Born

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Capítulo 7. Marzo a septiembre de 1975. Las conexiones internacionales

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Pago de una suma muy importante de dólares por la liberación de Jorge y de Juan Born, en concepto de multa por el delito de haber organizado la evasión de capitales. La suma fue entregada a los Montoneros en tanto representantes del interés nacional, para ser utilizada según su criterio.

Distribución en barrios, fábricas, escuelas y hospitales de mercaderías por un valor de un millón de dólares, como multa por las restricciones al abastecimiento practicadas por la empresa.

Obligación de solucionar los conflictos sindicales que tuvieron lugar durante el período de detención de los directivos de la firma, aceptando las exigencias de los trabajadores.

Como penalidad por los males infligidos al pueblo argentino, en razón de la participación de la empresa en el golpe de 1955, los bustos del general Perón y de Eva Perón serán instalados en todas las empresas dependientes de Bunge y Born en la Argentina. Los trabajadores serán autorizados a participar en las ceremonias de inauguración.

El texto del presente artículo será colocado en los tableros de las empresas, y permanecerán exhibidos por un plazo de quince días.

Esta operación de Montoneros constituye un hecho de extrema importancia para la Argentina. Se produce en un momento realmente dramático para el pueblo argentino.

 

TREINTA AÑOS DE LUCHA ANTIIMPERIALISTA

Durante los últimos treinta años nuestro pueblo llevó adelante una lucha heroica contra el imperialismo y sus aliados en el país. Los ejes de las principales fuerzas antagónicas se han expresado en el marco de esta lucha: los intereses nacionales opuestos a los del imperialismo, fuerzas que luchan por la LIBERACIÓN mientras aquellos sostienen la DEPENDENCIA. Imperialismo o Nación, Dependencia o Liberación son las opciones actuales. Uno de los elementos más importantes de esa larga lucha es la permanencia del Movimiento Peronista, que es la verdadera bandera política de la clase obrera y de los pequeños y medianos productores rurales, bajo la cual el pueblo combate contra los intereses de los monopolios.

La oposición a los golpistas proimperialistas que habían derrocado a Perón en 1955, la resistencia que el pueblo desarrolló a lo largo de dieciocho años contra las diversas tentativas del sistema de engañar la voluntad del pueblo, el rutilante triunfo popular que puso fin a la dictadura de Lanusse el 11 de marzo de 1973, todo ello tuvo como principal protagonista al Movimiento Peronista, dirigido desde el exilio por el general Perón, quien supo reunir a su alrededor a todas las fuerzas nacionales.

Nacidas en estos dieciocho años de resistencia, maduradas en innumerables luchas populares, expresión sublime de las fuerzas en la lucha, una verdadera síntesis de esta larga experiencia, surgen las organizaciones armadas del peronismo y convergen en la actual organización político-militar de los Montoneros.

Todos los métodos para destruir al peronismo en tanto movimiento de liberación nacional fueron ensayados por el imperialismo: persecución, prisión, torturas, fusilamientos, proscripciones. Todo ello se estrelló contra el movimiento unido alrededor del general Perón, intransigente en la defensa de los intereses populares. Habiendo fracasado las tentativas de destruir al movimiento, el imperialismo trata de incorporarlo al régimen al intentar transformarlo en una organización liberal aceptable para el sistema, de vaciarlo de su contenido de masas, de sacarle su esencia revolucionaria y de destruirlo como Movimiento de Liberación Nacional. El imperialismo elabora y favorece una estrategia doble: por la corrupción, la infiltración ideológica y la incorporación de monopolios en la economía nacional, el imperialismo logra formar una clase de dirigentes sindicales y políticos que dejan de lado la defensa del pueblo peronista y se convierten en instrumentos de la estrategia imperialista de destrucción del Movimiento Peronista, en tanto movimiento de liberación nacional. Traidores de la Patria y del Movimiento, sostenedores de los intereses monopolistas, estos sectores elegirán entre la oposición, el partido de la dependencia. Al mismo tiempo se reprime de manera salvaje a todos los dirigentes, militares y grupos que permanecen fieles a los intereses de la clase obrera y quienes no han abandonado la lucha por la liberación.

