Azul

Azul


Despertar

Página 8 de 8

Despertar

 

Meses después de mis aventuras oníricas, aún no sé si estoy viva, muerta, resucitada o completamente loca. Me da igual. Qué más da en qué plano de la existencia me encuentre... El amor no entiende de planos.

Fue precisamente el amor de Dani lo que me trajo de vuelta. Superé mis ansias de escapismo, enterré cualquier fantasía principesca de niña tonta, sepulté aquel episodio de locura pasajera... En una palabra, maduré. Y aprendí a valorar lo que tenía.

Puede que tenga una vida del montón, pero del montón bueno: todos los días, después de un trabajo llevadero, vuelvo a casa, achucho a un gato con la cola vendada y hago el amor con el novio más adorable del mundo. Luego le miro a los ojos y sonrío, tal y como la vida me sonríe a mí. Entonces reímos juntos, felices, dichosos, mi risa floja da paso a una carcajada maníaca y él, aterrado, me pregunta si he tomado la pastilla. Claro, la pastilla, esas pastillitas tan monas de color azul —no había otro puto color—, que tan bien apañaica me tienen durante el día.

Pero de noche...

De noche te busco incansablemente. Ven conmigo. Sé que estás aquí. Esconderse no sirve de nada. No puedes escapar. No quieres escapar. Eres mío. Para siempre. Te amo y sé que me amas. Lo noto, lo siento, lo huelo. Largo tiempo persigo el perfume que desprendes en tus sueños... Y te encontraré. El Infinito nos espera.

Abandónate al amor.

Abandónate a la pasión.

Abandónate a mí.

Has llegado a la página final

Report Page