Ana

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Capitulo 21.

Dios mío, ¿Por qué le castigaba de aquella forma?

_ Se preguntaba Axel completamente hundido_

¡Que haría ahora sin Rebecca! Los médicos le habían dicho que el estado de coma podía ser irreversible. El veneno había afectado a la parte neuronal, por otra parte el estomago y los otros órganos se habían podido estabilizar con el lavado de estomago y la medicación oportuna.

El no entendía nada, ¿Quien estaba envenenando a su mujer y por qué? Enseguida le vino a la mente la señora Rouse y todas las quejas que Rebecca le había hecho ya desde el principio de su llegada a Blumoon. Rápidamente ató cabos, Moe la envió ella y era la única que podía haberle hecho eso a su esposa.

La llamó, necesitaba respuestas y las obtendría a cualquier precio. La vida de su mujer estaba en peligro y seguramente era culpa suya.

- ¡Por el amor de Dios señor! ¿Como puede decir algo así? Que yo tuviese algún desencuentro con la señora no le da derecho a tratarme de esa forma. _ Dijo la vieja gobernanta muy ofendida y casi a punto del lloro_

Ella siempre había tenido aquel poder de convicción. Después se hizo venir bien la historia de la pobre Moe. Una chica marginada que los celos la llevaron a cometer aquel delito. La mujer le explicaba con convencimiento que la chica debió de sentirse celosa de Rebecca que siendo una chica humilde cómo ella había llegado a ser la esposa de un hombre de tan buena posición.

- Señor yo no sabia que era tan desequilibrada, pensé que al ser tan humilde y estar tan necesitada apreciaría y agradecería la oportunidad que ustedes le brindaban. ¡ Como lo siento señor!

Axel no sabía por qué pero la creía y le pidió que ahora que Rebecca no estaba si podía volver a llevar la casa, porque él entre los negocios y su esposa en el hospital estaba agobiado y además estaba Alastair, el no podía con todo. ¡ Dios como le dolía pensar en el bebé sin tener a su madre al lado!

Ahora volvía a ser el ama de la casa, las chicas del servicio le mostraron una sonrisa de compromiso al volver a verla, pero no les hacía ninguna gracia volver a tenerla por allí.

 

Aby no pasaba ni un solo día sin ver a Rebecca, se sentaba a su lado en la cama del hospital, le leía y le cantaba sus canciones favoritas, le explicaba como iba creciendo Alastair. Y entonces encontró la clave, se percató que cada vez que nombraba al niño, ella movía los ojos que mantenía cerrados y movía levemente los dedos. Para Aby eso quería decir que Rebecca aun estaba entre ellos y que se iba a recuperar.

Aby consolaba a los padres de Rebecca y a Axel, y con su carácter optimista, conseguía poner un poco de esperanza en ellos.

Axel va intentar por todos los medios encontrar a Moe, para comenzar, no era su nombre verdadero y no pudo encontrar nada sobre ella nadie le pudo dar pista alguna sobre la mujer que había intentado matar a su esposa. Poco se podía imaginar Axel que la propia señora Rouse la tenía encerrada y amenazada, la pobre chica había cavado su propia tumba.

Sentada sobre la cama de la habitación donde estaba recluida, Jane que este era el verdadero nombre de la joven, pensaba en que tenía que salir de allí como fuese. Era consciente de que la justicia caería sobre ella pero no podía permitir que aquella mujer acabase con la familia Domer.

Axel estaba destrozado. A la enfermedad de Rebecca, ahora se le unía el estado terminal de su madre. Una mañana Beatriz Domer le pidió a su hijo.

-Axel, puedes venir a recogerme hijo, ¡ me gustaría despedirme de Rebecca!_ La mujer se percataba de que le quedaba poco tiempo, su estado había empeorado mucho en los últimos días, ella por propia voluntad se ingreso en una residencia especial para pacientes con enfermedad terminal. Axel no estaba de acuerdo quería poder hacer algo por ella, pero por una vez Axel acató los deseos de su madre_

Cuando Axel llegó con Beatriz al hospital, al lado de Rebecca se encontraba Aby, los padres de Rebecca se acababan de ir después de pasar toda la noche junto a su hija.

Aby había dejado su trabajo en la panadería para poder estar con su amiga, a cambio aceptó un trabajo de canguro por las tardes su sueldo era algo mas bajo pero no le importó, para ella lo importante en ese momento era estar el mayor tiempo posible junto a Rebecca, tal vez era la única que tenía el convencimiento de que Rebecca saldría adelante.

Beatriz se acercó a Rebecca y le susurró al oído:

- Rebecca, tesoro. He venido a despedirme, pero antes quiero pedirte un favor. Despierta y cuida de tu familia, Axel te necesita y no puedes dejar a Alastair en manos de Rouse.

Rebecca movió bruscamente la cabeza y seguidamente agitó su cuerpo con fuertes convulsiones.

Aby alarmó rápidamente a las enfermeras que acudieron seguidas del doctor. Al llegar a la habitación el doctor hizo salir a todos al pasillo.

Axel estaba muy asustado, no sabía que pasaría y se iba hundiendo por momentos. Aby le cogió de la mano y le dio un beso en la mejilla mientras le decía que todo iba a ir bien.

Después la chica le preguntó a Beatriz que le había dicho a Rebecca. La mujer no contestó, porque su hijo estaba allí, pero Aby pudo intuir en su mirada lo que le pudo decir a Rebecca para que su amiga reaccionase de aquel modo.

- Señor Domer._ Llamó el doctor y Axel se giró. El hombre pudo ver una amplia sonrisa en la cara del doctor y eso solo podía significar que todo iba bien_

- Su esposa ha despertado y de momento parece tener correctamente las constantes vitales. Mas tarde haremos una exploración mas exhaustiva para descartar posibles daños.

