Carmina Burana

Carmina Burana


Notas

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[158] El mal de amores no tiene cura médica. Sobre esta problemática, cfr. M. Ciavolella, La «malattia d’amore» dall’Antichità al Medioevo, Roma, 1976; Mary F. Wack, Lovesickness in the Middle Ages. The Viaticum and its Commentaries, Philadelphia, 1990; M. Peri, Malato d’amore. La medicina dei poeti e la poesía dei medici, Catanzaro, 1996. <<

[159] Resonancia bíblica procedente de Psalm. 91, 13. <<

[160] Esta frase es una reminiscencia bíblica de Psalm., 148,13. <<

[161] Amaretur en el original parece querer jugar con la confusión entre el verbo amaro (hacer amargo, amargar) y amo (amar). <<

[162] Los cuatro principios fundamentales de la física antigua: tierra, agua, fuego y aire. El cambio de año se contempla como cambio de tiempo. <<

[163] «Poetic Meaning», pp. 257 ss. <<

[164] Símbolo de la Filosofía hasta que el descubrimiento de Aristóteles en Occidente, en el siglo XIII, le arrebató ese lugar. <<

[165] El ruiseñor. Cfr. 58, 1, 8. <<

[166] La ninfas de las fuentes. <<

[167] Al ser Flora la diosa de la floración, el poeta piropea de esta manera a la zagala diciéndole que es más hermosa que las flores. <<

[168] Suevi, es decir, el pueblo de los suevos en el original, parece una deformación de saevi, que es lo que traducimos (cfr. Schumann y Bischoff). <<

[169] Los editores prefieren aquí frigus mejor que prius: «el frío habría cobrado fuerza…». <<

[170] El canto del ruiseñor o filomela suele describirse como armonioso. Las «agudas notas» probablemente indiquen que su canto resulta lastimero por la triste historia que cuenta. Sobre ello, véase la nota a 58, 1, 8. <<

[171] Para la historia de filomena o el ruiseñor, cfr. nota a 58, 1, 8. <<

[172] Es decir, el cultivo de la inteligencia y del espíritu. <<

[173] Así traducimos Thymus (el tomillo) y Lapathium (la acedera) del original latino, para reflejar que son dos personajes femeninos, como Flora y Filis, del poema 92. <<

[174] Quizá porque no les dan dinero (cfr. estrofa 7). Puede aludirse también a las largas ausencias de los caballeros. <<

[175] Puede entenderse también este verso como «y también de nuestros potingues y medicamentos». Para otra interpretación de la estrofa, cfr. Walsh, pp. 83-84. <<

[176] Sobre este nombre de la amada, cfr. introducción al poema 92. <<

[177] Se alude aquí a algunas de las argucias célebres del enamoradizo Júpiter para conseguir a sus amadas. <<

[178] Cfr. Walsh, ad loc. <<

[179] Sobre este nombre de la amada, véase la introducción al poema 92. <<

[180] Literalmente el texto dice: «la envidié (a cualquier otro)…». <<

[181] Venus. Cfr. 56, 2, 7. <<

[182] Este verso está corrupto. Reproducimos el texto del primer estribillo. <<

[183] Se refiere al suplicio de Tántalo en los infiernos, que consistía en no poder comer ni beber a pesar de tener agua y alimentos a su alcance, que se retiraban cuando trataba de cogerlos. Frente a Tántalo, el poeta, sin embargo, no dejará escapar la ocasión. <<

[184] Buscando un fin más claro, leemos resero frente a la lectura refero del manuscrito. Los editores han modificado el texto siempre en este sentido, Cfr. Vollmann, Walsh, Bernt, 1992, p. 317, etc. <<

[185] Este verso está corrupto. Reproducimos el texto del tercer estribillo. <<

[186] La amada en esta ocasión no lleva un nombre de las amadas famosas de la literatura clásica. <<

[187] Doble sentido, ya que se puede entender el texto como referido a la juventud o a los órganos genitales. <<

[188] Nombre de la amada que no se encuentra entre los nombres tópicos de las amadas de la antigüedad clásica. <<

[189] Texto inseguro. Parece referirse al amor de una persona mayor. Creemos muy posible, sin embargo, que aquí se pueden seguir describiendo las características del amor como en la otras estrofas. <<

[190] Texto corrupto. La traducción es solamente tentativa. <<

[191] «Cálido» en sentido de «astuto». <<

[192] Se refiere al Ars amatoria de Ovidio y todas las imitaciones-traducciones medievales. Véase nuestro capítulo titulado «El juicio de la posteridad» en Ovidio. Arte de amar. Remedios contra el amor…, Madrid, 1987 (1991), pp. 25-26 y 35-36, donde destacamos trabajos como el de F. W. Lenz, «Einführende Bemerkungen zu den mittelalterlichen Pseudo-ovidiana», Das Altertum 5.3 (1959), pp. 171-182 y «Probleme in pseudo-Ovid «De remedio amoris», MLatJb 2 (1965), pp. 131-144; E. J. Thiel, «Mittellateinische Nachdichtungen von Ovids “Ars Amatoria und Remedia amoris”», MLatJb 5 (1968), pp. 115-180; «Beiträge zu den Ovid-Nachdichtungen Pseudo-Ars Amatoria und Remedia Amoris», MLatJb 6 (1970), pp. 132-148, así como otros trabajos de C. Marchesi, R. G. Stone, A. M. Finoli, B. Roy, etc., sobre vulgarizaciones de estas obras ovidianas en las lenguas romances. <<

