Ana

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Rebecca era ja la señora Domer, era feliz y nada ni nadie cambiaría eso, Axel había programado un viaje de novios de ensueño, viajarían por todo el mundo. Era finales de Mayo el tiempo era perfecto y decidieron comenzar por Barcelona, cuando fue por el vestido de novia quedó enamorada ya había estado en Cataluña de pequeña pero en la costa y cuando fue con Aby a la prueba del vestido de novia no tuvieron tiempo de nada. Se moría por ver La Sagrada Familia, le gustaba mucho la obra de Gaudi y quería volver a aquella playa de su niñez en Begur donde había pasado varios veranos. De allí se iban a Roma y a las islas griegas, Turquía, la India, Shangai, Singapur Tokio, Australia, los Ángeles New York, Miami Méjico, Cuba y acabarían con unos auténticos días de relax en las islas de Bora Bora. Rebecca no sabía nada y lógicamente todo en vuelo privado nada de esperas en aeropuertos ni multitudes. Axel lo tenía todo bien organizado sería el viaje perfecto y daría el tiempo suficiente para ultimar las reformas en Blumoon, quería que todo fuese perfecto para comenzar su nueva vida.

Estuvieron cerca de un mes dando vueltas por el mundo pero finalmente llegó el día de regresar a casa.

Para Axel Blumoon era su casa aunque después de la muerte de April se negó a continuar viviendo allí.

Ahora por fin podía regresar y disfrutar de ella y de su esposa

¡ Esta vez nada podía salir mal!

El avión les dejó en Belfast, querían conducir hasta Portrush, el paisaje era espectacular y deseaban disfrutarlo juntos por primera vez. Hicieron varias paradas durante el trayecto para disfrutar de las vistas, eran felices muy felices, tanto que a Rebecca casi le asustaba tanta felicidad.

La señora Rouse salió a recibir a su amo a la puerta.

- Buenos días señor_ Saludó la mujer con una leve inclinación de cabeza e hizo una pausa antes de saludar a Rebecca_Buenos días señora_

La saludó muy secamente ni siquiera un " Bienvenida a su casa" Axel no le prestó atención era demasiado feliz para que nada ni nadie enturbiase esa felicidad, pero Rebecca enseguida supo que la señora Rouse no iba a ser su amiga precisamente y que muy posiblemente le pondría las cosas bastante difíciles. El chofer y un mozo que habían contratado para ampliar el servicio subieron el equipaje. Rebecca deseaba darse un baño y fue hasta la habitación escoltada por Benjamin el nuevo mozo que parecía se había aprendido la estancia con cierta facilidad.

Rebecca descubrió que tan solo estaba su equipaje no había ni rastro de las maletas de su esposo. Axel por su parte estaba recorriendo la casa para ver los cambios efectuados en la misma. Rebecca cambió de idea y decidió darse una ducha rapida y bajar a encontrarse con su marido.

Le encontró en el salón, acompañado por la señora Rouse, la joven de ver y alabar lo bonito que había quedado el salón, se dirigió a su marido para preguntarle.

- Cariño, ¿Dónde están tus maletas, no están junto a las mías?

Axel miró a la señora Rouse esperando una explicación por su parte.

- Señor, están en su dormitorio, como siempre señor.

_ Respondió la mujer con la cabeza altiva_

Rebecca los miraba preguntándose que puñetas queria decir aquella mujer. Y la joven replicó sin dar tiempo a que ninguno de los dos pudiese decir nada.

-En nuestro cuarto no están._ Dijo con decisión, a lo que la gobernanta replicó rapidamente_

- No señora, he dicho que estan en el cuarto de señor como siempre._ Rebecca no pudo soportar la arrogancia de la mujer y le dijo muy secamente_

- ¡Pues como siempre no! Ahora el dormitorio del señor es el de su esposa que soy yo, espero que le haya quedado claro señora Rouse._ A Rebecca le temblaban las piernas su carácter era dulce pero aquella mujer sacaba lo peor de ella_

La mujer parecía acalorarse por momentos, pero en vez de recibir la orden de su nueva ama en silenció, volvió a replicar.

- Pero el señor siempre...

No pudo terminar la frase, pues ahora si que Axel intervino al ver que las mujeres habían comenzado una guerra.

- Señora Rouse, será tan amable de trasladar todas mis cosas a nuestra alcoba.

La mujer bajó la cabeza y accedió a la orden de su señor.

Rebecca estaba furiosa, Axel intentaba pedirle que tuviese paciencia, Rouse llevaba demasiado tiempo tomando decisiones sin contar con nadie y ahora debería aprender de nuevo a recibir órdenes de su nueva ama.

- Vida mía no te enfades, te amo. Ya se acostumbrará.

Caminaron por toda la casa, Axel le mostró todos los rincones ¡ Era preciosa y tan grande!

- Axel, si ves que un día no me encuentras, búscame porque estoy segura que yo aquí me perderé. Él rió divertido y después de darle un beso le dijo_

- Yo jamás dejare que te pierdas amor mío.

La mañana siguiente Rebecca se despertó y su marido ya no estaba en la cama, le había dejado una nota en la mesita de noche.

" Esta mañana estaré fuera trabajando, nos vemos al mediodía, un besito. Te amo" Siempre tuyo Axel.

Rebecca se levantó y fue a la cocina, el cocinero y su ayudante la recibieron con una amplia sonrisa. Después le ofrecieron café recien hecho, ella cogió una silla y se disponía a tomar aquel delicioso café. Entonces entró la señora Rouse, los dos hombres cambiaron su cara y continuaron con sus tareas haciendo caso omiso de Rebecca, la muchacha se giró y vio que la gobernanta había hecho su aparición en la cocina de ahí el cambio tan brusco de los dos hombres.

