Ada

Ada


Portada

Página 4 de 36

La joven, que había bajado la mirada, la levantó y se giró para mirar a Christopher pero este no se había detenido en ningún momento.

-Belinda…

-¿Qué pasa?

-¿Lo oíste? ¿Oíste lo que él me dijo?

-¿Qué? Yo no he oído nada.

-Pero yo sí lo oí. Me dijo que lo sentía.

-Nadie ha dicho nada, Jaelle, nadie, a no ser que…

Belinda meditó durante un momento.

-¿Qué?- preguntó Jaelle.

-No, no puede ser… es imposible.

-Belinda, explícame qué estás pensando.

-Si dices que lo has oído pero yo no, entonces lo has oído en tu mente, lo que me lleva a pensar en dos opciones: que él es un licántropo, aunque eso es claramente imposible, o que habéis sufrido la imprimación.

-¿Imprimación? ¿Qué es eso?

-Bueno, es cuando tu lobo conecta con una persona que al final acabará siendo tu pareja porque es una unión irrompible. Es algo así como el amor hasta el final, que perdura siempre.

Jaelle frunció el ceño.

-Pero la imprimación es algo imposible, no existe el amor para toda la vida.

-Sí existe. Lo que no entiendo es que cómo es posible si vuestra amistad es de toda la vida y esta es la primera vez que oyes su voz en tu cabeza ¿verdad?- Jaelle asintió- Extraño. Desde el momento en que se sufre la imprimación ya oyes la voz de la otra persona en tu mente. Quizás sufrierais la imprimación pero con una baja intensidad y ahora que eres una loba, eso lo ha intensificado… Aunque claro, sólo son suposiciones, quizás deberíamos hablarlo con tu abuela, ella sabe mucho de la imprimación y quizás pueda explicarnos lo que te pasa.

Jaelle asintió y pusieron rumbo hacia la casa de la abuela de la chica, pero en el trayecto, un tipo con la piel demasiado pálida para ser real, se les acercó a una velocidad tremenda.

Belinda y Jaelle se miraron para luego mirar al hombre que estaba ante ellas en actitud amenazante.

-Vaya, vaya, pero si son dos perritas…- dijo el tipo- un manjar que puedo aprovechar bastante bien.

El vampiro las miró de arriba abajo relamiéndose con gusto, provocando un gesto de asco de las chicas.

-Tenía entendido que a los chupasangres no les gustaba comer lobos…- dijo Belinda valientemente.

-No todos los vampiros somos iguales… y menos si nuestras presas son tan…- olfateó sonriente- apetecibles…

Tras decir esto, el vampiro saltó sobre las jóvenes tirándolas una a cada lado, separándolas.

Jaelle gimió al notar como su espalda se raspaba contra la acera y rasgaba parte de la camiseta que llevaba. Se incorporó sobre un codo para poder levantarse cuando vio que el vampiro se le venía encima y lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos y gritar.

Pero el ataque no llegó. Quieta como una estatua abrió los ojos y vio cómo Belinda tiraba al suelo al vampiro alejándolo de ella. Esta tenía su brazo derecho magullado y parte de su pierna también.

Se acercó a Jaelle rápidamente.

-¿Estás bien?- le preguntó Belinda. La chica se encogió de hombros ya que le dolía la espalda pero no tanto como para preocuparla ahora que estaban luchando contra un vampiro- Deberíamos convertirnos en lobas, para él será más difícil atacarnos porque seríamos más veloces.

Jaelle miró a la espalda de la chica y vio cómo el vampiro se levantaba y se acercaba corriendo para atacar a Belinda que estaba en una posición muy vulnerable, ya que se encontraba de espaldas a este. Jaelle quiso decirle algo pero las palabras no le salían, el miedo la estaba paralizando completamente y vio ante sus ojos cómo el vampiro tiraba de la chica lanzándola contra uno de los contenedores de basura que había por allí.

Belinda boqueó en busca de aire ya que con el golpe se le había cortado la respiración.

El vampiro, sonriendo, se acercó lentamente. Jaelle miró la escena horrorizada, tenía que hacer algo por lo que se levantó y corrió hacia el tipo que ya estaba encima de Belinda, la cual apenas podía moverse. Lo agarró de un brazo y trató de alejarlo de su amiga pero lo único que consiguió fue que este la mirara con desprecio y la empujara haciéndola caer de nuevo contra el suelo, dejándola confusa y con un dolor en uno de los tobillos.

Miró hacia donde estaba la chica y vio como el vampiro la levantaba del suelo sujetándola por el cuello para aplastarla contra la pared. Belinda intentó apartar la mano de su cuello pero era imposible, el golpe contra los contenedores la había dejado casi sin fuerzas y sólo pudo mirar hacia Jaelle para decirle en un grito ahogado por la falta de aire:

-¡Jaelle, huye, rápido!

La chica negó con la cabeza, no podía irse así y dejarla sola con ese vampiro que la estaba asfixiando. Belinda boqueaba en busca de un poco de aire pero le era imposible ya que la presión que ejercía el vampiro contra su cuello era muy fuerte. Si no tomaba un poco de aire, sus pulmones dejarían de funcionar y moriría asfixiada.

Miró hacia Jaelle de nuevo que sufría lo indecible al saberse impotente ante esa situación pero la visión de la chica se estaba tornando borrosa.

-Malditas, espero que con esto aprendan que no todos los vampiros deseamos unirnos a vosotros…

Belinda estaba a punto de dejarse vencer cuando de repente una gran cantidad de aire entraba en sus pulmones y caía al suelo respirando con dificultad. Miró a su alrededor y vio al vampiro correr por el camino por donde había venido. Parecía huir, entonces miró hacia el otro lado y vio a un pequeño grupo de chicos y chicas que se acercaban a socorrerlas.

