Algo

Algo


Mis cuatro muertes

Página 11 de 40

MIS CUATRO MUERTES

La amaba como se ama cuando se ama.

De mi pasión la llama

encendió con el fuego de sus ojos

y amor eterno la juré de hinojos.

Era feliz (¡oh!, ¡quién decir pudiera

siempre soy, nunca era!).

La amaba, ella también. Yo, pobre loco,

fui fiel, ella… tampoco.

Mi llanto apagó el fuego de la fragua

que ardía en mí, y mi pecho disolviose

como un terrón de azúcar en el agua.

Su amor era mi vida,

quedó al perderse aquél ésta perdida,

y me morí.

Resucité, y, hastiado,

quedé al resucitar transfigurado.

No era el yo del siguiente

el yo del día antes,

cosa que, tras un trueno es consiguiente

suceda á casi todos los amantes.

Desengañado del amor, mi anhelo

en la amistad buscó dulce consuelo

y mi vida partí con fe sincera;

¡no!, digo mal partí, se la di entera

a un amigo, ¡que lo era me creía!

Pero un día llegó ¡terrible día!,

le tuve de pesar en la balanza

del interés, y aquel amigo mío

a quien quería yo con tanto exceso

cedió á una onza[2] de peso.

Al sufrir desengaño tan horrible,

sentí pena indecible

y me morí otra vez.

Volví á la vida.

Mi mente fué atraída

por esa meretriz que llaman gloria,

y la seguí; confiado en la victoria,

por ella batallé; la mente mía

un día y otro día

luchó con frenesí… Mi loco anhelo

un desengaño halló que no un consuelo,

y vi á aquella que virgen yo creía

prostituirse vilmente á la Osadía.

Sentí que un dardo agudo

me atravesó. Sufrí dolor de muerte,

y me volví á morir.

Mi extraña suerte

quiso que nueva vida recobrase

y á la ciencia con fe la consagrase.

Midió mi inteligencia,

la inmensidad del cielo de la ciencia,

y allí me hizo encontrar mí suerte ruda

tras de un porqué la duda.

Y en mi espíritu entró, y con vil aliento

emponzoñó del alma el sentimiento

más puro, más divino;

el único que pudo mi destino

salvar de mis tres muertes anteriores.

¡Sí, me volví á morir!

Muerto me creo,

aunque ¡quién sabe si vendrá un deseo

a despertar mi alma mal dormida

ofreciéndola dichas sin medida!

Es fuerza, así lo veo,

morirse muchas veces en la vida.

Ir a la siguiente página

Report Page