Blockchain

Blockchain


Introducción

Página 12 de 17

Chris Dixon ha seguido con detenimiento la evolución de la cadena de bloques y la firma de capital riesgo para la cual trabaja, Andreessen Horowitz, ha invertido en varios proyectos con cierta tracción244. Es el caso de Coinbase, firma especializada en monederos para realizar transacciones en criptomonedas; y de 21 Inc., firma que desarrolla hardware optimizado para el minado de criptomonedas orientado al público no experto. Dixon comparte oficina con Marc Andreessen, uno de los responsables del navegador de Internet moderno y acuñador de una frase que se topa con un viento de opinión cada vez más en contra y que se ha convertido en el lema de su firma de capital riesgo: «el software está engullendo al mundo»245. Los usuarios quizá podamos influir sobre cómo ocurre este acto de canibalismo, pero no sobre el propio acto de fagocitación (ni sobre sus consecuencias246). Tal vez la cadena de bloques, que va camino de convertirse en «la base de datos de Internet» según el propio Dixon247, ofrezca espacio a proyectos financiados, diseñados y controlados por los usuarios de redes distribuidas capaces de constituirse de manera orgánica.

El primer proyecto de autogestión en blockchain con algoritmos personalizados (smart contract) en una plataforma de aplicaciones (en este caso, Ethereum), The DAO, fue víctima de un ataque y no sobrevivió a sus consecuencias. The DAO nació rodeada de esperanzas y aplausos acerca de su filosofía y software, pero buena parte de las esperanzas depositadas en las organizaciones autónomas descentralizadas no sobrevivieron a un ataque que usurpó un tercio de los fondos de la organización.

La comunidad de participantes, que en el caso de The DAO controlaba el proyecto dado su régimen mutualista, decidió devolver los fondos al contrato original mediante la creación de una bifurcación radical (hard fork), dividiendo desde ese momento la propia plataforma que la alojaba, Ethereum, al aparecer un registro incompatible con el principal (que fue bautizado Ethereum Classic). Los eventos relacionados con The DAO podrían inspirar una saga independiente dentro de la saga de blockchain, y generar a su vez una bifurcación radical en la épica de esta base de datos descentralizada.

Satoshi Nakamoto aspira a convertirse en origen mítico de una saga sobre las bases de datos que deberían devolver a los usuarios el control y potestad sobre su propia información: al ocultarse tras un pseudónimo y comprometerse a no revelar su identidad, Nakamoto muta en la saga de blockchain en una especie de Celebrimbor, elfo Mírdain que —explica El Silmarillion248, equivalente al Ciclo troyano en el universo Tolkien—, forjó los Anillos de Poder. La evolución de Ethereum tal vez reserve a Vitalik Buterin, cofundador de esta plataforma de smart contract, el rol de alguno de los personajes destacados de El Señor de los Anillos. Quizá estemos frente a un pequeño epígrafe de la historia, o quizá ante quien facilite el florecimiento de la tecnología.

LOS SERVICIOS DESCENTRALIZADOS QUE VIENEN

Ethereum y plataformas alternativas proporcionan el ecosistema para desarrollar, a través de smart contract, diversos tipos de servicios, denominados DApp, o aplicaciones distribuidas, englobados en tres categorías fundamentales. El primer grupo engloba a aplicaciones que facilitan transacciones de cualquier bien o servicio a través de blockchain (documentos y títulos, acciones y bonos, metales preciosos, ficheros digitales de cualquier tipo, etc.).

La segunda categoría se sirve de la cadena de bloques como registro creíble entre partes que no necesitan conocerse o confiar las unas en las otras, sin necesidad de recurrir a intermediarios: registros catastrales e inmobiliarios, servicios de compraventa de objetos de valor cuyo historial de transacciones forma parte de su identidad, servicios de gestión de la información en los que es útil proteger y conocer el registro histórico de «modificaciones» o transacciones, infraestructuras de procedencia y seguimiento de productos a lo largo de su vida útil, etc.

La otra gran categoría de proyectos con mayor potencial en la cadena de bloques es la más ambiciosa, al usar smart contract capaces de autoejecutarse cuando se cumplen las condiciones preprogramadas en el algoritmo. Al servirse de las posibilidades de los contratos inteligentes (un protocolo para diseñar y automatizar el comportamiento de un programa de software que funciona sobre la red distribuida de la cadena de bloques), este tercer grupo constituye el origen potencial de todo tipo de aplicaciones, desde sistemas distribuidos de financiación colectiva a cooperativas autogestionadas y comunidades intencionales... o un nuevo tipo de red social249, segura e intencional, capaz de otorgar a los usuarios la potestad sobre su propia información, sobre su actividad en Internet y sobre los servicios y acciones que desea compartir.

Figura 11.5. Las organizaciones autónomas descentralizadas, DAO, otorgan a sus participantes la posibilidad de formar parte de organizaciones que pueden elegir nuevos modelos mutualistas de intercambio de valor y conocimiento. ¿Un futuro más próximo al modelo de Corporación Mondragón y menos a la estructura centralizada y acaparadora de los monopolios en la Red?

En el horizonte, los contratos inteligentes quizá puedan establecer cooperativas de personas que decidan ofrecer su excedente —físico o intangible— a cambio de una cantidad justa de productos y servicios disponibles en la red distribuida. Tal vez la distribución de productos y servicios de acuerdo con el potencial y las necesidades de una comunidad de participantes deje de constituir una utopía infranqueable, más propia del idealismo libertario de corte mutualista, ajeno a las construcciones centralizadoras del materialismo hegeliano y representado por, entre otros, seguidores de Saint-Simon (saintsimonistas), Proudhon (proudhonianos) y Tolstói (tolstoinanos). Los contratos inteligentes actuarían como el equivalente a los certificados de tiempo-trabajo250 en el esquema mutualista concebido por Pierre-Joseph Proudhon. Estos «certificados» podrían sustituir la dependencia pecuniaria por una asignación esencial de «valor» (cuantificado en función de unidades como el tiempo-trabajo) que facilitaría intercambios equivalentes entre transacciones de distinta naturaleza. De este modo, los participantes lograrían intercambiar productos finalizados por determinados bienes y servicios de los que carecen.