Una de las chicas, de cabello oscuro y ojos azules se agachó junto a ella y le preguntó:

-¿Estás bien?

A la chica no le salían las palabras por lo que sólo puso asentir levemente y toser sin parar.

-No está bien, Janet, ese tipo casi la asfixia, hay que llamar a una ambulancia. La otra chica tiene una torcedura en el tobillo y la espalda llena de arañazos…

Belinda cerró los ojos y se concentró para avisar a Yandrack.

“Yandrack… te necesito…”

“Ya estoy de camino, princesa. He podido ver lo que tú veías… ¿estás bien? ¿Y Jaelle?”

“Jaelle está bien, al parecer sólo ha sido el tobillo y el susto pero yo casi no puedo respirar, me duele mucho el pecho…”

“No te preocupes, tranquila que ya voy para allá, avisaré a Kyle ¿de acuerdo?”

“Te espero…”

Se cortó la conexión y vio ante sí a Jaelle que le apartaba el pelo de la cara.

-Lo siento, Belinda, lo siento- dijo mientras las lágrimas le corrían por las mejillas.

“Tranquila, Yandrack y Kyle vienen de camino… coge el móvil de mi bolsillo y haz que los llamas, si lo que vi a través de los ojos de Yandrack el tiempo será el justo como para llegar…”

Jaelle asintió casi imperceptiblemente y sacó el móvil. Sus manos temblaban aún a causa del miedo.

-Si vas a llamar a una ambulancia, podemos hacerlo nosotros- dijo la chica llamada Janet.

-No… voy a llamar a su novio… él nos llevará a un hospital… gracias…- logró decir con voz temblorosa la chica.

-Entonces nos quedaremos hasta que llegue- dijo un chico de pelo rapado y ojos marrones claros.

Jaelle asintió e hizo como que llamaba mientras observaba a Belinda que luchaba por respirar con normalidad pero le era casi imposible. Las lágrimas corrían por las mejillas de Jaelle que no dejaba de culparse por lo que había pasado. No había sido capaz de ayudar a su amiga a causa del miedo que la paralizó.

Se arrodilló junto a Belinda y colocó la cabeza de esta en su regazo pero la respiración de esta aún era muy irregular.

Al rato llegaron Yandrack y Kyle. El primero corrió hacia donde estaba su novia y la agarró entre sus brazos.

-Ya estoy aquí, princesa, tranquila, te pondrás bien, te lo prometo.

Jaelle miró a la pareja y dijo:

-Lo siento, quise ayudarla pero no pude… lo siento…- dijo mientras se cubría el rostro con las manos.

Kyle se arrodilló junto a ella.

-¿Estás bien?

La joven negó con la cabeza mientras sollozaba, culpable.

-Casi la mata… y yo no pude hacer nada por ayudarla…

“No te culpes, Jaelle, lo intentaste…” le dijo Belinda mentalmente.

-Cuando me empujó me torcí el tobillo y el miedo me paralizó… no pude hacer nada…

Kyle la abrazó consolándola.

-Tenemos que llevarlas a algún sitio para que se recuperen- dijo el chico mirando a Yandrack- podríamos ir a mi piso pero queda bastante lejos de aquí.

“Nos dirigíamos a la casa de Michelle para hablar con ella” dijo Belinda mentalmente.

“Allí no podemos ir, nadie debe enterarse de lo que ha pasado…” respondió Kyle “si se enteran de esto, no habrá alianza…”

“¿De verdad crees que podemos aliarnos después de lo que ha pasado, Kyle?” preguntó Yandrack “te recuerdo que un vampiro casi las mata…”

“Eso no importa ahora, lo que debemos hacer es buscar un sitio donde llevarlas… pero ¿a dónde?”

Yandrack suspiró mirando a Belinda a la cual ya se le empezaba a notar las marcas en el cuello de las manos de aquel maldito vampiro y luego miró a Kyle.

“Vamos a mi apartamento que no queda muy lejos de aquí…” dijo mientras se levantaba con ella entre sus brazos.

-Bueno…- dijo Janet- nosotros nos vamos, ya que aparecisteis… espero que se mejoren…

Dicho esto, el grupo se marchó de allí. Yandrack condujo a los otros a su apartamento. Un pequeño piso presidido por un salón-cocina de aspecto sencillo. Con paredes casi desnudas en su totalidad a excepción de algunas repisas con el DVD, la consola y un aparato de música. Al lado de estos, colgado en la pared había una televisión de plasma de unas setenta y dos pulgadas.

Los sillones eran de cuero oscuro y al lado de uno de ellos había un pequeño roperito de puertas de cristal donde había una gran colección de DVDs y varios juegos de consola.

La cocina que se hallaba en una esquina era casi toda de color oscuro y con los electrodomésticos necesarios para cocinar.

Kyle, al ver aquella habitación, silbó admirado.

-Chaval, ya podrías invitarnos un día a echar un par de partidas a la consola… pedazo de televisión que tienes, macho.

Yandrack no dijo nada y siguió por el pasillo hasta llegar a la segunda puerta a la izquierda, donde se encontraba su habitación. Un lugar medianamente amplio donde había una cama de matrimonio con cabezal de hierro. Dos mesillas de noche de madera oscura y un ropero de la misma madera.

El chico dejó a Belinda sobre la cama y la tapó con la colcha azul oscura que no había colocado esa mañana.

-Enseguida vengo… ¿de acuerdo? Voy a por agua.

