastora>

Para Walsh, op. cit., p. 175, estamos ante una pastorela cristianizada, como se ve en el saludo de la doncella, que recuerda al saludo bíblico del arcángel Gabriel a la Virgen María o en la asimilación del lobo al diablo. Nosotros creemos, sin embargo, que puede tratarse de una parodia de tal cristianización, como se advierte por la promesa de la pastora ante la amenaza del lobo. Estrofas rítmicas (cfr. poemas 145 y 175).

1

Al nacer la estrella de la mañana,

sale de prisa una doncella

con rostro de primavera

a conducir las ovejas del rebaño

con pastoral cayado.

2

El sol, lanzando sus rayos,

produce un calor exagerado.

La hermosa doncella

bajo un frondoso árbol

evita el sol malsano.

3

Allí un poco me acerco

y el vínculo de mi lengua suelto:

«¡Salve, de un rey digna!

Escucha, por favor, a tu siervo

y sé conmigo benigna».

4

«¿Por qué saludas a una doncella

que no conoce varón

desde que la luz la viera?

A Dios pongo por testigo:

ningún hombre hallé por estas praderas».

5

En esto un lobo se presenta,

al que el hambre de sus fauces avarientas

había hecho salir de su escondrijo.

Apresura la huida, arrebatando una oveja,

deseoso de saciar su apetito.

6

Al ver la doncella

que se iba a perder la oveja,

exclama a toda voz:

«si alguien la oveja me devolviera,

me gozará a plena satisfacción».

7

Tan pronto oigo este ofrecimiento,

desenvainando la espada,

el lobo cae muerto.

La oveja de la muerte es rescatada

y a su dueña entregada.

Ir a la siguiente página

Report Page