Candy

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Una nota de Kevin Brooks

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UNA NOTA DE KEVIN BROOKS

Una de las muchas reglas no escritas de la vida es que los muchachos tienen prohibido hablar de cuando se enamoran. Podemos hablar de cualquier otra cosa —sexo, drogas, rocanrol— pero nunca podemos admitir estar enamorados. Así que es muy difícil para nosotros cuando de verdad nos enamoramos —y en verdad nos sucede, creánme—, pues significa que tenemos que arreglárnoslas completamente solos. Los sentimientos desconocidos, los miedos, las suposiciones, la agonías, los éxtasis… tenemos que mantenerlos embotellados dentro de nosotros, girando en nuestras cabezas y en nuestros corazones como mil demonios enloquecidos.

Para las chicas es diferente. Ellas pueden dejar escapar sus demonios. Pero los chicos deben de vivir con ellos.

Y creo, de alguna forma, que de eso se trata Candy: de ser un muchacho, enamorarse, estar en lugares en los que nunca has estado. Yo mismo he estado en esos lugares y he querido escribir acerca de cómo se siente y lo que eso te hace, y cómo las cosas que quieres no siempre son buenas para ti y sabes que no son buenas para ti… pero aun así sigues queriéndolas, ¿cierto?

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