Alba

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1 “El comienzo”

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Alba salió de la habitación sin despedirse y se sintió excitada de una manera que casi le dolía, las sensaciones se mezclaron dentro de ella como en u coctel molotov, “decepción, deseo, excitación, culpabilidad…” se llevó la mano al pecho como intentando contener el llanto “¿Por qué se sentía como si lo estuviera engañando? ¿Por qué estaba con una persona y sentía que pertenecía a otra? ¿Por qué no podía asumir que todo había terminado?” deseó como nunca ser el reflejo de esa antigua y fría Alba, deseó poder controlar lo que sentía, mirar hacia adelante y vivir la vida que era para ella.

Una hora más tarde desayunaba en el restaurante del hotel un escueto croissant con mantequilla y un café bien cargado después se encaminó con sus altos tacones hacia la sala de reuniones donde se dedicó a tomar notas cada vez que intervenía un asistente, como Borja le había pedido, no pudo evitar depositar la mirada en él cuándo este se levantó y comenzó a hablar en un perfecto alemán, sus brazos se marcaban bajo el traje oscuro y su pelo corto y negro hacia sus facciones más duras, Alba intentó no mirarlo para no permitir que se metieran en su mente todas esas cavilaciones que la tenían loca. El día transcurrió entre reuniones, una comida a la 13:00 y un café a las 15:00, a las 17:00 las reuniones habían concluido, por hoy, Alba estaba realmente cansada y fue a su habitación donde se desplomó literalmente sobre el diván, ni siquiera pudo relajarse diez minutos cuando sonó la puerta de su habitación y temió lo peor “¿Quién si no? ¡Borja!”, se levantó aturdida y con dolor de cabeza, aunque no era de tener resaca, dudó que la resaca fuera la que la tuviera así, abrió la puerta y un Borja más guapo que nunca apareció apoyando los brazos sobre el marco.

-¿Me estas evitando?- Claro, conciso, al grano y sin miramientos, así era él.

-No

-A mí me parece que si

-Estábamos trabajando no podía estar pendiente de ti ¿Qué van a pensar?

-Ni si quiera te acercaste a mi durante la comida

-No quiero que piensen cosas que no son

-¿Y qué es lo que  no es Alba?- dijo acercándose cada vez más a su boca

-Que tú y yo tenemos algo

-Siento decirte que creo que sí que tenemos algo

-No- dijo en un suspiro notando el aliento de Borja suave y cálido sobre sus labios, casi se derritió

-¿No vas a dejarme entrar?

-No

-¿Solo sabes decir no?

-No – ambos hicieron un amago de sonrisa

-Vale entenderé que es uno de esos días que tenéis las mujeres, si no, no me lo explico Alba- ella agacho a la cabeza y miró hacia el suelo como una niña a la que están regañando-  cenarás conmigo- Alba abrió los ojos

-¿Es una petición  o una orden?

-Un poco de todo, te recojo a las 21:00

Y Alba ni siquiera pudo replicar, porque Borja desapareció tras la puerta.

Mientras el agua fría caía sobre su cabeza, pensó y pensó, “Austin había estado con otra ¿no? Había aprovechado la más mínima oportunidad para follarse a la tal Violetta, yo le había guardado respeto y aun lo sigo haciendo, no se lo merecía, no se merecía todo lo que yo sentía por él, porque nunca lo había valorado, no puedes estar con alguien con el que te consideras que no estas a la altura ”, salió de la ducha con el pelo empapado y lo recogió en la toalla, una vez seca y aplicada su “body lotion de The Body Shop” con olor a coco “por lo que pudiera pasar” se colocó una falda de tubo negra que llegaba casi a las rodillas y una camisa burdeos de media manga, metida por dentro, se pintó los labios en el mismo tono, se veía guapa y quería sentirse segura de lo que iba a hacer “Iba a acostarse con Borja, iba a olvidar a Austin para siempre, iba a comenzar una nueva vida, iba a aprovechar todo aquello que la nueva Alba le había enseñado para cumplir sus sueños” una vez decidido borrar a Austin para siempre, un poco de Channel Nº5 y los stiletto. Borja no tardó en llamar a la puerta, estaba deslumbrante con una camisa azul muy oscura y un pantalón gris “Para comérselo”.

Cenaron a la luz de las velas en un elegantísimo restaurante al lado del hotel, vino y unos platos gourmet exquisitos, la conversación fue fluida y amena “Con Borja siempre lo era” hablaron de música, de películas, Borja resultó ser un gran cinéfilo, hablaron de restaurantes, de comida y de lugares que les gustaría visitar.

-¿Has estado en Tailandia?

-No

-Te encantaría, la comida, la gente, todo el ambiente allí es diferente

-¿Has estado muchas veces?

-Solo dos

-Yo he viajado bastante por mis padres, mi padre se dedica a los negocios, tiene una empresa de publicidad, pero solía viajar él solo más que con nosotras, que siempre nos quedábamos en casa

-Tienes suerte, mis padres se divorciaron y yo tuve que acompañar a mi padre cada vez que salía de viaje

-¡Qué bien!, por eso has conocido tantos lugares

-Cuando eres niño necesitas un hogar y yo no lo tenia

-¿A qué se dedica tu padre?

