Carmina Burana

Carmina Burana


Notas

Página 156 de 157

[173] Así traducimos

Thymus (el tomillo) y

Lapathium (la acedera) del original latino, para reflejar que son dos personajes femeninos, como Flora y Filis, del poema 92. <<

[174] Quizá porque no les dan dinero (cfr. estrofa 7). Puede aludirse también a las largas ausencias de los caballeros. <<

[175] Puede entenderse también este verso como «y también de nuestros potingues y medicamentos». Para otra interpretación de la estrofa, cfr. Walsh, pp. 83-84. <<

[176] Sobre este nombre de la amada, cfr. introducción al poema 92. <<

[177] Se alude aquí a algunas de las argucias célebres del enamoradizo Júpiter para conseguir a sus amadas. <<

[178] Cfr. Walsh,

ad loc. <<

[179] Sobre este nombre de la amada, véase la introducción al poema 92. <<

[180] Literalmente el texto dice: «la envidié (a cualquier otro)…». <<

[181] Venus. Cfr. 56, 2, 7. <<

[182] Este verso está corrupto. Reproducimos el texto del primer estribillo. <<

[183] Se refiere al suplicio de Tántalo en los infiernos, que consistía en no poder comer ni beber a pesar de tener agua y alimentos a su alcance, que se retiraban cuando trataba de cogerlos. Frente a Tántalo, el poeta, sin embargo, no dejará escapar la ocasión. <<

[184] Buscando un fin más claro, leemos

resero frente a la lectura

refero del manuscrito. Los editores han modificado el texto siempre en este sentido, Cfr. Vollmann, Walsh, Bernt, 1992, p. 317, etc. <<

[185] Este verso está corrupto. Reproducimos el texto del tercer estribillo. <<

[186] La amada en esta ocasión no lleva un nombre de las amadas famosas de la literatura clásica. <<

[187] Doble sentido, ya que se puede entender el texto como referido a la juventud o a los órganos genitales. <<

[188] Nombre de la amada que no se encuentra entre los nombres tópicos de las amadas de la antigüedad clásica. <<

[189] Texto inseguro. Parece referirse al amor de una persona mayor. Creemos muy posible, sin embargo, que aquí se pueden seguir describiendo las características del amor como en la otras estrofas. <<

[190] Texto corrupto. La traducción es solamente tentativa. <<

[191] «Cálido» en sentido de «astuto». <<

[192] Se refiere al

Ars amatoria de Ovidio y todas las imitaciones-traducciones medievales. Véase nuestro capítulo titulado «El juicio de la posteridad» en

Ovidio. Arte de amar. Remedios contra el amor…, Madrid, 1987 (1991), pp. 25-26 y 35-36, donde destacamos trabajos como el de F. W. Lenz, «Einführende Bemerkungen zu den mittelalterlichen Pseudo-ovidiana»,

Das Altertum 5.3 (1959), pp. 171-182 y «Probleme in pseudo-Ovid «De remedio amoris»,

MLatJb 2 (1965), pp. 131-144; E. J. Thiel, «Mittellateinische Nachdichtungen von Ovids “Ars Amatoria und Remedia amoris”»,

MLatJb 5 (1968), pp. 115-180; «Beiträge zu den Ovid-Nachdichtungen Pseudo-

Ars Amatoria und

Remedia Amoris», MLatJb 6 (1970), pp. 132-148, así como otros trabajos de C. Marchesi, R. G. Stone, A. M. Finoli, B. Roy, etc., sobre vulgarizaciones de estas obras ovidianas en las lenguas romances. <<

[193] Alusión al mito de Venus y Marte cogidos prisioneros por Vulcano, esposo de Venus, cuando le estaban engañando. Cfr. 70, 11a. <<

[194] Con estas alusiones míticas se indica el dominio del amor desde el cielo hasta el infierno. <<

[195] Nótese la metáfora erótica, pero véase Walsh, p. 97. <<

[196] En la mitología medieval (cfr. Isidoro,

Orig. 12. 2. 13;

Thebald. Physiologus, P. T. Eden, Leiden 1972, 1000-1001;