Belinda lo miró con los ojos entornados y asintió levemente mientras le venía un golpe de tos. El joven permaneció allí hasta que la joven dejó de toser y salió hacia el salón donde Kyle había ayudado a sentar a Jaelle en uno de los sillones y le miraba el tobillo.

Yandrack se dirigió a la nevera y cogió una botella de agua para luego coger un vaso de uno de los roperillos.

-Por casualidad no tendrás una venda ¿verdad?- preguntó Kyle al chico.

-¿Crees que hará falta? Nuestras heridas y golpes se curan rápido…

-Ya lo sé pero Jaelle hace poco que es loba, no tiene la misma fuerza que nosotros…

Jaelle bajó la mirada. Sus manos temblaban pero las apretó en puños para que no se le notara.

-Mira a ver si hay algo en el botiquín del baño aunque no creo… la primera puerta a la derecha.

Kyle se levantó y se dirigió hacia allí para mirar en el botiquín pero no había ninguna venda así que volvió al salón y puso el pie de la joven sobre un cojín.

-Tendrás que tenerla en alto para que no se te hinche y probablemente mañana estarás mejor. Ahora acuéstate aquí.

-Pero ¿y mis padres? Tengo que contarles lo que pasó… se preocuparán si no vuelvo a casa.

-No te preocupes, yo contactaré con ellos y les diré que estás en casa de Belinda…

Jaelle se recostó y tras unos segundos, dijo:

-Lo dejo, Kyle…

El chico la miró sin comprender muy bien a qué venía eso.

-¿Qué?

-Que no sirvo para ser una jefa de clan, no sé defender a los míos… soy inferior en fuerzas a todos vosotros. No pude ayudar a Belinda, ¿y si la próxima vez voy con alguien un poco más débil que ella? Lo vería morir ante mis ojos sin haber hecho nada. No puedo ser la jefa de la manada en estas condiciones. Fui una cobarde.

-No fuiste una cobarde del todo- le dijo Yandrack a su espalda- sé que ella te pidió que huyeras y no lo hiciste. A pesar de todo decidiste permanecer allí y no abandonarla a su suerte. Estoy seguro de que ella valora mucho lo que hiciste…

-Sí pero no pude detener al vampiro y casi la mata… mañana mismo reunimos a la manada para que elijan a un nuevo jefe, yo no me veo capaz.

Kyle le puso las manos en los hombros y ella lo miró.

-Jaelle, no sabes lo que estás diciendo. Estás nerviosa y crees que no mereces ser la jefa de la manada pero tú sabes que no es así porque ese es tu destino y no podemos rechazar lo que nos depara este. Lo que tienes que hacer ahora es descansar y ya mañana pensarás con la cabeza más fría…

-Kyle tiene razón, Jaelle, aún tienes el susto metido en el cuerpo y te hace decir cosas que sabes que no pueden ser… así que prepararé un té para que te lo tomes y descanses.

La joven asintió y cerró los ojos intentando contener las lágrimas. Tras un rato de intenso silencio se oyeron los borbotones del agua al calentarse y al momento tenía ante sí una taza de un humeante té que olía deliciosamente. Ella se incorporó y se lo bebió poco a poco.

Mientras, Yandrack se dirigió al baño a coger una crema específica para las marcas como las que tenía Belinda en su cuello y luego se dirigió a la habitación donde esta seguía tendida en la cama respirando con cierta dificultad aunque ya no con tanta como cuando la encontró.

Se acercó y se sentó en la cama junto a ella. Las marcas ya eran bastante visibles por lo que habría que aplicarle la crema ya. Tomó un poco en la mano y se la pasó por el cuello con delicadeza mientras la joven hacía muecas de dolor cuando le rozaban las marcas con los dedos.

La joven que había estado con los ojos cerrados los abrió y agarró la mano de él.

-No sigas… me duele…- dijo con la voz aún ronca.

-Sé que te duele pero esta crema te aliviará un poco y durarán menos las marcas esas. Intentaré hacerte el menor daño posible- dijo él apartando las manos de ella con delicadeza y volvía a masajear el cuello. Lo hizo lo más suave que pudo pero aún así arrancó muecas de dolor de la joven. Cuando acabó se acostó a su lado y la abrazó- como me des otro susto de estos no lo cuento… maldita sea, vi la cara de ese tipo y sonreía… ¡estaba sonriendo!

“Era un vampiro… uno que no estaba de acuerdo con la alianza”

-Esta alianza no puede traer buenas consecuencias… pero no pensemos más en eso… será mejor que descanses, yo estaré aquí a tu lado por si necesitas algo ¿vale?

La joven asintió y se acurrucó junto a él cerrando los ojos hasta que después de un rato se quedó profundamente dormida.

Yandrack la miró fijamente y la rabia lo inundaba cuando veía aquellas marcas en su delicado cuello. Había estado a punto de perderla y ella lo único que le preocupaba era que Jaelle huyera. Algo demasiado valiente pero a la vez estúpido porque se iba a dejar matar por aquel vampiro.

Él le había visto la cara y cuando se lo encontrara, él mismo se encargaría de matarlo por lo que le había hecho a su novia.

 

9.

Christopher se despertó sobresaltado. Había escuchado un llanto de alguien. Se levantó rascándose la cabeza y se asomó a la ventana de su habitación pero fuera no se oía nada, es más, ya no se oía ningún llanto.

¿Lo habría soñado?

Ese llanto le sonaba bastante, ¿dónde lo habría oído antes? Se parecía mucho a los de Jaelle. Un sonido que tenía bien grabado en su mente ya que él había sido su pañuelo de lágrimas durante mucho tiempo.