-Dirigía el bufete de Londres

-O sea, tu puesto

-Exacto, falleció hace dos años

-Oh lo siento- se llevó la mano al pecho recordando aquella vez que Austin le contó la muerte de su madre, pero era diferente Borja lo tenía todo, siempre lo había tenido y la muerte de su padre le dio posición, Austin no tenía nada y la muerte de su madre solo le dio el tener que empezar de nuevo, solo, madurar y hacerse fuerte a el mismo “Dijimos que no hablaríamos de Austin doña Drama”

-No te preocupes, nuestra relación se distanció bastante en los últimos años

-Pero era tu padre

-Ya…- un silencio incómodo inundo la sala

-¿Y tu madre?

-Mi madre vive en Madrid

-¿Vas a verla a menudo?

-No, la verdad- se echó a reír “¿Se ríe de no poder ir a ver a su pobre madre? Es que a veces lo mataba”

-¿Por qué?

-El trabajo no me permite muchas vacaciones- “Vacaciones” Alba recordó lo que dijo a su madre, iría a verla e iría acompañada, era el momento de pedírselo “Venga Albita, ya que ha salido el tema lánzate a la piscina, no puede decir que no”

-Oye Borja, hablando de vacaciones…

-Te dije la primera semana de agosto ¿no?

-Si, si, no es eso

-¿Qué pasa?

-Iré a Madrid, quiero ver a mi familia, ya sabes…¿Te gustaría acompañarme?- “Aunque aún no hayamos chiscado, te presento a mis padres porque puedo”

-Eh…no sé a qué viene esto- “Viene a que si vienes conmigo mi madre dejara de darme la tabarra con que se me va a pasar el arroz”

-Mi madre está empeñada en verme con un hombre, quiere que me case y le dé nietos y todo eso- los dos se echaron a reír

-Entonces me vas a presentar a tus padres como tu novio…

-Si- las mejillas de Alba tornaron a rojo en menos de 10 segundos- y es una buena ocasión para que veas a tu madre, anda di que si- dijo en un tono de súplica infantil

-Está bien, iré contigo

Tras la cena y dos botellas de vino fueron hasta el hotel y Borja la acompañó a la habitación

-Gracias Borja, una velada fantástica

-Hoy no te permitiré que me dejes así

Borja se abalanzó sobre su boca y la introdujo en la habitación, de una patada cerró la puerta, sin despegar los labios de ella, humedeciéndolos con la lengua, entrando y saliendo de su boca con fluidez, se deshizo de la camisa y también de la de Alba

-No te imaginas cuanto ansiaba tenerte así

Las manos de Borja resbalaron por el pecho de Alba que aún lo cubría su sujetador negro, los labios de Borja bajaron por su cuello, dejando los gemidos de Alba suspendidos en el aire. De un solo movimiento la deposito en la cama con una carga sexual bestial y se colocó encima de ella mientras se desabrochaba los pantalones, Alba casi no se había dado cuenta de cómo había perdido los pantalones “¡Y el sujetador!” los dedos de Borja se movían por caminos que conocían a la perfección, ágiles y certeros, Alba se estremeció, con la piel de gallina al notar el aliento cálido de Borja en su cuello y su erección clavándosele en la cadera “¡Y Dios mío que erección!”, se rozaron aún con la ropa interior puesta.

-Dime que no le tienes cariño a estas braguitas…- dijo Borja en un susurro seductor- quiero arrancártelas y quedármelas para mi

-¿Cómo trofeo?

-Como recuerdo

Alba entrelazó sus piernas a la cintura de Borja y se movió rítmicamente frotándose contra su pene que amenazaba con estallar. Borja se condujo a uno de sus pechos donde su lengua jugueteó con el pezón, haciendo a Alba explotar en mil pedazos, con los dedos acariciaba el otro pezón y Alba se desmoronaba bajo sus dedos. Se colocó el preservativo y la penetró de una sola estocada, dura, certera, brusca, al principio Alba solo sintió dolor, era grande, muy grande, su cuerpo luchaba por adaptarse a él, finalmente encajaron como si sus cuerpos hubieran estado destinados a eso, al sexo, fue rápido, fue intenso, Borja le arrancó dos orgasmos brutales y se desmoronó sobre ella, sudados, cansados y aún excitados, inundaron la habitación de ese calor peculiar del sexo. Todo lo que tantas veces habían deseado, esa atracción sexual, esa química, esa electricidad que los atraía cual imanes, por fin había llegado al culmen que ambos esperaban y estaban satisfechos “¿Se cansaría ahora Borja habiendo conseguido lo que le tenía enganchado?” los labios de Borja depositaron un beso suave lleno de verdad como si hubiera podido leerle el pensamiento “Estaré aquí”.

Borja era, mas, mucho más de lo que había esperado, Borja era fuego, era un revolver cargado hasta los topes, era… era el hombre más pasional con el que había estado ¿Y por qué sentía como se le oprimía el pecho? “¿Por qué me sentía tan…vacía?”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

25 “De repente, solo, la vida”

Agosto llegó a Londres como si de un sueño se tratara, incluso allí había empezado a hacer calor, la convención se había resumido en reuniones, abogados sobraditos y sexo, demasiado sexo que Alba aún recordaba con dolor en la entrepierna. Las semanas siguientes fueron fáciles, por lo menos le hicieron a Alba tener la mente ocupada, trabajo, miraditas indiscretas con Borja, polvos en su despacho “¿Se habrían dado cuenta los demás abogados de lo que pasaba?” eso a Alba empezó a importarle muy poco, lo único que quería era notar a Borja dentro estremeciéndose de placer, el sexo era lo único que no le hacía pensar en el “Él, él, él”, “Austin, su risa, su pelo rubio alborotado, sus abdominales marcados bajo la ropa, él, todo él”. Alba sabía lo injusto que era para Borja todo esto y se propuso no pensar más en Austin, olvidarlo, y hacerlo de verdad.

Alba y Borja sentados en el avión destino a Madrid, cogidos de la mano y con una sonrisa en los labios, era el hombre perfecto, ella lo sabía “Guapo, elegante, educado, con un buen trabajo, dinero y posición, (y por supuesto un cerdo en la cama, no mencionarlo sería mentir)” el viaje se les hizo corto, sobre todo a Alba que iba dormida, llegaron al aeropuerto Adolfo Suárez cogidos de la mano y con la maleta en la otra “¿Por qué era todo tan sencillo con él?” Alba se sentía cómoda con Borja, era como si lo que siempre había esperado de la vida apareciera de repente y solo tenía que relajarse y dejarse llevar “Cero dramas”.

Cogieron un taxi en dirección al barrio de la Castellana “Si, ahí viven mis padres”.

-No puedo creer que hayamos vivido siempre en el mismo barrio- a Alba le dio un vuelco el corazón ante esa afirmación “Siempre había estado ahí, siempre para mí, destinados a encontrarnos en algún punto de este planeta” se habían criado en el mismo barrio, con la misma posición social, venían de lo mismo, eran tal para cual, ella era “la horma de su zapato”.

-Es increíble

-Quizá te vi más de una vez pasear por aquí y no lo recuerdo

-Seguramente- Alba agachó la cabeza y dejó que su sonrisa se apagara

-Bueno en realidad si te hubiera visto lo recordaría- dijo dándole un suave beso en los labios.

Llegaron al elegante bloque de pisos con tejados franceses de pizarra negra y mansardas y los muros cubiertos de piedra blanca, entraron sin soltarse de la mano. En el ascensor pulsaron el botón de la 5ª planta y Alba empezó a hiperventilar con fuerza.

-Estate tranquila cariño, todo saldrá bien, soy encantador ya lo sabes- y Alba no pudo evitar que le viniera a la mente el vivo retrato de “Gastón, el de la Bella y la Bestia ¿os acordáis de él no?”

Alba decidió abrir con su propia llave para que la sorpresa fuera aun mayor, su madre casi se cae redonda sobre el nuevo suelo de parquet que ahora cubría toda la casa, estaba guapa, como siempre, su pelo corto que caía sobre los hombros con las puntas hacia fuera y un rubio platino impecablemente teñido, se abrazó a Alba como si no la hubiera visto en años, sin parar de repetir “Mi niña”, estaba tan concentrada en achuchar a su hija que no se había percatado de la presencia de ese elegante hombre y apuesto, todo hay que decirlo. Tras las presentaciones pertinentes, Alba y ella se retiraron a la cocina a preparar algo de café, mientras Borja esperaba sentado “como un niño bueno” en una sillita de madera inglesa.

-Madre mía Alba, ¡Que tiarron!

-Shhh, mamá por favor

-Es perfecto cariño ¿Os vais a casar?

-No te aceleres señora madre, acabamos de conocernos

-¿Y a que se dedica? ¿Cómo os conocisteis?

-Eso mejor lo hablaremos en la cena- Alba prefería haberle dado dos copas de vino a su madre antes de decirle “Pues mira mama es mi jefe, al principio nos odiábamos pero acabamos follando en su despacho ¿A que suena bien? No, no suena bien”- quiero que este papá

-Lo avisare para que venga a cenar

-¿Lo avisarás?

-No sé si estará libre hoy

-¿Qué pasa mamá?- Alba se colocó con los brazos bajo el pecho apoyada en la encimera gris de la cocina

-Tu padre y yo ya no vivimos juntos, nos hemos separado

-¿Qué? ¡¿Separado?! ¿Cuándo ha sido eso y porque no me habías dicho nada?

-Lo siento cielo, estabas lejos y no queríamos que esto te afectara

-¿Pero qué es lo que ha pasado?

-Esto no es ninguna novedad Alba, han sido cosas que nos hemos guardado desde hace años y era algo que finalmente tenía que pasar.

-Lo siento mamá- el mundo de Alba se desmoronó, la visión de sus dos padres ancianitos paseando por el parque, no podía creer que su modelo a seguir “la idílica pareja”, ya no existiera.

-No te preocupes cariño- agarró su cara entre las manos y la miró a los ojos cargados de lágrimas- ahora estamos mucho mejor, te lo aseguro, no nos llevamos mal, lo decidimos de mutuo acuerdo, ahora vamos, que tu novio está esperando- Alba se abrazó a su madre “Si supieras lo lejos que esta mi novio ahora mama”.

Se sentaron en el amplio salón ricamente decorado al más puro estilo del Palacio de Versalles, vajillas de cerámica con remate dorado en un mueble de cristal, una mesa de madera maciza, tallada exquisitamente con motivos vegetales, la tapicería de las sillas emulaba un estampado barroco en marrón y dorado. Borja y Alba se sentaron cogidos de la mano frente a su madre.

-¿Dónde tenéis las maletas?

-Mama, no nos quedaremos aquí, vamos a estar en un hotel

-¡¿Pero qué dices, teniendo tu casa, como te vas a quedar en un hotel?!- “Porque queremos INTIMIDAD, maldita sea mamá”

-No se preocupe señora, estaremos más cómodos así

-Pero aquí hay sitio para todos

-Mamá que no, que no vamos a quedarnos aquí mientras me das la sopita y me arropas por las noches ¡No!

