Aurora
ÍNDICE
Página 3 de 52
ÍNDICE
SINOPSIS
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
ACERCA DE LA AUTORA.
SOUNDTRACK DEL LIBRO.
MENCIONES ESPECIALES
PARA SABER MÁS DE LA AUTORA SIGUE SUS REDES
Sinopsis
Aurora…
Aurora Warren es la gerente general que está al frente de “Warren & Smith” la agencia de eventos que es el patrimonio de las chicas Warren en Ontario.
Seria, reservada, hogareña y con un talento para los negocios la hace una persona especial, llevando a posicionar a la agencia como una de las pequeñas empresas más fructíferas en Ontario.
Pero muy en el fondo, lejos de su vida profesional hay un vacío que no la hace del todo feliz, el sabor más amargo que podía sentir la obligó a cerrar más su carácter, negándose a sí misma a volver a sufrir y por ende se ha propuesto no volver a enamorarse. Ese sentimiento no tiene cabida en ella…
Hasta que el destino decide jugar y ponerle lo que menos quiere en bandeja de plata.
Cuatro hombres y una extraña mujer invadirán de golpe su existencia haciendo que en sólo días su vida normal pase a una llena de tensiones, sacudiendo su aparente tranquilidad y haciendo que las bases que había logrado estabilizar comiencen a tambalearse sin saber cómo manejar la situación. Ya no es sólo la negativa a una relación con el sexo opuesto sino algo más que ella oculta, algo con lo que ha intentado lidiar sola y hacer que se cuestione su destino con el amor. ¿Soportará otra lucha personal? ¿Podrá al fin ceder un poco en la batalla y darse una oportunidad? ¿Logrará conocer la felicidad plena que desea experimentar?
A las hermanas que me hubiera gustado tener…
Prólogo
Ontario, California, Junio 9, 2011
“Ha sido lo más duro después de la muerte de nuestros padres”
—pensaba la chica estando bajo la ducha, acababan de llegar del cementerio—. “
¿Dios por qué?”
—otra lágrima cayó por su mejilla—.
“Leonardo era tan lindo, tan especial, era el hombre perfecto, Minerva no conoció la felicidad
hasta que él llegó a su vida y de la misma manera él también se la llevó. Dios ten piedad del
sufrimiento de mi hermana, dale las fuerzas para soportar este dolor, no quiero que…”
Aurora lloró con fuerza en la soledad sin poder resistirse, necesitaba sacar todo lo que sentía y desahogarse porque aunque había llorado como los demás, no pudo hacerlo abiertamente frente a todo el mundo. Su deber era mantenerse muy lúcida y seguir siendo el pilar de sus hermanas, especialmente de Minerva en ese momento pero aunque había mostrado fortaleza profesional al haberse hecho cargo del funeral tampoco era de hierro. Quiso a su futuro cuñado como a un hermano y no sabía cómo hacer para asimilar que ya no lo iba a volver a ver, que ya no iban a jugar video-juegos un domingo por la tarde, que ya no iba a opinar sobre sus bocadillos, que ya no iban a discutir sobre temas musicales y que ya no iba a repetir:
“Aurora querida quiero que el evento de mi
boda con tu hermana sea por todo lo alto, no escatimes en nada. Quiero que ese día todo sea perfecto
y que Minerva se sienta la mujer más feliz sobre la tierra, quiero que toda la ciudad halague y hable
de que no ha habido ni habrá otra boda igual”
Aurora no paraba de llorar al recordar todo eso, Leonardo confiaba en ella y en su exquisito gusto para todo, lo que nunca se imaginó era tener que hacerse cargo de su funeral y no de su boda. La experiencia había sido demasiado dolorosa.
Se vistió con su albornoz y mirándose en el espejo lloró con fuerza de nuevo, llevó sus manos a la cara y sentándose en el suelo abrazó sus rodillas, al igual que su hermana ella también estaba destrozada gracias a la fatalidad y ahora en esa soledad si podía derrumbarse.
Esa noche, entre las tres comenzaron a turnarse para cuidar a Minerva, el médico de la familia Zablah fue a inyectarla para que se pudiera controlar, las pastillas que debía tomar la mantendría tranquila, al menos hasta que pudiera recuperarse por sí misma. Las hermanas Warren comenzaron la tarea de vigilarla ya que Minerva, sólo balbuceaba que deseaba morir y estar con su Leonardo. A partir de esa experiencia dolorosa que cubrió sus vidas —por segunda vez— comenzó un tiempo difícil para todas otra vez, una época de oscuridad, de más dolor y de vacío que sólo el tiempo podía curar. Sólo el tiempo daría la última palabra.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Oscar Wilde