[193] Alusión al mito de Venus y Marte cogidos prisioneros por Vulcano, esposo de Venus, cuando le estaban engañando. Cfr. 70, 11a. <<

[194] Con estas alusiones míticas se indica el dominio del amor desde el cielo hasta el infierno. <<

[195] Nótese la metáfora erótica, pero véase Walsh, p. 97. <<

[196] En la mitología medieval (cfr. Isidoro, Orig. 12. 2. 13; Thebald. Physiologus, P. T. Eden, Leiden 1972, 1000-1001; Bestiario medieval, ed. de I. Malaxecheverría, Madrid, 1986, pp. 146-147), se creía que el unicornio, que simbolizaba la pureza (y, por ende, a veces a Cristo), sólo podía ser capturado por una pura doncella, en cuyo regazo reposaría. El nombre usual mono(s)ceros es aquí confundido con rhinoceros. Cfr. 93a, 3, 1 (cfr. Walsh, 97 y 138). <<

[197] Sobre este nombre, véase la nota a 86 estribillo. <<

[198] Sobre los grados del amor, véase lo dicho en la introducción a este poema. <<

[199] Cfr. además la nota a la estrofa 4. <<

[200] Se describe aquí una conjunción favorable para el amor. La fecha indicada es la de finales de mayo. <<

[201] Por las estrellas. Para Vollmann, el texto parece cojo. De hecho, en parte de la tradición manuscrita siguen dos estrofas más, de las cuales al menos la primera va bien al contexto, pues continúa con la típica argumentación escolástica que aquí se emplea. <<

[202] Resonancia de Virgilio, Ecl. 5,1. <<

[203] Polorum en el original no tiene sentido, pero hay que esperar un término que se refiera a los negociantes (¿pastores de la Iglesia?) que sólo se interesan por las ganancias. De ahí la conjetura pastorum de Herkenrath, que supone la lectio facilior. Cfr. también Vollmann, p. 1060, y Bernt, 1992, p. 319. <<

[204] Para estos dos versos corruptos seguimos las lecturas: 3, solum cura; 4, laborem femine. Cfr. Schumannn y Vollmann ad loc. <<

[205] Seguimos en este verso la lectura sociis ocium. Cfr. Schumann. <<

[206] Como hacen también Vollmann y otros editores. <<

[207] No se trata de una cita literal de la Escritura, pero ideas similares se encuentran, por ejemplo, en Isaías 1,13-15. <<

[208] Cfr. Introd. p. 19 ss. <<

[209] La transcripción de este nombre debería ser Fílide, pero la forma Filis está tan extendida que resultaría extraño enmendarla. <<

[210] Venus, la estrella matutina. <<

[211] Walsh entiende esta expresión como: «el aliento recobran». <<

[212] El raptor de Helena y causante de la guerra de Troya era considerado el prototipo de la belleza, además del buen soldado. <<

[213] Venus. Cfr. nota a 56, 2, 7. <<

[214] Este discípulo de Sócrates era celebrado en la Antigüedad como prototipo de los dones de la naturaleza y del cultivo de la filosofía. <<

[215] Epicuro por su filosofía era considerado en la Antigüedad y en la Edad Media, de modo simplista, como símbolo de la entrega al placer. <<

[216] Metonimias por trigo (Ceres) y vino (Lieo, es decir, Dioniso). <<

[217] Se alude aquí al célebre principio escolástico. <<

[218] Así se llamaba el caballo de Alejandro Magno. Ganimedes era el copero servidor de Júpiter. <<

[219] Matth. 19,24. <<

[220] Es decir, la tonsura. <<

[221] Los «clérigos» frente a los laicos eran quienes ostentaban la cultura del momento. Cfr. Introd. p. (21 ss.). <<

[222] Quiere decir «seguidor de Venus», de acuerdo con el epíteto Citerea que ostenta Venus (= Dione). Cfr. nota a 56, 3, 2 y 56, 2, 7. <<

[223] Partiendo de la muerte accidentada de Adonis, favorito de Venus, herido por un jabalí, en todo lo demás fantasea aquí el poeta. Véase, sin embargo, Juvenal, 6,53 y Vollmann, p. 1066. <<

[224] Este viejo dios marino es aquí identificado con Neptuno. <<

[225] El famoso caballo alado que moraba en el cielo al servicio de Júpiter. <<

[226] En toda la descripción de los caballos hay mucho de tópico. Cfr. Isidoro, Orig. 12, 1, 45 y P. Vigneron, Le cheval dans l’Antiquité, Nancy, 1968. <<

[227] En la Edad Media alcanzó gran difusión la obra alegórica de M. Capella, De nuptiis Philologiae et Mercurii. Cfr. C. B., 182, n. 4. <<

[228] Vulcano era el forjador de las armas de los dioses y de los héroes míticos. <<

[229] Entre otros muchos atributos, como diosa de la guerra, de las artes o de la filosofía, Minerva era la diosa de las hilanderas, tejedoras y bordadoras. <<

[230] Para estos términos técnicos musicales, véase Walsh, p. 124. <<

[231] Especie de zanfonía. <<

[232] Cfr. nota a 58,1,8. <<

[233] Ibid. <<

[234] Genios y divinidades secundarias de la naturaleza que a menudo forman el cortejo de los dioses. Sileno, en las estrofas siguientes, era también un viejo sátiro al cual se le representaba borracho y montado en un asno. Aquí figura en el cortejo de Baco (Dioniso), al que había educado. <<

[235] Cupido, el hijo de Venus, de sobrenombre Citerea, como indicamos en nota a 56, 3, 2. <<

