Cam

Cam


34 SKYE

Página 36 de 39

 


34


SKYE


 

 

-Y

a escucharon, tenemos que movernos —dijo Aidan poniéndose en marcha.

—¿Aidan? —Lo llamé acercándome a él—. Por favor, déjame ir con ustedes.

—Cariño, aún estás débil y es mejor que permanezcas aquí. Cam fue al infierno para salvarte y no me perdonaría si te pierde por un descuido.

—Pero…

—Te prometo que lo traeré sano y salvo —dijo poniendo sus manos en mis hombros.

Quería insistir, pero en el fondo sabía que tenía razón, mi cuerpo todavía no estaba lo bastante fuerte, empeñarme en ir con ellos sería retrasarlos y lo único que deseaba era tener a Cam en mis brazos de nuevo.

—Está bien —acepté levantando la mano para darle un suave apretón a la suya—. Por favor, tráemelo pronto.

—Lo haré, lo prometo.

Besó mi frente antes de continuar moviéndose por todos lados, me quedé viéndolo mientras hablaba por teléfono. Sentí unos brazos rodear mis hombros y giré la cabeza para ver a Ángela a mi lado, luego Alana, Abby y Emily me rodearon.

—Aidan y Alexy lo traerán pronto —me aseguró Abby.

—Lo sé.

Aproximadamente dos horas después estaban listos para partir, Alana y Abby abrazaron a sus esposos y yo aproveché para acercarme a Medhan.

—Por favor, dile a Nithael que nunca voy a olvidar lo que hizo por nosotros —le pedí.

Una leve sonrisa se dibujó en sus labios.

—Se lo diré, pero estoy seguro que él lo apreciará más si se lo dices tú misma.

—Y pienso hacerlo, en cuanto regresen.

—No te preocupes tanto, pequeña Skye —dijo recordándome que podía leer mis pensamientos.

—No puedo evitar tener miedo.

—Lo comprendo, no obstante, estoy seguro de que Cam desea que seas fuerte.

Asentí sabiendo que tenía razón. Cam había hecho un viaje demasiado largo y peligroso, lo mínimo que podía hacer era mantenerme fuerte por él.

—¿Puedo pedirte un favor? —me dijo de pronto, lo que me tomó por sorpresa; nunca imaginé que Medhan pudiera necesitar que yo hiciera algo por él.

—Claro que sí, lo que sea —respondí sin dudar.

—¿Podrían tú y Emily cuidar de Winter hasta mi regreso? Sé que él confía en ustedes porque las conoce.

—Por supuesto, yo no tengo problema en cuidarlo y estoy segura de que Emily también estará encantada.

—Te lo agradezco, voy a ir a buscarlo y traerlo para dejarlo aquí con ustedes.

 

***

 

Los vimos partir cuando Henry llegó a buscarlos y desde ese momento la angustia fue mi compañera, los demás no decían mucho, pero sus gestos sombríos expresaban más que sus palabras.  

—La espera puede ser un poco larga, así que será mejor que intentes descansar —me aconsejó Tarek.

Asentí y estaba a punto de irme, cuando decidí que, a pesar de que las cosas con Cam habían mejorado, nunca me había disculpado realmente con él.

—¿Sabes? —Me acerqué y me detuve a su lado—. Lamento haberte engañado y haber forzado a Ángela a hacerlo también.

Me miró con una ceja alzada y un amago de sonrisa.

—Reconozco que son unas fantásticas mentirosas —indicó de forma tranquila.

—¿Ya no estás molesto conmigo?

—No, Skye, tú eres como una hermana para Ángela y ahora compañera de Cam, eso te convierte en mi hermana también, por lo que dedicaré mi vida a protegerte como lo haría con cualquiera de mi familia.

—Gracias —dije dándole un apretón a su mano, sus dedos se cerraron en torno a la mía.

—Siempre, pequeña.

—Vamos, Winter.

El lobo, al que Medhan había traído antes de marcharse, me siguió sin problemas y nos alejamos rumbo a la habitación que compartía con Cam. Me senté en el centro de la cama con las piernas cruzadas, de alguna forma esperando que tal vez la voz de Mágoras volviera a escucharse, pero lo único que me recibió fue el silencio. Winter se subió a mi lado y apoyó su cabeza en mi rodilla. Acaricié su pelaje suave, nunca iba a dejar de sentir fascinación por la belleza del animal.

—¿Podemos pasar? —preguntó Alana asomando la cabeza por la puerta.

—Claro, eso no tienen que preguntarlo.

Todas entraron. Ángela, con Gunnar en brazos, se quedó mirando al lobo.

—¿Él no va a atacarnos o algo? —preguntó recelosa.

—No digas tonterías, trae aquí a Gunnar, a él le gustará jugar con Winter. —Pareció dudar antes de entregarme al bebé, pero al fin lo hizo. En cuanto lo dejé al lado del lobo, este levantó la cabeza estudiándolo con curiosidad, y el pequeño sonrió, poniendo su manita en el cuello del animal. Luego gateó para subirse a su lomo, mientras Winter volvía a recostarse tranquilo en mi rodilla. Gunnar tenía pocos meses, pero, aunque era mitad humano, parecía haber heredado todos los genes demonials, lo que hacía que creciera más rápido de lo normal—. Viste, te dije que le iba a gustar.

—Es un animal hermoso —declaró Abby acercando su mano para tocarlo.

El lobo no se movió, como si no le importara ser el centro de atención.

—Lo es —estuvo de acuerdo Alana.

Emily se sentó a mi lado y en cuando lo hizo, Winter volvió a levantar la cabeza y acercó su hocico a la mano de la chica. Ella le devolvió el gesto acariciándolo.

—Parece que ustedes fueran viejos amigos —dije al verlos interactuar.

Ella apartó la mano de él para poder hablarnos.

—Así es, nos conocimos cuando estuve en su casa en Rusia, me asustó un poco la primera vez que lo vi, pero luego me di cuenta de que es muy amigable.

 

Varias horas después, Emily y Ángela se fueron con sus esposos, mientras que Alana y Abby se quedaban haciéndome compañía.

—¿No quieren ir a dormir? —les pregunté pensando que se quedaban conmigo solo por compromiso.

—Oh, lo lamento, ¿estás cansada? —exclamó Alana—. No nos dimos cuenta de que querías descansar.

—No es eso, es que no quiero que se queden aquí solo por no dejarme sola, voy a estar bien.

—No es por eso que nos quedamos —aclaró Abby—. Es porque ninguna de nosotras va a estar tranquila hasta que no regresen nuestros esposos.

—Ya entiendo.

—Ellos van a estar bien —me tranquilizó Alana, sentándose a mi lado mientras Abby lo hacía al frente.

Y así nos quedamos las tres esperando, rogando porque al pasar el tiempo este nos devolviera nuestros corazones, las otras mitades de nuestras almas.

 

 

 

Ir a la siguiente página

Report Page