Axel suspiró hondamente y preguntó con ansia si podía pasar a ver a su esposa, algo mas apartadas Beatriz y Aby se abrazaban llenas de felicidad.

Axel cogía las manos de su esposa y las besaba sin parar.

- Vida mía que susto que me has dado, pensaba que te perdía _ Le decía el hombre con lagrimas en los ojos_

- Axel ¿Que me ha pasado? No recuerdo nada, _Le decía Rebecca a su marido_

- Ya hablaremos y te lo explicaré todo, ahora solo debes pensar en recuperarte para volver a casa lo antes posible, Alastair te echa de menos.

- ¡Oh! Mi niño, quiero verlo por favor

- Si, pronto estarás de vuelta en casa, ya veras amor mío.

- No, quiero que venga ahora, le quiero ver Axel por favor_ La joven le suplicaba a su marido con cierta sensación de angustia que no sabía a que respondía_

- Está bien, ahora mismo envío el helicóptero y en un par de horas le tienes aquí. ¿ Así te quedas más tranquila?

Intentando complacer el deseo de su esposa, Axel hizo una llamada.

- Señora Rouse, arregle a Alastair y esté preparada la señora ha despertado y desea ver a su hijo.

-¡Oh señor! que buena noticia, me' alegro mucho señor ahora mismo lo dispongo todo para el viaje. ¿Supongo que el señor envía el helicóptero?

La dona intentaba ser agradable, se preguntaba como la recibiría Rebecca, pero para eso debería esperar. Axel por el contrario no pensó en ningún momento en ese pequeño detalle y si por un momento le pasó por su mente te respondió que como iba Rebecca a poner ningún pero a la señora Rouse con lo que les estaba ayudando desde que ella estaba en el hospital.

Aby entró a ver a su amiga y aunque la había reconocido por lo poco que habían hablado tuvo la sensación de que algo se le escapaba. Tal vez Rebecca tuviese una amnesia parcial, esperaba que se le pasase pero ese no era el momento para preocupar la con sus intuiciones.

Capitulo 22.

El helicóptero aterrizó en la terraza del hospital, no era frecuente normalmente solo los helicópteros médicos lo hacían pero Axel se había cuidado de pedir el permiso pertinente y la verdad era que quien se lo iba a negar. Axel contribuía generosamente en la sección de oncología infantil del hospital, era una de las muchas causas benéficas en las que estaba involucrado.

La puerta de la habitación se abrió y la señora Rouse entró con el niño en brazos, Rebecca se incorporó en la cama para coger a su hijo, le caían las lagrimas cuando lo besó y el bebé le dedico una de sus sonrisas. La señora Rouse con cierto temor a la respuesta de la joven le preguntó como se encontraba y la chica muy normalmente le respondió que ahora que tenía a su hijo estaba mucho mejor.

Aby vio una Rebecca completamente diferente de la que esperaba encontrar al tener delante a la vieja bruja. Y fue entonces cuando estuvo segura de que su amiga había borrado de su mente los momentos ingratos que aquella mujer le había hecho pasar. Aby ahora si que tenía motivos para estar preocupada.

La silla de ruedas era un impedimento. Axel ya había dado orden de hacer los cambios necesarios en la casa para que su mujer se pudiese mover con completa libertad.

El doctor le había dicho que estaba seguro que era algo transitorio, no había ningún impedimento físico para que Rebecca no caminase, era mas bien algo nervioso en cualquier momento podría volver a conectarse la orden de caminar en su cerebro y todo volvería a la normalidad. Lo mejor era hacer ejercicios y no presionarla, cuando ella tuviese seguridad sería capaz de intentar caminar y estaba seguro de que lo lograría y pronto. A Axel no le consoló demasiado el optimismo del doctor pero tampoco estaba en sus manos la solución, solo podía animar a su mujer y ayudarla en todo lo que él pudiese. De todas formas ella ya estaba en casa y ahora todo iría bien pensó el hombre.

La señora Rouse cuidaba de Alastair ya estaba a punto de hacer seis meses y estaba muy espabilado, conocía a todos los integrantes de la casa y les sonreía con sus mejillas redonditas y coloradas.

Rebecca se había hecho bastante bien a la silla de ruedas, intentaba no pensar en que pasaría si aquella situación se alargase mucho o aun peor si era indefinida.

Recibía cada día la visita del terapeuta que la ayudaba a hacer ejercicios y ella creía que poco a poco iba haciendo avances, ahora ya no le hacían daño las piernas cuando se ponía de pie en las barras paralelas y conseguía dar varios pasos. Estaba segura de que volvería a caminar.

- Cariño he de marchar, mi madre ha muerto esta noche.

- ¡Oh Axel! Como lo siento, un momento me preparo y nos vamos._ Le dijo Rebecca que no quería dejar solo a su marido en ese duro trance_

-No amor mío, ella quería que la incinerasen y la dejásemos ir aquí en el mar de Blumoon. Yo vendré mañana y aquí oficiaremos el sepelio por favor permíteme que vaya yo solo.

- Está bien, como desees, si te parece bien yo prepararé el oficio de mañana.

- Gracias amor mío, eso si estaría bien y seguro que tu lo sabes hacer mejor que yo. Después te llamaré _ El hombre le dio un beso en la frente y se fue, Rebecca le notaba distante sabía que no era el momento mas oportuno para el romanticismo pero le parecía que le estaba perdiendo o quizás era que ya no le atraía como mujer, ahí sentada en la silla de ruedas no debía ser muy sexy, la joven sacudió la cabeza como queriendo apartar aquellos malos pensamientos de su mente_

Rebecca le pidió a la señora Rouse el numero de teléfono de la rectoría de Portrush.

- ¿Traerán aquí a la señora Beatriz?_ Le preguntó la gobernanta_

- Si, se esparcirán en el mar sus cenizas. ¿ Me da el numero por favor?_ Le pidió nuevamente la joven_

La mujer iba susurrando alguna cosa que Rebecca no pudo entender y no sabía el por qué pero había algo en aquella mujer que e removía todo su interior y le provocaba una inexplicable aversión hacia ella.

Rebecca pudo hablar con el rector y quedaron a las ocho de la tarde para oficiar la misa en Blumoon.

Después iba dispuesta a buscar a Alastair pero al pasar por el pasillo del ala este, tuvo un flash una puerta cerrada se le apareció como una extraña visión. Dejó la habitación del niño atrás y siguió el pasillo hasta llegar a la habitación. Le pareció escuchar un murmullo y puso el oído en la puerta. Era la señora Rouse no había duda, estaba hablando sola.

- April ya ha caído una, yo me ocuparé que la otra caiga pronto, ahora no es más que una pobre invalida, seguro que él pronto la repudiará, debe hacer tiempo que no le trata como a un hombre y él tarde o temprano se cansará.

Rebecca se quedó helada, dio la vuelta a la silla y se dirigió a la alcoba de Alastair.

- Si Aby, lo he sentido perfectamente._ Rebecca le explicaba a su amiga lo que acababa de escuchar_

- Está bien, vas recordando.

- ¿Que quieres decir Aby?

- Rebecca, la bruja Rottetmeyer te trató muy mal desde que llegaste a Blumoon, ahora no puedo hablar pero pronto ire a verte y te explicaré. Mientras intenta recordar y no te fíes de ella ¿ De acuerdo?

- Está bien Aby, yo no entiendo muchas cosas, pero se que he de volver a caminar, mi marido y mi hijo me necesitan.

El funeral fue muy emotivo, Axel lloraba como un niño. Y a Rebecca le pareció ver una sonrisa en la cara de la señora Rouse y en aquel momento recordó las palabras de Beatriz. " No dejes tu hijo en sus manos"

En aquel mismo momento, le pidió a Axel que en cuanto volviesen a casa tenía que hablar con él. Axel no entendía que su esposa le dijese aquello cuando acababa de lanzar las cenizas de su madre al mar.

Una vez en casa, Rebecca le pidió a Axel que fuesen a la biblioteca, él la siguió con curiosidad.

- Rebecca, ¿Que es eso tan urgente que me has de decir?

- Axel, quiero fuera de casa a la señora Rouse, si no recuerdo mal ya te lo pedí en su día y no se por qué vuelve a estar aquí.

- Rebecca, eres muy desconsiderada. La señora Rouse no tuvo ningún problema en volver y ocuparse de todo al enterarse de que tu ahora estabas ……_ Axel se paró no se atrevió a decir paralítica_

- Si, puedes decirlo, ahora que no soy mas que una invalida que no sirve para nada y que no te satisface como hombre. _ Ella estaba fuera de si, tenía las palabras de la señora Rouse en la cabeza golpeándola con fuerza_

- Rebecca ¿Que dices? Yo nunca…_ Axel no se podía creer lo que su mujer le estaba diciendo, como podía hablarle así si para él ella y su hijo eran su vida_

- Si Ya lo se, no me has pedido nada, tal vez porque ya te ha satisfecho alguna otra.

Axel no daba crédito a lo que estaba escuchando. Estaba muy dolido y salió de la sala dando un buen portazo. No fue a dormir a casa aquella noche, Rebecca le estuvo dando vueltas a todo lo que le había dicho a su marido. Sabía que había sido por despecho y por inseguridad en ella misma, pero no entendía por qué Axel defendía aquella mujer.

Y en aquel momento le vino a la memoria la habitación donde había escuchado hablar a la gobernanta y fue decidida a averiguar que era lo que había allí dentro.

La puerta estaba cerrada, sacó una horquilla del pelo que se había metido en el bolsillo y la metió en el agujero de la cerradura, después de luchar un rato con ella la puerta se abrió. Rebecca encendió la luz y en dos movimientos entró con la silla de ruedas al interior de la habitación allí encima de una estantería había un cuadro, era el retrato de una mujer enseguida supo que era April.

Sobre un aparador habían velas encendidas, y colgados en una barra estaban colgados en perchas unos cuantos vestidos, que dio por hecho que eran de April.

- ¡Dios mío! Esta mujer está loca._ Pensó Rebecca al ver todo aquello que era como un santuario a la antigua señora Domer_

En aquel momento llegó la señora Rouse, entró y cerró la puerta.

- Usted si que está loca si cree que podrá ser feliz en casa de mi señora. Usted no le llega ni a la suela de los zapatos, ella volvía loco de deseo al señor._ Le gritó la mujer con los ojos encendidos de rabia_

- Si, y a los otros hombres también, tengo entendido. Se dedicó mas a ellos que a su marido_ La provocó Rebecca_

-El no la entendía, ella necesitaba volar, tenía mucha vitalidad y él siempre la tenía recluida y al final la mató._ La mujer ahora hablaba reposadamente con la mirada perdida_

Rebecca continuaba provocándola necesitaba que continuase hablando, necesitaba saber mas cosas

- El no la mató, estoy segura aunque no le debieron faltar ganas cuando la encontró con su mejor amigo. ¿Qué esperaba que hiciese?

La mujer volvió a gritar encolerizada y dijo sin pensar.

- El no respetó su estado, podía haber sido suyo y aun así la mató.

La mujer se percató que había revelado el secreto de su señora, un secreto que seguramente no sabía ni el propio Axel. La rabia la invadió y propinó una bofetada a Rebecca, saliendo rápidamente de la habitación y cerrando la puerta con llave.

-Señora Rouse ¿Donde cree que va? Abra ahora mismo la puerta, ¡ Auxilio que alguien me abra!_ Rebecca sintió pánico al verse allí encerrada y gritó varias veces esperando ser oída_

La señora Rouse habló con el servicio, les dijo que tenían que marchar había una plaga de ratas y vendrían a desratizar la casa. Ella se iría con la señora y el niño cuando llegase la cuadrilla de trabajadores.

El servicio no protestó ni tampoco sospecharon nada extraño pues recordaban aun cuando encontraron todas aquellas ratas en la habitación del bebé.

Rebecca se desesperaba por momentos, sufria por su hijo, revolvió toda la habitación y entre unas mantas habían unos papeles y al estirarlos cayó una carpeta pequeñita, por suerte cayó sobre sus pies y Rebecca se doblo sobre su cuerpo sentado y la recogió. En su interior encontró unas notas que se habían enviado April y Dennis Grant su amante.

"April ves a la biblioteca, lo he pensado mejor y quiero tener el niño, ves después de la fiesta, que no te vean entrar yo bajaré y te esperaré allí."

Dennis.

La nota era de la noche que murió April. Rebecca ato cabos enseguida, Dennis no quería tener el hijo y la llevó engañada a la biblioteca, una vez allí brindaron por su futura paternidad, pero Dennis le tenía preparada la última copa a April, en ella puso el veneno.

Rebecca sabía que el que certificó la muerte, era conocido de la señora Rouse, ella le debió hacer callar para que el nombre de su señora no quedase en evidencia y le escondió el embarazo a Axel. Estaba segura porque su marido no le había dicho nada de eso.

Rebecca sabía que tenía que hacer un esfuerzo e intentar levantarse y salir de allí con sus hijo. Cuando intentó ponerse en pie sintió olor a humo.

- ¡Dios mío esta loca ha metido fuego a la casa!

Gritó el nombre de Alastair, se arrastró hasta la puerta y volvió a sacar la horquilla para intentar abrir la puerta, se incorporó un poco pero volvió a caer y con ella cayó el móvil que le saltó del bolsillo del pantalón

- ¡Ho Dios mío! Gracias señor._ Rebecca no se podía creer la suerte que tenía, ni se acordaba que había metido su móvil en el bolsillo del pantalón. Rebecca llamó a Axel pero el teléfono de él no contestaba, rápidamente pensó en Aby_

- Hola nena ¿Como estás?_ Le preguntó Aby alegremente al oír la voz de su amiga_

- Aby escúchame bien que pierdo la cobertura, ves a Martin's seguro que Axel está allí bebiendo, hemos discutido. Aby la señora Rouse……._ La cobertura se iba y Rebecca se desesperaba al ver que no podría decirle a Aby en la difícil situación en que se encontraba_

- Rebecca porque os habéis……_ Rebecca no la dejo terminar la hizo callar gritando_

- ¡ Aby, Aby calla escúchame la señora Rouse me ha encerrado en una habitación y a …….fuego._ La cobertura se iba y Rebecca no podía explicarle bien lo que le estaba sucediendo. Pero Aby supo rápidamente que algo iba mal y con los cuatro datos que había podido recoger de la conversación se hizo una idea de lo que le estaba pasando a su amiga_

- Rebecca cariño, cuelga y llama a emergencias voy a buscara a Axel jo también…….._ La llamada se interrumpió y Aby no pudo decirle que ella también llamaba a emergencias para que fuesen hasta allí_

Rebecca llamaba a emergencias pero con los lloros no lograban entenderla.

- Por favor en Blumoon hay fuego y mi bebé está solo

¡ Ayúdenme!_ Cayó desmayada, mientras la señora Rouse cogía a Alastair y salió de la casa_

Axel, Axel, Aby gritaba des de la entrada de la puerta de Martin's, Axel levantó su pesada cabeza y vio a Aby, no estaba borracho pero si había bebido mas de la cuenta, con algo de dificultad se levantó del taburete y fue hacia la joven. Ella como pudo entre nervios y lloros le explicó lo que estaba sucediendo en su casa. El hombre no podía dar crédito a lo que Aby le estaba diciendo, sacudió la cabeza como si de esa forma se despejase e hizo varias llamadas. Le pusieron al corriente de que los bomberos ya se dirigían a la mansión Axel cogió a Aby de la mano y salieron del local paró el primer taxi que pasó ante ellos y se dirigieron al aeropuerto. Por el camino llamó al piloto del helicóptero y le ordenó que estuviese preparado para salir inmediatamente hacia Blumoon.

Aby intentaba comunicarse con Rebecca pero no contestaba a la llamada.

Capitulo 23

 

El helicóptero aterrizó en Blumoon, en el lugar que tenían habituado para dicho menester. Desde allí Axel podía percibir el calor de las llamaradas que desprendía la casa, aun así Axel corrió hacia la mansión pero se encontró con la barrera de bomberos que no le dejaban pasar. Axel gritaba con todas sus fuerzas.

- Mi hijo y mi mujer están ahí dentro ¡Déjenme pasar, déjenme pasar!

- Señor hágame caso y apártese de aquí_ Le decía uno de los bomberos mientras le sujetaba por el brazo para impedirle avanzar hacia la casa._

Aby bajaba del helicóptero, las llamas eran cada vez mas grandes, todo el mundo corría de un lado a otro, dos ambulancias esperaban por si sacaban algún herido y en el medio de todo aquel jaleo, ella corría con el niño en brazos intentando huir por la parte trasera. Aby que se mantenía mas alejada de la casa la vio y la joven arrancó a correr tras la vieja gobernanta. La mujer caminaba rápido y sin mirar atrás, Aby llegó fácilmente hasta ella y de un empujón le arrebató el bebé y la hizo caer al suelo.