[236] Cfr. 67, 5b, 3. Esta representación es la habitual en la Edad Media. <<

[237] Final un tanto decepcionante, al no darse razones del veredicto. El poema, escrito por un clérigo-estudiante, no podía evidentemente dar razón al laico-caballero. <<

[238] Entiéndase referido a la amada. <<

[239] El autor puede referirse a una segunda juventud, por la que está pasando, o bien ahora, por fin, libre de las cuitas del amor, ha logrado la gracia de la salvación. <<

[240] Sobre la leyenda medieval del unicornio, identificado con la pureza, véase 88, 2, 5. <<

[241] Toda la estrofa tiene un doble sentido erótico. Las metáforas eróticas agrarias son habituales desde la Antigüedad. Cfr. E. Montero, El latín erótico. Aspectos léxicos y literarios, Sevilla, 1991, passim. <<

[242] En el contexto de las «figuras» o posturas para hacer el amor, la referencia a la caballería puede ser una alusión a la figura mulier equitans. Pero también puede referirse al amor como milicia, como se indica en la estrofa 2. <<

[243] En el sentido original: dignos de ser amados. <<

[244] Alude a la conocida homosexualidad de los sodomitas, Gen. 18,16 ss.; 19,1 ss. <<

[245] Pasaje corrupto textualmente, explicable por la alusión comprometedora que encierra, que ha conocido muchas y distintas conjeturas. Para Briciauuia se ha pensado en Breisgau y Brescia (Bressia avia), aunque la conjetura más general es Britannia. Por otro lado, a los dos últimos versos damos un sentido general, porque presenta varios problemas lingüísticos. <<

[246] Falta el texto restante del poema. <<

[247] Los nombres latinos en la versión medieval han sido deformados o cambiados: Astrages corresponde a Archistrates; Strangolius a Stranguillio; Dynisias (-adis) a Dyonisias; Liocardadis a Lycoris y Arfaxus a Athenagoras. Para una versión actual, cfr. Historia de Apolonio, rey de Tiro, C. Puche, Madrid, 1997. <<

[248] Es el rey de Antioquía, que no quiso reconocer la victoria de Apolonio en el concurso de adivinanzas, ni entregarle a su hija (con la que mantenía relaciones incestuosas) como premio, por lo que tuvo que salir huyendo. <<

[249] Se refiere a la hija del rey de Cirene, Astrages, a donde va a parar Apolonio. <<

[250] Astrages muere (aparentemente) en la travesía de regreso a Antioquía, una vez muerto Antíoco y elegido rey Apolonio, en el parto de Tarsia. El ataúd fue arrojado al mar. <<

[251] Apolonio pasa por Tarso (cuya carestía había aliviado con la carga de trigo que llevaba) y deja su hija al cuidado de un matrimonio huésped. <<

[252] La nodriza que en Tarso descubre a Tarsia quiénes son sus verdaderos padres. <<

[253] Era el precio por su prostitución, que recibe graciosamente de los clientes conmovidos por su triste historia. <<

[254] Astrages no había muerto y se había convertido en sacerdotisa en Efeso. La isla de Juan es Patmos, adonde fue desterrado y en donde murió el apóstol San Juan. La confusión con Efeso se debe a la proximidad de ambos lugares y a que Efeso fue evangelizada por San Juan y allí, según la tradición, escribió su «Apocalipsis». Nótese el influjo cristiano en esta denominación. <<

[255] El príncipe de Mitilene, adonde una tormenta había llevado a Apolonio y adonde había ido a parar también su hija Tarsia. <<

[256] El famoso monstruo, temor de navegantes, del estrecho de Sicilia. <<

[257] Falta un verso que suplimos por el sentido. <<

[258] Nombre semítico de Dido. <<

[259] Parodia del lenguaje escolástico. En realidad, se refiere a los atributos masculinos de Eneas. Cfr. Bernt, 1975, p. 513. <<

[260] Sinónimo de Troya, derivado del nombre de su fundador, Ilo. <<

[261] Natural de Sidón, es decir, Fenicia, como en Virgilio, Aen. 1,446, pues de allí era originaria Dido. <<

[262] Dido se dirige a sí misma en este verso. <<

[263] La futura esposa de Eneas en el Lacio. Nótese la anticipación. <<

[264] El padre humano de Helena era Tindáreo, un héroe lacedemonio. El padre divino era Zeus. <<

[265] Así lo han destacado los estudiosos, comparando este texto con sus fuentes, como Ovidio, epist. 7 y Virgilio, Aen. 4. <<

[266] Dido menciona aquí a Pigmalión, quien había matado en Tiro a su marido, Siqueo, pero ella había huido con los tesoros de su marido. <<

[267] Estos son algunos de los peligros que Eneas tuvo que afrontar en su viaje. Para Escila, véanse las notas a 98, 4, 3 y 109, 1, 6. Los cíclopes eran antropófagos de los navegantes. Celeno era una de las harpías. <<

[268] Los súbditos de Dido y ella misma procedían de Tiro, colonia de Sidón, las dos ciudades más importantes de Fenicia. <<

[269] Rey mauritano vecino que, por medio de un matrimonio forzado, ambicionaba el reino de Dido. <<

[270] La futura esposa de Eneas, ya en el Lacio. <<

[271] La hermana y confidente de Dido. <<

[272] Cfr. 98,4,3. <<

[273] El célebre piloto de Eneas. <<

[274] Ríos del mundo subterráneo de los Infiernos. <<

[275] Pirois es uno de los caballos del Sol. El poeta quiere indicar el paso del tiempo. Vollmann, op. cit., p. 1080 (siguiendo una sugerencia de I. Dauser), propone Pyrous como adjetivo, entendiendo que la pira funeraria quemará su cuerpo, pero no su alma. <<