224. Isaacson, Walter: Steve Jobs. Nueva York, Simon & Schuster, 2015.

225. Pirsig, Robert M.: Zen and the Art of Motorcycle Maintenance: An Inquiry into Values. Nueva York, William Morrow and Company, 1974.

226. Higbey, Tomas: What are the best stories about people randomly (or non-randomly) meeting Steve Jobs? Comentario publicado por el propio Higbey en Quora, desde donde se hizo viral en las redes sociales. www.quora.com/Steve-Jobs/What-are-the-best-stories-about-people-randomly-or-non-randomly-meeting-Steve-Jobs/answer/Tomas-Higbey.

227. Gibney, Alex: The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley (película documental sobre la versión distorsionada de la realidad de Elizabeth Holmes). HBO, 24 de enero de 2019. www.hbo.com/documentaries/the-inventor-out-for-blood-in-silicon-valley.

228. Larson, Erik: The Madoff Players: Where Are They Now? Artículo, Bloomberg, 11 de diciembre de 2018. www.bloomberg.com/news/articles/2018-12-11/the-bernie-madoff-ponzi-scheme-who-s-where-now.

229. Orcutt, Mike: Ethereum thinks it can change the world. It’s running out of time to prove it. Technology Review, 13 de diciembre de 2018. www.technologyreview.com/s/612507/ethereum-thinks-it-can-change-the-world-its-running-out-of-time-to-prove-it/.

230. Mwanza, Kevin: African startups bet on blockchain to tackle land fraud. Reuters, 16 de febrero de 2018. www.reuters.com/article/us-africa-landrights-blockchain/african-startups-bet-on-blockchain-to-tackle-land-fraud-idUSKCN1G00YK.

231. Werback, Kevin: The Blockchain and the New Architecture of Trust (consultar la tercera parte: Building the Decentralized Future). Cambridge, Massachusetts, 2018.

232. Hilo de Jack Dorsey @jack en Twitter: «#BitcoinTwitter and #CryptoTwitter! Square is hiring 3-4 crypto engineers and 1 designer to work full-time on open source contributions to the bitcoin/crypto ecosystem. Work from anywhere, report directly to me, and we can even pay you in bitcoin! Introducing @SqCrypto. Why?», Twitter, 20 de marzo de 2019. twitter.com/jack/status/1108487911802966017.

233. Chong, Nick: Jack Dorsey Unveils Square Crypto, How Will It Help Bitcoin? NewsBTC, 21 de marzo de 2019 www.newsbtc.com/2019/03/21/jack-dorsey-unveils-square-crypto-how-will-it-help-bitcoin/.

234. Wagner, Kurt: Stripe gave up on bitcoin, but co-founder John Collison is excited about the future of crypto. Recode, 17 de septiembre de 2018. www.recode.net/2018/9/17/17871884/stripe-john-collison-bitcoin-code-commerce-cryptocurrencies.

235. Werback, Kevin: The Blockchain and the New Architecture of Trust (consultar la segunda parte: Ledgers Meet Law). Cambridge, Massachusetts, The MIT Press, 2018.

236. Acerca de la tesis de Nick Szabo acerca de lo que él llama «pensamiento cuántico», consultar: The meaning of the blockchain (Open Future, The Economist, 18 de enero de 2019. www.economist.com/open-future/2019/01/08/the-meaning-of-the-blockchain); y un hilo de Reddit donde se especula con la hipótesis de que Szabo podría ser Satoshi Nakamoto: Why I think Nick Szabo is Satoshi Nakamoto (Reddit, 21 de septiembre de 2017. www.reddit.com/r/Bitcoin/comments/71memx/why_i_think_nick_szabo_is_satoshi_nakamoto/).

237. Wilson, Fred: What Is Going To Happen In 2019. AVC, 1 de enero de 2019. avc.com/2019/01/what-is-going-to-happen-in-2019/.

238. Johnson, Steve: Beyond the Bitcoin Bubble. The New York Times Magazine, 16 de enero de 2018. www.nytimes.com/2018/01/16/magazine/beyond-the-bitcoin-bubble.html.

239. Dawkins, Richard: El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta. Oxford, Oxford University Press, 1976.

240. Leigh, Karen, y Li, Dandan: How China Is Planning to Rank 1.3 Billion People. Bloomberg Businessweek, 1 de diciembre de 2018. www.bloomberg.com/news/articles/2018-12-01/china-s-radical-plan-to-judge-each-citizen-s-behavior-quicktake.

241. Para conocer una deriva distópica sobre las implicaciones de un Estado P2P que aplicara un sistema de vigilancia panóptica y de crédito social sobre su ciudadanía, consultar la novela del autor en la cual se exploran los posibles escenarios derivados: Boullosa, Nicolás: El valle de las adelfas fosforescentes. Barcelona, *faircompanies, 2015.

242. Dahlgren, Peter: Media, Knowledge and Trust: The Deepening Epistemic Crisis of Democracy. Publicness and the Public Sphere in the Internet Age. Journal of the European Institute for Communication and Culture, Volumen 25, número 1-2 (The Liquefaction of Publicness: Communication, Democracy and the Public Sphere in the Internet Age, pp. 20-27), 31 de enero de 2018. doi.org/10.1080/13183222.2018.1418819.

