BAC

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Capítulo 21

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– Con lo cual podríamos tener a posibles objetivos bajo vigilancia, y si los BAC se acercan, tendremos la posibilidad de no solo evitar una muerte, sino poder capturarlos. Me parece una idea brillante, cojonuda. – respondió Sabino, dando unas sonoras palmadas.

– ¿Lo has hablado con Eva? Ella apoyará la idea, creo que puede ser muy útil.

– dijo Diego, esperando que su compañero no volviese a caer en el mismo error otra vez.

– Sí, lo hemos comentado antes por teléfono. Es ella quien me ha propuesto que marche con mi equipo para agilizar el desarrollo. No quiero tener más malos rollos. – explico Álvaro, mirando a los ojos a sus compañeros.

Esta vez a Diego si le pareció sincero, tanto por la limpieza en la mirada, como el tono de voz. Se alegró.

– Bueno, pues brindemos por eso. ¡Porque no haya malos rollos y porque pillemos a los malos! – dijo Sabino, levantando su copa e invitando a Diego y Álvaro a hacerlo.

Tras el brindis, charlaron sobre los parámetros que debía tener en cuenta la aplicación. Álvaro entró en una serie de detalles que ni Diego ni Sabino entendían. Terminaron la cena en media hora, y continuaron charlando de temas más triviales hasta que el camarero se acercó a retirar los platos y preguntar si querían cafés. Los tres pidieron un descafeinado con hielo, con el que salieron a la terraza a acompañar a Sabino en su acostumbrado cigarrillo. Estuvieron allí unos quince minutos más y a continuación se dirigieron a sus respectivas habitaciones para descansar. Diego deseó buen viaje a sus compañeros, que se despidieron de él con un amistoso abrazo.

Ya en su habitación, Diego sacó su móvil del bolsillo del pantalón y leyó los mensajes que había recibido. Aprovechó para desearle buenas noches a Olga, quien parecía más calmada tras la sesión de sexo remoto. Repasó de nuevo su conversación con Eva. La tentación le pudo y comprobó la última hora de conexión a WhatsApp de la investigadora. Hacía casi una hora que no usaba la aplicación y apreció que había cambiado su foto de perfil. Un primer plano de Eva en blanco y negro, de perfil, sin mirar a la cámara, no era el típico selfie, la foto la había hecho otra persona. Estaba guapa, parecía una estrella de cine de los años setenta. Una enigmática frase en su estado, hizo que a Diego, ya en la cama, le costara conciliar el sueño.

– When the cat’s away the mice will play. Mientras el gato no está, los ratones juegan. - tradujo Diego, sin acertar a saber el verdadero significado detrás de aquella misteriosa frase.

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