[276] Los griegos, llamados así por el rey mítico de Argos, Dánao. <<

[277] Montaña de Beocia consagrada a Apolo y a las Musas, a las que se invoca. A Calíope, la primera de todas en dignidad, se le atribuye la poesía épica y lírica. <<

[278] Menelao. <<

[279] Helena ha roto su unión matrimonial. <<

[280] Alusión al caballo de Troya inmediatamente antes mencionado. <<

[281] Leemos Atridem o algo similar, pues la repetición de Paridem no tiene sentido. Según la leyenda, Helena de soltera ya había sido raptada por Teseo, el héroe ático. <<

[282] El sentido sugiere que la persona que tiene un vicio (el vino, por ejemplo) reincide en él. Para ello, en lugar de vero al final del verso habría que seguir la variante mero: «la mujer borracha sigue siempre dependiendo del vino», a pesar de que este término ya aparece en el mismo verso al final del hemistiquio. <<

[283] Esposa de Príamo y madre de Héctor y Paris. <<

[284] Juno, esposa de Júpiter, enemiga de los troyanos y de Paris, porque éste prefirió a Venus como la diosa más hermosa. <<

[285] Es decir, Helena, botín del rapto de Paris. <<

[286] La tindárida es Helena. Cfr. nota a 56, 3, 7 y a 99a. El Atrida es su marido Menelao. <<

[287] Designación de los cabecillas implicados en la guerra: Paris (dardánidas son los troyanos como descendientes del rey Dárdano, y Paris en particular), el Tidida, Diomedes y Aquiles, descendiente de Eaco. Palas, como Juno, era hostil a los troyanos desde que Paris, en el juicio sobre la belleza de las tres diosas, prefiriera a Venus. <<

[288] Es decir, Troya. <<

[289] Los griegos. Cfr. 101, 1. <<

[290] Cfr. 101, 20 ss. <<

[291] Palas Atenea engañó a Héctor tomando la figura de su hermano Deífobo y enfrentándolo con Aquiles, que lo mata. <<

[292] El griego que, fingiéndose desertor, engañó a los troyanos para que introdujesen el caballo en Troya. <<

[293] Sinón (como también Ulises, promotor del ardid del caballo de Troya) era de Ítaca. <<

[294] Nombre de la ciudadela de Troya y Troya misma. <<

[295] Los griegos: cfr. 101, 1. Ilión es Troya. <<

[296] Es decir, Eneas, hijo de Venus. Cfr. 56, 3, 2. <<

[297] Tal vez la lira se oponga aquí a la muerte, como símbolo de la vida y sus alegrías. Cfr. Schumann, op. cit., p. 165. <<

[298] Hijo del rey de los rútulos, ya en tierra itálica. <<

[299] Se refiere a Lavinia, la hija del rey Latino. <<

[300] La leyenda decía que el cisne, próximo a la muerte, entonaba por única vez una hermosa melodía. <<

[301] Es decir, infernal. <<

[302] En el sentido de única, singular. <<

[303] Es decir, Helena de Troya. Cfr. 99a. <<

[304] Venus. Cfr. 59 estr. <<

[305] Esposa de Orfeo, a la que éste consiguió arrancar de las moradas de los dioses infernales con su canto. <<

[306] Ejemplos de personajes célebres a los cuales la felicidad del poeta superaría. Para Platón, cfr. 79, 2. <<

[307] Nombre de la amada ficticia de Ovidio en Amores. <<

[308] A pesar de todo, el poeta quiere vivir y morir amando. Cfr. Vollmann, op. cit., p. 1085. <<

[309] Para el nombre de la amada Flora, véase la introducción al poema 92. <<

[310] «The Bedraggled Cupid: Ovidian Satire in C. B. 105», Traditio 37 (1981), pp. 426-437. <<

[311] Sobre estos tipos de fuerzas, cfr. 62, 6 y nota. <<

[312] Cfr. C. B. 123, 1. Los paralelos indican que se refiere a un instrumento musical (¿la cítara o el arpa?). <<

[313] Proverbial por su amargura. <<

[314] Este último verso es adaptación de Ovidio, Rem. 139. <<

[315] Este verso parece adaptación de Ovidio, Ars, 2, 345. <<

[316] Verso procedente de Ovidio, Ars, 2, 501. <<

[317] Referencia a los objetos sagrados de los misterios, aplicándolo al amor. <<

[318] Este verso pertenece a Ovidio, Ars, 2, 607. Citerea es Venus: cfr. 56, 3, 2. <<

[319] Verso de Ovidio, Ars, 2, 625. <<

[320] En este verso tiene cierto eco de Ovidio, Ars, 2, 624. <<

[321] La flecha de oro inspira amor, la de plomo lo arrebata. Cfr. Ovidio, Met. I, 468 ss. <<

[322] Para este nombre de la amada, cfr. introducción al poema 92. <<

[323] Suplimos así la laguna del original. <<

[324] Expresión que con diversas variaciones se encuentra en la literatura latina. Cfr. Ter. Eun. 71-72; Lucr. 3, 1046; Cic. Pro P. Sest. 27, 59, etcétera. <<

[325] El nombre Flora es utilizado aquí en forma diminutiva, resaltando así el valor original del nombre, lo que nosotros recogemos con el nombre Flor. Sobre este nombre, cfr. introd. a C. B. 92. <<

[326] Famoso monstruo, terror de navegantes, a los que se tragaba, en el estrecho de Sicilia. <<

