Twelve
Segunda parte. Sábado 28 de diciembre » Capítulo 25
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White Mike y Lionel ven cómo la chica se marcha corriendo.
—A esa no tardaremos en volver a verla —comenta Lionel.
—¿Has visto a mi primo? —pregunta White Mike.
—¿A tu primo? —Lionel está contando el dinero.
—Sí, mi primo Charlie. El que nos presentó. Ahora va a la universidad. Sigue traficando.
Lionel recuerda las plumas que salieron volando cuando la parka explotó bajo la cara de Charlie. La imagen del otro chico tumbado en el suelo pasa también por su mente.
—Ah, sí.
—Si lo ves, dile que lo estoy buscando.
—Vale. —Lionel procura serenarse y se va con prisas. Quiere largarse de allí y colocarse.
—Menudo capullo —murmura White Mike al entrar en el taxi que acaba de parar.
¿Dónde está Charlie? Últimamente White Mike piensa mucho en Charlie. Al fin y al cabo, creció con él. Charlie es su primo. La hermana de su padre es la madre de Charlie. Pero su marido y ella acabaron fatal. Tenían demasiado dinero, salían siempre en las columnas de cotilleos, estaban siempre de fiesta, y tenían casas en Tuscany y alquilaban veleros en Bali. La familia de Charlie tiene mucho más dinero que el padre de White Mike. Charlie ha pasado gran parte de su vida al cuidado de niñeras o en casa de White Mike. Y Charlie utilizaba la casa de sus padres cuando quería montar una fiesta. Mantenía aquella dirección, aunque en realidad vivía con White Mike. Tenían casi la misma edad y parecían hermanos; mucha gente los tomaba por gemelos. La gran diferencia entre ellos dos era que Charlie era muy mal estudiante, o simplemente no le interesaba estudiar, o ambas cosas, y en octavo lo enviaron a un pésimo internado. Eso le hizo madurar más deprisa, y se volvió un poco raro.
White Mike siempre esperaba ilusionado a que Charlie llegara cuando había vacaciones: siempre tenía interesantes aventuras que contar, y al final empezó a darle lecciones sobre cómo traficar con drogas. Sin embargo esta vez, cuando Charlie volvió a casa, White Mike lo encontró cambiado. Quizá fuera que tomaba más drogas que antes (no iba a dejar de tomarlas por entrar en la universidad); el caso es que estaba distante. Como si le rondara algo por la cabeza. Pasó de White Mike durante casi todo el periodo de vacaciones; White Mike no tenía ni idea de qué había estado haciendo. Bueno, al cuerno con Charlie. White Mike se pone de mal humor cuando piensa en él.