Inventan un peronismo “institucional”, alejado de las masas y lleno de traidores, aquel que acepta fácilmente las reglas del juego del sistema, mientras que se está tratando de aniquilar al peronismo auténtico.

 

LA TRAICIÓN DEL TRIUNFO POPULAR DEL 11 DE MARZO DE 1973

Luego del triunfo popular del 11 de marzo de 1973, la estrategia imperialista no experimenta cambio alguno. Lejos de oponerse globalmente al gobierno peronista, se propone como objetivo vaciar este triunfo de todo significado alejando a los auténticos peronistas de las estructuras de gobierno y reemplazándolos por traidores. Después de la muerte del general PERÓN, esta estrategia entra en su fase final. En pocos meses uno de los más grandes triunfos populares desemboca sobre uno de los gobiernos más dictatoriales, represivos y pro-imperialistas que haya conocido el pueblo argentino.

No queda nada del 11 de marzo de 1973. Ni PERÓN como jefe del Movimiento, ni Cámpora como presidente, ni los gobernadores, ni los ministros, ni el programa votado por el pueblo. Un pequeño grupo de ávidos del poder, secuaces de la estrategia imperialista, acumulan en sus manos los controles del aparato institucional del Movimiento Peronista y del gobierno. Desde esa posición ellos siguen defendiendo los intereses de los monopolios bajo las banderas peronistas. Se trata de la presidenta Isabel Martínez de PERÓN, del ministro LÓPEZ REGA, del presidente de la Cámara de los Diputados Raúl LASTIRI, y de sus filiales incondicionales.

Sobre el terreno de la economía, el país está en crisis, virtualmente en bancarrota. La inflación llega a una tasa mensual del 10 por ciento, el salario real de los trabajadores está bajando de modo constante (y los obliga a hacer piruetas de magos para poder subsistir), la inversión es igual a cero, la mano de obra no se emplea y el desempleo agrava el deterioro del salario. La deuda externa ha pasado de 6.500 millones de dólares a 9.300 millones a la fecha de hoy. La balanza de pagos es deficitaria. Las reservas de divisas disminuyen todos los días de manera alarmante, la desvalorización de la moneda argentina es extraordinaria: en seis meses el dólar ha triplicado su valor en el mercado paralelo; la pequeña y mediana empresa están desapareciendo. La crisis mundial del capitalismo recae sobre los países dependientes y el pueblo argentino y los demás países dependientes tienen que soportar las consecuencias.

El complemento de esta política económica es una represión casi sin precedentes en la vida del país. Pero quieren mantener la apariencia de un gobierno popular con el apoyo de la mayoría y consenso de la minoría. Para ello hay que combatir toda clase de oposición, justificada o no. Se instituye una legislación represiva muy completa que hace posible la acción de las fuerzas represivas encabezadas por el Ejército. Para completarlo, el gobierno formó una organización parapolicial, la Triple A, que comete cientos de asesinatos en la más absoluta impunidad. Compuesta por policías, militares y mercenarios, impone una política del terror, acribillando con balas, dinamitando y quemando los cuerpos de los militantes populares, periodistas, dirigentes políticos, sacerdotes, etc., luego de asesinarlos. Encabezando este mecanismo represivo se encuentra el ministro de Bienestar Social LÓPEZ REGA, un maniático del poder, un verdadero discípulo de HITLER y la Alemania nazi. Imitando sus métodos, LÓPEZ REGA aspira al control total del aparato represivo para llegar al poder absoluto.

Reprimir a aquellos que se oponen al gobierno resulta insuficiente. Es asimismo necesario reducir al silencio a la prensa. A la ley que restringe la libertad de prensa, al cierre de los diarios y de las revistas, se agregan las amenazas, persecuciones y asesinatos de periodistas que se atreven a pronunciar cualquier crítica o simplemente dicen la verdad y la publican. A la censura impuesta por la legislación se agrega la autocensura que el terror impone sobre los medios de la prensa.