243. Sobre Hyperledger: IBM Blockchain based on Hyperledger Fabric from the Linux Foundation. IBM, 2018. www.ibm.com/blockchain/uk-en/hyperledger.html.

244. Dixon es asimismo citado en el siguiente artículo de análisis: The great chain of being sure about things. The Economist, 31 de octubre de 2015. www.economist.com/briefing/2015/10/31/the-great-chain-of-being-sure-about-things.

245. Andreessen, Marc: Marc Andreessen on Why Software Is Eating the World. The Wall Street Journal, 20 de agosto de 2011. www.wsj.com/articles/SB10001424053111903480904576512250915629460.

246. Louis, Tristan: Are We Breaking The Internet? Fast Company, 5 de marzo de 2017. www.fastcompany.com/3068627/internet-aws-cloud-centralization.

247. Dixon, Chris: Blockchain can wrest the Internet from corporations' grasp. Wired, 4 de enero de 2019. www.wired.com/story/how-blockchain-can-wrest-the-internet-from-corporations/.

248. Tolkien, J.R.R. y Tolkien, Christopher, (ed.): El Silmarillion. trad. Rubén Masera y Luis Domènech. Capellades, Minotauro, 2002.

249. Dhillon, Sunny: How The Blockchain Can Solve Social Media's Biggest Problems. Forbes, 28 de febrero de 2018. www.forbes.com/sites/valleyvoices/2018/02/28/how-the-blockchain-can-solve-social-medias-biggest-problems/#2a05a15b27cb.

250. Jourdain, Édouard: Proudhon contemporain. París, CNRS Éditions, 2018.

 

LA MADURACIÓN CONCEPTUAL DE BLOCKCHAIN

ESPECULACIÓN Y TEORÍA DE JUEGOS EN TIEMPOS REVUELTOS

A inicios de 2017, los usuarios de redes sociales menos crédulos y más preparados para separar el grano de la paja nadaban todavía en la resaca de la oleada populista que había influido unos meses antes sobre el referéndum del Brexit y, en noviembre de 2016, había catapultado a Donald Trump a la Casa Blanca. La opinión pública se había emancipado de los medios de masas y líderes de opinión, intermediarios tradicionales de los flujos informativos, y empezaban a llegar las consecuencias inesperadas en forma de «daños colaterales»: el rastreo de los datos y la actividad de los usuarios a través de Internet permitía a cualquiera con el conocimiento necesario orientar campañas decisivas de desinformación en lugares determinados para así convertir intangibles (ansiedad económica, desequilibrios estructurales) en votos o acciones determinadas. Estas campañas publicitarias con ánimo propagandístico en redes sociales, además de efectivas, se revelaron sorprendentemente económicas en comparación con su impacto y efectividad.

De repente, saltaban todas las alarmas y los expertos en medios se preguntaban por qué, con el éxito de audiencia de las redes sociales, los ciudadanos han dejado de comprometerse a meditar lo que dicen antes de expresarlo. Empezaban a apilarse las acusaciones contra Facebook por diseñar algoritmos puramente utilitaristas (con una finalidad explícitamente económica), según los cuales toda comunicación es digna de ser promovida si genera mayor interés y acciones entre la comunidad de usuarios251. Y, al anteponer los beneficios económicos a la protección de sus usuarios contra la proliferación del sensacionalismo y la agitación propagandística, Facebook renegaba tajantemente de toda responsabilidad sobre el contenido creado, promovido y almacenado en su ecosistema, técnicamente una «comunidad vallada» y paradigma de un ecosistema horizontal, capaz de convertir la actividad y atención de sus usuarios en inversión publicitaria personalizada252.

Durante las agitadas semanas posteriores a la elección de Donald Trump como presidente estadounidense, el todavía minoritario sector de las criptomonedas vivía un momento eufórico: el valor de cada bitcoin había ascendido hasta alcanzar 600 dólares en enero de 2017, algo que los editorialistas consideraban ya inusitado y sintomático. No tardaron en aparecer los artículos y consejos de analistas que alertaban sobre una burbuja en la mayor criptomoneda. Al final de 2017, el valor de cada bitcoin se situaba en torno a 20000 dólares253; de repente, las criptomonedas parecían tocadas por la varita de las fábulas y relatos bíblicos: magia, panes y peces por doquier, e inversores iniciales en la primera cadena de bloques con retornos de inversión sensacionales. Surgían monederos centralizados capaces de gestionar distintas criptomonedas, y el nuevo espacio de la cadena de bloques se llenó de pequeños y grandes inversiones más interesados en medir el retorno y gestionar el riesgo que en comprender la utilidad o el potencial de la plataforma.

La revalorización espectacular de los fondos en bitcoin, incluso de los participantes que apenas habían adquirido un puñado de criptomonedas a precios dramáticamente inferiores, ponía a prueba la volatilidad y el efecto de red de una eventualidad que iniciara la fiebre vendedora. El acontecimiento apenas tardó unas semanas en llegar: a principios de febrero de 2018, el valor de bitcoin se había despeñado por debajo de los 8000 dólares, para situarse a lo largo de todo 2018 ente los 11000 dólares de marzo de ese año hasta los poco más de 3000 dólares de diciembre. El 3 de enero de 2019, con motivo de la efeméride de los 10 años del lanzamiento de Bitcoin y la creación del «bloque de génesis» a cargo de Satoshi Nakamoto, el diario británico The Guardian titulaba con cierta ironía, tras la ascensión y caída del valor en el último ciclo de dos años, con un «Feliz 10 aniversario, Bitcoin. Es asombroso que existas todavía»254.

