Brasil
23. La mesa
Página 26 de 36
Tejucupapo observó con sus ojos inflamados los rostros de las dos mujeres, sostuvo en alto la maraca en la mano izquierda y la dejó caer en la derecha con un discordante choque de semillas secas en el interior: así deprisa pasa la vida, indicaban sus ademanes, con su efímero potencial de ser desviada por la magia.