Bestiario medieval, ed. de I. Malaxecheverría, Madrid, 1986, pp. 146-147), se creía que el unicornio, que simbolizaba la pureza (y, por ende, a veces a Cristo), sólo podía ser capturado por una pura doncella, en cuyo regazo reposaría. El nombre usual

mono(s)ceros es aquí confundido con

rhinoceros. Cfr. 93a, 3, 1 (cfr. Walsh, 97 y 138). <<

[197] Sobre este nombre, véase la nota a 86 estribillo. <<

[198] Sobre los grados del amor, véase lo dicho en la introducción a este poema. <<

[199] Cfr. además la nota a la estrofa 4. <<

[200] Se describe aquí una conjunción favorable para el amor. La fecha indicada es la de finales de mayo. <<

[201] Por las estrellas. Para Vollmann, el texto parece cojo. De hecho, en parte de la tradición manuscrita siguen dos estrofas más, de las cuales al menos la primera va bien al contexto, pues continúa con la típica argumentación escolástica que aquí se emplea. <<

[202] Resonancia de Virgilio,

Ecl. 5,1. <<

[203]

Polorum en el original no tiene sentido, pero hay que esperar un término que se refiera a los negociantes (¿pastores de la Iglesia?) que sólo se interesan por las ganancias. De ahí la conjetura

pastorum de Herkenrath, que supone la

lectio facilior. Cfr. también Vollmann, p. 1060, y Bernt, 1992, p. 319. <<

[204] Para estos dos versos corruptos seguimos las lecturas: 3,

solum cura; 4,

laborem femine. Cfr. Schumannn y Vollmann

ad loc. <<

[205] Seguimos en este verso la lectura

sociis ocium. Cfr. Schumann. <<

[206] Como hacen también Vollmann y otros editores. <<

[207] No se trata de una cita literal de la Escritura, pero ideas similares se encuentran, por ejemplo, en Isaías 1,13-15. <<

[208] Cfr. Introd. p. 19 ss. <<

[209] La transcripción de este nombre debería ser Fílide, pero la forma Filis está tan extendida que resultaría extraño enmendarla. <<

[210] Venus, la estrella matutina. <<

[211] Walsh entiende esta expresión como: «el aliento recobran». <<

[212] El raptor de Helena y causante de la guerra de Troya era considerado el prototipo de la belleza, además del buen soldado. <<

[213] Venus. Cfr. nota a 56, 2, 7. <<

[214] Este discípulo de Sócrates era celebrado en la Antigüedad como prototipo de los dones de la naturaleza y del cultivo de la filosofía. <<

[215] Epicuro por su filosofía era considerado en la Antigüedad y en la Edad Media, de modo simplista, como símbolo de la entrega al placer. <<

[216] Metonimias por trigo (Ceres) y vino (Lieo, es decir, Dioniso). <<

[217] Se alude aquí al célebre principio escolástico. <<

[218] Así se llamaba el caballo de Alejandro Magno. Ganimedes era el copero servidor de Júpiter. <<

[219] Matth. 19,24. <<

[220] Es decir, la tonsura. <<

[221] Los «clérigos» frente a los laicos eran quienes ostentaban la cultura del momento. Cfr. Introd. p. (21 ss.). <<

[222] Quiere decir «seguidor de Venus», de acuerdo con el epíteto Citerea que ostenta Venus (= Dione). Cfr. nota a 56, 3, 2 y 56, 2, 7. <<

[223] Partiendo de la muerte accidentada de Adonis, favorito de Venus, herido por un jabalí, en todo lo demás fantasea aquí el poeta. Véase, sin embargo, Juvenal, 6,53 y Vollmann, p. 1066. <<

[224] Este viejo dios marino es aquí identificado con Neptuno. <<

[225] El famoso caballo alado que moraba en el cielo al servicio de Júpiter. <<

[226] En toda la descripción de los caballos hay mucho de tópico. Cfr. Isidoro,

Orig. 12, 1, 45 y P. Vigneron,

Le cheval dans l’Antiquité, Nancy, 1968. <<

[227] En la Edad Media alcanzó gran difusión la obra alegórica de M. Capella,

De nuptiis Philologiae et Mercurii. Cfr. C. B., 182, n. 4. <<

[228] Vulcano era el forjador de las armas de los dioses y de los héroes míticos. <<

