Carmina Burana

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<Los pastores descuidados>

Parece una variedad de égloga o poema bucólico, en el que destaca la disputa entre los pastores y la pastora. Aunque se advierte sin duda la expresión alegórica de los personajes, su sentido no está claro. ¿Quizá la Iglesia como guía del rebaño de los cristianos? Cfr. Vollmann,

op. cit., pp. 1058-1059. Secuencia.

1

a

«¡Dos buenos nos juntamos[202]

bajo el cielo encapotado!

¡Entona tú una canción

de ritmo rápido!

Cuando hace calor,

las ovejas se toman un descanso».

1

b

La hierba tierna

con flores se adereza,

la rosa recién nacida

de colores se pinta;

la muchacha morena

con vestidos † se adereza.

2

a

Una amplia túnica

con un cinturón atada,

con banda roja

su frente rodeada;

se encuentra ella inclinada

bajo una cofia elevada.

2

b

El trabajo transformó

la faz de la doncella,

perjudicó

su belleza

y palideció

con la flaqueza.

3

a

Guía la muchacha

un pequeño rebaño

y con los cabritillos

un viejo macho

y con una pollina

un becerro atado.

3

b

El cielo se encapota

con una nube oscura.

La doncella ya madura

se adelanta presurosa

y con voz segura

así con nosotros dialoga.

3

c

«¡Eh ahí † los pastores

temerarios,

pastores

alquilados de un rebaño,

fabuladores

vanos!

3

d

Detestan

el trabajo de las manos,

las ganancias son su meta,

adoran el descanso

y nunca les interesa

de las ovejas el cuidado.

4

a

Esa clase † de gente[203]

se cuida del pasto

por la cantidad de leche,

no por el comportamiento honrado;

para buscar dinero

sólo sirve el mercado.

4

b

Las cosas no marchan bien,

ni nada queda sagrado:

la lana cae

de las espinas en el fango,

los lobos se acercan sin cuidado,

permaneciendo los perros callados».

5

a

Con estas duras palabras

tratando de la vida diaria

con tono amargo

y expresión airada

concluyó la campesina

su viperina perorata.

5

b

«¡Que conocieras me gustaría

de los pastores las canciones!

¡Puesto que como mujer no tienes

la fuerza de los varones,

nunca debes aspirar

al nivel de los hombres!

6

a

Es sólo tu ocupación

tu femenina labor:

ten sólo [la preocupación

de la femenina labor] †[204].

¡Muchacha, mide el hilo

para tu tejido!

6

b

Atiende, muchacha,

a tus ovejas:

languidece la pollina,

los cabritillos atontados parecen

y las cabras entre ellas

costado con costado aprietan.

6

c

Poco cuidado tienes

† con el descanso de los compañeros[205],

gárrula te burlas

del magisterio,

pérfida murmuras

contra lo que tiene un precio.

6

d

Somos pastores

de los más egregios,

cuidadores

del rebaño regio;

tenemos el monopolio

del soliloquio».

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