Bhagavad Gita

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Bhagavad Gita » 4

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KRISNA

1. Revelé este yoga imperecedero a Vivasvan, el sol, padre de la luz. Él a su vez se lo reveló a Manu, su hijo, padre del hombre. Y Manu lo enseñó a su hijo, el rey Ikshvaku, el santo.

2. Luego fue transmitido de padres a hijos en la línea sucesoria de los reyes que eran santos; mas la doctrina fue olvidada por los hombres con el devenir inmemorial de los tiempos.

3. Hoy te revelo a ti este yoga eterno, este secreto supremo: a causa de tu amor por mí, y porque soy tu amigo.

ARJUNA

4. Posterior fue tu nacimiento al del sol: el nacimiento del sol fue antes que el tuyo. ¿Qué significan, pues, tus palabras cuando dices: «Revelé este yoga a Vivasvan»?

KRISNA

5. Muchas veces he sido engendrado, oh Arjuna, y muchas veces lo has sido tú también. Mas yo recuerdo mis vidas pasadas, y tú las has olvidado.

6. Si bien soy no nacido y sempiterno, Señor de todo, vengo a mi reino de la naturaleza, y mediante mi poder prodigioso nazco.

7. Cuando la justicia se debilita y decae, y la injusticia medra altanera, entonces mi espíritu surge en la tierra.

8. Para la salvación de quienes son buenos, para la destrucción de la maldad en el hombre, para la realización del reino de la justicia, vengo a este mundo edad tras edad[53].

9. Aquel que conoce mi nacimiento como Dios y conoce mi sacrificio, cuando abandona su cuerpo mortal deja de ir de muerte en muerte, pues he aquí que viene a mí.

10. ¡Cuántos son los que hasta mí han llegado, confiados en mí, llenos de mi espíritu, en paz frente a las pasiones, los temores y la ira; purificados por el fuego de la sabiduría!

11. Comoquiera que los hombres me aman, de igual manera son amados por mí: múltiples son las sendas de los hombres, mas todas terminan llegando a mí.

12. Quienes codician el poder prematuro ofrecen sacrifico a los dioses de la tierra[54], pues en este mundo de hombres el éxito y el poder son resultado directo de la acción.

13. Los cuatro órdenes de los hombres[55] surgieron de mí, de modo acorde a sus naturalezas y actos[56]. Sábete que todo ello es obra mía, si bien me encuentro más allá de la acción, en eternidad.

14. Aparezco libre entre las ataduras de los actos, porque en ellos me hallo libre de todo deseo. El hombre que puede ver esta verdad encuentra la libertad en la acción.

15. Esto lo supieron los hombres de antaño, que alcanzaron así la liberación en medio de sus actos. Cumple tú, pues, con tu labor en la vida con el mismo espíritu con el que ellos llevaron a cabo su labor.

16. ¿Qué es la acción? ¿Qué hay detrás de la acción? Ni aun los sabios videntes perciben esto con claridad. Te enseñaré la verdad de la acción pura, y esta verdad te hará libre.

17. Conoce pues lo que es la acción, y conoce asimismo lo que es la acción errónea. Sábete también de una acción que es silencio: misteriosa es la vía de la acción.

18. El hombre que en su actuación encuentra el silencio, y que ve que el silencio es actuación, ese hombre en verdad ve la luz, y en todas sus obras encuentra la paz.

19. Aquel cuyas empresas se hallan libres del deseo ansioso y el pensamiento caprichoso, cuya actuación se vuelve pura en el fuego de la sabiduría, es llamado sabio por quienes ven.

20. En cualquier obra que lleva a cabo tal hombre, he aquí que se halla en paz: nada espera, de nada depende, mas posee siempre la plenitud de la dicha.

21. Carece de vanos deseos, es el dueño de su alma, entrega cuanto tiene, es solo su cuerpo el que actúa: tal hombre se halla libre de pecado.

22. Se muestra contento con lo que Dios le da, y ha superado estos dos contrarios. Libre de envidia, es uno tanto en el éxito como en el fracaso; sus acciones no le atan.

23. Ha alcanzado la liberación: se halla libre de toda atadura; su mente ha encontrado la paz en la sabiduría, y su actuación es un sacrificio santo. Pura es la acción de tal hombre.

24. Quien en todas sus acciones ve a Dios, en verdad va a Dios: Dios es su adoración, Dios es su ofrenda, ofrecida por Dios en el fuego de Dios.

25. Hay yoguis cuyo sacrificio es una ofrenda a los dioses; otros, sin embargo, ofrecen como sacrificio su propia alma en el fuego de Dios.

26. Hay quienes abandonan sus sentidos en oscuridad al fuego de una armonía interior; otros hay que abandonan su luz externa al fuego de los sentidos.

27. Otros ofrecen su aliento vital y los poderes de la vida[57] al fuego de una unión interior iluminada por el resplandor de la visión.

28. Y otros, fieles a votos austeros, ofrecen sus riquezas como sacrificio, o su penitencia, o su práctica de yoga, o sus estudios sagrados, o su conocimiento[58].

29. Algunos entregan su espiración al flujo de aire entrante, y la inspiración al aliento exhalado: su objetivo es pranayama, la armonía de la respiración, y el flujo de su respiración se halla en paz.

30. En tanto, otros, por la práctica de la abstinencia[59], ofrecen su vida a la vida. Todos ellos saben lo que es el sacrificio, y mediante el sacrificio purifican sus pecados.

31. Ni este mundo ni el mundo venidero son para quien no realiza sacrificio alguno; mas quienes disfrutan de los restos del sacrificio van a Brahman.

32. Son, así pues, múltiples las formas de sacrificio de los hombres; y múltiples las formas en las que van a Brahman. Aprende que todo sacrificio es acción sagrada, y sabiendo esto serás libre.

33. No obstante, mayor que cualquier sacrificio terrenal es el sacrificio de la sabiduría sagrada[60]. Pues he aquí que la sabiduría constituye el fin de toda acción sagrada.

34. Quienes han visto por sí mismo la verdad pueden ser tus maestros de sabiduría. Pregúntales, inclínate ante ellos, sírveles.

35. ¡Oh hijo de Pandu!, una vez seas poseedor de la sabiduría, nunca más te hallarás confuso; pues verás todas las cosas en tu corazón, y verás tu corazón instalado en mí.

36. Y aunque fueras el mayor de los pecadores, con la ayuda del esquife de la sabiduría cruzarías el mar del mal.

37. Como el fuego ardiente reduce a cenizas todo su combustible, así el fuego de la sabiduría eterna reduce a cenizas todas las obras.

38. Porque nada hay que nos haga más puros en esta tierra que la sabiduría. El hombre que vive en la armonía del ser[61] descubre esta verdad en su alma.

39. Aquel que tiene fe, tiene sabiduría; quien vive en la armonía del ser, cuya fe es su vida, y encuentra la sabiduría, pronto halla la paz suprema.

40. Mas aquel que no tiene fe ni sabiduría, cuya alma se halla envuelta en dudas, está perdido. Pues ni este mundo, ni el mundo venidero, ni la dicha, son nunca para el hombre envuelto en dudas.

41. Quien vuelve puras sus obras mediante el yoga, quien vigila su alma, quien mediante la sabiduría destruye sus dudas, se halla libre de las ataduras de la acción egoísta.

42. Arranca, así pues, con la espada de la sabiduría la duda nacida de la ignorancia que habita en tu corazón. Sé uno en la armonía del ser, en yoga, y álzate, oh Bhárata.

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