-Voy a por áas café- su madre salió de la estancia cabizbaja

-No seas tan dura con ella- susurro Borja casi en su oído

-Pero es que no soporto que quiera controlarlo todo

-Se parece a alguien que yo conozco- dijo Borja al tiempo que agarraba la nariz de Alba entre sus dedos y la dejaba escapar suavemente, Alba le sacó la lengua en un gesto infantil. Su madre volvió a sentarse en su sitio con una nueva taza de café.

-¿Vendréis entonces a cenar?

-Si, vendremos esta noche, no te preocupes por papá, yo le avisare, si te incomoda que este aquí…

-No cariño, para nada, es tu padre y tiene que estar aquí

-Bueno mama, hasta esta noche

-Ha sido un placer conocerla señora, sobre todo saber de dónde proviene la belleza de Alba- “todo un galán, sí señor, bravo Borja” Alba aplaudió mentalmente, su madre se sonrojo mientras Borja depositaba un beso suave en su mano, Alba pensó que a su madre le daría una lipotimia “Si no le había dado ya…”

Se encaminaron hacia el ascensor y se despidieron de su madre con la mano, bajaron en silencio hasta el primer piso y salieron a la calle, Alba tomó una bocanada de aire que pareció devolverle la vida.

-Cariño ¿estás bien?- que la llamara cariño para Alba era lo más pasteloso que había escuchado en años, Austin se lo había dicho alguna vez, pero saliendo de los labios de Borja sonaba sumamente “!Pasteloso¡”

-Si Borja, no sé cómo se tomaran mis padres que seas mi jefe

-No te preocupes por eso, no te van a ver como una trepadora si es lo que temes- Alba hizo una mueca de disgusto.

Se alojaron en el Hotel Adler, uno de los mejores hoteles de Madrid, que ocupa un palacete que data de 1884, la habitación era moderna pero con un toque diceochesco, las paredes del hotel estaban todas recubiertas por cuadros de artistas contemporáneos. Alba se desplomó en la cama con los ojos cerrados.

-No me despiertes hasta las ocho de la tarde ¿Entendido?

-Entendido mi capitana- dijo Borja en tono sargento, le dio un dulce beso en los labios y se retiró a la ducha.

Alba abrió los ojos después de dos horas de siesta, se sentía como una rosa, se desperezó en la cama y comprobó que Borja no se encontraba en la habitación, aprovechó para llamar a su padre

-Albita mi vida ¿Cómo estás?

-Bien papá, estoy en Madrid

-¿No me digas? Que alegría

-He hablado con mamá, me ha contado lo que ha pasado

-Si bueno, tu madre y yo nos guardamos aprecio y cariño después de tantos años, pero ya no hay nada que hacer cielo, se acabó

-¿Estás con alguien papá?-  Y Alba temió profundamente la respuesta a esa pregunta “¿Una madrastra? No gracias, ya tengo bastante con lo mío”

-No es momento de hablar de eso ¿Cuándo nos vemos?- a Alba le dio una punzada el estómago “Mi padre con otra mujer… ¿Podría soportar eso?”

-Esta noche- casi tartamudeo- vamos a cenar en casa ¿vienes?

-Claro, allí estaré, saldré un poco tarde porque tengo una reunión de última hora, llegaré sobre las once

-De acuerdo

-Hasta luego hija

-Adiós

Colgó y notó como se le desplomaba el techo sobre la cabeza “No existían los finales felices, ni los amores para siempre, el mundo daba vueltas tan rápido que es imposible pararlo, te empeñas en encontrar el hombre de tus sueños y cuando lo tienes delante estas amando a otro. Trágico y predecible tal vez”

Borja entró en la habitación y se quedó parado mirándola, con las manos en los bolsillos.

-Ya estás arreglado- llevaba una camisa azul celeste de manga larga remangada hasta el codo y unas bermudas en color crema “veraniego pero elegante”- mi padre llegará a cenar más tarde- Borja asintió

-¿Quieres hablar de ello?- Alba lo miro impasible- fue imposible no oírlo, estaba en el salón, lo siento Alba

-No necesito que me digas que lo sientes, ellos lo han decidido así, son mis padres y los quiero a los dos, solo quiero que sean felices

-No tienes por qué fingir que no te afecta- Alba se puso de pie- no conmigo

Alba se encaminó al baño y decidió darse una ducha, el único lugar en el que se le despejaban las ideas, Borja se acercó a la puerta dispuesto a hacer girar el pomo, pero algo le frenó “Se merece su intimidad” salió de la habitación.

Una hora más tarde Alba se miró al espejo retocándose los labios con su gloss favorito de Channel, había optado por bailarinas negras y un vestido suelto, de gasa en color azul marino con lunarcitos blancos, se sintió completamente una niña.

-¿nos vamos?

-¿Podemos tomarnos una copa de vino antes?

Alba se sentó en el sillón beige en una esquina de la habitación, Borja se acercó al minibar, del que sacó una botella de vino rosado casi helada.