Apoyó las manos en el alfeizar e inspiró el húmero aire nocturno con los ojos cerrados. Los abrió y miró hacia la dirección donde estaba la casa de Jaelle.

De repente volvió a escuchar ese llanto lo que le hizo mirar a las casas colindantes a la suya pero parecía como si ese sonido saliese de su cabeza.

No, no podía ser. Quizás sólo eran imaginaciones suyas. Sí, seguramente se trataría de eso.

Sin darle más vueltas, el joven volvió a su cama y se acostó a dormir aunque le costó un poco conciliar el sueño.

Kyle estuvo toda la noche despierto. Se pasó toda la noche sentado en el sillón al lado de Jaelle que se había quedado profundamente dormida después de haber llorado bastante rato.

Sus ojos estaban rojos y algo hinchados.

El chico cerró los ojos suspirando.

“Vaya, ¿tampoco puedes dormir? Parece que algo te angustia…”

“Al parecer tú tampoco puedes dormir… ah claro, lo olvidaba, los vampiros no duermen de noche si no de día…”

“Déjate de bromas absurdas, perrito, no sé si recuerdas que todo lo que tú sientas puedo sentirlo yo también… así que tengo derecho a saber lo que pasa”

“Creía que ya lo sabías…”

“Saber ¿el qué? Maldita sea, no entiendo por qué te andas con tanto misterio… ¿qué es lo que tengo que saber?”

“Uno de los tuyos ha atacado hoy a Jaelle y a otra de las nuestras… ha estado a punto de matarlas…”

Hubo unos minutos de silencio en los que Kyle pudo sentir el asombro de la vampiresa.

“¿Qué? Pero ¿cómo es posible? ¿Cómo fue? Explícamelo todo…”

Kyle le explicó todo lo que sabía sobre el ataque en el que el vampiro casi mata a Belinda asfixiándola con sus manos y que tenía pensado matarlas a las dos. También le contó la frase que el vampiro dijo.

“Al parecer les dijo que eso era para que vieran que no todos estaban de acuerdo con la alianza…”

“Entonces fue uno de los vampiros antiguos… pero ¿quién?” se preguntó cavilando en busca de posibles candidatos.

“Solo las chicas y el novio de la otra saben cómo es ese tipo… yo no puedo darte más información”

“Un momento… ¿a qué hora ocurrió eso?”

“Pues por la tarde”

“Que yo sepa nadie salió de aquí hoy… lo único es que… mierda… ¡Logan! Seguro que fue él quien hizo esto…”

“¿Logan?”

“Sí, un vampiro que tuvo un pequeño altercado con mi amigo y se fue sin decir nada de aquí pero de eso hace ya varios días y aún no ha vuelto… estaba buscándolo. Estoy segura de que planeó esto para que no confiarais en nosotros…”

Kyle sabía que le decía la verdad, ella no había tenido nada que ver en ese ataque a las chicas. Podía notarlo, notaba cómo su asombro se transformaba en cólera por lo que ese vampiro había hecho.

Allegra estaba realmente furiosa.

“Ellas están bien ¿verdad?”

“Sí, se repondrán…”

“Quiero hablar con Jaelle cuanto antes, debo explicarle que no tuve nada que ver en esto y cuando encuentre a ese malnacido de Logan, me encargaré de él personalmente… no volverá a atacar a nadie más en su miserable vida…”

“Bueno, Yandrack estaría dispuesto a acabar con él así que si quieres ayuda, me avisas que yo se lo digo…”

“¿Es que piensas contarle a ese tipo que has sufrido imprimación con una vampiresa? Sorprendente, primero no estabas de acuerdo y ahora se lo quieres contar así como si nada…”

“No pensaba decírselo, buscaría una forma de comunicárselo sin tener que decir que estoy conectado a una chupasangre…”

La vampiresa ignoró ese comentario y no le habló más en toda la noche, algo que fastidió un poco a Kyle.

Se removió inquieto en el sillón y Jaelle gimió ante el ruido porque el chico tiró algún objeto al suelo sin darse cuenta. La joven abrió los ojos y lo miró.

El chico sonrió levemente.

-¿Cómo te sientes?

-Ya no me duele… pero sigo pensando lo mismo de antes… no merezco ser la jefa de la manada… quizás la de esa leyenda sea otra…

-Jaelle, no hay ninguna otra joven que tenga tus mismas características… esa joven de la leyenda eres tú.

-Pero es que yo no sirvo para esto… no soy una buena jefa, ni siquiera soy una buena loba… me transformo cuando menos me lo espero y no logro controlarla de ninguna manera… hago todos los entrenamientos y parece que nada me sirve.

-Tienes que ir poco a poco, no puedes pretender hacerlo todo de una vez ¿no? Mira, Jaelle, lo que realmente te pasa es que tienes miedo pero todo es cuestión de tiempo… y este tiempo deberías emplearlo en descansar, así que cierra los ojos y duerme un rato más.

El silencio se hizo un poco largo antes de que Jaelle se atreviera a preguntar.

-Kyle, ¿conoces algo de la imprimación?

El chico abrió los ojos, sorprendido y miró a la chica.

-¿Qué has dicho?

-Que si conoces algo de la imprimación…

“Maldición, ¿por qué viene ahora con esta pregunta?” pensó el chico mirando al frente.

“¿Qué te han preguntado? ¿Acaso te preguntaron de donde vienen los niños? Esa pregunta es muy fácil de responder, hombre… todo el mundo sabe que los niños vienen de París aunque esas pobres mujeres… tenerlas que separar de todos sus hijos… es algo que no me explico… ¿tú qué opinas, perrito?”