[229] Entre otros muchos atributos, como diosa de la guerra, de las artes o de la filosofía, Minerva era la diosa de las hilanderas, tejedoras y bordadoras. <<

[230] Para estos términos técnicos musicales, véase Walsh, p. 124. <<

[231] Especie de zanfonía. <<

[232] Cfr. nota a 58,1,8. <<

[233]

Ibid. <<

[234] Genios y divinidades secundarias de la naturaleza que a menudo forman el cortejo de los dioses. Sileno, en las estrofas siguientes, era también un viejo sátiro al cual se le representaba borracho y montado en un asno. Aquí figura en el cortejo de Baco (Dioniso), al que había educado. <<

[235] Cupido, el hijo de Venus, de sobrenombre Citerea, como indicamos en nota a 56, 3, 2. <<

[236] Cfr. 67, 5b, 3. Esta representación es la habitual en la Edad Media. <<

[237] Final un tanto decepcionante, al no darse razones del veredicto. El poema, escrito por un clérigo-estudiante, no podía evidentemente dar razón al laico-caballero. <<

[238] Entiéndase referido a la amada. <<

[239] El autor puede referirse a una segunda juventud, por la que está pasando, o bien ahora, por fin, libre de las cuitas del amor, ha logrado la gracia de la salvación. <<

[240] Sobre la leyenda medieval del unicornio, identificado con la pureza, véase 88, 2, 5. <<

[241] Toda la estrofa tiene un doble sentido erótico. Las metáforas eróticas agrarias son habituales desde la Antigüedad. Cfr. E. Montero,

El latín erótico. Aspectos léxicos y literarios, Sevilla, 1991,

passim. <<

[242] En el contexto de las «figuras» o posturas para hacer el amor, la referencia a la caballería puede ser una alusión a la figura

mulier equitans. Pero también puede referirse al amor como milicia, como se indica en la estrofa 2. <<

[243] En el sentido original: dignos de ser amados. <<

[244] Alude a la conocida homosexualidad de los sodomitas,

Gen. 18,16 ss.; 19,1 ss. <<

[245] Pasaje corrupto textualmente, explicable por la alusión comprometedora que encierra, que ha conocido muchas y distintas conjeturas. Para

Briciauuia se ha pensado en Breisgau y Brescia (

Bressia avia), aunque la conjetura más general es

Britannia. Por otro lado, a los dos últimos versos damos un sentido general, porque presenta varios problemas lingüísticos. <<

[246] Falta el texto restante del poema. <<

[247] Los nombres latinos en la versión medieval han sido deformados o cambiados:

Astrages corresponde a

Archistrates; Strangolius a

Stranguillio; Dynisias (-adis) a

Dyonisias; Liocardadis a

Lycoris y

Arfaxus a

Athenagoras. Para una versión actual, cfr.

Historia de Apolonio, rey de Tiro, C. Puche, Madrid, 1997. <<

[248] Es el rey de Antioquía, que no quiso reconocer la victoria de Apolonio en el concurso de adivinanzas, ni entregarle a su hija (con la que mantenía relaciones incestuosas) como premio, por lo que tuvo que salir huyendo. <<

[249] Se refiere a la hija del rey de Cirene, Astrages, a donde va a parar Apolonio. <<

[250] Astrages muere (aparentemente) en la travesía de regreso a Antioquía, una vez muerto Antíoco y elegido rey Apolonio, en el parto de Tarsia. El ataúd fue arrojado al mar. <<

[251] Apolonio pasa por Tarso (cuya carestía había aliviado con la carga de trigo que llevaba) y deja su hija al cuidado de un matrimonio huésped. <<

[252] La nodriza que en Tarso descubre a Tarsia quiénes son sus verdaderos padres. <<

[253] Era el precio por su prostitución, que recibe graciosamente de los clientes conmovidos por su triste historia. <<

