Beautiful

Beautiful


3. Pippa

Página 8 de 42

Pensé en este Jensen, con su jersey de cachemir azul y sus pantalones negros bien planchados en la fiesta de cumpleaños de una niña. Luego intenté imaginar al Jensen de antes. Tal vez conoció a una chica en la calle, un día de lluvia, cuando a ella se le rompió la bolsa y se le cayó al suelo la compra. Él se agachó para ayudarla, y al poco rato formaban una maraña de piernas y brazos sudorosos tras tirar las sábanas al suelo. Se casaron de penalti en una boda escandalosa y alocada…

—Estuvo con ella nueve años —dijo Ruby—. Desde el instituto hasta que los dos acabaron Derecho.

Mi fantasía se desvaneció.

—¡Oh!

Así que yo estaba en lo cierto: lo suyo no eran los fines de semana salvajes.

—Creo que poco después de la boda ella le dijo que no estaban hechos el uno para el otro.

—¿No podía haberlo dicho antes de casarse? —pregunté, arrancando una brizna de hierba—. Eso es una gilipollez.

—No eres la primera que pregunta eso.

Reconocí de inmediato la voz de Jensen mientras el color desaparecía del rostro de Ruby.

—¡Oh, mierda! —gemí, volviéndome a mirarlo—. Lo siento. Esta vez nos has pillado hablando de ti.

Él se rio y cogió su copa de vino, que descansaba vacía a nuestro lado.

Hice una mueca, buscando desesperada algo que decir.

—No me parece justo que tú conozcas toda mi vida y que yo solo sepa que no hay amante en Londres ni esposa en la casa de piedra rojiza.

Él sonrió, asintiendo con la cabeza.

—Ni lo uno, ni lo otro.

—¿No podrías haber sido un poco menos eficiente con la piñata? —dije, intentando disimular la vergüenza que sentía con algo de humor—. La verdad, casi no me ha dado tiempo a enterarme de tus trapos sucios.

Entornó los ojos para protegerlos del sol.

—No tengo más trapos sucios que ese.

Me miró y no supe interpretar su expresión. ¿Estaba furioso? ¿Indiferente? ¿Aliviado al saber que ya estábamos empatados? ¿Por qué me parecía que, aunque acabábamos de conocernos, ya arrastrábamos una gran carga?

—¿Eso es bueno o malo?

Abrí la boca durante unos instantes de confusión antes de preguntar:

—¿Te refieres a si es bueno o malo que solo tengas una historia interesante?

Él hizo una mueca de desagrado, pero desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

—Si quieres más vino, solo tienes que decírmelo.

Ir a la siguiente página

Report Page