- Bruja loca, como Rebecca salga herida iré a por ti._ Le gritaba Aby a la señora Rouse que se mantenía estirada en el suelo sin poder levantarse_

La chica llamaba a Axel gritando, pero tuvo que acercarse unos metros porque el hombre no la podía sentir. No quería que se le escapase la vieja bruja pero lo primero era que Axel supiese que su hijo estaba bien y a salvo. Axel vio por fin a Aby que le hacía señas y pudo distinguir a la señora Rouse caída en el suelo, el hombre avisó a dos policías que estaban junto a la dotación de bomberos e inmediatamente fueron a detener a la mujer.

Rebecca intentaba abrir la puerta y de un golpe lo hizo, sin saber de donde sacó las fuerzas. Se puso en pie y con paso muy indeciso fue caminando por el pasadizo, a cada paso que daba el humo era cada vez mas y mas espeso hasta que al final Rebecca cayó al suelo.

Al bombero que recorría el pasillo le pareció que había alguien en mitad del pasillo estirado en el suelo, el hombre fue rápidamente hacia allí y encontró a Rebecca desmayada. Le colocó unos instantes la mascara de oxigeno que él llevaba puesta y la cogió en brazos para dirigirse con ella a la puerta de salida.

- ¡Oh Dios mío, Rebecca mi vida !_ Exclamó Axel al ver a su mujer en brazos del bombero, él le cogía las manos y se las besaba. Cuando el bombero la dejó en la camilla de la ambulancia, Rebecca comenzó a volver en si y apenas se la entendía pero preguntaba por su hijo_

- ¡Alastair! ¿Donde está mi hijo?

- Cálmate cariño, que el niño está bien. No sufras amor mío el bebé está perfectamente. Pronto le verás, ahora has de recuperarte tu.

Axel subió a la ambulancia, pero primero le dijo a Aby que el helicóptero la llevaría de vuelta a Londres que se llevase el bebé y lo dejase en casa de los padres de Rebecca. Pero Aby se negó en redondo le dijo que ella se instalaría en un hotel próximo al hospital el la ciudad, estaba segura que en cuanto Rebecca se recuperase un poco querría ver a su hijo y ella estaría allí para llevárselo. No fueron mas que unas horas en el hospital después de una exhaustiva revisión Rebecca fue dada de alta y junto con Aby y el bebé volaron a Londres.

El gran piso de Axel en Londres se convirtió en su nuevo hogar. El tenía pensado comprar una casa en el campo, no muy lejos de la ciudad. Lo tenía decidido aunque Blumoon solo había perdido unas cuantas habitaciones, cerraría la casa para siempre, lo había decidido a pesar del dolor que le causaba tener que hacerlo.

Alastair ya caminaba, Rebecca era feliz, tenía un hijo precioso, un marido que la adoraba y al que ella amaba, tenía a sus padres cerca y a Aby la veía día si y día también porque la joven quería al pequeño Alastair con locura lo estaba malcriando le decía Rebecca a su amiga. Pero toda esa felicidad la truncaba el hecho de que Rebecca continuaba sin caminar, nunca le dijo a nadie que el día del incendio logro caminar unos pasos, pero ahora no conseguía hacerlo estaba segura que se debía al shock del miedo que paso en el incendio, pero tenía la esperanza de lo iba a conseguir.

Su invalidez no le preocupaba tanto como el ver que su marido no era tan feliz como ella, estaba segura que añoraba muchísimo Blumoon.

El Nadal en Londres parecía haber animado un poco a Axel, tal vez al tener el niño le devolvió la ilusión. Siempre se ha dicho que una Navidad con niños es mas Navidad y Alastair comenzaba a disfrutar de todo lo que le rodeaba. Pronto iba a hacer un año.

- Brenda, escúchame bien, coge las llaves que te dejé y ves a Blumoon, mírate bien que has de hacer para poner al día la casa._ Rebecca daba ordenes precisas a su prima, quería restaurar la mansión y nadie mejor que Brenda para hacerlo ya lo hizo una vez y estaba segura de que volvería a hacerlo.

- ¿Rebecca estas segura? Tengo entendido que Axel no la quiere abrir.

- Si, ya lo sé lo hace por mi, pero se que el no estar allí le está matando y yo quiero que sea feliz. Por tanto mira bien todo lo que tienes que hacer y dime para cuando estará lista para entrar a vivir. ¿ De acuerdo?

- ¡Si claro si es eso lo que deseas, está bien! Tengo entendido que lo mas perjudicado fueron algunos muebles y cortinas, las paredes no sufrieron daños.¡La verdad es que fue un milagro!_Brenda le dio explicaciones a su prima del informe que tenía de los bomberos Brenda se ocupo de todo, Axel no quiso saber nada en aquel momento.

Brenda le prometió decirle alguna cosa en pocos días_

Rebecca intentaba cada día aguantar de pie el mayor tiempo posible, la perseverancia dio resultados y día a día podía comprobar cómo iba ganando la batalla. Y entonces lo pensó sería en Blumoon cuando le diese la sorpresa a Axel, sería una doble sorpresa y estaba segura que tanto el verla caminar como el volver a Blumoon le haría mucha ilusión.

Habían transcurrido tres meses desde que Brenda le comunicó que la casa estaba casi a punto.

- Rebecca, tendrías que venir a ver, si quieres hacer algún cambio de última hora._ Le dijo su prima cuando la llamó para decirle que todo estaba a punto_

- Brenda ¿Está tal y como quedamos?_ Le preguntó Rebecca_

- Si claro como tu pediste.

-Pues entonces no hay nada que ver sabes que confío plenamente en ti

Todo estaba a punto y la primavera comenzaba a brotar, rebecca pensó que era una temporada ideal para el traslado. Estaba ansiosa por ver la cara de su marido al ver de nuevo la casa y sobre todo cuando la viese caminar de nuevo. Porque ahora ya podía hacerlo bastante bien, lo llevaba escondido como su mayor secreto del que no hizo participe a nadie a parte de su terapeuta.

Axel estaba suficientemente liado con los negocios, el complejo turístico que había abierto en Bali iba muy bien y pensaba hacer algunos cambios para agrandarlo.