Frente a todo ello, la mayoría de los políticos y dirigentes liberales, entre los cuales se distingue el doctor Ricardo BALBÍN, juegan a la “oposición constructiva” mediante “el diálogo y el respeto a las instituciones”. Teniendo a su disposición todos los naipes para apoderarse de las luchas populares sin perjudicar los intereses del pueblo, estos señores prefieren callarse o hablar de manera ambigua en vez de promover las luchas que ellos no estarían en condiciones de controlar. Defienden los mismos intereses que el gobierno actual. Se distinguen del gobierno por ser liberales, no están de acuerdo con la conducción de la política actual solo porque no participan de su ejecución. Hostiles a los procesos de liberación nacional, ellos son de hecho aliados del imperialismo en su afán de destruir al peronismo auténtico, frustrar la clase obrera y al pueblo organizado y castrar el proceso revolucionario.

 

SOLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO

Para hacer frente a la situación crítica a la cual el país fue arrastrado, no podemos pensar en un golpe de corte nacionalista o de otro tipo: el Ejército nunca ha defendido los intereses del pueblo, como lo demuestra a cada instante. Tampoco podemos esperar que los altos dirigentes políticos liberales abandonen su actitud tradicional que consiste en apoyar al régimen para privar al pueblo de decidir sobre su futuro. Heroicos defensores de “las instituciones democráticas” a condición de que las mismas sirvan para mantener la dependencia, no dudan en apoyar siempre a este gobierno autoritario.

Hoy más que nunca tiene validez la frase del general PERÓN: “Solo el pueblo salvará al pueblo”.

Los MONTONEROS aceptamos este desafío histórico: el de continuar el proceso de liberación nacional y social. Para ello hay un solo camino posible: alcanzar la dominación del proceso político para la clase obrera. Ello será posible cuando hayamos construido el poder popular, luego de haber liquidado el poder político, militar y económico del imperialismo. Será definitivo cuando hayamos destruido nuestra dependencia del capitalismo y construido el socialismo.

Asumamos la responsabilidad del momento presente y empeñemos todos nuestros esfuerzos para:

Reconstruir el Movimiento Peronista como expresión auténtica de la clase obrera y del pueblo, evitando así que la traición lo destruya. El Peronismo Auténtico renacerá fortalecido de esta crisis, fortalecido por sus experiencias de lucha, convertido en el Movimiento de Liberación Nacional que permitirá al pueblo llevar a cabo la lucha final contra el imperialismo.

Promover la creación del Frente de Liberación Nacional, que bajo la dirección del Movimiento Peronista recibirá a los pequeños y medianos empresarios, así como también a los demás sectores que se oponen al imperialismo con miras a la liberación nacional.

Mantener sin tregua la resistencia al gobierno actual, sacando a la luz su esencia antipopular, represiva y proimperialista, atacando a las fuerzas que lo sostienen, hasta su liquidación.

 

¡PERÓN O MUERTE! ¡VIVA LA PATRIA!

¡HASTA LA VICTORIA, MI GENERAL!

LOS MONTONEROS

Notas:

12 Eduardo Anguita y Martín Caparrós, op. cit., p. 467.

13 El 28 de febrero de 1992, Daniel Zverko, amigo de Galimberti, llamó al juzgado en el que tramitaba una causa vinculada al secuestro de los Born y ofreció su testimonio de manera espontánea. Zverko declaró tener conocimiento de que Verbitsky había coordinado —como jefe de la Base Lima de la Organización Montoneros— el movimiento del dinero entre Buenos Aires y La Habana. El rescate, según Zverko, había salido vía Perú en sacos de 4 o 5 millones de dólares; el periodista había tenido “activa intervención junto a la inteligencia cubana en el traslado”. Verbitsky respondió entonces que Galimberti había montado una “operación de desprestigio” en su contra como servicio al gobierno de Carlos Menem, cuya corrupción él había revelado en un libro de gran éxito de ventas, Robo para la Corona (Planeta, 1991).

14 “La historia secreta del botín de los Montoneros”. Entrevista de Mario Diament a Castiñeiras concedida en la Florida, Estados Unidos, La Nación, 4 de abril de 2006.

15 Del testimonio de Magario para este libro.

16 Juan Gasparini, en el anexo del libro David Graiver, el banquero de los Montoneros (Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2007), publicó el certificado de constitución de la sociedad Empresas Catalanas Asociadas S.A. en Panamá y el documento de apertura de la cuenta en Suiza bajo ese nombre.

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