Animal
Agradecimientos
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Agradecimientos
Comencé a escribir esta novela para enjaular al animal que llevaba dentro y que, en un momento muy determinado de mi vida, quiso alimentarse de mí. Tras muchas noches en blanco y años de reconciliarme conmigo misma, decidí que sería mucho más saludable (especialmente, para la víctima) y, con un poco de suerte, más rentable, cometer el crimen sobre el papel.
Esta es mi primera novela y ha supuesto un ejercicio de constancia, tenacidad y de mucho esfuerzo hasta llegar al punto y final. Además, durante el camino he podido enfrentarme a ciertos demonios que seguían ahí, agazapados.
No ha sido un camino fácil, pero he contado con la inestimable y desinteresada ayuda de mi familia y de mis amigos. Antes de dar las gracias, quiero aclarar que me he permitido licencias para poder mantener la cadencia y la estructura de la novela. Si estas libertades han podido dar lugar a errores, la responsabilidad es solo mía.
Así, quiero darle las gracias a Alberto Quidiello, agente retirado del Cuerpo Nacional de Policía, por contestar a mis preguntas y aclarar mis dudas sobre el procedimiento policial, y a Ana, su mujer y mi gran amiga, por prestarme su marido aun estando de vacaciones.
A Raúl Olivares, subinspector de Delitos Tecnológicos del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias por tus indicaciones y sugerencias que me han permitido darle mayor veracidad a esta historia.
Quiero agradecer a mi cuñado, Joaquín Aguado, su ayuda para entender el funcionamiento de un banco y a su mujer, Mara —mi hermana, mi amiga, mi gran apoyo—, por estar siempre ahí en los buenos y en los malos momentos.
A mi sobrina, Noa, mi princesita, una artista en ciernes, que con su corta edad —ocho años— solo quiere crecer rápido para que sus padres la dejen leer mi libro. Iluminas cada día solo con tu sonrisa.
A mi prima, Rebeca Sánchez, por poner a mi disposición sus extensos conocimientos sobre farmacología.
A mi amiga del alma, Isabel Díez, por sus correcciones editoriales y sus sugerencias para mejorar el primer borrador. Gracias, amiga.
A la periodista Eva Fernández, amiga y compañera de fatigas, por sus propuestas que me han permitido ajustarme fielmente a los ritmos de un periódico en la actualidad.
A mi amigo Jaime López. Gracias por mostrarme las tripas del apasionante —y terrorífico— mundo de internet, ese inframundo sobre el que nadamos el común de los mortales sin darnos cuenta de que, al igual que en el mar, por debajo de nuestros pies nadan depredadores. Gracias infinitas por tu generosidad al brindarme tus conocimientos sobre nuevas tecnologías.
A mi gran amigo y compañero de profesión, Pablo Nosti, fotógrafo de El Comercio. Gracias por dejarme «usurpar» tu extraordinaria forma de ser y de trabajar para dar vida al personaje de Mario Sarriá.
A Graciano González, a Daniel Ramírez y Ainhoa Camacho, grandes amantes de los libros, del olor a tinta y de esos lugares mágicos que son las librerías. Pero, sobre todo, grandes personas a las que he tenido la suerte y la satisfacción de conocer gracias a Animal.
A mis padres, mis referentes en la vida, María Jesús y Miguel, por su entusiasmo y por hacer una primera lectura del borrador. Gracias, mamá, por tus sugerencias respecto a las pistas que debía suprimir y las que debía añadir. Gracias, papá, por tus sugerencias sobre el texto.
A mi madrina Tití y a su marido Miguel, mis otros padres. Gracias por estar en mi vida y por hacerla más bonita. Sois un motor vital.
A mis tíos, Marichu e Ignacio. Gracias por vuestra fe en el libro y por esas velas a la Virgen de Covadonga. Funcionaron y a lo grande.
A mi hija Sofía, mi luz, porque ella me convenció de que en un buen libro no puede faltar una historia de amor.
A mi marido, Mayer, mi compañero de vida. Gracias por impedirme seguir poniendo excusas para no escribir esta historia. Gracias por no soltarme de la mano durante los diez meses de proceso creativo. Gracias por respetar que la escritura me absorbiera. Gracias por tu lectura, tus sugerencias y tus críticas. Gracias por tu apoyo y tu entusiasmo. Tú mueves mi mundo.
A mi agente literaria Mónica Carmona y a mis editoras Berta Noy y Carmen Romero. Gracias por creer en mí y por hacer realidad el sueño de esta humilde escritora.
A la editora adjunta, Clara Rasero. Gracias por tu paciencia y tu entusiasmo.
A mi asesora editorial, Covadonga D’lom. Gracias por tus sugerencias y por tus propuestas. He aprendido mucho contigo de la mano.
A todo el equipo de Penguin Random House en general y al de Ediciones B en particular. Gracias por convertir esta experiencia literaria en una aventura maravillosa.
Y, por último, a vosotros, lectores, gracias por darle a esta historia el beneficio de la duda. Espero que hayáis disfrutado con su lectura tanto como yo lo hice escribiéndola.
Noreña - Oviedo - La Fresneda - Lastres - Vigo - Santander - Las Palmas de Gran Canaria - Madrid - Vera - Cunit
18 de enero de 2018 - 8 de octubre de 2018