“Creía que estabas de mal humor por lo que te conté…”

“Y lo estoy pero ya he puesto a algunos de los míos a buscar a ese bastardo… por lo que ahora me divierto un poco contigo…”

“¿No crees que estamos un poco lejos para divertirnos juntos?”

Jaelle miró al chico y como no le contestaba, le tocó la rodilla a ver si le respondía.

-¿Kyle?

“Sabes que no me refería a ese tipo de diversión, idiota…”

-Kyle, ¿pasa algo?

El chico salió de su ensimismamiento y miró a la chica.

-¿Qué? ¿Qué decías? Ah sí, la imprimación… esto… es algo difícil de explicar, la verdad. Verás, tu lobo, movido por el instinto, busca alguien con quien compartir su vida, alguien con quien te sientas a gusto, aunque no siempre es así…- murmuró esto último para sí- cuando lo encuentras y sufres la imprimación, todo tu ser conecta con el de esa persona y viceversa, claro, puedes oír sus pensamientos, saber cómo se siente, ver lo que el otro ve si les pasa algo, parecido a lo que le pasó hoy a Yandrack que vio la cara de ese vampiro a través de los ojos de Belinda.

-¿Y puedes sufrirla sin ser un lobo? Es decir, antes de la Transformación.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Bueno, quería saber si se podría sufrir la imprimación cuando eres pequeño, por ejemplo.

-¿Por qué lo preguntas?

La joven se calló y miró al chico. ¿Debía contárselo o no? Quizás sería mejor callarse.

-Curiosidad, era lo que comentábamos Belinda y yo cuando nos atacó ese vampiro.

-Entiendo… bueno, ahora que lo mencionas, es posible que sí se produzca porque los niños se mueven más por instinto que por raciocinio lo que podría entender que es posible que se sufra la imprimación.

-Ya veo…

“Relájate, hombre, no creo que poniéndote tenso vayas a conseguir nada… no eres muy buen actor por lo que se ve…”

“Cállate, Allegra, de verdad que eres una entrometida”

“Ahí viene el burro hablando de orejas. Te recuerdo que te has metido en mi mente y no sales para nada, tengo que soportar tus pensamientos aparte de los míos que no son pocos… los vampiros antiguos pretenden hacer un motín para arrebatarme el mando…”

“Quizás te preocupas por nada…”

“¡Ja! ¿Eso crees? Deberías venir a ver cómo me miran los vampiros antiguos, nunca les gustó que mi padre me cediera el poder. De ahí mi odioso apelativo: la Princesa de los Vampiros”

Kyle miró a Jaelle que había vuelto a quedarse dormida y se levantó para ir a la nevera a por algo de comer.

“Princesa de los Vampiros… ¿por qué no Reina de los Vampiros? Tu padre fue el Rey ¿o me equivoco?” preguntó el chico cogiendo un bote de zumo y lo que parecían los restos de un pollo que calentó en el microondas.

“Sí, mi padre era el Rey… ellos me dicen la Princesa porque no soy una vampiresa completa… soy mitad humana aunque siempre he vivido entre vampiros. Mi madre murió al darme a luz. Mi padre decía que yo era igual a ella… pero ¿qué hago contándote todo esto?”

El microondas se apagó y el chico sacó el pollo para comérselo pero al coger el plato, se quemó, lo que le hizo soltar el plato.

“Maldita sea, ya me he quemado… yo creo que me lo has contado porque necesitas contarle esto a alguien y ahora mismo sólo me tienes a mí… Por lo que veo tu padre quería a tu madre… lo noté en tu forma de decirlo si es lo que me vas a preguntar”

“¿Crees que necesito hablar con alguien de mi pasado? Realmente estás loco”

“Puedo notar el gran peso que guardas así que tenemos toda la noche por delante”

Hubo unos segundos de silencio en los que ella sopesó las opciones hasta que habló:

“Sí, estaba muy enamorado de ella”

El chico asintió y la escuchó mientras se comía el pollo.

Al amanecer, Belinda abrió los ojos y miró a su alrededor. A su lado, Yandrack dormía plácidamente, La joven sonrió con ternura. Le acarició la mejilla y luego se levantó para ir al baño.

Allí se miró en el espejo y vio las marcas producidas por la mano de aquel vampiro. Tenían un aspecto muy feo aunque al menos estaba viva. Tras esto, la joven volvió a la habitación y cerró la puerta despacio.

Cuando se giró, vio ante sí una cajonera que tenía algunas fotos sobre este. La mayoría eran de ellos dos juntos pero había una que llamó su atención. En él había una hermosa mujer de cabello largo oscuro y ojos ambarinos. Al parecer estaba embarazada cuando le hicieron la foto. ¿Quién podría ser esta mujer?

Casi sin darse cuenta, el retrato desapareció de sus manos. Se giró y encontró frente a sí a Yandrack con el retrato en la mano, parecía un poco molesto.

-¿Qué hacías?- preguntó él.

-Fui al baño y al volver vi estas fotos nuestras. Luego vi la de esa mujer… ¿es tu madre? Os parecéis un poco.

-Ella no es mi madre- dijo guardando el retrato en uno de los cajones.

-Entonces, ¿por qué tenías esa foto ahí?

-Por nada. Ahora vuelve a la cama.

-Estoy bien, ya he recuperado la respiración y las marcas desaparecerán con el tiempo.

El chico se quitó la camiseta para ponerse otra limpia. Luego salió de allí para dirigirse a la cocina.

