Barcelona

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LA CASA DE LA CIUDAD

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LA CASA DE LA CIUDAD

El sentido de la Ciudad, con C mayúscula, lo tienen los barceloneses tan acentuado como los genoveses o los venecianos, y quizá más vivo. En el siglo XIII, el Llibre de Matrícula de Ciutadans Honrats se abría todos los primero de mayo para dar cabida a quienes lo merecieran; el rey elegía cuatro paers entre los ciudadanos y de aquel uso nació la Universitat o Comú, origen de la institución municipal. Los paers elegían ocho consellers y un veguer, quienes a su vez nombraban una nutrida asamblea de hombres probos y gobernaban la ciudad asistidos por un batlle —cuidador del aseo y buen orden de los edificios—, un mostassal —vigilante de la fidelidad de los pesos y medidas — y un capdeguaita — o sargento mayor de los guardias municipales—, de la asamblea nació el Consejo de Ciento, que duró hasta Felipe V. Toda la historia de Barcelona se coció, desde la Edad Media, tras estos muros.

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