[254] Astrages no había muerto y se había convertido en sacerdotisa en Efeso. La isla de Juan es Patmos, adonde fue desterrado y en donde murió el apóstol San Juan. La confusión con Efeso se debe a la proximidad de ambos lugares y a que Efeso fue evangelizada por San Juan y allí, según la tradición, escribió su «Apocalipsis». Nótese el influjo cristiano en esta denominación. <<

[255] El príncipe de Mitilene, adonde una tormenta había llevado a Apolonio y adonde había ido a parar también su hija Tarsia. <<

[256] El famoso monstruo, temor de navegantes, del estrecho de Sicilia. <<

[257] Falta un verso que suplimos por el sentido. <<

[258] Nombre semítico de Dido. <<

[259] Parodia del lenguaje escolástico. En realidad, se refiere a los atributos masculinos de Eneas. Cfr. Bernt, 1975, p. 513. <<

[260] Sinónimo de Troya, derivado del nombre de su fundador, Ilo. <<

[261] Natural de Sidón, es decir, Fenicia, como en Virgilio,

Aen. 1,446, pues de allí era originaria Dido. <<

[262] Dido se dirige a sí misma en este verso. <<

[263] La futura esposa de Eneas en el Lacio. Nótese la anticipación. <<

[264] El padre humano de Helena era Tindáreo, un héroe lacedemonio. El padre divino era Zeus. <<

[265] Así lo han destacado los estudiosos, comparando este texto con sus fuentes, como Ovidio,

epist. 7 y Virgilio,

Aen. 4. <<

[266] Dido menciona aquí a Pigmalión, quien había matado en Tiro a su marido, Siqueo, pero ella había huido con los tesoros de su marido. <<

[267] Estos son algunos de los peligros que Eneas tuvo que afrontar en su viaje. Para Escila, véanse las notas a 98, 4, 3 y 109, 1, 6. Los cíclopes eran antropófagos de los navegantes. Celeno era una de las harpías. <<

[268] Los súbditos de Dido y ella misma procedían de Tiro, colonia de Sidón, las dos ciudades más importantes de Fenicia. <<

[269] Rey mauritano vecino que, por medio de un matrimonio forzado, ambicionaba el reino de Dido. <<

[270] La futura esposa de Eneas, ya en el Lacio. <<

[271] La hermana y confidente de Dido. <<

[272] Cfr. 98,4,3. <<

[273] El célebre piloto de Eneas. <<

[274] Ríos del mundo subterráneo de los Infiernos. <<

[275] Pirois es uno de los caballos del Sol. El poeta quiere indicar el paso del tiempo. Vollmann,

op. cit., p. 1080 (siguiendo una sugerencia de I. Dauser), propone

Pyrous como adjetivo, entendiendo que la pira funeraria quemará su cuerpo, pero no su alma. <<

[276] Los griegos, llamados así por el rey mítico de Argos, Dánao. <<

[277] Montaña de Beocia consagrada a Apolo y a las Musas, a las que se invoca. A Calíope, la primera de todas en dignidad, se le atribuye la poesía épica y lírica. <<

[278] Menelao. <<

[279] Helena ha roto su unión matrimonial. <<

[280] Alusión al caballo de Troya inmediatamente antes mencionado. <<

[281] Leemos

Atridem o algo similar, pues la repetición de

Paridem no tiene sentido. Según la leyenda, Helena de soltera ya había sido raptada por Teseo, el héroe ático. <<

[282] El sentido sugiere que la persona que tiene un vicio (el vino, por ejemplo) reincide en él. Para ello, en lugar de

vero al final del verso habría que seguir la variante

mero: «la mujer borracha sigue siempre dependiendo del vino», a pesar de que este término ya aparece en el mismo verso al final del hemistiquio. <<

[283] Esposa de Príamo y madre de Héctor y Paris. <<

[284] Juno, esposa de Júpiter, enemiga de los troyanos y de Paris, porque éste prefirió a Venus como la diosa más hermosa. <<

[285] Es decir, Helena, botín del rapto de Paris. <<

[286] La tindárida es Helena. Cfr. nota a 56, 3, 7 y a 99a. El Atrida es su marido Menelao. <<