[327] Apolo, dios de Delos (cfr. 65, 3b, 9), no consiguió alcanzar a Dafne, que se convirtió en laurel: cfr. 56, 5, 6 y 61, 6a, 2. <<

[328] Venus. Cf. 56, 3, 2. <<

[329] Mantenemos con el «Codex Buranus» partis frente a pacis de Schumann. <<

[330] Aquí poético por muchachas. Cfr. 74, 3. <<

[331] Paris como prototipo del amante y Helena, de la belleza femenina. <<

[332] Motivo común en la lírica cortés. Cfr. P. Dronke, Medieval Latin and the Rise of Europ. Love, p. 305. Cfr. también Introd. p. 34. <<

[333] La expresión latina Ob quam causam mei mali es inconsecuente. ¿Es el exilio real o se refiere a la frialdad de la amada? ¿Cometió el poeta el pecado de pronunciar su nombre? Para intentos de explicación del texto, cfr. Walsh, pp. 140-141, y Vollmann, p. 1271. <<

[334] El juego de palabras entre «amo» y «hamo» (anzuelo) se encuentra en textos medievales como consecuencia de la relación etimológica establecida ya por Isid. Orig. 10,1,5 entre amo y hamus. <<

[335] Tópico medieval de los ojos como un espejo. Cfr. C. B. 77,12,4 y Vollmann, ad loc. <<

[336] Como señalamos en la Introducción (p. 41), no se encontrarán aquí traducidos los poemas en alemán que, a partir de este poema, figuran, a menudo, como dobletes de los poemas latinos. Hemos tomado esta decisión por tratarse de poemas no latinos y, sobre todo, dado el carácter de resumen que suele tener con respecto al poema latino, al dedicarse a gente no conocedora del latín que quiere cantarlos. Cfr. Introd. p. 25. <<

[337] Viento cálido del oeste que trae la primavera. Cfr. 60a, 1, 3. <<

[338] En realidad, este verso parece ser el último de la estrofa que se repite siempre al final de cada una de ellas, pero métrica y rítmicamente se une al estribillo. <<

[339] Seguimos la conjetura de Walsh, p. 83, a, que manet… <<

[340] Tópico virgiliano: Ecl. 10,69; Georg. 1, 145-146; Aen. 4, 412. <<

[341] Tópico de la «militia amoris». Cfr. 72, 1b. <<

[342] Cfr. Vollmann, p. 1101; Walsh, p. 147. <<

[343] Existía la creencia de que, antes de morir el cisne, por única vez, entonaba una melodiosa canción. <<

[344] En estos versos finales (9-12) seguimos el texto y la interpretación de Schumann, op. cit., pp. 190-191. <<

[345] Cfr. Introd. p. 32. <<

[346] Cfr. 83, 7. <<

[347] Febo, es decir, Apolo, tuvo como pasión más célebre la de Dafne (cfr. 56, 5, 6; 61, 6a, 2) y Marte fue el amante de Venus. Cfr. 70, 11a. <<

[348] Legendario enemigo del pueblo, famoso por su táctica de lanzar sus flechas simulando la fuga. <<

[349] Probablemente, por extensión, se refiere a la vida estudiantil. <<

[350] Zona de Sicilia, célebre por sus numerosas abejas y su miel. En Dodona, Epiro, había un oráculo de Júpiter en un enorme robledal. <<

[351] Esta estrofa sigue muy de cerca a Ov. Ars II, 517 ss. <<

[352] «Por favor» es la traducción literal, pero muchos editores entienden sodes como sodalis, que es la interpretación que seguimos. Cfr. Walsh, p. 156. <<

[353] Omni modo es la conjetura de Schumann para completar la laguna. <<

[354] Nótese el contraste: frente a tanta idealización, otro compañero ya la había poseído antes. <<

[355] Para conjeturas sobre su identidad, véase el comentario de Vollmann, ad loc. <<

[356] Los normandos pertenecieron a la corona inglesa hasta comienzos del siglo XIII. <<

[357] Especificamos en el texto las funciones básicas de los casos gramaticales que en el texto latino se indican. <<

[358] Verso corrupto. La traducción es meramente tentativa. <<

[359] «Un poema de Gautier de Châtillon: Fuente, forma y sentido de Versa est in luctum», en Études de Philologie Romane et d’Histoire Littéraire offerts à J. Horrente, Lieja, 1980, pp. 365-378. <<

[360] Reminiscencia bíblica. Cfr. Job, 31,31. <<

[361] Probablemente la lepra, socialmente tan mal considerada entonces. Cfr. F. Beriac, Histoire des lépreux au Moyen Âge. Une societé d’exclus, París, 1988. <<

[362] El monte del templo de Jerusalén y Jerusalén misma, es decir, la Iglesia. <<

[363] Seguimos la lectura, basada en las fuentes del poema, como es el caso del Sermón del Pseudo-Crisóstomo, Opus imperfectum in Mattaeum, de F. Rico «Un poema de Gautier de Châtillon…», cit., pp. 365-378, quien propone leer dari cuncta venum, es decir, «ponerlo todo en venta», lo que resuelve un pasaje hasta ahora ininteligible. <<

[364] Parece aludirse al Monte de los Olivos bíblico, donde Cristo subió al cielo y donde el Anticristo se mostraría según creencia medieval. Los predecesores son los prelados aquí criticados, cuya consagración se hace con el crisma. Cfr. Vollmann, p. 1111. <<