Belinda lo vio marcharse y luego miró a la cajonera. ¿Qué le había pasado? Sin comprender nada, salió y se dirigió al salón. Miró hacia el sofá donde Jaelle aún dormía. En cambio, Kyle parecía haber estado toda la noche despierto. Su mirada andaba perdida en algún punto de la ventana.

Se acercó y le tocó el hombro, lo que hizo que él se sobresaltara.

-¿Qué pasa?- le preguntó a modo de saludo.

-Hola- dijo él y la miró, centrando su mirada en el cuello- ¿cómo estás?

La chica se llevó la mano a las marcas y sonrió levemente.

-No me duele que ya es algo…

Jaelle se removió en el sofá hasta que se despertó. Miró a su alrededor y cuando vio a Belinda se levantó súbitamente para ir a abrazarla.

-¡Belinda! Estás bien, menos mal.

La joven correspondió a su abrazo.

-Sabías que me iba a poner bien. Los chicos llegaron a tiempo y nuestro cuerpo tiene la habilidad de curarnos más rápidamente que un humano normal.

-Ya pero me asusté mucho… espero que puedas perdonarme por no ayudarte.

-Olvida eso- dijo mirando a la chica a los ojos- te quedaste cuando debiste huir.

Kyle se levantó y miró a las chicas mientras se estiraba.

-Mira a ver si puedes convencerla de que no deje la manada.

Belinda miró a la joven, sorprendida ante la revelación del chico. Jaelle bajó la mirada.

-¿Qué? No puedes hacer algo semejante, lo que ha pasado fue porque tuvo que pasar, te bloqueaste, sí pero no te lo reprocho, si yo hubiese estado en tu lugar quizás hubiera reaccionado igual.

-No creo que pueda cuidar de la manada.

-Hazlo por mí, no quiero ser la causa de que dejes esto por favor.

Jaelle miró a la chica.

-Lo siento, Belinda, lo siento.

Sin decir más, la chica corrió hasta el baño donde se encerró y se sentó sobre la tapa del váter, llorando. No podía seguir al cargo de la manada.

Tocaron en la puerta antes de abrirla. Se trataba de Dreck que al parecer traía noticias.

-Allegra, han encontrado a Logan. Está en el salón principal.

La vampiresa, que estaba semiacostada en la cama leyendo un libro, se incorporó y sacó los pies de la cama para ponerse unas bailarinas de color oscuro que usaba cuando estaba en la mansión. Siguió al vampiro hasta el salón donde todos los vampiros se congregaron y dos de ellos sujetaban a Logan, el cual forcejeaba para escapar.

-¡Soltadme, traidores! ¡Sois unos traidores, aliaros con los licántropos, es de locos!

Allegra se colocó delante de Logan mirándolo fijamente.

-¿Puedo saber qué pretendías al intentar matar a dos chicas licántropo?- preguntó Allegra seriamente.

Logan entrecerró los ojos.

-Sabes muy bien por qué lo he hecho. Quería que los perros esos se vengaran pagándolo contigo… porque eres una asquerosa mestiza que subió al poder sin merecerlo… aunque claro… seguramente hiciste algo con tu padre para que te diera el puesto de mando como por ejemplo…

Logan no terminó la frase porque Allegra le había dado un fuerte bofetón que lo dejó mudo.

-Como vuelvas a mencionar a mi padre de esa forma, te encerraré en el sótano sin comer y te volverás loco por no poder tomar sangre, debilitándote hasta disecarte… Además, no deberías hablar de mí cuando tú eres incluso peor. No creo que hayas dejado a ninguna de mis vampiresas atrás, llevándolas a tu cama.

-Eso es mentira y lo sabes- argumentó Logan.

-Aunque parezca que no me entero de nada, lo sé todo sobre todos- dijo mirando al resto de vampiros que miraban la escena- todos ocultáis secretos de los que yo estoy enterada.

-Pretendes utilizar alguna de tus argucias conmigo y no te va a servir de nada.

-¿De verdad lo crees? Por si no lo sabéis, a Logan le gusta mucho usar la fuerza bruta para que todos, sobre todo las chicas, caigan en sus redes y hagan lo que él les diga…- algunas vampiresas asintieron, entre ellas, Destiny- precisamente, el motivo que le llevó a irse de aquí para intentar matar a dos chicas licántropo fue, en parte, porque una de mis vampiresas no estaba de acuerdo con él y le pegó. Sinceramente, me gustaría que te hicieran lo mismo, Logan. No es nada agradable que golpeen a uno sin razón alguna, ¿verdad? Destiny, ven aquí, por favor.

La joven vampiresa parpadeó, sorprendida, pero aún así se acercó lentamente y se puso al lado de Allegra.

-¿Qué deseas, Allegra?- preguntó la joven mirándola a la cara.

La vampiresa sonrió levemente. Destiny era de los pocos vampiros que la llamaban por su nombre y no por su apelativo.

-¿Es cierto que Logan te golpeó por no estar de acuerdo con su opinión?

-Sí, es cierto.

-También es verdad que de no ser por Dreck te hubiera dado una paliza o ¿me equivoco?

-No te equivocas.

-¿Te ha golpeado antes?

Logan miró fijamente a Destiny, intentando intimidarla pero no lo consiguió.

-Sí, lo hizo.

Allegra miró al resto de vampiros.

-Aquí tenéis la prueba… alguien como él merece ser castigado… propongo que lo llevemos hasta la ventana y que le dé un poquito el sol.

