Alabama

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Segunda parte » Capítulo 33

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Acostado en su cama, Jack decidió esperar hasta que llegara la total oscuridad. En su mente no podía dejar de escuchar los gritos de la enojada gente.

Tenía que huir pronto de aquella maldita sociedad. Alejarse, introducirse en el bosque y distanciarse de la intolerancia que le estaba volviendo loco. Fundirse con la Madre Naturaleza, parecía la única alternativa posible ante tan grave situación.

Tenía planeado todo esto hacía ya algún tiempo, pero la esperanza del trabajo y conocer a Brenda le habían hecho olvidar y desechar la radical decisión. Pero ahora ya estaba todo perdido, incluso había visto a su primer amor en la puerta de su casa junto a toda aquella gentuza despiadada y ávida de sangre y era algo que no podía soportar.

Jack preparó su bolsa con los libros de supervivencia y otras ciencias y abandonó su hogar, saltando desde la ventana de su habitación.

Su madre, descansaba en el cuarto de al lado y desconocía el trájico desenlace. Al fin, logró cruzar la calle y muy sigiloso fue ganando distancia hacia la foresta.

Cuando estuvo a punto de alcanzar la seguridad de la naturaleza, unos perros callejeros lo delataron, poniendo en sobre aviso a la población que al momento inundó la calle con sus gritos y acabó descubriendo al fugitivo, que no dudó en correr sin soltar la gran bolsa. Este, en la rápida huida, tuvo que cambiar de dirección y su propio destino lo llevó a una calle en la que adivinó la figura de su amigo el Corredor.

–Me están siguiendo, estoy exhausto y toda la distancia que les había sacado la perderé... Ayúdame por favor, no sé qué hacer. Me van a matar.

–No te preocupes, Jack, déjame tu gorra y tu sudadera de capucha que les vamos a engañar.

–Te cogerán a ti.

–Tranquilo, nunca podrán darme alcance. Corro muy rápido.

–Quizás tengas razón y sea una buena idea – meditó.

–No tenemos muchas más alternativas.

–Vale, de acuerdo. Yo me dirigiré hacia el cementerio. Es el único lugar donde puedo ocultarme.

–Me parece una gran idea. No creo que a nadie se le ocurra buscar allí.

Al instante, el hábil corredor se colocó la indumentaria del mulato y salió corriendo hacia donde venían los perseguidores. Cuando estuvo a punto de chocar contra ellos, en el último segundo, cambió la dirección y emprendió una vertiginosa carrera que los dejó confundidos, perdiendo a su presa, tras una nube de polvo.

–¿Habéis visto lo mismo que yo? Ha sido increíble, cómo corría – logró decir un hombre –. Corre mucho más rápido que un tren, que un galgo.

–Vamos a por él. Ya se cansará – afirmó una mujer.

Después de las palabras, la muchedumbre salió tras el hábil corredor, alzando los palos, azadas, hoces y demás material para cometer la agresión.

En medio de la euforia, algunos caían al suelo y eran pisoteados por los demás en su desesperado intento por alcanzar a la escurridiza presa, quien para entonces, había logrado fundirse en el horizonte.

 

 

 

Mientras tanto, Jack comenzó a trepar por la verja de la puerta del cementerio. Las enredaderas tapaban casi por completo el acceso al camposanto. El corazón le martilleaba en el interior del pecho.

Una vez alcanzada la parte alta de la puerta, descendió con prudencia intentando fijar sus pies para no tropezar con las hiedras y precipitarse al vacío.

Por fin alcanzó el suelo y fue entonces cuando se percató del rumbo que habían cogido sus planes. Intentó volver a salir, pero se dio cuenta de que algunas personas habían decidido regresar porque pensaban que quizás se estaba escondiendo en el cementerio.

Hasta él llegaban sus voces en forma de susurros:

–Debe de haberse metido en el cementerio.

–Será mejor que nos marchemos, esto no me gusta nada. Incluso se escuchan extraños sonidos.

–Tienes razón, debe de tratarse de los lamentos de las ánimas.

De pronto, un ave nocturna cruzó el cielo y su sombra proyectada por la luna, se reflejó en el suelo.

–¿Has visto eso?

–Estoy seguro de que se trataba de un fantasma errante. Marchémonos de este espantoso lugar, ahora mismo. No perdamos más tiempo aquí. Este lugar está maldito.

–Habrá que decírselo a los demás.

–¿Eres idiota, quieres que piensen que somos unos cobardes? Nos iremos y no diremos absolutamente nada a nadie de lo que hemos visto.

–Será lo mejor.

Los dos hombres se dieron la vuelta y abandonaron el lugar. Posada sobre una rama, la lechuza observaba todos sus movimientos. La luz de la luna provocaba en sus ojos peculiares destellos.

El mulato alzó la vista y descubrió el lúgubre lugar. La luna llena acariciaba con la luz, que le robaba al sol, las lápidas y los árboles que llenaban la funesta necrópolis. Su luz tenue iluminaba con poca intensidad las lápidas y describía terroríficas sombras.

El ulular de un búho provocó que el muchacho se sobresaltara. Ante él se abría un extraño mundo. La penumbra se adueñada de cada rincón, limitando su campo de visión.

Jack decidió buscar un sitio en el que pasar la noche, o por lo menos intentar dormir, aunque sabía  que en aquel lugar le iba a ser muy difícil. De pronto, se acordó de su madre y se maldijo por haberla dejado sola. Pero sabía que lo comprendería y lo perdonaría como muchas veces antes lo había hecho.

Comenzó su camino hacia ninguna parte bajo la luz lunar. Con pasos lentos, fue introduciéndose en el lugar donde descansan los muertos y palpitan las criaturas nocturnas.

Llegó a la zona de los panteones y hubo algo que le llamó la atención. El viento chocaba contra las paredes de los panteones y reptaba hacia el cielo estrellado. El aire movía algo entre los monumento fúnebres que fue lo que llamó la atención del joven. Se trataba de una lechuza. En cuanto estuvo cerca, el ave pasó junto a él con  vuelo raso lo que hizo que se le erizara todo el cuerpo. Fue en ese mismo instante cuando se percató de la presencia de una extraña y pequeña luz de forma circular.

Alertado y confundido decidió seguir a la luz entre las tumbas. La lechuza volvió a cruzarse y provocó su caída. Jack acabó golpeándose la cabeza con la esquina de un panteón y perdiendo el conocimiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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