[365] El asesino fue el conde palatino Otto von Wittelsbach. <<

[366] El rey es la fuente del derecho, usurpado ahora por los más fuertes. <<

[367] Verso corrupto. <<

[368] Este verso recuerda la falsa etimología de cadaver = caro data vermibus. <<

[369] Clérigo en el sentido medieval del término, como hemos indicado en la Introducción. El nombre (N.) variaría según la ocasión. <<

[370] Cfr. Vollmann, p. 1115; Bernt, 1975, ad loc. <<

[371] Mantenemos in(n)uere del manuscrito. <<

[372] Aquí se ponía el nombre (N.) del noble al que se suplicaba. <<

[373] S. Martín, obispo de Tours (siglo IV d. C.), repartió su capa con un mendigo aterido de frío. <<

[374] Cfr. Bernt, 1992, pp. 324-325; Vollmann, p. 1117. <<

[375] Creemos que el verso, Miser! miser!, que los editores consideran el último verso de cada estrofa, forma parte del estribillo con el que se identifica mejor por su sentido y su rima. <<

[376] Un valle junto a Jerusalén, un lugar de lamento, según Isaías 22, 1-5, aunque la alusión parece poco clara. Cfr. Vollmann, ad loc. <<

[377] Teón, una santo eremita. Cfr. PL, 21, 409 ss.; Vollmann, pp. 1120-1121. <<

[378] Alusión a la recogida de Moisés de las aguas por la hija del Faraón. Exod., 2,1 ss. <<

[379] Las bulas eran los instrumentos de la cancillería papal para excomulgar, dar órdenes, etc. Cfr. 131a, 1. <<

[380] Vientos y regiones del Este y del Sur, respectivamente. <<

[381] Cfr. Luc. 10, 30-37. Se refiere a la parábola del buen samaritano. <<

[382] Texto poco claro para nosotros. Se puede defender que habla la Caridad, Cristo o el propio poeta. Se alude al crimen de David (Samuel [Reg.], 2,11 ss.), quien provocó la muerte de su capitán Urías para gozar de su esposa. El profeta Natán se lo reprochó y David hizo penitencia. Aquí, sin embargo, según Bernt, 1975, p. 523, parece aludirse a un conflicto entre el poder humano, que difícilmente comete injusticia, y el divino (la Iglesia), que no se le enfrenta: de ahí las palabras de Natán. Por ello, en la puntuación, a diferencia de Schumann, ponemos los vv. 5-8 en boca del profeta. El texto ha sido enmendado por los diversos editores para posibilitar otras interpretaciones. <<

[383] Matth. 23, 24. <<

[384] Matth. 22, 21. <<

[385] Massa, p. 195, señala que se decía que la curia romana se llevaba la cuarta parte de los bienes sobre los que dictaminaba. Pero Villoslada, p. 173, y otros autores piensan en Mateo, 5, 26, que alude al despojo hasta el último céntimo, es decir, «si no pagas hasta el último duro». <<

[386] El perro de tres cabezas, guardián de la entrada de los infiernos. <<

[387] Sobre el mito de Orfeo y Eurídice, cfr. 103, I, 3b nota. <<

[388] Proteo, dios marino, dotado de la facultad de metamorfosearse en cualquier forma, para evitar que le consultasen por su don profético. <<

[389] En una de sus uniones mortales, Júpiter se transformó en lluvia de oro para poseer a Dánae, encerrada en una torre por su padre. Cfr. 83, 47. <<

[390] Marco Tulio Cicerón, considerado el príncipe de la oratoria. <<

[391] Según la tradición (Floro, 1,45), a Craso se le hizo expiar sus violencias obligándole a tragar oro fundido. <<

[392] Cfr. M. C. Díaz y Díaz, «Sobre las series de voces de animales», Latin Script and Letters. A.D. 400-900, Leiden, 1976, pp. 148-155; M. A. Marcos Casquero, «Repertorio de verbos latinos para expresar “voces de animales”», Estudios Humanísticos 11 (1990), pp. 117-129. <<

[393] Algunos de los términos utilizados para las «voces naturales» de animales no tienen correspondencia en español. Cfr. V. García de Diego, Dicccionario de voces naturales, Madrid, 1968. En este caso utilizamos un término próximo, aunque no sea el apropiado. En otros casos, el margen de duda (tanto en esto como en la identificación de los animales mencionados) es amplio, por lo que recurrimos a una entre las traducciones probables sin entrar en discusiones filológicas. Algo similar ocurre en los poemas 133 y 134. Para la identificación de las aves las obras clásicas son: J. André, Les noms d’oiseaux en latin, París, 1967; F. Capponi, Ornithologia latina, Génova, 1979, aunque, como es natural, no tratan muchos términos de documentación medieval. <<

[394] Para esta interpretación, cfr. 145, 2, 2 y nota. <<

[395] Era habitual en estos catálogos desde el Carmen de Philomela al menos (cfr. Anthologia Latina, A. Riese, ed., Leipzig, 1906, núm. 762, un poema tal vez del siglo IX, pero cuyo origen puede remontarse al final de la Antigüedad) introducir la abeja y la cigarra entre las aves, así como el grillo y la rana entre los cuadrúpedos. Cfr. M. A. Marcos Casquero, «Repertorio…», o.c., p. 125. <<

[396] Leemos fremit, no frennit de la edición de Schumann. <<

[397] Ave fabulosa que renace de sus cenizas y que antes de morir entonaba una canción de belleza inenarrable. Está relacionada con el culto al sol. <<

[398] El viento del Norte cede ante el Céfiro o Favonio, el cálido viento del Oeste. <<