- Señora, en el salón tiene dispuesto el desayuno._ Le dijo muy fríamente a Rebecca_

- Gracias señora Rouse, pero ahora mismo me disponía a tomar una taza de este exquisito café, no se preocupe tengo suficiente.

Rebecca intentó de ese modo imponer su autoridad. Pero no tuvo el éxito esperado en un principio.

- ¡No está bien que la señora de la casa esté en la cocina, debería desayunar en el salón, como se ha hecho siempre en esta casa._ Replico la mujer con su habitual impertinencia_

- Señora Rouse, Esta es mi cocina y vendre siempre que me plazca, a tomar café o a fregar los platos y desayunaré, almorzaré y cenaré aquí si me viene en gana ¿Le ha quedado suficientemente claro?

El cocinero y su ayudante, no podían reprimir la satisfacción de ver como su nueva ama había puesto a la vieja bruja en su sitio.

- Está claro señora.

Respondió la mujer y después salió de la cocina. Hacía tiempo que nadie le decía lo que debía hacer y no le gustaba nada que la nueva señora tomase decisiones sobre cuestiones domesticas.

La señora Rouse tenía sobre sesenta y cinco años, había estado en Blumoon desde que el padre de Axel la construyó. Ella entró a trabajar muy jovencita para la familia Domer. El señor Domer estuvo enredando con una jovencísima e ingenua Rouse, tanto que ella se acabó enamorando perdidamente y se entregó a él, pero no fue ella quien terminó siendo la señora Domer si no una joven heredera de la zona.

La madre de Axel era una joven de la alta sociedad, lo suficientemente rica y guapa para enamorar a Sam Domer un galán tanto o más guapo que su hijo Axel Domer.

Sam Domer era un hombre un tanto machista como la mayoría de los de su época, que siempre imponía su voluntad y estuvo encantado del nacimiento de su hijo varón. Siempre respetó a su esposa, posiblemente no hubiese sido así de haberle dado una hija y no un heredero.

Cuando Sam Domer se casó, la joven Rouse continuó trabajando en la casa pero siempre mantuvo un sentimiento contradictorio respecto a Axel. Por una banda él era la muestra del fracaso de su amor, pero por otro lado el niño era tan dulce que se hacía querer y ella que era tan solo una joven solo podía quererle.

Pero cuando llegó April, vio el momento de vengarse. No tenía claro de que ni de quien después de tanto tiempo, pero lo cierto es que acabó siendo su confidente la que le tapaba todoos los defectos y deslices incluso las infidelidades de las que Axel era completamente ignorante. Rouse pasó a ser la señora Rose y todo los asuntos de la casa pasaban por ella, su ama delegó en ella todos los poderes y responsabilidades. Y ahora venía Rebecca decidida a usurpar su lugar, jamás su amo le había hecho saber de ninguna queja, pero esa muchacha se lo iba a poner difícil estaba segura de ello.

Capitulo 11.

Axel llegó muy cargado, entró por la puerta de servicio y le dio a una de las chicas de servicio una gran caja y le dijo:

- ¿Como van los preparativos para la fiesta de mañana? Espero que mi mujer no se haya enterado de nada. Quiero que sea una autentica sorpresa para ella.

- No se preocupe señor, ya tenemos confirmados todos los asistentes, el catering llegará sobre las ocho las flores y la orquesta estarán aquí a las seis.

- Gracias por todo el cariño que le habeis mostrado a mi esposa. Quiero que la entrada en sociedad de Rebecca sea un gran éxito.

- Así será señor, estamos seguros de ello._ Le dijo la muchacha convencida pues la nueva señora era un encanto de mujer_

- Lleva la caja a la alcoba de convidados, hasta mañana no quiero que vea el vestido.

Axel llevaba semanas preparando la fiesta. La mañana siguiense te llevaría a Rebecca a Londres, pasarían el día allí. Estaba seguro de que su mujer estaría encantada de ver a sus amigas y sus padres y de esa forma la mantenía apartada de Blumoon para que se pudiesen realizar todos los preparativos para la gran fiesta. Axel subía las escaleras de dos en dos hasta el dormitorio con ansia de besar a su mujer. Al llegar y abrir la puerta se encontró a Rebecca mirando por la ventana, cuando la joven se giró él pudo ver que su mujer había estado llorando.

- ¿Que te pasa amor mío? ¿Que tienes?_ Le preguntó visiblemente preocupado_

Rebecca le explicó la enganchada que había tenido con la señora Rouse. Aunque se había hecho la valiente para enfrentarse a la mujer, lo cierto era que ella jamás había mantenido ningún desencuentro con nadie y la tensa situación le había afectado mas de lo que pensaba.

- Rebecca, ten paciencia, me parece bien que tu decidas lo que quieres en la casa. Tú eres la señora y yo quiero que seas feliz aquí, ella acabará por acostumbrarse a ti ya lo veras ¿Sabes que?_ Le dijo esperando que el viaje a Londres al día siguiente la animase y la hiciese volver a sonreír_

- Bueno ¿Qué eso que me quieres decir? Te advierto que no estoy de humor.

- Mañana nos vamos a Londres a pasar el día bueno si tu humor te lo permite ¡Claro! _ Le dijo él ironizando_ Yo tengo asuntos que resolver y tu seguro que estarás encantada de hacer alguna visita ¿O no te apetece?_ Ella cambió la cara de golpe y se lanzó sobre él dándole un abrazo y un apasionado beso_

- Bueno ya era hora que mi mujer me besase hoy._ Axel respiró tranquilo su princesa volvía a sonreír_

En cuanto Rebecca pisó Londres se presentó en casa de Aby y quiso sorprenderla.

- Aby, ¡Hola!_ La saludó desde el móvil_

- ¡ Hola Rebecca! Que alegría oírte ¿Como estas?

- Míralo tu misma.

- ¿Que dices?_ Preguntó Aby que no comprendía lo que su amiga le estaba diciendo_

- Que mires por la ventana.

Rebecca estaba bajo la ventana de la casa de Aby. La chica dio uno de sus gritos de alegria y le pidió a su amiga que subiese rapidamente al piso. Aby ya tenía la puerta abierta impaciente por recibir a su amiga, en cuanto la tuvo a su alcance la abrazó y le dio dos sonoros besos.

- Pero ¿Por qué no me has dicho que venias?_ Le recriminó Aby_

- Pues porque no me habrías recibido así._ Le dijo Rebecca bromeando_

- Que tonta eres, ¿Hasta cuando te quedas?_ Aby ya estaba planeando que es lo que podrían hacer juntas_

- Solo hasta esta tarde, después volvemos a Blumoon.

Cuando Rebecca pronunció el nombre de la casa su cara no pudo disimular que alguna cosa no iba bien.

- Rebecca, ¿Todo va bien?_ Era una pregunta retórica pues Aby sabia de sobras que no, que no todo iba bien_

La chica la conocía muy bien y poco tiempo después Rebecca le estaba explicando a su amiga la mala experiencia que había tenido con la señora Rouse.

Después se acercó a la boutique, Elsa y las chicas estuvieron encantadas de volver a ver a su antigua compañera. Mas tarde volvió a encontrarse con Aby y después de comer fueron a realizar algunas compras. Axel la llamó sobre las siete.

- Rebeca cariño, ¿Donde estas? Paso a buscarte.

Axel recogió a Rebecca en Harrods y juntos fueron hacia el helipuerto donde su helicóptero privado los esperaba para llevarlos de nuevo a casa.

Capitulo12.

Cuando llegaron a Blumoon ya había oscurecido pero las luces se podían ver a kilómetros de distancia.

- ¡Dios mío! ¿Axel eso no será fuego?

Rebecca preguntaba toda asustada por la iluminaria que producía la mansión.

- No cariño es una sorpresa hoy damos una fiesta en tu honor para darte la bienvenida. Lo mejor de la sociedad estará aquí para ver lo bonita que es mi esposa._ Axel no podía evitar mostrarse orgulloso_

- Pero Axel no tengo nada que ponerme decía ella toda preocupada._ Por un momento pensó como su marido podía hacerle eso ahora como iba a vestirse para semejante ocasión_

- Todo está solucionado, confía en mi. ¿Vale?_ Le dijo él con toda tranquilidad_

Las puertas del salón estaban cerradas y no se podía ver nada. Tan solo vieron la entrada que estaba toda llena de flores, el matrimonio subió a su dormitorio.

Axel salió al pasillo y llamó a la señora Rouse, pero la mujer se encontraba muy ocupada con los últimos detalles de la fiesta, a la llamada de Axel respondió Marguerite, una de las chicas de servicio.

- ¿ Donde está Monic?_ Preguntó el hombre_

- Monic está en los jardines señor._ Respondió la joven a su amo_

Monic era otra de las chicas de servicio, la que le recogió la caja a Axel cuando llegó con el vestido que le había comprado a Rebecca.

- Bien pues avisa a la señora Rouse por favor y le dices que atienda a la señora. _Y acercándose a la chica le dijo al oído, Dadle el vestido nuevo_

Axel regresó al dormitorio y le dijo a su esposa:

- Amor mío, ya está todo solucionado confía en mi. Y ahora voy a ver si está todo en orden. Después nos vemos.

La señora Rouse fue a la habitación de convidados y vio la caja que Monic había dejado allí el día anterior. Sacó del interior un vestido gris perla, que le gustó muchísimo_ Axel siempre había tenido muy buen gusto, pensó la mujer_ Lo volvió a colocar en el interior de la caja y salió de la habitación, se dirigía a la buhardilla. De allí cogió un vestido rosa que April había utilizado la noche en que Axel y ella discutieron acaloradamente, fue la noche de la muerte de April. Axel la había encontrado con su amigo Dennis y no estaban hablando precisamente. Estaban en la biblioteca estirados sobre uno de los sofás besándose con lujuria. Ya hacía un tiempo que las cosas no iban bien entre la pareja. Ella se pasaba el día fuera de casa y él jamás sabía donde encontrarla, hacía meses que ni tan siquiera dormían juntos, pero nunca pensó que llegase a serle infiel. Y aun peor con su mejor amigo, Axel jamás le perdonaría.

La señora Rouse llegó a la alcoba de Rebecca, con el vestido rosa y sus complementos. Rebecca le dio las gracias y le pidió que la dejase sola. El vestido no era feo pero un tanto extremado para su gusto, aun no entendía como Axel podía haber escogido aquel vestido para ella, pero si así era ella no quería decepcionarlo a si que se lo puso. Se recogió el cabello y se puso los pendientes de su abuela, los de las ocasiones especiales. Se miro y no estaba convencida y aunque estuvo tentada de avisar a su esposo para que la viese, pensó que quizás él esperaba que le sorprendiese.

El salón estaba lleno como nunca lo había estado, toda la aristocracia de Irlanda y parte de Europa se habían dado cita en el acontecimiento del año. Cuando Rebecca asomó la cabeza por la puerta de la habitación escuchó que sonaba una linda melodía

" Fly me to the moon" cantada por Frank Sinatra, le encantaba aquella canción.

Estaba en la parte superior de la escalera que conducía al salón y desde allí podía ver a su esposo. Axel tomaba una copa de champaña y conversaba con una pareja de señores de edad avanzada, que ella no tenía ni idea de quienes podían ser.