Dicho esto, Allegra le hizo una señal a los dos vampiros que sujetaban a Logan y lo llevaron hasta una ventana que tenía la cortina corrida. Lo dejaron allí y la vampiresa abrió la cortina donde entró la luz del sol a raudales, provocando que Logan no pudiese moverse ya que comenzó a disecarse muy lentamente.

El vampiro gritó de dolor ante la quemazón del sol sobre su piel pero entonces Allegra cerró la cortina y Logan cayó al suelo de rodillas, gimiendo dolorido, mirándose las manos resecas pero que poco a poco volvían a tomar su forma original provocándole un intenso dolor.

-¿Qué te pareció el castigo, Logan? Quizás he sido muy indulgente contigo después de todo lo que has hecho pero no soy tan mala como crees… quizás debería desterrarte para que aprendieras la lección. Tal vez sea una mala idea porque atacarás a los humanos para beber su sangre.

-¿No crees que ya me has humillado bastante?

-¿Bastante?- preguntó Allegra incrédula- esto es poco comparado con lo que te mereces… ahora desaparece, por ahora sólo quedas advertido, a la menor falta aplicaré un castigo que nadie olvidará…

Tras decir esto, Allegra salió del salón con la cabeza alta, esperando que Logan aprendiera la lección y no volviera a cometer otra estupidez como la que había hecho.

Entró en su habitación y suspiró con los ojos cerrados. Los abrió y volvió a la cama donde se sentó mirando al suelo.

Al fin ejercía su poder como debía. Había sido justa o al menos eso creía se decía mientras se recostaba y miraba al techo de la habitación. Sabía que ahora las cosas se ponían más difíciles y esperaba que eso no afectara a la futura alianza entre los licántropos y los vampiros.

 

10.

Jaelle ya llevaba casi una hora y media metida en el baño de la casa de Yandrack y no quería salir. Necesitaba estar sola.

Pero a pesar de todo el tiempo que llevaba allí, no dejaron de tocar en la puerta pidiéndole que saliera y hablara tranquilamente sobre su situación.

Nadie podía entenderla.

-Jaelle, ábreme la puerta- le decía Belinda desde fuera- vamos…

-Quiero estar sola, Belinda.

-Si no abres la puerta, la tiraré abajo, tú decides… además, los chicos están ahora mismo en el salón mirando algo en Internet.

Jaelle se levantó y abrió la puerta a regañadientes, luego se sentó de nuevo donde había pasado casi todo el rato que llevaba allí dentro encerrada.

-¿Qué quieres?

-¿Por qué quieres abandonar? Tú no has tenido la culpa de lo que ha pasado y lo sabes.

-Pero me siento culpable porque quizás podría haber hecho algo…

-Tienes que olvidarlo, Jaelle, ya te dije que yo no te culpo de nada. Yo también estaba muy asustada aunque no lo pareciera. Por eso te pedí que huyeras… me daba miedo no poder ayudarte cuando ese vampiro te atacara. Hace muy poco que nos conocemos, sí, pero eres una gran persona y valoro mucho esta amistad que se está formando entre nosotras.

Jaelle miró a la chica y sonrió levemente mientras se limpiaba una lágrima de la mejilla.

-¿De verdad?

-Sí- dijo Belinda sonriendo mientras le cogía las manos- parece ser que nosotros los licántropos, cuando somos pequeños somos unos apestados porque yo no tuve amigas y era muy negativa pensando que iba a estar siempre sola pero cuando me convertí, la manada me acogió gustosa, me eché novio, conocí a Kyle, a ti… Es por eso que te pido que no abandones a la manada por lo que haya pasado porque ninguna de nosotras tuvo la culpa… es más, nadie tiene por qué enterarse de esto, bastante asustados estamos ya como para preocuparlos con algo así…

-No se fiarían de los vampiros…

-Exacto y ya viste que todos los vampiros no son iguales… esa chica que fue a verte no te atacó ni nada por el estilo… quizás ese que nos atacó fuera uno que no estuviese de acuerdo con la alianza. Dejemos las cosas así.

-Quizás tengas razón…

-Claro que la tengo, no vamos a vivir eternamente con ese estúpido recuerdo del vampiro. Lo que debemos hacer es relajarnos y salir a dar una vuelta por ahí, ¿qué te parece?

Jaelle sonrió y se levantó.

-Me parece bien… podríamos ir al cine a ver una película, hace bastante tiempo que no voy.

-Entonces vamos a decírselo a los chicos y si ellos pagan, nos aprovechamos- dijo Belinda picándole un ojo a su amiga.

Jaelle asintió y ambas salieron del cuarto de baño para ir al salón donde los dos chicos miraban en el portátil de Yandrack. Al parecer estaban viendo algo sobre deportes, exactamente estaba mirando sobre fútbol.

-¿Mirando fútbol?- preguntó Belinda con los brazos en jarras.

-Algo teníamos que hacer en lo que hablabas con Jaelle- dijo Yandrack.

-Pues ya salimos y estamos pensando en ir al cine, necesita despejarse un poco- dijo la chica señalando a su amiga.

Yandrack apagó el ordenador y tanto él como Kyle se levantaron.

-Vamos entonces- dijo este último dirigiéndose a la puerta.

Jaelle lo siguió y detrás de estos, iban Yandrack y Belinda cogidos de la mano.

Cuando salieron del cine, la pareja se despidió de Kyle y Jaelle, y estos se fueron caminando a la casa de la joven. El trayecto se hizo en absoluto silencio ya que cada uno iba metido en sus pensamientos.

De repente, Jaelle se detuvo. Acaba de oír la voz de Christopher otra vez.