- Rebecca cariño, he de viajar a Bali, intentaré que no sea por muchos días máximo dos semanas te lo prometo ¿Crees que estarás bien?_ Axel sufría cuando dejaba sola a Rebecca, sabía que en la ciudad ella estaba bien con sus padres y Aby pero no le gustaba separarse de ella ni del niño_

Rebecca vio la oportunidad perfecta para organizar el traslado, así cuando Axel volviese no debería ocuparse de nada.

Rebecca dejó la silla de ruedas en el trastero del loof, salió a la calle empujando el cochecito del bebé y paró un taxi. Se presentó en casa de Aby.

- ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!_ Repetía Aby al ver caminar a su amiga_ ¿ Pero cuando ha sido, como no me lo has dicho?

Preguntaba entusiasmada, la abrazó y acto seguido toda su atención se fijó en Alastair. El bebé la conocía a la perfección y le dedicaba sonrisas que a Aby le hacían caer la baba. Las amigas estuvieron hablando de como Rebecca había llegado a aquel punto sin que nadie se percatase de ello y entonces cambiando el semblante Rebecca le dijo:

- Aby, me traslado a Blumoon._ Aby la miraba desconcertada, pues aunque a Rebecca le costo guardárselo tampoco le dijo nada de la reforma, sabía que decírselo sería tener a Aby todo el tiempo que la reforma durase de mal humor y no quería hacerla sufrir mas de lo necesario_

- ¡Caramba chica! Eres una caja de sorpresas ¿Alguna cosa más?_ Aby no evitó el mostrarle a su amiga el disgusto de que no le hubiese dicho nada de la reforma, aunque lo que realmente le molestaba a Aby era el hecho de saber que su amigo se volvía a ir dejándola de nuevo sola_

- Pues si mira hay algo más. Axel no sabe nada, a si que no metas la pata. ¡ Ha si! Y a la boutique de Elsa tienen para ti unos vestidos muy elegantes pruébate los y escoge el que prefieras._ Rebecca no le dio opción a que dijese nada _

- Pero Rebecca por…_ Aby intento hablar pero su amiga la corto de nuevo_

- Calla y escucha.

-El fin de semana que viene no, el siguiente coge un vuelo a Belfas que yo o Brenda iremos a recogerte. Se re inaugura Blumoon y esta vez todo será perfecto._Aby abrazó a Rebecca y le dijo sonriendo_

- ¡Nena, tu vales mucho!

Rebecca soltó una carcajada, Aby siempre la sorprendía, siempre tenía la palabra que ella necesitaba sentir.

- Llámame en cuanto sepas en que vuelo llegas ¿ok?

- ¡Ok ! _Contestó la joven muy emocionada_

Capitulo 24.

Rebecca se había levantado muy temprano tenía mucho trabajo por hacer. Aby había llegado el día anterior y tenía muchas ganas de ayudar, estaba realmente entusiasmada.

-Vamos Rebecca, ¿Que puedo hacer?_ Le decía Aby impaciente_

- Mira yo con saber que tu cuidas de Alastair y vigilas que no toque nada, ya tengo bastante._ El niño comenzaba a caminar y se agarraba a todo lo que veía y le llamaba la atención_

La casa estaba perfecta, Brenda había hecho un buen trabajo no había nada que recordase el antiguo Blumoon, y eso le gustaba a Rebecca.

El salón principal estaba adornado con ramos de flores y velas, Brenda había creado un ambiente cálido, los convidados fueron prácticamente los de la primera ocasión, pero esta vez Rebecca tuvo con ella a los suyos. Sus padres, Brenda y sus padres, Aby, Elsa y las chicas, Rebecca llevó a Blumoon su mundo y por parte de Axel Rebecca tuvo la buena idea de encargar un retrato de Beatriz, la madre de su marido y lo colgó en un lugar privilegiado del salón.

Hacía días que durante la noche cuando la casa se quedaba en calma, Rebecca practicaba bajando las escaleras que llevaban al salón, tenía pensado bajarlas como lo hizo la primera vez pero en esta ocasión no habría ningún obstáculo que empañase su felicidad. Cuando su marido la viese quedaría fascinado.

Axel regresaba aquel sábado de New York, había ido allí desde Bali para atender uno de sus negocios. Desde un hotel de la ciudad llamó a su esposa.

- Hola amor mío, mañana a las siete de la tarde llego a casa espero que el avión no lleve retraso, ¿Estarás en casa o pensabas ir a algún lugar? Si habías quedado con Aby o tus padres por mi no lo dejes, yo te espero en casa ¡Te quiero! ¿Lo sabes verdad?_ Axel sabía que últimamente se habían distanciado, sus negocios le ocupaban demasiado tiempo y Rebecca tampoco estaba muy cariñosa que digamos él la entendía y en ningún momento quiso presionarla_ Me muero de ganas de abrazarte y besarte, te he extrañado mucho y al pequeño Alastair.

Axel siempre que hablaba con ella la trataba con todo el cariño del mundo y siempre intentaba no decir nada que aludiese a sus limitaciones después del accidente. Pero para sorpresa del hombre encontró a su mujer mucho más feliz que los últimos meses y entonces ella mas que pedirle le ordenó.

- Mira vas ha hacer una cosa, cuando llegues a Londres no salgas del aeropuerto vete hasta el helipuerto y allí encontrarás a Aby que te traerá hasta mi. Déjate llevar y confía en mi.