Inspiro, cogió aire i comenzó a bajar los escalones poco a poco, aun no había llegado a la mitad del tramo y sintió como las miradas se dirigían a ella, Axel al ver que todos miraban hacía la escalera, se giró esperando ver a su preciosa mujer con aquel lindo vestido gris perla que él con tanto amor le había comprado. Pero su cara se paralizó al mismo tiempo que la sangre le ardía por dentro. Y sin pensar en nada ni nadie dio un grito que resonó dentro y fuera de la sala.

- ¡Rebecca, sácate eso ahora mismo!

Y subió enloquecido los escalones de dos en dos hasta llegar donde se encontraba su mujer, la agarró con fuerza por el brazo y estiró de ella. La hizo caer al mismo tiempo que le hizo pasar la mayor vergüenza de toda su vida.

La joven no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, sintió como si hubiese perdido la voz por completo para poder al menos protestar. Sentía que no podía ni respirar y las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos. En un rincón del pasillo la señora Rouse reía con toda la maldad de que era capaz.

Al llegar al dormitorio, Axel le volvió a gritar preguntando:

- ¿Por qué demonios no te has puesto el vestido que compré para ti? Dime.

Pero la muchacha no entendía nada y solo acertaba a decirle a su marido que se calmase.

-Rebecca ¿ Por qué me has hecho esto? ¿ Por qué?_ Se lamentaba él_

Y Rebecca solo pudo decirle:

- Yo me he puesto lo que tu me has comprado, no entiendo que es lo que he hecho mal ¿ Que te pasa?

- ¿ De donde has sacado ese vestido?_ Le preguntó él ahora ya mas calmado_

- Pues…..La señora Rouse me lo dio, pensé que era el que tu me habrías comprado ya que te dije que yo no tenía ninguno adecuado para una ocasión como esta. Pero…._ Rebecca seguía sin entender nada de nada y siguió diciéndole_ A mi sinceramente no es que me guste mucho pero si tu lo habías elegido pues…..¿ Pero que pasa Axel? Me has asustado mucho.

Rebecca seguía con lagrimas en los ojos, por un momento tubo miedo de su marido y que decir de la vergüenza que había pasado delante de todos los invitados.

- Ahora vuelvo_ Dijo secamente el hombre, aunque él le dio un beso y le pidió perdón_

Salió de la alcoba y una vez en el pasillo gritó llamando a la señora Rouse, ella hizo ver que no estaba al corriente de lo sucedido y le contestó muy amablemente.

- ¿Me llamaba señor?

- Señora Rouse, ¿En que estaba pensando cuando le dio aquel vestido a mi esposa ? ¿ Como se le ocurrió hacer algo así?

Ella muy tranquilamente le dio una explicación que ya tenía mas que pensada y bien estudiada.

- Señor. Era la hora de arreglarse, la señora no disponía de ningún vestido para la ocasión, yo pensé que no podía asistir a un evento como este sin un atuendo correcto… Era el que mejor le sentaba a la señora yo siento señor…. Tube que ir a uno de los baúles de la señora Domer_ La mujer puso cara de angustia como si realmente tuviese una gran pena por aquella contrariedad, y Axel ni siquiera acertó en escuchar la maldad de seguir llamando aun a la difunta April como señora Domer_

- Y ¿ Donde está el vestido que compré para mi esposa, que ha hecho con él?

- Señor, yo no se nada de ningún vestido para la señora._ Era fría como un témpano, ni pestañeaba al mentir de aquella forma tan ruin_

- Ayer traje un vestido para ella, se lo di a Monic para que lo guardase hasta hoy iba a ser una sorpresa. Suponía que usted estaría al corriente_

- Como lo siento señor, pero la chica debe estar tan liada con todos los preparativos de la fiesta que se le debe haber pasado el decírmelo. Pero no se preocupe yo le daré la debida reprimenda y si el señor lo desea será despedida.

- No es igual, ahora el daño ya está hecho.

Ahora que todo tenía una explicación, le daba pena la chica y Rebecca. ¿ Como podría pedirle perdón por el trato que le había dado? Debía darle explicaciones sobre su comportamiento y debía hacerlo rápidamente, pero primero debía disculparse ante sus invitados.

Rebecca lloraba desconsolada, jamás hubiese imaginado a Axel gritándola de aquel modo y lo por era que no sabía por qué.

- Rebecca amor mío, ¿Puedo pasar? Por favor._ Le pidió el a través de la puerta con toda la dulzura de que fue capaz.

Ella no contestó, tenía trabajo a limpiarse la cara después de haber estado llorando sin cesar, pero deseaba que su esposo le diese una explicación y con voz débil le dio permiso para que entrase en la alcoba.

- Rebecca, te debo una explicación. Yo te compré un vestido para que hoy estuvieses mas maravillosa si es posible de lo que siempre estás. Pero con los preparativos de la fiesta, Monic ya sabes, la chica de servicio no le comunicó a la señora Rouse nada y la mujer al ver que no tenías nada que ponerte buscó uno de los vestidos de April el que pensó que te podía sentar mejor. El problema es que en cuanto te he visto me has recordado el mal momento que viví la noche que ella lo llevaba puesto.

El le explicó los acontecimientos de aquella maldita noche. A la mañana siguiente apareció muerta en su dormitorio.

- El doctor dijo que se había envenenado o la habían envenenado. Yo gracias a Dios no pasé esa noche aquí en casa después de lo que vi me faltó tiempo para largarme. La verdad es que la hubiese matado ganas no me faltaban, pero no fui yo cogí un vuelo y me fui a Londres estuve toda la noche en un bar emborrachándome.

Se que no es excusa para el comportamiento que he tenido contigo, pero te lo ruego intenta comprenderme. Te amo eres mi vida y no quiero perderte. Por favor te suplico que me des otra oportunidad.