-Mi favorito

-Lo sé- dijo Borja mientras vertía el contenido sobre dos copas delgadas de cristal, se acomodó al lado de ella y posó su mano en su rodilla. Alba dio un largo trago a su copa- Eh, que te embalas

-Déjame controlar la situación a mi ¿vale? Por favor, no conoces a mis padres, ellos…si se enteran, no sé, de que…

-Para, para, tranquilízate- Borja posó su dedo índice sobre los labios de Alba, estaban fríos- no te preocupes, sea lo que sea que quieran decir es tu vida Alba, solo puedes vivirla tu- Alba creyó que era el mejor consejo que le habían dado en su vida. Borja se acercó a sus labios dando un dulce besos de esos que se intensifican cuando va pasando el tiempo, los segundos se pararon mientras sus bocas se abrieron para deleitarse el uno al otro. Alba se levantó.

-Si seguimos no saldremos de aquí, vamos.

Y allí estaban, sentados en la mesa redonda del salón, un mantel color crema decoraba la mesa y los platos estaban todos perfectamente colocados, a juego, su madre había preparado carne asada y patatas al horno con romero, para Alba saborear la comida de su madre fue una de las mejores experiencias en mucho tiempo. Era esto le que había soñado, una familia, aparentemente unida, una cena en la que se cuenta cómo va todo, el trabajo, los niños, en las que se habla de política y de cultura. Borja era sin duda el que debía estar ahí, no podía ser otro “A la derecha del padre” a Alba le hizo gracia.

Borja era elegante, un caballero, “aunque no lo fue al principio, todo hay que decirlo” pero poco a poco se ganó un hueco en su vida, lo apreciaba de verdad y sabía que algún día sería capaz de amarlo, tanto como él la amaba a ella, porque el amor se forja en años, no es un arrebato sexual, ni un amor a primera vista “¿no? El amor es otra cosa…”

De repente se sintió pequeña, “¿inadecuada?” ella ya no encajaba ahí, en una vida efímera de lujo, elegancia y cortesía, de repente lo único que le apeteció fue estar sentada en la alfombra de Austin, cenando pizza precocinada, mientras él le hablaba de grupos de rock que Alba no conocía, de repente lo único que quiso fue despertar enredada entre sus sabanas, de repente, solo, la vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

26 “¿Piensas en mí?”

No sabía si era domingo o viernes “¿Importaba eso?” el alcohol lo disipaba de la realidad para bien o para mal, dos botellas de vodka vacías estaban tiradas en el suelo de la habitación “una noche movidita”, el salón no mejoraba nada, botellas vacías, otras llenas, colillas…, sabía que o lo arreglaba o vendrían a sacarlo de ahí e internarlo por síndrome de Diógenes, se dirigió a la nevera y “¡Sorpresa! Un huevo” pensó en cocinarlo, luego lo dejó donde estaba. Se dirigió de nuevo al salón y apartó las botellas con el pie para poder sentarse en el suelo, mientras encendía un cigarrillo, su ipod comenzó a sonar de manera casi automática, una de esas canciones tristes que en los últimos días no paraba de sonar, “Please, forgive me” Bryan Adams cantaba una y otra vez “You're the only one I'll ever want, I only want to make it good, So if I love you, a little more than I should” “Te amo un poco más de lo que debería…”

La noche anterior se armó de valor para ir a buscarla, Austin se arregló como pudo, recortó su barba que no afeitaba desde hacía semanas y el pelo lo arreglo con un poco de agua, se encaminó a casa de Alba, y fue Sonia la que abrió.

“- Esta en España Austin, con Borja”

Se sintió estúpido, idiota, pequeño…la había perdido “Oh si, la había perdido” y en vez de odiar a ese tío que ahora la sostenía entre sus manos, solo pudo envidiarle, porque él si se había dado cuenta de que mujeres así solo aparecen una vez en la vida para dejarte marcado para siempre.

Austin se sentó observando el amanecer desde la pequeña ventana del salón, miró como el sol se abría paso entre los edificios, entre las casas, miró al horizonte, preguntándose qué habría más allá, si en algún lugar de este mundo ella estaría pensando en él, si en algún momento ella se preguntaba al igual que él “el porqué, pudimos serlo todo y preferimos ser nada, preferimos ser olvido, preferimos ser dos idiotas jugando a destrozarse la vida”

Alba ayudó a su madre a recoger los platos y mientras emplataba el postre “un bizcocho de plátano que madre de Dios, ni que lo hubieran hecho los dioses” pensó que era el momento de hablar, lo había ensayado, un poco, así que cuando se sentaron de nuevo a la mesa con los platos bien servidos, Alba se aclaró la garganta para hablar.

-Papá, mamá- los miró respectivamente- he pensado mucho en cómo deciros esto- un parón de silencio, la cara de su madre parecía estar gritando “bebe a bordo”- no os asustéis

-¿Qué pasa hija? Habla de una vez- dijo su padre con voz seria, muy seria

-Borja y yo trabajamos juntos, él también es abogado- las caras de sus padres cambiaron del estupor a cierta tranquilidad- es mi jefe- su madre abrió los ojos de par en par y casi no pestañeó en dos horas, su padre se quedó serio, muy serio y durante minutos que parecieron horas comieron con un silencio incómodo pululando a su alrededor.

Alba y su madre se retiraron a la cocina y Borja y su padre salieron a la terraza con una mítica copa de bourbon.

-Hija deberías haberme dicho esto antes

-Entiende que es complicado mamá

-Tenéis que ser discretos, la gente habla demasiado

-Lo sé, pero eso no es lo que más me preocupa

-¿Y qué te preocupa?