Y esa era la noticia: la criptomoneda había resistido a todo tipo de pruebas de resistencia255; desde intentos de ataques para sobrescribir el registro compartido y tratar de controlar así el 51 % de la capacidad de computación de su red P2P, a ataques de denegación de servicio orquestados contra sus principales nodos para tratar de demostrar su inviabilidad técnica. El sitio web 99bitcoins.com mantiene un registro con las ocasiones en que algún analista o periodista influyente ha declarado la muerte de Bitcoin y, con esta, la viabilidad de cualquier servicio erigido sobre una cadena de bloques256. En febrero de 2019, el número de muertes declaradas de la criptomoneda superaba ya las 345, con defunciones anunciadas, entre otros, por el inversor más célebre de Estados Unidos, Warren Buffet (para quien Bitcoin es «veneno de rata al cuadrado»)257; y por un premio Nobel de Economía, el también columnista Paul Krugman (según el cual la principal criptomoneda «es básicamente un esquema Ponzi»)258.

LAS NOTICIAS SOBRE LA MUERTE DE BLOCKCHAIN HAN SIDO EXAGERADAS

Durante una gira internacional para tratar de recaudar fondos con apariciones públicas y así solventar sus cuantiosas deudas en Estados Unidos, Mark Twain259, que había estado unos días convaleciente en Londres, recibió un cable de un reportero del New York Journal. Frank Marshall White, el periodista en cuestión, habría preguntado a Twain si los rumores eran ciertos y se encontraba en poco menos que su lecho de muerte. La respuesta de Twain260, «Las noticias sobre mi muerte han sido exageradas», fue usada de manera célebre por Steve Jobs durante su discurso para el evento Let's Rock en septiembre de 2008261: Bloomberg había creído un bulo de principios de agosto sobre la muerte de Jobs, publicando durante un instante el obituario preparado, para retirarlo poco después262.

Los rumores sobre la muerte de Bitcoin son exagerados, y cualquier bulo sobre la muerte de blockchain, las «bases de datos de Internet»263 como las ha definido el inversor de capital riesgo Chris Dixon, han sido exagerados. Sin embargo, la estrecha asociación en la opinión pública mundial entre Bitcoin, la tecnología blockchain y el fenómeno de la especulación financiera con productos opacos como productos derivados, son un riesgo que podría convertirse en lastre a la hora de analizar el auténtico potencial de blockchain. El futuro de estas bases de datos descentralizadas para transmitir valor, de manera segura y sin intermediarios, se aleja (según los expertos que se han tomado la molestia de estudiar —y comprender— sus entresijos) del mero uso transaccional de criptomonedas.

Guste o no, la definición original de la arquitectura estará siempre asociada a su primer uso: un sistema de pago descentralizado y seguro mediante una moneda digital y sus derivados, en forma de token. Pero lo que surgió como sistema para asignar y transferir unidades monetarias (criptomonedas y token) entre participantes, en una red descentralizada y sin necesidad de intermediarios, se convirtió pronto en un fabuloso campo experimental para erigir servicios que transmitieran «valor» (actividad registrada) entre sus participantes, a través de una estructura esencial concebida desde la base hasta la cúpula, y no a la inversa: una red P2P, un registro de transacciones público y compartido, métodos para validar transacciones y emitir moneda, y un mecanismo para lograr un consenso en cada actualización del registro (prueba de trabajo, proof-of-work, PoW). He aquí los ingredientes esenciales que transformarán Internet.

Figura 12.1. El escritor estadounidense Mark Twain en sus años mozos. Su sentencia «las noticias sobre mi muerte han sido exageradas» ha sido usada como recurso retórico desde que la pronunciara en 1897.

ENTRA ETHEREUM: ¿UN ORDENADOR MUNDIAL DESCENTRALIZADO?

Las limitaciones técnicas de Bitcoin inspiraron dos trayectorias evolutivas: en primer lugar, surgieron proyectos que usaban la cadena de bloques como cimientos de algoritmos personalizados (smart contract) para crear aplicaciones de todo tipo (DApp), que trataban de acelerar el protocolo de consenso PoW de las transacciones en Bitcoin, con el fin de facilitar el desarrollo de proyectos personalizados. A finales de 2013264, el investigador en criptomonedas y programador ruso-canadiense Vitalik Buterin presentaba un artículo a cara descubierta (solo puede haber un Satoshi Nakamoto) su plataforma de aplicaciones sobre blockchain, Ethereum.

Inspirado en la gobernanza de otros proyectos de código abierto con fines universalistas, como Wikipedia, Ethereum se constituyó primero como compañía privada en Suiza y, a continuación, creó una fundación a modo de gestora, Ethereum Foundation (Stiftung Ethereum), con sede igualmente suiza, si bien el ánimo del proyecto residía en la autogestión a través de una comunidad electrónica constituida orgánicamente por sus participantes, organizando la financiación distribuida del proyecto en el verano de 2014 (que serviría como modelo de futuras ICO, u ofertas iniciales de monedas).

En 2015, Ethereum iniciaba su andadura con 72 millones de ether en circulación y el interés tanto de desarrolladores independientes como del público especializado y expertos en seguridad informática y transacciones electrónicas de todo el mundo, interesados en comprobar las posibilidades los pequeños programas que permitirían conectar la base de datos descentralizada con historial único y aplicaciones para el usuario final. Estos pequeños programas personalizados, denominados contratos inteligentes, prometían ejecutar todo tipo de computaciones complejas en una red descentralizada, para convertir a la cadena de bloques en una «máquina universal», o arquitectura de computación que, en condiciones ideales (sin fallos prevenibles y con tanta memoria como fuera necesario), pueden resolver cualquier problema computacional razonable. Este sistema propuesto por primera vez por el pionero en ciencia computacional Alan Turing, lleva en su honor el nombre de «Turing completo».