[399] Ambrosia: probablemente es la biengranada o ambrosía. Cfr. MLW, s.v. I, 550, pp. 3 ss.; P. Font Quer, Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Barcelona, 1980, pp. 152-153. <<

[400] Como en el caso del poema precedente, el margen de duda en la identificación de algunas aves que se mencionan es amplio, por lo que recurrimos a una traducción probable sin entrar en discusiones filológicas. Sobre ello, véase lo dicho antes en el poema 132. <<

[401] El nombre poético del ruiseñor, philomena, aparece en el v. 18. <<

[402] Este término parece sinónimo de la sepicecula o aguzanieves del v. 13. <<

[403] Distinguimos así el leopardus (v. 3) del pardus (v. 6), pero tal vez en el texto se confunden ambos. <<

[404] Sobre los poemas alemanes que vuelven a aparecer en esta colección a partir de este poema, véase lo dicho a este propósito en la nota final al poema 112.Comienza aquí una larga serie de poemas con una introducción sobre el tópico de la descripción de la naturaleza, como ocurre también a partir del poema número 56. Cfr. Introd. p. 31-32. <<

[405] Es decir, Cupido niño. <<

[406] Alusión oscura. Para unos es la rueda de la fortuna, el tópico medieval. Para Vollmann, ad loc., puede tratarse de algún castigo de malhechores. Para Walsh, p. 162, se trata de la rueda encendida de Ixión, en la que gira sin cesar en los infiernos, porque trató de violar a Hera. <<

[407] La diosa latina de la floración. <<

[408] El Sol. Cfr. 56, 1, 3. <<

[409] Cfr. 60a, 1, 3. <<

[410] Leemos con Schmeller y otros editores in amore. <<

[411] Oposición entre el clérigo o estudiante (es decir, el hombre culto) frente al laico o lego (el inculto). Cfr. 162, 5a. <<

[412] El ruiseñor. Cfr. nota a 58, 1, 8. <<

[413] Cfr. nota a 58, 1, 8. <<

[414] Entendemos lugeat, como hace Walsh, p. 166, como equivalente a pigeat o paeniteat. La estrofa muestra el contraste entre el ardor de la juventud y el remordimiento de la vejez. <<

[415] Para el viento Bóreas o Aquilón frente al Favonio o Céfiro, véase 132, 5a. <<

[416] Catón el Censor es considerado desde la Antigüedad como prototipo de gravedad y austeridad. <<

[417] Cfr. 58, 1, 8. <<

[418] Vida solitaria y célibe, como la del ave Fénix. Cfr. 132, 4, 4. <<

[419] Verso gramaticalmente irregular, pero cuyo sentido parece claro. Cfr. Vollmann, pp. 1133 y 1134. <<

[420] Sobre este sobrenombre, véase la nota a 59 estribillo. <<

[421] Nótese el juego de palabras. El amor de Paris y Helena se había convertido en prototipo en la Edad Media. Cfr., por ejemplo, 142, 3, 3; 92, 12, etc. <<

[422] Laudila, laudula o alaudula son formas diminutivas de alauda, la alondra. <<

[423] Imposible precisar el ave indicada con acredula. Cfr. J. André, Les noms d’oiseaux en latin, París, 1967, pp. 21-22, y F. Capponi, «Nomenclatura antica e moderna della scienza», en Presenza del lessico greco e latino nelle lingue contemporanee, P. Janni-I. Mazzini (ed.), Macerata, 1990, 71-72. La rareza de citas de esta ave (Aratea de Cicerón [De div. 1, 4]; Isidoro, Orig. 12,7, 37 y Carmen de philomela, 15-16. Cfr. C. B. 132, nota a 2a, 15) hace pensar en una resonancia escolar culta en esta descripción, lo que se compagina con las enumeraciones de otras aves y su canto (cfr. 132, 2a, 2 y el comentario de Vollmann a 145, 2, 2a). Tampoco resultan claras las formas lupilulat y rupillulat que indican el canto de esta ave, sólo documentadas aquí y en 132, 2a, 2. Lo traducimos como una especie de alondra. Cfr. Vollmann, p. 1140. <<

[424] Cfr. 58, 1, 8. <<

[425] Según la leyenda, el cisne, cuando sentía próxima su muerte, entonaba por única vez un melodioso canto. <<

[426] Cfr. 58, 1, 8. <<

[427] Se considera Paris, porque su amada es la más bella, como Helena. Cfr. 92, 12 y nota ad loc. <<

[428] Sus compañeros y amigos, pero rivales también en el amor, con los que no sintoniza. <<

[429] Es, evidentemente, proléptico. <<

[430] Cfr. 58, 1, 8. <<

[431] Júpiter fue infiel a su esposa Juno en numerosas ocasiones. Cfr. 83, 7. <<

[432] Vulcano cogió en una red invisible (obra primorosa hecha por él en su fragua) a Marte, cuando estaba fornicando con su esposa Venus. Cfr. 70, 11a. <<

[433] Sobre este episodio, véanse 56, 5, 6 y 61, 6a, 2. <<

[434] Uno de los amoríos de Júpiter metamorfoseado en toro. Cfr. 83, 7 y nota. <<

[435] «Unbekannte Weisen zu den Carmina Burana», Archiv für Musikwissenschaft 12 (1955). pp. 122-142. <<

[436] Es decir, Cupido-Amor. <<

[437] La expresión latina resulta extraña: nec… balsamum/esset tam dulce favi. <<

[438] Sobre los cinco grados en la escala de la relación amorosa, véanse el texto y la nota a 72, 2a, así como lo dicho en la Introd., p. 34. <<