-Vosotros

-Estamos bien, ya lo has visto

-Si, y me alegro por vosotros, os veo bien y relajados, como no os había visto en años- su madre sonrió de esa manera dulce que solo ella podía hacer

-Yo solo quiero verte feliz Alba y es un buen hombre, te hará una mujer de bien- “Mi madre y su concepto antiguo del amor, un buen hombre…”

-No quiero que penséis que soy una trepadora

-¡Oh no Alba por Dios! Jamás pensaríamos eso de ti

La noche había caído sobre Madrid, era oscura, se escuchaban las voces de la gente paseando, sentados en una terraza en cualquier bar, se escuchaban los coches, las risas, los grillos… hacía mucho calor aunque ya habían pasado las doce de la noche pero en esa terraza siempre hacia una temperatura ideal, agradable…

-Así que su jefe

-Si señor Ramírez

-Por Dios llámame Javier – Borja asintió con la cabeza- no tengo que pensar mal ¿verdad? Esta no es la típica historia jefe-secretaria

-No señor, Javier- Borja se sentía intimidado por primera vez en mucho tiempo- no lo es, amo a su hija- ambos clavaron la mirada en el cielo intentando ver las estrellas que las luces de la ciudad no permitían ver- Y tanto que la amo, es lo mejor que me ha pasado, prometo hacerla feliz

-Eso quería escuchar- Javier se abrazó a Borja en uno de esos abrazos masculinos con palmada incluida- eres un buen hombre, se te ve- Borja sonrió educadamente

-¿Qué pasa aquí?- dijo Alba muy bajito, los dos comenzaron a reír

-Nada- Borja se acercó a ella besándola en los labios- ¿nos vamos ya?

-Si

Tras las despedidas pertinentes se encaminaron al hotel.

-Intensa

-¿Qué?

-Digo que la noche ha sido intensa

-Si

Alba se fue desnudando conforme entraba en la habitación, se metió en el baño para desmaquillarse y aplicarse sus cremas, era su momento favorito del día, ese relax que nada podría estropear. Borja tocó suavemente la puerta con los nudillos

-Tengo algo para ti- Alba abrió la puerta, con las manos pringosas por la crema que se estaba aplicando

-¿Qué es?- Borja le entrego una caja gris oscuro con un lazo negro brillante

-Ábrelo y lo sabrás- Alba dejó caer la caja al suelo sacando el contenido- Quiero que te lo pongas- dijo acercándose mucho a su boca, Borja salió del baño y Alba se sentó en el wáter mirando la lencería que Borja había comprado para ella, medias negras bastantes transparentes que con unos tirantes se abrochaban a la parte superior del corsé, también negro, palabra de honor, en la zona de los pezones dos agujeros en forma de corazón, tragó saliva, la otra pieza era un tanga de encajes y lleno de lacitos, se lo puso como Borja había pedido y salió a la habitación.

Sintió como Borja se la comía con los ojos, anduvo hacia la cama donde Borja se encontraba sentado, apoyando la espalda sobre el cabecero, Alba se acercó sigilosa y se colocó a horcajadas encima de él.

-Quiero quitarte esto ya

-No seas impaciente

Alba posó sus manos sobre él, sobre su pecho y las resbaló hacia su abdomen, ese abdomen de gimnasio, duro y prieto, un poco más abajo, metió la mano en su bragueta y notó como Borja ya estaba preparado, acaricio su miembro suavemente de arriba abajo, Borja echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, Alba le quitó la camiseta para besar el pecho de Borja con suavidad, lamiendo, deleitándose con sus pezones,  Borja la agarró y de un solo movimiento la tumbo en la cama.

-Necesito follarte ahora ¿entiendes eso?- dijo agarrándola fuertemente de la cara, la besó con brusquedad, mordió su labio inferior causándole incluso dolor.

Desató el corsé con sus ágiles dedos para besar y lamer cada uno de sus pezones.

-Es una pena que esto sea tan caro- dijo mirando el pequeño tanga que Alba llevaba puesto y sin pensárselo dos veces lo arranco de un tirón, haciéndolo girones, Alba gimió, excitada por todo lo que sentía, sensaciones cálidas, nuevas, excitantes, que la derretían por completo, la descolocaban.

Borja se quitó el resto de su ropa y se quedó mirándola con el miembro erecto, Alba le pidió con una vocecita casi inaudible que apenas podía salir de su garganta que se pusiera un condón y lo hizo.

-Voy a follarte así, me gustan estas medias- dijo acariciándola por encima de la fina tela de las medias negras.

Y la penetró, con urgencia, con devastación, abriéndose paso en ella, entre sus pliegues, abriéndola por completo, su carne, su piel, ahora eran uno, penetraciones duras, secas, que se intensificaban con el sonoro golpeteo de sus cuerpos empapados, morbo. Cogió a Alba con gran habilidad y la penetró de pie, con ella en brazos, sujetándola por su trasero y moviéndola con fiereza con brusquedad. Alba se abandonó a las sensaciones, a la banalidad del placer carnal, penetraciones que la elevaban y entonces Borja se corrió. La depositó en la cama y se tumbó junto a ella en la cama, extasiado.

-Necesito una ducha- Borja se levantó de la cama dejando a Alba así, tumbada, tapada con la fina sábana blanca “No me ha esperado, ni siquiera le ha preocupado si me he corrido o no” Alba se levantó de la cama y se quitó esas medias que ahora veía tan ridículas, se puso el camisón de hilo rosa y se acostó dándole la espalda al lado de Borja, mirando hacia la ventana, cuando Borja se tumbó a su lado, ella no pudo más que hacerse la dormida- Buenas noches- le dijo Borja depositando un beso suave en la sien.