DESDE LAS CRIPTOMONEDAS A LAS APLICACIONES DISTRIBUIDAS

Los contratos inteligentes, auténticos intermediarios entre la base de datos distribuida y las aplicaciones para usuarios finales o DApp (como lo haría una API, o interfaz de programación de aplicaciones, en un servicio centralizado de Internet que permitiera escribir programas sobre su esquema centralizado), son almacenados en todos los nodos de la red Ethereum, lo cual permite establecer una supervisión y coste por uso cuando los usuarios de una DApp determinada se sirven de recursos almacenados en la infraestructura distribuida. El esquema permite la conexión bajo demanda de tres elementos estructurales que usaremos en los próximos años, seamos conscientes o no de ello:

[blockchain (base de datos distribuida) -> smart contract (API en una máquina virtual distribuida) -> DApp (programa concreto distribuido)]

Los usuarios se interesarán por la DApp, o aplicación final con la que interactuar.

Esta arquitectura esencial concentró esperanzas y expectativas en torno a Ethereum. De repente, los servicios descentralizados podían combinar anonimidad, libertad, seguridad en el pago y el uso, flexibilidad, y posibilidades incalculables de personalización. ¿Un sueño hecho realidad o una propuesta con un ingenio notable difícil de poner en práctica?

De la noche a la mañana, Vitalik Buterin se convertía en el rostro visible de la plataforma que debía demostrar que Ethereum Virtual Machine, EVM, una máquina virtual descentralizada que debía ejecutar simultáneamente varios contratos inteligentes en cada uno de los nodos participantes activos, podía aportar estabilidad y rapidez suficientes para garantizar la utilidad y atractivo de los nuevos servicios sobre Ethereum en forma de aplicaciones. En medio de la euforia, surgió una duda en los foros de desarrolladores enrolados con entusiasmo en el desarrollo de los nuevos protocolos de la plataforma; ¿durante cuánto tiempo podían las DApp permitirse ser poco más que una promesa?

La nueva plataforma formalizaba, al menos, sus intenciones con coherencia y «solidez»: Ethereum no solo prometía un lenguaje de programación, Solidity, que coordinaba otros lenguajes y se presentaba como máquina universal265 —abriendo la infraestructura a cualquier uso imaginable sobre una base de datos informática—266; sino que, además, la infraestructura eliminaba la frustrante lentitud de Bitcoin, al reducir fracciones de segundo la duración para confirmar transacciones y acelerar el proceso de consenso o actualización del registro compartido (en este caso, la blockchain de Ethereum) sustituyendo eventualmente el algoritmo proof-of-work por otro basado en la «reputación» de quienes ayudan en el consenso, o «prueba de participación» (proof-of-stake, PoS).

Figura 12.2. Reminiscencias de Pink Floyd (y la legendaria portada del disco de la banda en 1973, The Dark Side of the Moon) en esta representación gráfica de las ventajas de Ethereum Casper, el nuevo protocolo de validación de bloques por «prueba de participación» (PoS) de Ethereum: menor coste de proceso computacional para validar bloques, y ampliación de la carga de trabajo simultánea para facilitar el rendimiento de la plataforma.

No obstante, la voluntad de los desarrolladores de Ethereum no ha ido de la mano de la realidad la primera fase de desarrollo. El propio Vitalik Buterin publicaba a inicios de 2014 en la bitácora de Ethereum un artículo267 donde sugería la transición hacia Slasher, un protocolo PoS para alcanzar consenso en la cadena de bloques que penalizaría a quien tratara de forzar una actualización incoherente —produciendo una evitable bifurcación radical (hard fork) en la cadena de bloques por motivos malintencionados—.

Transcurrió el tiempo y Slasher no pasó las pruebas de solidez para las que había sido concebido: en octubre del mismo año, Vitalik confirmaba268 que Slasher había entrado en una vía muerta debido a su complejidad (en jerga del mundo del software, este algoritmo para actualizar bloques —alcanzar el consenso mediante una «prueba de confirmación»— era declarado «no trivial»). Ethash, el algoritmo de «prueba de trabajo» de blockchain, ha seguido en funcionamiento, mientras Ethereum ultima la presentación de su nuevo protocolo PoS, Casper269. Este último debe aparecer en la actualización denominada Constantinople, o Ethereum 2.0, pospuesta desde finales de 2018 a la primera mitad de 2019270.

A diferencia de PoW, PoS evita el minado y decide a quién asignar la actualización a partir de un cálculo complejo con numerosas variables, lo que evitaría adjudicar siempre la actualización de nuevos bloques a los nodos más poderosos, y conducirá a la centralización y al eventual surgimiento de una élite oligárquica; PoS otorga mayor importancia tanto a la antigüedad de los nodos que proponen un nuevo bloque actualizado como a su recorrido histórico en la infraestructura (su comportamiento «responsable» y «coherente» en la cadena de bloques).

ETHEREUM: DE LAS BUENAS IDEAS A LA OPERATIVA CONCRETA

Asimismo, Ethereum introducía flexibilidad en su arquitectura para convertir las actualizaciones del ecosistema en procesos relativamente rápidos, automatizados y a prueba de fallos sistémicos (o «alta tolerancia a faltas bizantinas», BFT en sus siglas en inglés). En el nuevo esquema, la ausencia de nodos automatizados no pone en riesgo la mayoría del sistema, pues se establece la provisión de una infraestructura de servidores estratégicos para garantizar un funcionamiento congruente incluso bajo situaciones virtualmente catastróficas (como el fallo de un elevado porcentaje de nodos en la red durante la actualización de Ethereum, instalado en cada uno de los nodos participantes)271.