[439] El Tonante es Júpiter, dios del cielo y de los fenómenos atmosféricos como el rayo y el trueno. Obsérvese la curiosa lista de divinidades invocada. <<

[440] Texto corrupto. Traducción tentativa. <<

[441] Para Vollmann (p. 1157) es evidente que la naturaleza en la primavera con la lluvia queda fecundada, pero también cree que pudiera aludirse a las secreciones sexuales masculinas y femeninas, pues natura así lo permite. <<

[442] Deificación del arco iris. <<

[443] Sobre el nombre de Filis, véase la introducción al poema 92. <<

[444] Temores similares se muestran en 70, 8a ss. y 79, 6. <<

[445] La amada en esta ocasión no lleva un nombre de las amadas famosas de la literatura clásica. <<

[446] Febo es aquí el sol. Cfr. 56, 1, 3. <<

[447] Ninfas de las montañas que aquí acompañan a Venus. Cfr. 74, 3. Probablemente quiera indicar el poeta simplemente un coro de muchachas. <<

[448] Usados por antonomasia como el agua y el vino. Neptuno era, por lo demás, hermano de Júpiter y, por ello, tío de Venus. Es la típica altercatio del agua y del vino. <<

[449] Para el tópico del amor como milicia, cfr. 72, 1b. <<

[450] Cfr. Introducción, pp. 33-34. <<

[451] Comparación de los lazos del amor con las ataduras de los animales de carga. <<

[452] Parece un grito de júbilo provenzal, que, según Bernt, 1975, p. 531, significaría «yo lo diría así», «así es, en verdad», o algo similar. <<

[453] La palidez y otros rasgos característicos del enamoramiento. Cfr. C. B. 77, 20 y nota. <<

[454] Nombre de la célebre amada ficticia de Ovidio en Amores. <<

[455] La expresión latina parece referirse, no sólo a la voz agradable, sino también a la gravedad de su pensamiento. <<

[456] Comienza aquí un ejemplo típico medieval de «gramática erótica». Cfr. Introducción, pp. 32-33. <<

[457] La corrección es por est de Müller se compagina bien con la estrofa. <<

[458] Notar esta fragancia es el inicio del enamoramiento. <<

[459] Por su fragancia. <<

[460] Leemos con la mayoría de los editores circumgyrantes. <<

[461] El peligro puede ser el fracaso en el amor o las iras de un posible marido. <<

[462] Las cualidades de su amada hacen al amante más noble que su posición social. La astucia, los rodeos, no tienen lugar en un amante intrépido. <<

[463] Parodia de la lengua escolástica, pues en las universidades se hacía la lectio y la expositio del texto objeto de la disciplina. <<

[464] Probablemente se refiere a las fiestas de mayo y a las novias de mayo de algunas zonas de Europa: cfr. Schumann nota ad loc. y Bernt, 1975, p. 533. Cfr. también Vollmann, p. 1176. <<

[465] La joven está atada o enganchada al corro de alguna manera y el amante la separa para bailar con ella a solas. <<

[466] Véase la introducción a este poema. <<

[467] Leemos quod en vez de quo. <<

[468] El poeta se coloca por encima de los demás mortales, que se alimentan de pan y de vino, gracias al alimento del amor, al que compara con la ambrosía y el néctar de los que se alimentan los dioses y que hacen a quien los toma inmortal. <<

[469] Nótese la parodia de la prosa seria y técnica en expresiones como «mencionada» e «indicada», así como el juego gramatical del v. 1 para reforzar la invitación. <<

[470] Cfr. 58, 1, 8. <<

[471] Los editores no encuentran explicación para esta enigmática frase. Para Bernt, 1975, p. 535, posiblemente se trate de una clase de exclamación de ánimo y alegría. Para Vollmann, p. 1186, de modo similar, son gritos de júbilo. Por el contexto, en efecto, parecen gritos de llamada, ánimo, etc., a los que no se puede buscar un sentido concreto, pero adviértase que no mantienen la rima del poema. <<

[472] Cfr. A. G. Elliot, «The Art of the Inept Exemplum: Ovidian Deception in Carmina Burana 117 and 178», Sandalion 5 (1982), pp. 353-368. <<

[473] Nótese la aliteración y el juego de palabras. <<

[474] Terminología de la lógica medieval. <<

[475] Expresión proverbial. <<

[476] Hipólito es el prototipo de castidad en la Antigüedad por su dedicación a Diana y por rechazar el amor que le ofreció su madrastra, Fedra. <<

[477] La investigación no ha conseguido resolver todavía esta enigmática expresión «mandaliet». Nosotros seguimos una de sus posibles interpretaciones. Cf. O. Sayce, «Carmina Burana, 180 and the mandaliet Refrain», Oxford German Studies 2 (1967), pp. 1-12. Para el estado de la cuestión remitimos a Vollmann, pp. 1198 y 1199. <<

[478] Alude evidentemente a la virginidad. <<

[479] Parodia frívola de la figura de Marta, hermana de María, en los Evangelios: cfr. Luc. 10, 38-42. <<

[480] La estrofa tiene algunos problemas textuales. En este caso leemos per me (frente a per te) con Vollmann. <<

[481] Entendemos solo de la edición de Schumann en el sentido ovidiano de solum caeleste, solum stellarum. Cfr., por ejemplo, Ov. Met. 1,73. <<

[482] Alusión al título de la obra de M. Capella, De nuptiis Philologiae et Mercurii (J. Willis, Leipzig, 1983). Entre el amor (Venus) y el estudio (la Filología), el poeta no dudaría nunca en escoger el amor. <<

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