Rebecca no pudo enfadarse con él le amaba y comprendía el choque que tuvo que ser para él verla aparecer con aquel vestido de April.

- Axel ven aquí, besame y por la cuenta que te tiene ya estas buscando mi vestido lo quiero aquí inmediatamente.

Axel sonrió y le dio un apasionado beso a su mujer.

- Gracias amor, mío no volverá a pasar._ Le dijo él tan arrepentido y avergonzado que le costaba mirar a su mujer a los ojos_

Axel se fue en busca de la señora Rose y le encomendó que buscase rápidamente el vestido y se lo hiciese llegar a su esposa.

Rebeca un vez es va quedar sola, comenzó a pensar y la verdad era que habían ciertas cosas que no le cuadraban. Era impensable que la señora Rouse no supiese nada de lo del vestido, ya que todo lo de la casa pasaba por ella. Y por otro lado Monic se guardaría mucho de no mantener al corriente a la gobernanta. Y lo que estaba mas claro que el agua era que ella no era del agrado de la mujer, lo mismo que a ella tampoco le caía bien la vieja gobernanta.

- Como lo siento señora._ La señora Rose se disculpó ante Rebecca cuando entró en la alcoba con el vestido que Axel le había comprado_

Rebecca la miró con un punto de insolencia, pues había notado perfectamente el tono irónico de su disculpa y a demás no la creía. Su intuición le decía que la mujer había disfrutado con el mal rato que ella tuvo que pasar, lo mismo que estaba segura que había sido ella quien había provocado todo aquello.

La joven cogió el vestido que la mujer le ofrecía, nada mas verlo se quedó enamorada de él. Axel había acertado en la forma y el color, en la caja también venían unos zapatos finísimos con tacón de cristal y sobre la tela de raso del mismo color que el vestido pequeñísimos cristalitos que resplandecían con la luz. También había una pequeña cajita que contenía un fino collar que hacía juego perfectamente con los pendientes de la abuela.

Como si fuese una película y le hubiesen dado al replay, Rebecca volvió a bajar las escaleras y ahora si que su marido le tendió la mano y la acompañó hasta el centro de la pista donde bailó con ella, después fue presentada a sus invitados y todos ellos pareció que la encontraban encantadora. A los hombres se los ganó fácilmente con su belleza y a las mujeres también con la valentía que mostró al volver a la fiesta después del mal momento que había pasado.

 

Capitulo 13.

El día se había levantado muy claro ya era casi verano, Rebecca había dormido hasta entradas las diez. La fiesta fue muy divertida pero agotadora. Fue a la cocina y saludó a sus ocupantes ellos la recibieron gustosamente, encontraban muy simpática a la nueva dueña de la casa. Rebecca preguntó que tenían pensado hacer para comer, el cocinero le contestó que como cada Domingo hacían pollo, iban variando. Unas veces relleno, otras rustido, otras con verduras, pero siempre pollo.

Rebecca le preguntó al cocinero cuanto servicio quedaba en casa los Domingos a la hora de comer. El hombre le contestó que los señores y a veces la señora Rouse al no ser que marchase al pueblo. Referente a ellos mismos y las chicas del servició le comunicó a la señora que una vez terminadas sus tareas se iban a casa hasta el lunes por la mañana.

Entonces Rebecca les dijo que ya podían ir recogiendo porque no hacía falta que preparasen nada para el almuerzo.

La joven miró en las neveras y observó que había una gran cantidad de comida que había quedado de la fiesta del día anterior. Les dijo que en cuanto tuviesen todo recogido podían marcharse con sus familias. Los hombres le dieron las gracias por su amabilidad y por la gran tarea que les había ahorrado hacer.

Rebecca ya salía de la cocina, cuando la señora Rouse entró en ella. Miró de reojo los fogones y comprobó que aun no se había puesto en marcha la comida del día. La mujer con semblante serio se dirigió al cocinero

- ¿A que hora pensáis comenzar a preparar la comida?

El cocinero al sentirse respaldado por la presencía de la dueña de la casa, le contestó:

- Hoy no cocinaremos señora Rouse._ Dijo el hombre satisfecho al ver la cara de incredulidad de la gobernanta_

Ella dedicó una mirada desafiante a Rebecca y le dijo:

- ¡Los Domingos siempre preparamos pollo señora! _ Rebecca la replicó muy pausadamente_

- ¡Pués este Domingo no! He visto que hay suficiente comida para un regimiento y no la vamos a tirar.

La mujer dio media vuelta y salió de la cocina. Rebecca sintió satisfacción al ver que la señora Rouse se retiro sin contestarla.

Axel llegaba de montar a caballo y vio a su esposa en el jardín recogiendo unas rosas para hacer un ramo. Rebecca aun no le había visto pero si vio a las chicas de servicio que se marchaban a casa. En aquel momento le vino a la mente el dichoso vestido y Rebecca llamó a Monic.

- Monic por favor, espera un momento.

La chica se paró y saludó a su sastresa con una sonrisa. Monic pensaba que Rebecca había traido aire fresco a la vieja casona.

- Buenos días señora usted dirá.

- Verás Monic, me preguntaba como puede ser que se te olvidase darle a la Señora Rouse el vestido que te entregó mi marido.

La chica no sabía que decir, tenía miedo de que si delataba a la gobernanta se pudiese quedar sin trabajo, bajó la cabeza y entonces Rebecca le dijo muy cariñosamente:

- Yo se que tu no te olvidaste de decírselo, no tengas miedo no le pienso decir nada ni a la señora Rouse ni a mi marido. Pero quiero tener la seguridad de que ella lo sabía ¿ Lo entiendes?_ La chica subió la cabeza y mirando a los ojos a su sastresa le dijo_

- Señora yo no me puedo permitir perder el trabajo, pero si yo le dije a la señora Rouse que dejaba un vestido para usted en el cuarto de invitados, lógicamente le dije que lo había traído el señor y no entiendo por qué no se lo entregó señora.