 

Alba se sentó en el pequeño poyete de la ventana, observando el precioso amanecer de Madrid que tanto había echado de menos y pensó en él, intento decirse que no, Austin no le importaba, que su nombre no tenía efecto en ella, intento decirse que no lo quería, que no recordaba cada uno de los momentos que había pasado con él, intentó que todo eso no fuera mentira y se preguntó, si en alguna parte del mundo él pensaba en ella, si se preguntaba “el porqué, pudimos serlo todo y preferimos ser nada, preferimos ser olvido, preferimos ser dos idiotas jugando a destrozarse la vida”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

27 “Ilusiones en el aire”

La semana en Madrid se pasó volando, literalmente y esta vez a Alba le costó mucho más despedirse que la primera.

Sentada en su despacho, escribía frente al ordenador, lo que debía decir en el juicio del lunes, “Señoría si algo ha hecho mal mi defendido es no haber denunciado esto antes” trataba sobre divorcios, el tema al que ella se dedicaba la mayor parte del tiempo, el padre no había pasado la manutención a sus hijos durante un año entero “Estaba claro que ganaría la madre”.

Borja entró en el despacho de manera sigilosa.

-Alba

-¿Si señor Gómez?- dijo sin levantar la vista del ordenador, Borja cerró la puerta y se sentó frente a ella, Alba le miró y le dedico una sonrisa sutil- ¿Qué pasa?

-Te invito a cenar esta noche, en mi casa

-¿En tu casa?

-Tenemos que hablar de algo importante

-De acuerdo

-Te dejo trabajar

-¿No me das un beso?- Borja se acercó a ella dándole un suave beso en los labios

-Hasta luego- y Borja salió del despacho

Alba salió temprano ese día, había terminado antes que de costumbre, dicen que el destino es caprichoso “si, lo es” por alguna razón, una alineación de planetas, algún evento cósmico o algo similar, el mundo quiso que Alba y Austin pusieran el pie en su piso en ese mismo momento, Alba contuvo la respiración, mientras sus terminaciones nerviosas estallaban al unísono “ahí estaba Austin, como en un espejismo, con su precioso pelo rubio, con sus ojos azules que a veces parecían el reflejo del propio cielo, con su sonrisa picarona y sus vaqueros desgastados que se ajustaban a su cuerpo convirtiéndolo en un auténtico Dios, con mi corazón en sus manos”. Austin contuvo la respiración, disfrutó del momento que esa visión le producía “Era Alba, como en un sueño, con ese perfume que le embriagaba, con su pelo castaño, a veces rubio que caía sutilmente y bajaba por sus hombros, con esos ojos verdes que le mostraban el mundo, con sus perfectos labios pintados de rojo, Alba, con mi corazón en sus manos”.

-Hola- fue lo único que Austin se atrevió a decir

-Hola- dijo Alba, y fue un “hola” casi inaudible

Austin hizo un gesto para que entrara primero en el ascensor, ambos pensaron que esos segundos en el ascensor habían sido los más incomodos de sus vidas. Austin había preparado mentalmente todo lo que diría cuando la tuviera delante, pero cuando ocurrió, simplemente se quedó en blanco.

Alba salió disparada por su planta nada mas el ascensor abrió sus puertas, y Austin, casi en un impulso, o llamémoslo mejor “instinto natural del corazón” agarró a Alba de la mano.

-Espera- alcanzó a decir- quiero hablar contigo

-Creo que no tenemos nada que hablar Austin

-Quiero que seamos amigos- “Vale, de todas las cosas absurdas y disparatadas que Austin podría haberme dicho, eligió la mejor”- quiero tenerte en mi vida, aunque sea así

-¿Qué? Austin, no…no me hagas esto, por favor…

-Solo piénsalo

Alba desapareció tras su puerta con el alma hasta los pies.

-¿Qué pasa?- dijo Sonia con la boca llena de palomitas

-Deberías dejar de comer esas porquerías

-Me gustan- soltó el bol en la mesa y se encaminó hacia ella- ¿Qué te ha pasado? Ni que hubieras visto un fantasma

-Casi- Alba cogió aire- he visto a Austin

-Ooh el fantasma de las navidades pasadas

-Soniaa

-¿Qué? Vale ya lo entiendo, sé que te duele pero ahora estas con Borja ¿no? Y es lo que quieres ¿verdad?

-Si

-¿Pues qué problema hay?

-Me ha pedido que seamos amigos- las carcajadas de Sonia estallaron incesantemente bajo la atenta mirada de Alba cuyo cabreo iba en aumento

-Vale, perdona, se nota que te quiere en su vida Alba, pero ser amiga de un ex…esas cosas no salen bien, por experiencia te lo digo

-Ya- clavó su vista en el suelo “¿había una mínima posibilidad de algo así?”- voy a darme una ducha.

Una ducha de agua fría muchas veces es lo único que necesitas, pero esta vez no era una de esas muchas veces, había vuelto a verlo “Era de esperar, joder, si somos vecinos”, Austin había vuelto a desmontar todos sus esquemas de vida perfecta “Ya no tenía control de mis sentimientos, ya no era tan fácil decirme a mí misma que estuviera feliz, tratar de reírme, de sonreír, de ser más positiva, de empezar a vivir mi vida junto a Borja, no lo consigo, no consigo poder sonreír, no consigo que no estés en mi mente, Austin, no tengo control sobre mi misma, no lo tengo desde que te conocí”.