Las actualizaciones no son obligatorias pero sí recomendadas y se llevan a cabo a través de una «bifurcación suave» (soft fork) del código fuente de la plataforma, un proceso que en práctica se asemeja a la evolución orgánica de actualizaciones de un sistema operativo entre los usuarios, los cuales migran a la versión estable más reciente a medida que las ventajas de realizar el cambio superan los inconvenientes, mientras los últimos en llegar a la plataforma adoptan la última versión disponible en el momento durante su primera inscripción.

El entusiasmo en torno a Ethereum coincidió con el auge de Bitcoin y la proliferación de criptomonedas alternativas, alentadas por el surgimiento de monederos centralizados capaces de almacenar, gestionar y realizar transacciones en criptomonedas e incluso en token («derechos sobre monedas» usados durante el lanzamiento de proyectos de blockchain a través del mecanismo de financiación distribuida —la mencionada oferta inicial de monedas, ICO—). Para evitar una deriva similar en Ethereum, que corría el riesgo de diluir sus expectativas en contratos inteligentes y aplicaciones distribuidas con el mero comercio de valores, la plataforma había previsto dos tipos de usuario en función del rol en el ecosistema.

Figura 12.3. Como «computadora universal» capaz de albergar cualquier aplicación imaginable, Ethereum invita en su documentación a probar maneras novedosas y mutualistas de automatizar, desde inventar una moneda propia a organizar métodos de financiación de proyectos privados sin necesidad de intermediarios.

En primer lugar, los usuarios convencionales podían abrir una cuenta externa (externally owned account), un perfil con clave público-privada equivalente a las cuentas en Bitcoin para almacenar ether y realizar transacciones, así como usar cualquier servicio sobre la plataforma y utilizar futuras pasarelas de pago integradas en otros servicios, etc.

Un segundo tipo de cuenta en Ethereum se destinaba a los desarrolladores de contratos inteligentes, las cuentas contrato (contract account), tenedoras de una clave pública cada una —de la que los usuarios y DApp se servirían para el funcionamiento de cada servicio— pero sin clave privada, con la posibilidad de compartirse entre varios usuarios y tener una naturaleza de «multifirma». Esta estructura de cuenta implica transparencia técnica e imposibilita la gestión datos de terceros al margen de la máquina virtual de Ethereum, EVM: las cuentas de smart contract carecen, por tanto, de un repositorio protegido con clave criptográfica privada (una «caja negra» equivalente al tipo de protección usado por servicios web centralizados), que fomente prácticas ocultas o ajenas a la arquitectura de la red distribuida.

DALE GAS: ETHEREUM Y LA CARRERA POR EL USO RESPONSABLE DE RECURSOS

La coherencia estructural de Ethereum afronta situaciones paradójicas que la plataforma deberá superar si quiere atraer infinidad de servicios y millones de usuarios de sus DApp en todo el mundo: todos los contratos inteligentes programados en Ethereum —en realidad, auténticas API para desarrolladores que garantizan la conexión entre back-end (la base de datos distribuida) y front-end (la aplicación con que el usuario interactúa)—, aparecen en el registro compartido por cada nodo; en la práctica, cada operación procesada por la máquina virtual, EVM, es ejecutada por cada uno de los nodos activos que participan en Ethereum. Debido a esta interdependencia, los contratos inteligentes activos podrían invocar operaciones en otros contratos que no requieren actividad en ese momento, elevando la necesidad de memoria, el rendimiento y el coste de mantenimiento de la infraestructura.

Para evitar situaciones de abuso en un entorno en que cada usuario pudiera provocar el agotamiento de los recursos de la red al perseguir estrategias de acumulación de procesos en EVM, el protocolo Ethereum introdujo un incentivo negativo, consistente en ejecutar una transacción o una operación en un contrato cuenta con un coste o gas (una fracción testimonial de ether, que sin embargo puede alcanzar importes significativos en esquemas de abuso como las operaciones automatizadas no deseadas —bots de spam, etc.—)272. El coste de las transacciones o gas no es un importe fijo, sino que se ajusta a las fluctuaciones en el valor de ETH y la sobrecarga de actividad en los nodos y en los bloques (cada bloque actualizado en el archivo compartido por la red Ethereum impone un límite de operaciones, desincentivando el uso de la infraestructura como reserva de memoria para agentes de Internet con objetivos dudosos).

ESCAPANDO AL FENÓMENO DE LA «TRAGEDIA DE LOS COMUNES»

Que todos los nodos de Ethereum ejecuten el código de todos los contratos inteligentes garantiza la autonomía de todas las partes y evita el trato de favor o la discriminación a priori de cualquier servicio. En el lado menos positivo de este esquema salomónico, los contratos inteligentes mejor diseñados y más exitosos podrían ser perjudicados por el lastre de convivir en un ecosistema en igualdad de condiciones con actores menos responsables con los recursos de la red (tales como servicios que, por ejemplo, sacrifiquen el rendimiento colectivo a favor de algún esquema de incentivos particular). Esta paradoja está presente en todo contexto de libre competencia por el acceso a un recurso limitado, observó el ecologista estadounidense Garrett Hardin en 1968, en su artículo científico sobre lo que él llamó la «tragedia de los comunes»273.

A Hardin le preocupaba la evolución de los recursos naturales finitos explotados racionalmente, como la pesca: la legítima búsqueda del interés personal al explotar estos recursos, incluso cuando la explotación se realiza de manera totalmente legal y racional, termina por agotar los recursos compartidos, pues el resto de actores optará por una estratagema similar. La «tragedia de los comunes» ilustra cómo el comportamiento humano en ecosistemas compartidos puede ser a la vez racional —a escala individual— e irracional —dado el resultado global una vez se suman las acciones legítimas de cada uno de los participantes—.

