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59 – VISITA VESPERTINA

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Silvia miró largamente a Francis postrado en su cama y… su expresión cambió de repente, cambió por completo. La tensión desapareció de su rostro como por ensalmo y una nueva Silvia apareció en lugar de la antigua. Francis no lo pudo definir mejor, pero su expresión, su lenguaje corporal, su forma de mirar, todo había cambiado en un instante de forma mucho menos que sutil. Silvia había resuelto su dilema interior, la pugna había terminado. Había tomado una decisión. Francis no tenía ni idea de qué decisión podía ser ésa, así que continuó postrado en su lecho, esperando impaciente.

Silvia se levantó de repente y fue decididamente hasta la puerta, donde se aseguró una vez más de que estaba firmemente cerrada con llave y de que nadie de fuera podría entrar en la habitación. Una vez comprobado, volvió de nuevo a la cama, no sin echar otra recelosa ojeada de soslayo a paredes y techos, y se sentó nuevamente en la silla. Javier, inquieto, esperaba. Algo iba a pasar, pero no sabía qué.

—Mira, Francis, es normal que no sepan qué enfermedad tienes, es completamente normal —comenzó Silvia con aplomo—. Y es incurable, sí. Y va a acabar contigo en no más veinticuatro horas, quizás cuarenta y ocho. Es una enfermedad terrible, terrible…

—¿Qué estás diciendo, Silvia? ¿Qué dices? —Francis no podía entender esa aplastante seguridad de Silvia al hablar de su enfermedad, seguridad que ni los mejores médicos tenían cuando se referían a su estado.

—Te lo aseguro, Francis, sé muy bien cuál es el mal que te está matando. En mi mundo es muy conocido.

—¿Tu mundo…? ¿Qué…?

—Sí. Se trata del Síndrome Adquirido de Degeneración Nuclear por Alteración Taquiónica. SADNAT, que es como se le conoce en todas partes. Una enfermedad terrible para la que nadie ha encontrado aún cura…

—¿SAD… NAT? —Francis estaba ahora completamente perplejo, pasmado, confuso como si hubiera recibido una dosis doble de morfina hacía unos minutos. Pero no alucinaba, no. Allí estaba de repente Silvia describiendo una enfermedad de la que nadie sabía nada en 2043—. ¿Qué demonios es el

SADNAT?

—Sí, Francis, SADNAT. Así es como se llama. Es una enfermedad que se adquiere cuando se viaja repetidamente por el tiempo.

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