Una hora más tarde Borja esperaba en la puerta montado en su increíble y nuevo Audi TT, negro. Alba se montó junto a él en el asiento delantero y se dirigieron en silencio a su casa, de fondo una vieja canción de los Rolling Stones que Alba no pudo saber cuál era.

No se miraron, no hablaron, pero fue uno de esos silencios tristes, aunque a la vez agradables.

Entraron en la cochera del elegante bloque de pisos y subieron por el ascensor hasta la novena planta, Borja abrió la puerta y le hizo a Alba un gesto para que pasara.

-Bienvenida a mi casa

El piso estaba decorado de una manera muy suya, elegante, sofisticado y muy minimalista, escueto en muebles y decoración, en el salón, sofás grises con cojines estampados en negro, y un cuadro enorme sobre la pared “Un momento ¿Jackson Pollock?”

-Borja ¿eso es un Pollok?

-Si, tuve suerte de encontrarlo en una subasta

-Madre mía, debe valer una fortuna

-Lo vale

-Me encanta- Alba siempre había sido muy fan del arte contemporáneo

-Te enseñaré la casa

La condujo hasta la cocina, negra con la encimera blanca, sencilla, los electrodomésticos en un tono plata, había una ventana que daba a una pequeña terraza, donde una mesita con un par de sillas se rodeaba por plantas preciosas y perfectamente cuidadas.

-¿No me digas que te gusta la jardinería machote?

-Que va- Borja rió- por supuesto pago para que mantengan todo en orden- “No podía ser de otra manera”

Una habitación-despacho con una mesa de cristal y un precioso Mac de sobremesa, la estancia estaba decorada con obras de artistas contemporáneos, estanterías llenas de libros, películas y CDs, también algunos vinilos.

-Eres amante de lo bueno, melómano, cinéfilo, bibliófilo…

-Aquí paso mi tiempo libre, viendo una buena película, escuchando buena música…elige uno

-¿Un CD?- Borja asintió con la cabeza y sin saber por qué, su corazón eligió a Bob Marley

-¿Bob Marley? No te imagino escuchando este tipo de música

-Ni yo a ti- Alba se quedó pensativa mirando el CD

-Lo pondremos

El baño era también blanco, tenía una impresionante bañera- jacuzzi que a Alba le encanto, por último la habitación de Borja, minimalista, con una gran cama cubierta por una colcha gris y cojines de diferentes tonos, una enorme lámpara colgaba del techo, un armario blanco y dos mesitas de noche a juego, sobre una de ellas, un libro, Alba lo sostuvo entre las manos.

-¿Estás leyendo Lolita?

-Me gusta la buena literatura, aprecio muchísimo la forma en la que está escrito, es impresionante

-Lo dejé a medias

-¿Por qué?

-Me aburrió, soy de literatura más fácil

-Luego quiero que cojas un libro de mi estantería y te lo lleves, el que quieras- Alba sonrió- voy a terminar la cena ¿Me esperas en el salón?

-¿Estas cocinando tú? Eso no me lo pierdo

-Muy graciosa- agarró a Alba por los hombros y la acercó para darle un dulce beso en los labios

Alba destapó la olla, y aspiró el delicioso aroma que salía de ahí

-Y esto es….

-Arroz al curry y esto algunos entrantes que he hecho, foi de pato con queso brie, salmón ahumado y queso crema…

-Se me está haciendo la boca agua

-Ve poniendo la mesa, ahí está el mantel, en este cajón los cubiertos, en este las copas…

Alba dispuso los elementos de la mesa con fluidez, estaba acostumbrada a hacerlo en su casa

-¿Y el vino?

-Mira en la bodega y elige el que quieras- Borja señaló la pequeña bodega de madera en uno de los lados de la cocina y Alba eligió el que vio más “apetecible” ya que no entendía mucho de vino.

Cenaron en silencio, sentados en la gran mesa del salón

-Está todo riquísimo

-Me gusta la cocina, mi madre es una gran cocinera

-A mí también me gusta, pero sobre todo la cocina saludable- Borja sonrió

-Te he traído aquí para decirte algo

-Ya decía yo…- Alba le temblaban las manos bajo el tenedor “No por favor, no es el momento”

-Quiero que vengas a vivir conmigo- “Ni de coña Borja, no es el momento para esto”

-Eh…

-Será todo más fácil, aquí tendrás todo lo que necesitas y no tendrás que pagar el alquiler de ese cuchitril, Alba te quiero, quiero compartir mi vida contigo- “¿Ha dicho te quiero?” con la cabeza embotada y las manos temblorosas, respiró hondo “Este es el momento en el que debería decir y yo a ti, o algo así”

-No se Borja, es demasiado pronto

-¿Demasiado pronto para qué?- y Alba por primera vez en mucho tiempo, tomó las riendas, hizo de tripas corazón y fue sincera

-Pronto para enamorarnos, para vivir juntos, para casarnos…

-Pues yo ya te amo y necesito tenerte aquí

-No creo que esto sea buena idea Borja- y simplemente se levantó de su silla y salió por la puerta por la que había entrado, dejando algunas ilusiones en el aire, un dolor de cabeza y un corazón que empezaba a romperse.

 

 

 

28 “Amigos”

Pensar a veces no es la solución “¿Por qué era incapaz de amarlo?” pues porque Alba amaba a otro “es demasiado pronto” se decía, “con el tiempo aprenderé a hacerlo”.

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