La relación entre libertad de actuación y responsabilidad es esencial en contextos de recursos finitos compartidos y, en el caso de Ethereum Virtual Machine, esta tensión entre libre albedrío y corresponsabilidad deberá incluir métodos para orientar el comportamiento individual hacia situaciones de equilibrio en toda la infraestructura. La irresponsabilidad —o un egoísmo guiado por el corto plazo— repercute sobre el funcionamiento ideal de cualquier infraestructura con recursos limitados; tal es el caso de una cadena de bloques.

EL TAO DE LAS «DAO»: EL FUTURO DE LAS ORGANIZACIONES AUTÓNOMAS DESCENTRALIZADAS

La primera prueba de fuego para la estructura técnica de Ethereum llegó con The DAO, la constitución de la primera organización fundada, regida y financiada de manera distribuida. Esta organización, la primera de su naturaleza, debía servir de test de estrés para los resortes de la plataforma. Ethereum tenía que demostrar tanto seguridad como escalabilidad, así como la capacidad tanto del lenguaje Solidity como de la red virtual distribuida EVM para albergar todo tipo de instrucciones, al tratarse de una «máquina universal» —y, por tanto, Turing completa—.

El nombre de The DAO hace referencia explícita a las siglas en inglés de «Organización Autónoma Descentralizada», así como a un concepto crucial en la filosofía oriental y, en concreto, en el taoísmo: el «tao» (pronunciado «dào» en chino), orden cósmico de la existencia o «camino» que se manifiesta en el flujo de las cosas. Según esta interpretación ancestral, el «dao» es un ritmo universal que no puede ser nombrado y que se representa en la interacción de las cosas que uno puede nombrar, y su comprensión muestra un recorrido en armonía con el contexto en el que siempre estamos inmersos (no puede haber persona si esta no se encuentra en un lugar y entabla una relación compleja y llena de matices con otras personas, cosas y elementos).

The DAO no fue el tao de Ethereum, sino más bien el mayor riesgo sistémico que ha afrontado la joven plataforma.

Es cierto que The DAO surgió como un experimento informático compatible con la semántica del tao en las doctrinas dhármicas: una organización en la que todos los participantes conformaban su dirección, que aspiraba a nada menos que a servir de incubadora descentralizada de otros proyectos sobre Ethereum. The DAO se presentó como poco menos que un proyecto capaz de emular la organicidad de las estructuras fractales de la naturaleza, en las cuales la configuración básica se replica a distintas escalas sin perder las propiedades. En Ethereum, The DAO prometía usar los fondos de sus participantes para estudiar sus propias características de «máquina universal» y, acto seguido, proporcionar las herramientas capaces de lanzar otras aplicaciones Turing completas, desde la gestión de la inversión hasta su desarrollo conceptual y ejecución.

Figura 12.4. ¿Pueden las organizaciones autónomas descentralizadas mejorar la gobernanza de sistemas complejos, o dependemos de sistemas de valores humanos imposibles de condensar en el reduccionismo matemático de los contratos inteligentes de la cadena de bloques? En la imagen, retrato del pintor Lu Zhi sobre Zhuangzi («maestro Zhuang»). La pintura, titulada El sueño de la mariposa (1550), representa al sabio taoísta soñando ser una mariposa; al despertar, Zhuangzi se pregunta si él mismo no será producto de la ilusión de una mariposa que sueña ser un hombre.

Pero lo que es bello en el universo ideal de las hipótesis no encuentra siempre un equivalente en la realidad, una vez un proyecto pasa de una planificación en condiciones óptimas a la práctica: The DAO, organización que (a diferencia de Ethereum) carecía de Estado y operaba exclusivamente en Internet, logró crear la mayor financiación colectiva hasta ese momento, si bien las promesas del proyecto se toparon con una vulnerabilidad técnica en el código fuente del smart contract de la organización, que fue explotada por un grupo de usuarios. Esta acción les permitió extraer un tercio de los fondos de la organización y depositarlos de manera ilícita en una cuenta subsidiaria, acontecimiento que dio pie a una incompatibilidad inesperada: la actualización de transacciones tras este acto —matemáticamente permitido debido a un error en el código del contrato— habría validado los nuevos bloques en el registro compartido, certificando un robo sin rastro físico ni responsabilidades jurídicas de The DAO, al ser una organización ajena al marco jurídico de cualquier Estado.

El 20 de julio de 2016, en el bloque 1920000, la comunidad de Ethereum decidió proceder con una bifurcación radical o forzada (hard-fork) en la cadena de bloques de la plataforma para restituir así los fondos invertidos en The DAO al smart contract original. El acontecimiento creó una crisis de confianza tanto en Ethereum como en torno a blockchain: ¿cómo promover organizaciones mutuales capaces de crear servicios descentralizados si, a las primeras de cambio, una minoría de actores sacrificaban toda ética o responsabilidad en favor del beneficio económico a corto plazo, incluso cuando este pudiera percibirse como ilícito? En la práctica, la bifurcación radical creó dos blockchain basadas en la plataforma, Ethereum (la cadena de bloques oficialista, que había optado por restaurar el smart contract original de The DAO) y Ethereum Classic, o cadena de bloques actualizada con la transferencia de fondos a una cuenta adicional. Este segundo servicio continúa en activo, si bien su volumen de transacciones es muy inferior al de Ethereum.

Para hacer realidad su sueño de convertirse en un ordenador distribuido a escala mundial, capaz de albergar estructuras orgánicas y mutualistas que ofrezcan todo tipo de servicios, Ethereum deberá demostrar su estabilidad, rapidez, flexibilidad, capacidad de mejora y actualización, y la posibilidad de rendir a buen nivel en estructuras a gran escala.

