Secret

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Capítulo 6

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Capítulo 6

Busque su cabaña hasta llegar, toque tres veces la puerta hasta que abrió. Tenía su camisa abierta hasta el pecho, con su brazo izquierdo se recargó en la puerta y río al verme.

─ Dijiste que no ibas a venir ─ me miró de arriba hacia abajo.

─ Dame mi pulsera ─ extendí mi mano.

Su cuerpo de inclina ligeramente hacia delante dejando que oliera toda su colonia. Para ser sincera olía bastante bien.

─ ¿Pulsera? ─ frunció el ceño.

Aprieto la mandíbula.

─ La roja de tela, dámela ─ agite mi mano aun extendida.

─ Oh, cierto ─ fingió estar sorprendido.

─ Quédate ahí ─ se quitó de la puerta dejándome el paso.

A pesar de que habíamos llegado hoy la cabaña ya olía a hombre en espacial a la colonia de Harry. No entre, pero veía a Harry buscar entre sus cosas mi pulsera. La tomó y me la entrego.

─ Ya no regreses ─ cerró la puerta en mis narices. Patán

Salí de su cabaña hacia la mía. Jamás había conocido a alguien con un terrible sentido del humor o un ego tan impresionante. Era un tremendo patán, un típico chico malo sin límites, un chico arrogante. Desde pequeños siempre ha sido arrogante pero jamás a ese nivel y para admitir odio a ese tipo de chicos.

Entre a la cabaña, estaban Derek, Des, Den y un niño.

─ Hola, Ally ─ Den me saludó.

─ Hola ─ me senté en la cama.

─ ¿Te sientes mejor? ─ preguntó Des.

─ Sí ─ me recosté en la cama poniendo mis piernas en Des.

─ Tienes que descansar ─ dijo Derek.

Me siento exhausta. Horas de viaje más un buen golpe en la cabeza me hacían sentí completamente fuera de este mundo.

─ Sí.

─ Te presento a mi amigo Aron ─ Den señaló el niño.

─ Hola, Aron ─ dije cansada.

─ Creo que la joven Stalls necesita dormir ─ Derek dijo mientras se levantaba de la cama.

─ Tienes razón. Creo que tenemos que irnos ─ todos asintieron y salieron de la cabaña.

Cerré mis ojos para poder dormir al menos un poco. Estaba segura que había dormido dos horas pero cuando vi el reloj apenas habían pasado diez minutos, me moví de lugar de la cama para poder estar más cómoda y dormir en paz. Sin embargo, no lo logré, entonces opté por salir a tomar un poco de aire fresco

Camine unos cuantos minutos por al rededor del campamento. Admiraba todos los árboles llenos de hojas verdes y pachones, el pasto se veía totalmente verde y estaba segura que al estar descalza ahí se sentía delicioso. Seguí caminando cuando alguien tomó mi hombro. Me volví y estaba Derek.

─ ¿Qué estás haciendo aquí sola?

─ Nada ─ suspire.

─ Vamos, Ally somos amigos ¿no? ─ sonreí y me golpeó el hombro.

─ Seguro ─ me encogí de hombros.

Trate de recordarlo algún momento pero no funcionaba, cada vez esto se me hacía más y más confuso.

─ Hey, chicos ─ dijo la directora ─. Son las 10:30 es el momento de ir a la cama a los niños.

Derek y yo asentimos. Fuimos con los niños y los enviamos a sus camarotes. Yo hice los mismo cuando entre Des se giró rápidamente y me agito de los hombros.

─ ