Betty

Betty


Cubierta

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La noche en que Betty, borracha casi hasta el colapso, recala en el bar Trou, pocos de los clientes del tugurio imaginan que esa joven de veintiocho años acaba de ser expulsada de su hogar, donde vivía con su marido, dos hijas y la suegra. Recogida momentáneamente por Laure —mujer madura y amante de Mario, el dueño del bar— e instalada en un hotelucho cercano, Betty va desvelando poco a poco su pasado: la ambigua relación afectiva con su padre durante la niñez, un descubrimiento de la feminidad que la hace sentirse culpable, su matrimonio convencional y su desenfrenada entrega a los amantes y a la bebida. Pero la historia de Betty cobra un sesgo inesperado cuando, en su atormentada mente, comienza a crecer a pasos agigantados la figura de Mario… No en vano, en cierta ocasión Georges Simenon escribió: «Cada ser humano posee una faceta luminosa y otra oscura, de la que se siente más o menos avergonzado».

A quienes conocen de cerca la biografía de Simenon no les extrañará comprobar hasta qué punto el personaje de Betty recuerda en muchos aspectos a la que fuera su segunda mujer, Denise. Salvo en lo que respecta a la promiscuidad, concluye el estudioso Patrick Marham, biógrafo del autor, el caso de Betty se asemeja al de Dense en el desentimiento sexual, la infancia problemática, el alcoholismo, el alejamiento de la casa e incluso en la pérdida de la custodia de sus hijos. Sin embargo, al parecer, no fue Denise el modelo en que se inspiró el autor para crear la figura fascinante de Betty…

Publicada en 1960 forma parte de las hoy llamadas «novelas duras» de Simenon.

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