- Gracias Monic, vete ya que ya te he hecho perder suficiente tiempo.

Rebecca le dedicó una sonrisa y la chica se fue bastante mas tranquila.

Rebecca sin embargo se quedó pensando que la mujer se había propuesto hacerle la vida imposible. Pues a ver quien se cansaba antes, ella no quería ninguna lucha pero si había que luchar lucharía. Entonces la joven escuchó como su marido la llamaba, ella se giró y fue corriendo a darle un beso.

- Buenos días amor mío._ Le dijo él antes de besarla apasionadamente_

- Hola amor. ¿Dónde has ido tan madrugador?

- He salido a montar a caballo.

Aun no había terminado de decir todo lo que quería decirle y ella ya le estaba recriminando.

- Muy bonito y tu mujercita sola en casa._ Le dijo ella sonriéndole_

Axel rió satisfecho y orgulloso de pensar que su esposa pudiese echarle en falta cuando él estaba fuera.

- Yo había pensado que mañana comenzases a tomar clases de equitación para poder salir a cabalgar juntos._ Rebecca puso los brazos a ambos lados de sus caderas a modo de reprimenda.

- ¡Escucha señorito presuntuoso! ¿ Y quien te ha dicho a ti que yo no se montar a caballo?

El dio una buena risotada estaba encantado de ver a su mujer tan indignada y divertida a la vez.

Caramba. Mira por donde resulta que me he casado con toda una amazona ¿ He?

- ¡Mira creído! Yo iba muy a menudo a una hípica ¿ Sabes?

El la cogió en brazos, ella se agarró al cuello de su marido mientras él daba vueltas y vueltas riendo los dos. Cuando el hombre paró le dijo:

- Muy bien señora Domer, mañana a las siete te quiero a punto para que me demuestres lo buena amazona que eres._ El la bajó de sus brazos y ella lo retó_

- ¡ A ver si me atrapa, señor Domer!

La joven arrancó a correr hacia la casa. La señora Rouse los vigilaba desde una de las ventanas. La vieja gobernanta sentía una gran rabia al verles tan felices juntos.

Capitulo 14.

Aby añoraba mucho a su amiga, era un inconveniente que en Blumoon fallase tanto la cobertura del móvil. Muchas veces llamaba a Rebecca y no conseguía hablar con ella, le habían dado el teléfono fijo de la gran mansión pero a ella se le hacía muy extraño que la contestase siempre el servicio.

Ahora ya hacía mas de una semana que no habían hablado y decidió llamarla. El teléfono sonó en la mansión, como siempre la señora Rouse contestó la llamada.

- Buenos días, la señora Domer por favor._ A Aby le sonaba rarísimo preguntar por su amiga como la señora Domer, pero pensó que era lo mas correcto_

- ¿Con quien hablo?_ Preguntó secamente la mujer_

- Soy Aby._ Respondió tímidamente la joven_

- La señora no está en este momento.

- ¡Bueno gracias! ¿Le podría decir que he llamado y espero su llamada por favor?

- Si, si claro_ Contestó la mujer y seguidamente colgó sin más_

Los señores Domer llegaron agotados de su cabalgada, Axel llamó a la señora Rouse y le pidió té helado para los dos. Rebecca subió a cambiarse y a solas pensó que no había tenido el periodo ese mes y le parecía tener los pechos algo mas voluminosos. Sabía que tenía muchas posibilidades de estar embarazada pero no quería decírselo a su esposo hasta estar muy segura de ello. Entonces como siempre que le pasaba algo importante en su vida, pensó en Aby. Terminó de cambiarse y se dispuso a llamarla, el móvil de su amiga no respondía y pensó que la llamaría mas tarde.

Aby había buscado el móvil por todos lados, en casa no estaba, ni en el trabajo y después de buscarlo sin cesar llegó a la conclusión de que lo había perdido en el metro después de llamar a Rebecca.

El metro iba repleto y recuerda que recibió un empujón al salir, seguro que le cayó del bolsillo de la chaqueta, sabía que un día le pasaría, muchas veces Rebecca le advirtió que aquel bolsillo con tan poco fondo le traería problemas. Bajó a la cabina que tenía frente a casa, tenía que advertir a Rebecca que lo había perdido y que en cuanto tuviese otro la llamaría.

El teléfono volvió a sonar en la mansión Domer y de nuevo la señora Rouse respondió a la llamada.

- ¡Aquí la residencia Domer!

- Hola, soy Aby de nuevo, ¿ Podría hablar con la señora por favor?_ Le pidió Aby tímidamente, a Aby le molestaba sobremanera tener aquella sensación de vulnerabilidad ante aquella mujer, pero no podía evitarlo_

- Ahora no la puede atender._ Respondió la gobernanta_

- Por favor, podría decirle que he perdido el móvil y que en cuanto tengo uno nuevo la llamaré. Se que si me llama y no me localiza se preocupará, por favor no se olvide de decírselo.

- Muy bien._ Fue toda la respuesta que Aby obtuvo de la mujer_

Rebecca bajaba al salón para almorzar, montar a caballo le había abierto el apetito. ¿O quizás era su nuevo estado?

- Señora Rouse, a sonado el teléfono, ¿Quien era? _ Preguntó la joven_

- Señora, era la señorita Aby, ya volverá a llamar ha dicho.

- ¿Por qué no me ha avisado?_ Le dijo Rebecca muy enfadada_ -No he querido molestarla señora. He pensado que estaría en el baño. _ Contestó la mujer sin bajar su punto de impertinencia_

- Muy bien, a partir de ahora si yo estoy en la casa seré yo quien conteste las llamadas. ¡ Espero que haya quedado claro!_ Rebecca fue muy firme a la hora de comunicarle su decisión_

- Si señora, como usted desee.