[287] Designación de los cabecillas implicados en la guerra: Paris (dardánidas son los troyanos como descendientes del rey Dárdano, y Paris en particular), el Tidida, Diomedes y Aquiles, descendiente de Eaco. Palas, como Juno, era hostil a los troyanos desde que Paris, en el juicio sobre la belleza de las tres diosas, prefiriera a Venus. <<

[288] Es decir, Troya. <<

[289] Los griegos. Cfr. 101, 1. <<

[290] Cfr. 101, 20 ss. <<

[291] Palas Atenea engañó a Héctor tomando la figura de su hermano Deífobo y enfrentándolo con Aquiles, que lo mata. <<

[292] El griego que, fingiéndose desertor, engañó a los troyanos para que introdujesen el caballo en Troya. <<

[293] Sinón (como también Ulises, promotor del ardid del caballo de Troya) era de Ítaca. <<

[294] Nombre de la ciudadela de Troya y Troya misma. <<

[295] Los griegos: cfr. 101, 1. Ilión es Troya. <<

[296] Es decir, Eneas, hijo de Venus. Cfr. 56, 3, 2. <<

[297] Tal vez la lira se oponga aquí a la muerte, como símbolo de la vida y sus alegrías. Cfr. Schumann,

op. cit., p. 165. <<

[298] Hijo del rey de los rútulos, ya en tierra itálica. <<

[299] Se refiere a Lavinia, la hija del rey Latino. <<

[300] La leyenda decía que el cisne, próximo a la muerte, entonaba por única vez una hermosa melodía. <<

[301] Es decir, infernal. <<

[302] En el sentido de única, singular. <<

[303] Es decir, Helena de Troya. Cfr. 99a. <<

[304] Venus. Cfr. 59 estr. <<

[305] Esposa de Orfeo, a la que éste consiguió arrancar de las moradas de los dioses infernales con su canto. <<

[306] Ejemplos de personajes célebres a los cuales la felicidad del poeta superaría. Para Platón, cfr. 79, 2. <<

[307] Nombre de la amada ficticia de Ovidio en

Amores. <<

[308] A pesar de todo, el poeta quiere vivir y morir amando. Cfr. Vollmann,

op. cit., p. 1085. <<

[309] Para el nombre de la amada Flora, véase la introducción al poema 92. <<

[310] «The Bedraggled Cupid: Ovidian Satire in C. B. 105»,

Traditio 37 (1981), pp. 426-437. <<

[311] Sobre estos tipos de fuerzas, cfr. 62, 6 y nota. <<

[312] Cfr. C. B. 123, 1. Los paralelos indican que se refiere a un instrumento musical (¿la cítara o el arpa?). <<

[313] Proverbial por su amargura. <<

[314] Este último verso es adaptación de Ovidio,

Rem. 139. <<

[315] Este verso parece adaptación de Ovidio,

Ars, 2, 345. <<

[316] Verso procedente de Ovidio,

Ars, 2, 501. <<

[317] Referencia a los objetos sagrados de los misterios, aplicándolo al amor. <<

[318] Este verso pertenece a Ovidio,

Ars, 2, 607. Citerea es Venus: cfr. 56, 3, 2. <<

[319] Verso de Ovidio,

Ars, 2, 625. <<

[320] En este verso tiene cierto eco de Ovidio,

Ars, 2, 624. <<

[321] La flecha de oro inspira amor, la de plomo lo arrebata. Cfr. Ovidio,

Met. I, 468 ss. <<

[322] Para este nombre de la amada, cfr. introducción al poema 92. <<

[323] Suplimos así la laguna del original. <<

[324] Expresión que con diversas variaciones se encuentra en la literatura latina. Cfr. Ter.

Eun. 71-72; Lucr. 3, 1046; Cic.