“Jaelle, te necesito”

La respiración de la chica se aceleró por la sorpresa ya que no esperaba volver a oírle en su cabeza. Kyle, que no se había dado cuenta hasta ese momento, se detuvo un poco más adelante. Se giró y la miró extrañado.

-¿Pasa algo?

Jaelle que miraba al frente, desvió su atención hacia el chico.

El chico se acercó y posó sus manos en los hombros de la chica, mirándola preocupado.

-Jaelle, ¿qué pasa? ¿Estás bien? Te has puesto pálida de repente.

La chica volvió a mirarlo.

-Oigo su voz- dijo, no pudiendo ocultarlo a pesar de que se había prometido no contárselo a nadie más, excepto a las personas que lo sabían, que hasta ese momento sólo era Belinda la conocedora de lo que le sucedía- puedo oír su voz en mi mente.

-¿Qué voz?

-La de Christopher, me necesita, lo acabo de oír- dijo la chica mirando a su alrededor por el chico estaba cerca, como había sucedido el día anterior.

-Tranquilízate, Jaelle, ¿de verdad oyes su voz?

-Sí, la he oído, tiene que estar cerca, como ayer… oí su voz después de encontrármelo.

-¿Ayer lo viste y oíste su voz?

-Sí.

-Pero él no es un licántropo ¿no?

-No, no es un licántropo pero sí oigo su voz como si fuese uno de los nuestros.

-Pero no puede ser… a no ser que hayáis sufrido la imprimación…- dijo meditando el chico hasta que se acordó de la conversación de la pasada noche- con razón me preguntaste todo aquello… ahora lo entiendo…

-Quizás debería habértelo explicado anoche pero no quería que nadie supiera esto hasta que no lo aclarara todo pero oigo su voz.

-¿Sólo la oíste ayer y hoy?

-Sí.

-Pero vuestra conexión es anterior, ¿Verdad?

-Sí, desde siempre nos hemos llevado bien, más bien era mi único amigo.

-Entonces lo que te expliqué anoche se cumplió. Tu instinto conectó con él y ahora que te has transformado, empiezan a suceder las cosas que nos suceden cuando nos imprimamos.

-Pero entonces, ¿por qué él no quiere estar conmigo?

Kyle meditó la pregunta por un momento.

“¿Será porque está celoso?” le dijo la voz de Allegra, que conoce todos sus pensamientos.

“¿Celoso? Ya claro, ¿y de quién?”

“Bueno, prácticamente pasas bastante tiempo con ella y si no recuerdo mal oí algo sobre que no la habías dejado ir con él a dar una vuelta, eres como un libro abierto, perrito”

“Cómo odio esto de que podamos oír nuestros pensamientos, de verdad”

“Por primera vez, estoy de acuerdo contigo en algo”

-No lo sé, Jaelle- le dijo el chico.

“Mentiroso…”

-¿Si le hablo mentalmente, me oirá?

-Probablemente pero la darás un susto de muerte. Recuerda que no sabe lo que eres.

Jaelle se mordió el labio inferior y bajó la mirada.

-Es verdad.

Kyle le pasó una mano por los hombros.

-No te preocupes por nada, Jaelle. Volvamos a tu casa, que es lo más sensato ahora mismo.

“Eso que yo voy de camino, tengo que hablar con la chica. Yo no mandé a ese vampiro”

“¿Y qué le vas a decir cuando te pregunte cómo te enteraste?”

“Parece mentira que estando conectado a mí, no conozcas mis dotes artísticas…”

No tardaron mucho en llegar a la casa y justo cuando la chica se disponía a abrir la puerta, apareció el todoterreno de Allegra. La joven vampiresa se bajó de este pero en vez de salir de la parte de atrás, como la vez anterior, salió del lado del conductor.

Las miradas de ella y de Kyle se encontraron por primera vez desde la imprimación. Ambos se mantuvieron la mirada y se estremecieron.

Allegra meneó al cabeza y miró a Jaelle a la cual se acercó.

-Jaelle, ya me enteré de lo que te hicieron a ti y a tu amiga.

La joven ladeó la cabeza, confusa.

-¿Cómo te enteraste?

Allegra miró por un momento a Kyle, era su momento de actuar ya que no podía contarle lo de la voz de Kyle en su mente.

“Vas a meter la pata, quiero ver cómo sales de esta” pensó Kyle sonriendo.

“Espero sorprenderte con mis dotes artísticas…”

-Bueno, ese vampiro llegó a la mansión presumiendo por lo que había hecho diciendo que os había asustado y que no aceptaríais la alianza.

La vampiresa le cogió las manos a Jaelle.

-La verdad es que nos asustamos pero no se me pasó por la cabeza que habías tenido algo que ver en todo esto.

-Me alegra saberlo, porque estaba preocupada- pero en la mirada de ella se veía la satisfacción por haber sorprendido al chico.

Kyle enarcó una ceja. Jaelle sonrió.

-¿Quieres pasar? No creo que haya nadie en mi casa, a excepción de mi madre pero no pasa nada- dijo la chica.

Allegra asintió y siguió a Jaelle al interior de la vivienda. Se dirigieron al salón y se sentaron en los sillones.

-¿Has pensado ya lo de la alianza con nosotros?

-Lo comenté con la manada y casi todos están de acuerdo.

-Ojalá pudiera decir lo mismo de los míos, ya que la mitad de ellos no están de acuerdo pero aún así es perfecto- dijo Allegra sonriendo levemente- ahora deberíamos reunirnos y hacer turnos de vigilancia por la ciudad, ¿no crees?

-Sí, es una buena idea- dijo Jaelle.

Kyle miró a Allegra frunciendo el ceño.

Ir a la siguiente página

Report Page