- ¿Pero que pasa Rebecca? ¿Que...? _ Ella le cortó_

- ¿Me amas?_ Le preguntó inesperadamente ella_

- Si, eres mi vida_ Le dijo él_

- Pues calla y haz lo que te digo_ A Rebecca casi se le escapaba la risa, sabía que su marido debería estar súper intrigado_

- Está bien, está bien, lo que tu digas, me gusta eso, me gusta que me sorprendas, hasta mañana mi vida te amo._ Se despidió el hombre muy divertido al pensar en el jueguecito que se traia entre manos su esposa_

- Hasta mañana, amor mío_ Le dijo ella_

El avión fue extrañamente puntual para lo que estaba acostumbrado Axel, siempre que tomaba aviones comerciales tenía algún percance o perdida de maletas o retrasos en las salidas….. Por eso esa tarde le extrañó tantísimo la puntualidad del vuelo. Pasaban tan solo cinco minutos de las siete de la tarde cuando aterrizaba en Londres, Aby le esperaba con un taxi para llegar hasta el helipuerto, no había mas de tres kilómetros. Axel intentó de todas maneras sonsacar a Aby para que le explicase que estaba planeando su esposa. Pero Aby supo mantenerse firme y cuando llegaron hasta el helicóptero y el taxi paró Aby pagó al taxista y recogió los paquetes que había dejado en el maletero.

- Muy bien, ves al servicio de la cafetería y te cambias_ Le dijo muy escuetamente Aby

a Axel mientras le daba una percha con el esmoquin y una pequeña bolsa con los zapatos, Rebecca lo tenía todo pensado_

Axel estaba alucinando, pero también estaba encantado, hacía tiempo que no sentía aquellas mariposas en el estomago. Recordó a la primera vez que vio a Rebecca en aquella fuente apartándose el pelo de la cara. Ahora volvía a sentirlo y pensaba disfrutarlo.

Mientras en la cas .Rebecca ultimaba detalles y se ponía cada vez mas nerviosa e impaciente por ver la reacción de su marido al encontrarse en Blumoon y de volver a verla caminar.

- Brenda ¿Como estoy? Quiero que todo sea perfecto_ Le decía Rebecca a su prima_

Brenda se percató de lo que había avanzado su prima en su dura tarea de volver a caminar, vio lo bien que se aguantaba de pie mientras se vestía. Rebecca al ver la cara de sorpresa de su prima comenzó a caminar.

- ¡Oh Rebecca! ¿Pero como no me has dicho nada? Y Axel ¿Lo sabe?

- No, no lo sabe y seguirá hasta que no me vea bajando las escaleras.

- Pero las escaleras son peligrosas ¿Y si te caes ?_ Brenda estaba preocupada, no se podía ni imaginar que Rebecca llevaba noches y noches ensayando la bajada por las escaleras_

- No sufras hace días que subo y bajo las escaleras ya no tengo problemas_ Las primas se abrazaron y se besaron, la felicidad volvía a sus vidas_

Los invitados hacía mas de un cuarto de hora que habían llegado, estaban todos y tomaban un coctel mientras disfrutaban de la velada.

Rebecca estaba en su alcoba, cuando escuchó el helicóptero le afloraron los nervios pero se dijo a si misma; _Rebecca todo irá bien _ Brenda llevó a Alastair con su madre para que le diese un beso de buenas noches_

- Pórtate bien con la tía Brenda ahora vendrá papá a darte un besito_ La joven besó a su hijo con amor y el niño se enganchó a su cuello para que no le separasen de su mamá, Pero Brenda le enseñó un juguete y el niño reaccionó rápidamente queriéndolo coger, de esa forma se lo llevó hasta su dormitorio dejando a Rebecca hecha un manojo de nervios_

Rebecca prepárate,Axel está apunto de entrar._ Le dijo Brenda desde la puerta y Rebecca dio un suspiro y se perfumó_

Axel necesitaba la ayuda de Aby para bajar del helicóptero ya que al salir de Londres ella le había puesto un antifaz en los ojos. Axel estaba como un niño en la noche de reyes, no sabía donde estaba en ningún momento se le pasó por la cabeza que podía volver a Blumoon, por un momento creyó que Rebecca había encontrado alguna casa a las afueras de Londres que era lo que él tenía pensado pero por otra parte no hubiesen volado en helicóptero, con el coche sería suficiente para desplazarse. Por eso estaba tan confundido, tal vez ella quiso hacer como hizo él en sus comienzos y obsequiarle con una romántica noche en París. El hombre no sabía que pensar estaba hecho un lío pero le daba igual estaba ilusionado y feliz.

Aby le cogió la mano y le llevó hasta la puerta de entrada de la mansión, la chica del servicio abrió la puerta y Aby adelantándose un poquito a él hizo un gesto con su mano para que todos estuviesen callados y él no pudiese adivinar donde se encontraba. Monic no abrió la boca y los convidados ya habían sido alertados anteriormente por Brenda.

Axel ya estaba situado delante de las escaleras y Aby le puso una copa de cava en la mano

- Bebe, que te va ha hacer falta_ Le dijo riendo solo de pensar la cara que pondría él al ver aparecer a Rebecca_

Brenda le dio orden a la orquesta que comenzasen a tocar y de nuevo sonó " Fly me to the moon" Rebecca ya estaba a pie de escalera y bajó el primer escalón, sentía como le temblaban las piernas y el corazón le latía a mil por hora pero sabía que todo aquello valía la pena por ver la cara de su marido. Aby se puso detrás de Axel dispuesta a quitarle el antifaz.

- ¡Bueno chico, ha llegado el momento! ¿Preparado? -

- Si, por supuesto cuando abra los ojos veré a la mujer de mi vida.

- Verás algo más que la mujer de tu vida_ Le anticipó Aby_

Y sus ojos quedaron libres y vio a Rebecca bajar las escaleras sonriendo como el día que la conoció. Axel no podía retener su emoción y le cayeron las lagrimas al mismo tiempo que su cara se llenaba con una sonrisa que hacía tiempo que sus labios no reproducían.

