Carmina Burana

Carmina Burana


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<¡Que los dioses me sean propicios en el amor!>

El poeta, con la ayuda de los dioses, quiere lograr a su amada. Estrofas rítmicas.

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¡Cómo resplandece la faz agraciada

de la que los sentimientos de mi corazón arrebata!

Ésta es de las que su belleza

a todo amante arranca

suspiros y llantos sin tregua.

Procede de estirpe regia.

Muchas alegrías prodiga,

pero de otras tantas me priva.

2

Ésta es la que carece de tacha

en absoluto. Dardos venenosos

el Amor por eso lanza

dentro de lo más hondo

de mi corazón. Así languidezco,

porque expresarme no puedo.

Así me quemo,

su fuego me consume por dentro.

3

Estoy sediento,

porque igníferos tormentos padezco.

Si no hago propicios a los dioses del cielo

(al Tonante[439] y a Hércules,

a Juno y Palas Atenea,

a Venus y a Helena),

ningún éxito tendré

en conseguir esta doncella vencer.

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