La mujer se dio media vuelta con la satisfacción de saber que no le había dicho todo y ahora a Rebecca le tocaría sufrir por su amiga.

Rebecca no entendía que Aby no contestase al móvil y que tampoco la llamase con la cantidad de mensajes que le había dejado. Axel tenía que ir a Londres a varias reuniones y ella le pidió si podía ir con él porque estab muy preocupada por su amiga. Su esposo le dijo que no hacía falta que él tuviese que ir a Londres para que ella pudiese ir cuando le viniese en gana. Tenía el helicóptero a su disposición. Ahora era la señora Domer, ella le dio un beso y preparó cuatro cosas para marchar.

En el helipuerto de Londres les esperaba su Mercedes con el chofer, Rebecca no quiso que su marido cambiase sus planes al tener que acompañarla a ella a un punto de la ciudad completamente contrario al que tenía que ir él. La muchacha después de discutir con su marido acabó por convenciéndole que era mejor que ella tomase un taxi. Pero antes de despedirse quedaron para cenar en " El faro del mar" su propio restaurante.

- ¿Tendrás tiempo suficiente hasta las nueve para criticarme con Aby? _Axel le preguntaba irónicamente, sabiendo que las chicas se lo explicaban todo_

-No sé, no sé, piensa que eres muy malo conmigo y tengo mucho por explicar_ Ella le respondió con la misma ironía, después se dieron un apasionado beso y se separaron_

Eran las nueve y media de la mañana, Aby acaba de comprar un móvil aprovechó la ocasión para deshacerse de algún que otro pesado que no dejaba de molestarla. Cambió su número de teléfono y ahora tenía que llamar a Rebecca. El móvil de Rebecca sonó, pero la joven no reconoció quien la llamaba.

- ¡Si, dígame!-

- Hola nena, soy yo_ Dijo Aby y sin dejarla hablar más, Rebecca comenzó a reñirla, pero Aby se defendió_

-Para, para, yo te llamé desde una cabina y la Rottetmeyer que tienes en casa me dijo que te daría el mensaje. He perdido el móvil y acabo de comprarme uno._ Rebecca comenzó a llorar_

- ¿Pero que tienes, que te pasa? Estoy bien, no me ha pasado nada como para que tengas que llorar_ Le dijo Aby _

Aby intentaba calmar la su amiga, sabía que las cosas no iban del todo bien.

- No me hagas caso, estoy un poco sensiblera y estaba muy preocupada por ti._ Contestó Rebecca aun con sollozos_

- Escúchame ¿Dónde estás ahora?

- Estoy aquí en Londres, voy a casa.

Rebecca había mantenido su apartamento de soltera, no quería desprenderse de él y estaba claro que seguía considerándolo su casa.

- Bien a las doce en Martin's _ Le dijo Aby tajante_

- Muy bien, ahora voy a visitar a mis padres y después nos vemos allí.

Los padres de Rebecca le recriminaban que no se quedase a comer, pero ella les hizo saber que tenía poco tiempo y muchas compras por hacer. Rebecca no se sentía con animo para hablar con sus padres se sentía débil y no quería terminar llorando y preocupándolos. Les prometió que mas adelante iría a pasar unos días con ellos.

 

Capitulo 15

A las doce en punto Aby cruzaba la puerta de Martin's, su amiga hacía unos minutos

que había llegado, se dieron un efusivo abrazo y dos besos y Aby que conocía muy bien a su amiga le dijo:

- Vamos desembucha ¿Que demonios te pasa? Si tu marido te ha hecho algo malo me lo

cargo._ Le dijo Aby furiosa al ver la tristeza de su amiga_

- No Aby, Axel es un ángel, me quiere con locura pero... la señora Rouse no me puede ni ver y me hace la vida imposible.

¡ Con lo feliz que yo soy con Axel!

Rebecca le explicó los enfrentamientos que había tenido con la señora Rouse pero cuando le explicó lo del vestido el día de la fiesta Aby puso el grito en el cielo, se enfadó muchísimo y le dijo a su amiga:

- ¡Claro y tu no le has dicho nada a tu marido de las maldades que te hace esa vieja bruja! ¿A que no? _ Le recriminaba Aby a Rebecca_

- Aby, no quiero ser un problema para él. Pero mira dejemos de hablar de la bruja, ya me he desahogado contigo y estoy mas tranquila y además tengo una cosita que decirte.

- Espero que buena, la tanda de malas noticias está llena por hoy.

- Pues si, buena muy buena noticia y espero que te haga tanta ilusión como a mi.

A Aby se la comían los nervios, no podía soportar la espera. Rebecca le daba vueltas a la noticia y al final explotó.

- ¡Va Rebeca! Dímelo ya sin rodeos._ Protestó la impaciente Aby_

- Me parece que espero un bebé _ A Rebecca la frase le sonaba a chino después de decirla, Aby se la miró e instintivamente le miró la barriga_

- ¿Que carai miras Aby? Si, lo estoy es de pocas semanas, es la primera falta.

- ¡Dios mío, Dios mío que me vas ha hacer tía! _ Aby estaba como loca, le cogió las manos a Rebecca y se las apretó con tanta fuerza que la joven se quejó_

- Aby, ¡Que me haces daño! _ Protestó Rebecca, para calmarla_

- ¿Ya lo sabe Axel?

- Todavía no, quiero estar segura.

