Angelica

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Tercera parte » Capítulo 1

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Capítulo 1

 

L

os conformistas más convencidos huyen de ser unos padres excéntricos, y por tanto imagino —porque no veo otra manera de cumplir la tarea que me ha impuesto en este apartado, pues tengo muy poco material— que éste aspiraba a ser de lo más convencional sin estar siempre convencido de tener éxito. No le resulta fácil ser el amo de su trabajo, de su casa, de sus hembras. Su esposa le desobedece, o finge obedecer pero sólo cumple la letra de su ley, en tanto que el espíritu de dicha ley se desestima, y él no puede decir dónde se separaron las intenciones de ambos. Él se esfuerza por agradarla, pero apenas puede comprenderla, ni tampoco recordar por qué la eligió hace tanto tiempo, ni imaginar por qué ella lo aceptó. Sufre esa modernísima infección que afecta a tantos de nuestros hombres: la indecisión. Ha abdicado de su masculinidad. Ha sido adormecido hasta permitir que los impulsos femeninos desborden sus apropiados canales e inunden la casa. Nunca ha tenido a nadie que le enseñe su papel, y su instinto le ha fallado. Le perturban apetitos que él cree que no atormentan a otros.

 

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