Un único proyecto popular, capaz de combinar sencillez de uso y estabilidad (y, a la vez, evitar situaciones como la que afectó a The DAO), atraerá a otros pioneros en DApp y mejorará los contratos inteligentes hasta esa fecha. Desde su lanzamiento y hasta enero de 2019, se habían desarrollado y publicado centenares de miles de smart contract (un elevado porcentaje de los cuales no han sido verificados y, por tanto, no están en activo), que contaban con unos fondos asignados de 105 millones de ether.

Estos contratos inteligentes, auténticas API en la cadena de bloques, son capaces de ejecutar órdenes programadas del tipo «si esto, luego lo otro», o scripts que sirven para generar, asignar o transferir unidades de valor (token), así como cualquier otra acción: desde el registro de votos o cualquier otra información; a la ejecución de normas en una aplicación descentralizada (por ejemplo, integrar las gestiones administrativas de una cooperativa de trabajadores, una institución educativa, un laboratorio de gobernanza de instituciones electrónicas, etc.).

LA CARRERA DE FONDO PARA CREAR INTERNET 3.0

Entre finales de 2016 y finales de 2018, mientras Ethereum proponía una computadora descentralizada a escala mundial y Turing completa para albergar cualquier aplicación imaginable, Bitcoin experimentaba las tensiones de movimientos especulativos.

En paralelo, los principales servicios de Internet, englobados en torno a repositorios centralizados que almacenan y controlan el flujo de la información mundial a cambio de ingresos publicitarios, renegaban de toda responsabilidad en el uso controvertido de sus herramientas: el contenido creado o compartido por los usuarios, aseguraron ante el Congreso de Estados Unidos y ante la Comisión Europea, era de la incumbencia de estos a título personal, y no de la infraestructura, que renegaba de todo papel editorial al no definirse como medio de comunicación. Los nuevos medios pretenden acaparar el almacenamiento y distribución del mensaje para, combinándolo con la información de usuarios, acaparar los ingresos publicitarios de la Red... y hacerlo sin responsabilizarse de «daños colaterales».

¿Puede la cadena de bloques proponer una alternativa autogestionada y creíble a las redes sociales y ecosistemas de aplicaciones, capaz de garantizar la seguridad de la información y la privacidad de los participantes, y devolviéndoles la potestad sobre su propia actividad en la Red? Hasta el momento, los algoritmos mejor custodiados del mundo han antepuesto los beneficios económicos a cualquier otra consideración. No obstante, como reflexionaba Garrett Hardin en su artículo sobre la batalla de recursos finitos entre personas constituyentes de un ecosistema, o «tragedia de los comunes», ha llegado el momento de explorar una mejor relación entre libertad y responsabilidad con los recursos compartidos.

Figura 12.5. Blockchain crea nuevas oportunidades para trazar el histórico de transacciones de productos y servicios. En la gráfica, un ejemplo de uso de la plataforma Ethereum en la cadena de suministro.

El mutualismo perdió la batalla ideológica a mediados del siglo XIX, cuando el materialismo dialéctico arrinconó las tesis libertarias de Pierre-Joseph Proudhon.

La cadena de bloques podría ser un entorno ideal para estudiar la relación entre tiempo y trabajo, entre valor y trabajo; su uso también podría extenderse a métodos de cálculo que faciliten el intercambio de productos y servicios dispares por su cantidad equivalente en un mercado descentralizado y autogestionado.

251. Dance, Grabriel J.X., LaForgia, Michael, y Confessore, Nicholas: As Facebook Raised a Privacy Wall, It Carved an Opening for Tech Giants. The New York Times, 18 de diciembre de 2018. www.nytimes.com/2018/12/18/technology/facebook-privacy.html.

252. Timm, Trevor: Facebook Doesn’t Care About You. Oversight, Medium, 1 de febrero de 2019. medium.com/s/oversight/facebook-doesnt-care-about-you-cb7bc457344c.

253. Morris, David Z, 17 de diciembre de 2017. Bitcoin Hits a New Record High, But Stops Short of $20,000. Fortune. fortune.com/2017/12/17/bitcoin-record-high-short-of-20000/.

254. Fischer, Tibor. Happy 10th birthday, bitcoin. It’s amazing you still exist. The Guardian, 3 de enero de 2019. www.theguardian.com/commentisfree/2019/jan/03/10th-birthday-bitcoin-cryptocurrency.

255. Análisis del contexto: How to put bitcoin into perspective. The Economist, 1 de septiembre de 2018. www.economist.com/technology-quarterly/2018/09/01/how-to-put-bitcoin-into-perspective.

256. El listado Bitcoin Obituaries compila el número de ocasiones en que Bitcoin ha sido declarada fuera de juego. 99bitcoins.com/bitcoin-obituaries/.

257. Kim, Tae: Warren Buffett says bitcoin is 'probably rat poison squared'. CNBC, 5 de mayo de 2018. www.cnbc.com/2018/05/05/warren-buffett-says-bitcoin-is-probably-rat-poison-squared.html.

258. Krugman, Paul: Bubble, Bubble, Fraud and Trouble. The New York Times, 29 de enero de 2018. www.nytimes.com/2018/01/29/opinion/bitcoin-bubble-fraud.html.

259. Scharnhorst, Gary: Twain in His Own Time. Iowa City, University of Iowa Press, 2010.

260. White, Frank Marshall: Mark Twain Amused. New York Journal, 2 de junio de 1897.

261. Quittner, Josh: Steve Jobs: Not Dead Yet. Time, 9 de septiembre de 2008. content.time.com/time/business/article/0,8599,1840079,00.html.

Ir a la siguiente página

Report Page