Amy

Amy

Por Didí


«Love is a losing game», canta Amy Winehouse. Es una niña triste quien habla. Es una mujer frágil quien nos cuenta que amó y le fue mal, que amó pero él regresó con otra. Su voz honesta nos acompaña en el desamor. Nostalgias, desgarramientos, pasiones rotas y vueltas a componer para terminar hechas añicos... Canta todo el dolor, como en su bellísima «Back to black», que anuncia su fin, el de mujer adicta a las drogas, pero también el del amor romántico, de las pasiones destructivas. El disco homónimo, en especial «Tears Dry On Their Own», es ideal para replantearse cómo se enfrentan las rupturas, la importancia del amor propio y entender las relaciones de parejas fuera de los moldes destructivos que nos impone el amor romántico. Es ideal, precisamente porque refleja los estados de ánimos contrarios...

Ante su primera ruptura con Blake Fielder-Civil en 2005, Amy pasó por una etapa de consumo de pastillas para la depresión, violentos cambios de humor y recaída en trastornos alimenticios, como la bulimia, que le hicieron perder peso. De ese periodo surge Back to black, el disco más reconocido y también el último en ser grabado en un estudio. Amy sería la primera artista británica ganadora de cinco Grammys en una noche, pero también la fama implicaría ser acosada de forma constante; que sus problemas, tanto de salud como sentimentales, ocuparan el centro de los titulares en las «noticias rosa»; que sin privacidad alguna, se viera juzgada por una sociedad hipócrita; que a la par que impone como meta las relaciones tóxicas «a lo Romeo y Julieta», juzga con dureza a las mujeres que son víctimas de ese mismo ideal romántico.

El 23 de julio de 2011, según los medios, Amy Winehouse murió de una sobredosis, pero creemos que también de amor, de amor romántico, con toda la dependencia y daño emocional que provoca.


Report Page