- Rebecca, que feliz soy, un bebé, tenemos que pensar en un nombre ya. _ De nuevo a Aby le superaba su impaciencia_

-Aby, tu como siempre tan impaciente, puede que simplemente sea un retraso._ Le dijo Rebecca, porque lo cierto era que a ella le costaba creer que pudiese estar esperando un hijo_

Y mientras Rebecca le hablaba, Aby seguía hablando sola.

-Amelí si es niña o Demi o Drew y si es niño, Brad, Shon...

- Aby, Aby, ¿Me estás escuchando? _ Rebecca buscaba su atención aunque se le hacía difícil conseguirlo_ Que puede ser una falsa alarma, ¿ Me oyes?_ Le seguía diciendo Rebecca_

- Si, si, mira que pechos tienes, jamás te los había visto así._ Le decía Aby mientras le tocaba los pechos a su amiga y ciertamente ella también lo había notado y Aby decidió no quedarse con la duda_ Tu no te vas de aquí hasta que lo sepamos_

Le dijo con rotundidad Aby mientras ya la cogía de la mano para llevarla hasta una farmacia a comprar un preeditor. Rebecca se dejó llevar, pues ella también deseaba salir de dudas.

Después de salir de la farmacia, pasaron por un restaurante chino a buscar un arroz tres delicias, un pato Pekín y una ensalada china. Y con todo ello se fueron al apartamento de Rebecca para hacer tranquilas la prueba de embarazo.

Axel hacía unos minutos que la esperaba al restaurante, ella llegó con una sonrisa de oreja a oreja. El hombre la encontró especialmente preciosa esa noche y así se lo dijo:

- Hoy estás especialmente bella ¿ Que te has hecho?_Ella le miró y le dijo

- Quedarme embarazada ¿Que te parece?

Axel la miró con ojos de incredulidad y sorprendido, muy sorprendido no se esperaba ser padre tan pronto pero el corazón le latía a cien por hora y sin pensárselo dos veces se levantó de la silla donde estaba sentado y gritó.

- ¡Seré padre, lo habéis oído …..seré padre!

La gente que estaban cenando en las otras mesas y los empleados, aplaudieron y los felicitaron. Cuando terminaron de cenar, no regresaron a casa, Axel la llevó al hotel mas lujoso de la ciudad, pidió una suite y le hizo el amor durante horas. Rebecca tuvo miedo que tanta felicidad no le explotase en la cara, pero una vez más dijo emulando a Escarlet Ohara " Ya lo pensaré mañana"

 

Capitulo 16.

Poco a poco Rebeca se iba haciendo con la casa, cambio toallas, sabanas, cuberterías, vajillas todo lo que tenía un uso rutinario, no quería nada que pudiese haber utilizado April. También cambió algunas costumbres, como la de almorzar en el salón cuando solamente estaban Axel y ella.

Esta decisión también fue criticada y replicada por la señora Rouse, pero Rebecca se mantuvo firme y le dejó bien claro a la mujer quien mandaba ahora en Blumoon.

La señora Rouse ya se había percatado de que la joven estaba embarazada. Lo había notado en sus pechos y porque a las tardes había comenzado a estirarse un ratito después de comer. Cuidaba mucho sus comidas, comía mucha mas verdura y frutas. Ahora si que le había quedado claro que Rebecca pensaba hacer todo lo posible para ganar la batalla pues un hijo ataría al señor de por vida. Tenía que pensar en hacer alguna cosa y el destino o la suerte te puso de su parte y en contra de Rebecca.

A Axel le esperaba otro de sus muchos largos y pesados viajes de negocios. Tenía que decírselo a su esposa y le dolía ver como la joven se entristecía al tener que separarse de él.

- Cariño, pero... ¿Cuanto tiempo estarás fuera?_ Le preguntaba Rebecca a su esposo_

-Nena, dos o tres días, me sabe mal pero no puedes venir, no podré estar por ti, me fastidia mucho y mas ahora en tu estado.

- ¡Escucha estoy embarazada, no enferma! Pero que manía tenéis los hombres en tratarnos como si estuviésemos enfermas, ¿No comenzarás a prohibírmelo todo?_ Le dijo Rebecca a Axel con tono de enfado, pero él se rió divertido y la agarró por la cintura_

¡No ves que tu y ese niño sois todo lo que tengo. Déjame que os cuide por favor mi amor!_ A Rebecca se le caía la baba cuando su marido se ponía tan tierno y dulce con ella_

- ¡Pero que teatrero que eres!_ Le dijo ella mientras le besaba dulcemente en la cara, él tenía que marcharse la besó y se fue dándole un cachete en el trasero_

- Hasta pronto, te amo. Y cuídate mucho ¿ Me oyes?

Rebecca estuvo tentada de irse a Londres esos días pero decidió quedarse e investigar la casa, tenía que decidir donde preparar la habitación del bebé.

Tan pronto como se encontró sola decidió empezar su investigación. De hecho la mejor habitación para el bebé era justo la contigua al dormitorio principal, tenía una puerta que comunicaba las dos alcobas y Rebecca pensó que cuando el bebé creciese ya le cambiarían a un dormitorio mas adecuado a su edad, de momento mejor tenerlo lo mas cerca posible.

Cuando bajaba por el ala este observó un pequeño rincón que quedaba un tanto escondido en una de las vueltas del pasadizo. La joven se acercó hasta allí y vio una puerta, intentó abrirla pero no pudo estaba cerrada con llave, ya se iba cuando le pareció escuchar un susurro de voz. Sin duda era la señora Rouse hablando con alguien, pero no podía entender nada de lo que estaba diciendo, Rebecca golpeó la puerta varias veces pero el susurro se calló y la puerta no se abrió. La muchacha insistió sin éxito, se dio media vuelta y se fue.

En la cocina era la hora de comenzar a preparar el almuerzo y Rebecca decidió ir hasta allí. Después de saludar al cocinero y al chico preguntó por la señora Rouse.

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