Bhagavad-Gita

Bhagavad-Gita


Prólogo de la primera edición

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Prólogo de la primera edición

El Bhagavad-Gita es, sin duda alguna, el episodio más interesante del inmenso poema hindú denominado Mahabharata. Esta gran epopeya hindú, producto secular del pueblo indio, relata la lucha entre los Pandaras y sus primos los Kauravas. La obra abarca dieciséis capítulos, y hacia la mitad de ella se encuentra la Bhagavad-Gita.

Hay dudas sobre la fecha de composición de este canto. Por algunos expertos se le ha remontado al siglo VI antes de Jesucristo, pero la fecha más probable es la del siglo II antes de J. C. La obra se divide en dieciocho capítulos, conteniendo setecientos versos.

Arjuna, el primogénito de los Pandavas, al encontrarse en Kurukshetra para combatir a sus primos los Kauravas, vacila y se apodera de él el desfallecimiento. Al no querer combatir, al vacilar en derramar la sangre de sus parientes, Krishna, séptima encarnación de Vishnú, compañero de Arjuna, le habla.

Le dice cómo el hombre puede matar el cuerpo, pero no el alma. El alma es lo que no nace ni puede morir; a través de sucesivas reencarnaciones va purificándose o sumergiéndose cada vez más en el ciclo de las reencarnaciones. Por ello, ¿por qué dudar en combatir si lo verdaderamente valioso no puede destruirse? Cada hombre, cada casta, tiene un dharma (ley moral) distinto. La perfección la alcanza cada uno cumpliendo su dharma, aunque sea menos elevado que el de los demás. «Más conviene a un hombre su dharma aunque sea imperfecto, que el de otro, aunque sea superior». Todo hombre tiene una misión que cumplir; el que la realiza perfectamente, alcanzará la beatitud. En cualquier punto se encuentra la perfección.

Animado por estas palabras, Arjuna pide al maestro que le indique cómo se llega a ser yogui, es decir, perfecto, bienaventurado.

Krishna responde a su petición exponiéndole tres tipos de yoga: el yoga de la acción (tercer capítulo), el yoga de la sabiduría (cuarto capítulo) y el yoga de la renunciación de la acción. Todos ellos son perfectos, mas el supremo es el yoga de la sabiduría, ya que, conforme a la tradicional doctrina hindú, la facultad más perfecta en el hombre es la inteligencia y el modo más completo de salvación es el conocimiento.

El hombre que no se entrega a la inactividad sino que, gracias a un profundo conocimiento, ha dominado su yo inferior y obra sin interés por el fruto de la acción, alcanza la Eterna Felicidad, el Brahmán.

La metafísica del Bhagavad-Gita es la de la escuela Samkhya, basada en la dualidad Materia (Prakrti) y Espíritu (Purusha). Si el Espíritu es dominado por la Materia, el hombre se pierde. En caso contrario, se salva. En todos los hombres habita una partícula de Krishna, la divinidad.

El hombre se da cuenta de ello y se entrega henchido de devoción (bhakti) y la Divinidad se unirá con ella y no volverá a reencarnarse. Mas ¿todos los hombres consiguen esto? No. Hay en la Naturaleza tres modos de ser (gunas): tattva, rajas y tamas.

El primero, es principio de conocimiento; el segundo, es principio de acción; el tercero, es principio de ignorancia. Con arreglo a estos tres gunas, en el capítulo catorce hace Krishna una división del conocimiento, acción, etcétera, en sáttvico, rajásico y tamásico. Y a partir de este capítulo, toda el Bhagavad-Gita es de una belleza y sublimidad incomparables.

Para no adelantar al lector estos sublimes capítulos, sólo expondré un pasaje de incomparable belleza y dulzura, francamente evangélicas:

Krishna dice a Arjuna cómo hay hombres orgullosos que afirman: «Soy rico, de noble familia, nadie en el mundo me iguala, yo soy feliz». Pero a estos, orgullosos y corrompidos, es a los que: «Yo, ¡oh Arjuna!, destruyo y los sumerjo en la más vil abyección de un alma».

En pocos libros se encuentra una mayor elevación de ideas y exaltación de los humildes.

El Bhagavad-Gita es de una elevación de sentimientos y de una pureza de doctrina que explica la devoción de que goza en la India. Recordemos que Mahatma Gandhi decía que encontraba en su lectura una tranquilidad y serenidad de espíritu supremas. Es lógico. El lector de este libro no saldrá defraudado.

El Bhagavad-Gita es la perla más hermosa de la literatura hindú. Su metafísica es de gran profundidad, su moral de una sublime elevación.

JOSÉ BARRIO GUTIÉRREZ

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