Esperó que ella llegase al último escalón y le estiró la mano para que ella se la cogiese, ella correspondió y él la acercó a su cuerpo y la rodeó la cintura con sus brazos, la besó suave y dulcemente como si tuviese miedo que todo aquello fuese un sueño y algo brusco le pudiese hacer despertar y salir de él. Segundos después los invitados participaron del reencuentro y estallaron a aplaudir eso le hizo salir de la nube donde se encontraba y volver a la dulce realidad. Llevó a su esposa al centro de la sala y bailó con ella mientras le decía suavemente al oído.

- ¿Cuánto tiempo hace que me tienes engañado?

- ¡Pues hace algún tiempo si!, no podía permitir que te fueses consumiendo lejos de Blumoon, ahora si es nuestro hogar, te amo.

- ¡ No te hagas la boba! Te hablo de que caminas_ Le dijo él a modo de reprimenda_¿ Desde cuándo?

- Bueno en realidad no tanto, pero es que quería sorprenderte y hacerlo bien._ Le dijo ella a modo de excusa_

- Me lo tenías que haber dicho _ Le dijo Axel y le mordió suavemente el lóbulo de la oreja_

- ¿No ha valido la pena este pequeño engaño? Di la verdad_ Le dijo ella devolviendo el mordisco en la oreja de él_

- Baila y calla que voy a pensar como cobrarme esta deuda._ El acercó su cara a la de ella y la apretó bien fuerte, necesitaba sentirla suya_

- Yo sé como saldar la deuda_ Dijo ella pícara mente_

- A sí, pues pienso cobrarme intereses.

- Sería una noche muy larga y debes estar cansado._ Reía ella con picardía sabiendo que estaba poniendo a cien a su marido_

- Pues ya descansaré mañana.

Axel preguntó por Alastair y Rebecca le dijo que estaba en su habitación esperando a que su papá le diese un besito de buenas noches.

El se disculpó con los invitados y cogió a su mujer de la mano para ir a dar las buenas noches a su hijo. Alastair jugaba con Monic, ya tenía puesto el pijama y había cenado. El niño se lanzó a los brazos de su padre con una amplia sonrisa.

- Carai, mi niño si camina tan bien como su madre_ Dijo Axel irónicamente mirando a Rebecca_

Estuvieron un ratito con su hijo hasta que el bebé comenzó a dar muestras de tener sueño, se rascaba sus ojitos con sus pequeñas manitas y abría una y otra vez la boca. Sus padres le dieron un beso y lo dejaron el su cuna, el niño se acomodó rápidamente y adoptó su postura preferida. Monic ya había abandonado la habitación y ahora Axel y Rebecca se disponían ha hacer lo mismo apagaron la luz y ajustaron la puerta para que el pequeño Alastair pudiese descansar.

Una vez en el pasillo Axel abrazó a su mujer por la cintura y la apretó contra su cuerpo. La deseaba tanto que no creía poder esperar a que la casa quedase vacía.

- ¿Tú crees que nos podríamos perder un ratito tu y yo? _ Le dijo Axel a su mujer_

- Yo creo lo que tu creas_ Dijo ella muy zalamera_

- ¿Crees que se enfadaran con nosotros? _ Le volvió a preguntar él y ella le contestó con una frase de una de sus películas favoritas_

- No sé si se enfadaran. Ya lo pensaré mañana.

Entonces Axel la cogió en volandas y la llevo a su alcoba, estaba nervioso como si fuese la primera vez, deseaba con locura a su mujer y hacía demasiado tiempo que no la sentía. La dejó al lado de la cama y se quedó tras ella, con delicadeza bajó la cremallera del vestido mientras le susurraba al oído lo mucho que la deseaba, cuando cayó la parte superior del vestido Axel rodeó el cuerpo de la joven y le cogió los pechos con suavidad pero con decisión los acarició provocando en ella un deseo absoluto su estomago se movía espasmódica mente deseando que él bajase sus manos hasta aquel lugar donde él sabía hacerla alcanzar el cielo. El vestido terminó por caer al suelo dejando todo el cuerpo de Rebecca al descubierto. Seguía siendo tan preciosa como la recordaba, le quitó el sujetador y se puso delante de ella la siguió acariciando y besando se arrodilló ante ella y le fue mordisqueando los pechos, el estomago, el vientre, un muslo, el otro y con sus dientes presionó la braguita y estiró de ella hasta hacerla caer. Rebecca jadeaba de deseo creía que no podría aguantar más, necesitaba sentirlo y entonces estiró de él y le levantó, le beso con fuerza con rabia con deseo y le fue desvistiendo. Enseguida sintió el torso de su marido contra sus pechos, y después el miembro que pedía entrada en ella. Axel la alzó y ella se enganchó a horcajadas al cuerpo de él. Y se convirtieron en uno.Sus movimientos acordes les llevó al éxtasis y cayeron rendidos sobre la cama.

- ¡Cielos santo! Amor mío como te necesitaba_ Le dijo él todavía jadeante por el esfuerzo.

- ¿De verdad señor Domer? - Ahora fue él quien sonreía por la ocurrente contestación que le había dado a su esposa_

- ¡A Dios pongo por testigo que jamás volverás a pasar hambre!-

 

Incredulidad del destino

 

De pronto el vestido dejó de tener importancia, su corazón se aceleró y su sangre parecía haberse parado como si no le llegase al cerebro y esa fuese la razón por la que no podía reaccionar.

Arlet se quedó paralizada no era el espejo, el espejo lo tenia a su espalda pero su reflejo estaba delante de ella, un vestido

diferente, otro color, diferente peinado, pero era ella.

Cuando quiso reaccionar su reflejo se había ido, ya no estaba pero ella estaba segura que lo había visto y tenía que volver a ver aquel reflejo de si misma. No era posible que alguien se pareciese tanto a uno mismo sin tener consanguinidad. Ahora entendía muchas cosas que habían pasado en su vida y a las que nunca encontraba explicación.

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