Alabama

Alabama


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                    Epílogo

 

 

 

 

 

 

 

 

                               Unos años después.

 

 

     Una lluviosa mañana, Jack se dirigió a casa de Brenda.  Al entrar en el domicilio el mulato volvió a mirar la fotografía del padre de su amiga. Louise se percató de la curiosidad del muchacho y se dirigió a él.

     – Tengo una idea, en el altillo hay un baúl donde guardamos muchas fotografías de la familia, incluso tenemos retratos de Brenda cuando era pequeña, ¿te gustaría verlas? Así, sabrás cómo era mi hija en la infancia.

     –Sí, será muy divertido –aseguró Jack, riendo.

     – Pues a mí no me hace tanta gracia. Seguro, que os váis a reír a mi costa – dijo la aludida con una gran sonrisa.

     Los tres subieron a la guardilla por una escalera de madera y al llegar Jack se sorprendió al ver la gran librería que tenía Louise.

     – Cuando termine el verano volverás a la biblioteca a ayudarme, ¿verdad?

     – Por supuesto. Eso ni lo dudes.

     Louise abrió un viejo arcón donde guardaban las fotografías.

    –Nunca se me olvidará aquel verano, fue fantástico – aseguró la bibliotecaria mirando unas fotos de aquella época, donde aparecían todo el grupo de amigos de su hija.

    –Qué bien que al final se aclarara el asunto de la gorra y el incendio del campamento – aseguró Brenda.

     –Sí, la verdad es que me alegro por los indios – afirmó Jack.

     –Y en esta, que guapos están Alabama y John. Por cierto, muy pronto se van a casar.

     –Todavía recuerdo la cara de sorpresa de Alabama, cuando volvió a ver a su madre. Parece ser que su padre, Larry, le escondía las cartas que ella le mandaba. Ahora, su hermano Robert y ella viven, por fin, con ella. Por cierto, podrías abrir un poco la ventana, hace mucho calor.

     Louise abrió y fueron sorprendidos por una agradable brisa veraniega. En ese instante, la hoja de un árbol, penetró en la estancia.

     – Mirad qué botina tiene forma de corazón. Qué curioso, no conocía esta clase de hojas – admitió Brenda.

     – Qué extraño – dijo Jack.

 

     Una sonrisa llena de esperanza inundó la cara de los presentes, cuando Louise le dio la vuelta a la hoja y se percató de que había algo escrito:

 

 

 

 

 

     Queridas os quiero mucho. Siempre estaré con vosotras. Nos volveremos a ver…

 

    Antoni.

 

 

 

 

                                                 FIN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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