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Capítulo 6. Marzo de 1975. La liberación de Juan

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El embajador de Cuba en Buenos Aires, Emilio Aragonés Navarro, ya se había mostrado dispuesto a colaborar, pero el gobierno de Fidel Castro había prohibido la tenencia de dólares en la isla y los Montoneros no tenían experiencia alguna en operaciones de lavado de dinero como para ingresarla al circuito bancario en Suiza.

Nunca habían manejado tanto dinero. Los nuevos desafíos y los nuevos dilemas se sucedían uno tras otro, y requerían de soluciones prácticas de las que carecían. También imponían cuestiones ideológicas: los Montoneros siempre habían exigido que sus militantes vivieran con austeridad (debían despojarse de sus bienes, si los tenían, y mantenerse sin más recursos que el ingreso de un obrero industrial), pero tal demanda adquiría otro sentido en un contexto de abundancia.

 

El éxito de la

Operación Mellizas generó resquemores entre los jefes de las regionales, que empezaron a reclamar participación en el debate sobre cómo administrar y repartir el dinero: la disparidad entre los recursos de unos y de otros se había vuelto demasiado grande. La cúpula decidió dejar atrás la contabilidad informal, pero solo ella tendría acceso a las cuentas y sociedades en el exterior. Nadie más podría siquiera informarse sobre los números. A nadie deberían explicaciones.

Mientras construían sus vínculos en Cuba, la conducción de los Montoneros aceptó que le hicieran el pago siguiente en dólares. La inflación les comía el valor de los pesos porque no podían depositar la plata en un plazo fijo; al fin de cuentas, en un país de bruscas devaluaciones, el valor del botín se protegía mejor con dólares. El pago de 14 millones de dólares completó la primera etapa de la acción más importante del grupo guerrillero.

 

La liberación de Juan se produjo el 23 de marzo de 1975, al cabo de seis meses y tres días de un cautiverio que le resultó insoportable.

Un empleado de seguridad de la compañía le explicó que si bien ya no estaba en manos de los Montoneros, tampoco era libre del todo. Hasta que se resolviera la situación de Jorge, debía vivir en Europa, lejos de su mujer y de sus hijos, que se encontraban en el Uruguay. Su padre se había encargado de procurarle las comodidades que lo esperaban en Alemania.

Por el momento debía llevar los documentos que le habían preparado y subirse a un avión privado que lo llevaría de inmediato a Montevideo. Allí haría los trámites para el embarque a un avión comercial con destino a Europa, y esperaría apenas dos horas hasta el despegue.

Ni siquiera llegó a enterarse que una semana antes, River había ganado el partido que lo dejó a la cabeza del campeonato.

Aunque había pasado más de medio año casi sin contacto humano positivo, la idea de vivir aislado de todo lo que le resultaba familiar representó un alivio para Juan. Se encontraba muy frágil. Necesitaba recomponerse.

Notas:

10 Testimonio de Galimberti en la causa judicial N° 41.811 que se tramitó en San Martín, provincia de Buenos Aires, un desprendimiento del expediente por el secuestro de los hermanos Born.

11 Los intercambios de notas no quedaron asentados en la causa judicial por el secuestro de los hermanos Born porque la familia nunca los entregó a la Policía de la provincia de Buenos Aires. El contenido de las comunicaciones está tomado de la causa de Heinrich Metz, el gerente de Mercedes Benz secuestrado por los Montoneros el 24 de octubre de 1975.

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