Pro P. Sest. 27, 59, etcétera. <<

[325] El nombre Flora es utilizado aquí en forma diminutiva, resaltando así el valor original del nombre, lo que nosotros recogemos con el nombre Flor. Sobre este nombre, cfr. introd. a C. B. 92. <<

[326] Famoso monstruo, terror de navegantes, a los que se tragaba, en el estrecho de Sicilia. <<

[327] Apolo, dios de Delos (cfr. 65, 3b, 9), no consiguió alcanzar a Dafne, que se convirtió en laurel: cfr. 56, 5, 6 y 61, 6a, 2. <<

[328] Venus. Cf. 56, 3, 2. <<

[329] Mantenemos con el «Codex Buranus»

partis frente a

pacis de Schumann. <<

[330] Aquí poético por muchachas. Cfr. 74, 3. <<

[331] Paris como prototipo del amante y Helena, de la belleza femenina. <<

[332] Motivo común en la lírica cortés. Cfr. P. Dronke,

Medieval Latin and the Rise of Europ. Love, p. 305. Cfr. también Introd. p. 34. <<

[333] La expresión latina

Ob quam causam mei mali es inconsecuente. ¿Es el exilio real o se refiere a la frialdad de la amada? ¿Cometió el poeta el pecado de pronunciar su nombre? Para intentos de explicación del texto, cfr. Walsh, pp. 140-141, y Vollmann, p. 1271. <<

[334] El juego de palabras entre «amo» y «hamo» (anzuelo) se encuentra en textos medievales como consecuencia de la relación etimológica establecida ya por Isid.

Orig. 10,1,5 entre

amo y

hamus. <<

[335] Tópico medieval de los ojos como un espejo. Cfr. C. B. 77,12,4 y Vollmann,

ad loc. <<

[336] Como señalamos en la Introducción (p. 41), no se encontrarán aquí traducidos los poemas en alemán que, a partir de este poema, figuran, a menudo, como dobletes de los poemas latinos. Hemos tomado esta decisión por tratarse de poemas no latinos y, sobre todo, dado el carácter de resumen que suele tener con respecto al poema latino, al dedicarse a gente no conocedora del latín que quiere cantarlos. Cfr. Introd. p. 25. <<

[337] Viento cálido del oeste que trae la primavera. Cfr. 60a, 1, 3. <<

[338] En realidad, este verso parece ser el último de la estrofa que se repite siempre al final de cada una de ellas, pero métrica y rítmicamente se une al estribillo. <<

[339] Seguimos la conjetura de Walsh, p. 83,

a, que manet… <<

[340] Tópico virgiliano:

Ecl. 10,69; Georg. 1, 145-146;

Aen. 4, 412. <<

[341] Tópico de la «

militia amoris». Cfr. 72, 1b. <<

[342] Cfr. Vollmann, p. 1101; Walsh, p. 147. <<

[343] Existía la creencia de que, antes de morir el cisne, por única vez, entonaba una melodiosa canción. <<

[344] En estos versos finales (9-12) seguimos el texto y la interpretación de Schumann,

op. cit., pp. 190-191. <<

[345] Cfr. Introd. p. 32. <<

[346] Cfr. 83, 7. <<

[347] Febo, es decir, Apolo, tuvo como pasión más célebre la de Dafne (cfr. 56, 5, 6; 61, 6a, 2) y Marte fue el amante de Venus. Cfr. 70, 11a. <<

[348] Legendario enemigo del pueblo, famoso por su táctica de lanzar sus flechas simulando la fuga. <<

[349] Probablemente, por extensión, se refiere a la vida estudiantil. <<

[350] Zona de Sicilia, célebre por sus numerosas abejas y su miel. En Dodona, Epiro, había un oráculo de Júpiter en un enorme robledal. <<

[351] Esta estrofa sigue muy de cerca a Ov.

Ars II, 517 ss. <<

[352] «Por favor» es la traducción literal, pero muchos editores entienden

sodes como

sodalis, que es la interpretación que seguimos. Cfr. Walsh, p. 156. <<

[353]

Omni modo es la conjetura de Schumann para completar la laguna. <<

[354] Nótese el contraste: frente a tanta idealización, otro compañero ya la había poseído antes. <<

[355] Para conjeturas sobre su identidad, véase el comentario de Vollmann,

ad loc. <<

Ir a la siguiente página

Report Page