Blockchain

Cualquier blockchain está formada por bloques que contienen información. Cada uno tiene un número único y está vinculado a otros bloques mediante una suma hash. Cada bloque anterior, además de su propia suma hash, contiene una parte de la suma hash del siguiente. Esto asegura la continuidad de la cadena. Los bloques son producidos o minados por nodos - nodos que son responsables de observar todos los algoritmos y protocolos del sistema, de lo contrario, serán reemplazados por otros usuarios. 

El número de bloques en cualquier red blockchain es limitado y no puede ser infinito. Imagine que necesita construir una casa de dos pisos. Se necesitan 10.000 ladrillos para construirla. Cuando se complete el segundo piso, se acabarán las criptas. Lo mismo ocurre con la blockchain: cada sistema tiene sus propias limitaciones. 

Por ejemplo, el bitcoin tiene un límite de 21 millones de BTC y ya se han producido más del 80% de los bloques. La tecnología blockchain se basa en el mecanismo de la descentralización, un libro de contabilidad distribuido. Uno o un grupo de usuarios no pueden influir en el sistema de ninguna manera: hackearlo, cambiar o falsificar datos. Para hackear, es necesario que el control total de al menos el 51% de los recursos de la red: ordenadores, servidores y otros dispositivos se concentren en una sola mano. 

La probabilidad de que esto ocurra es diez veces menor que el robo de la reserva americana de oro y divisas en Fort Knox. Esta es la esencia de la tecnología blockchain.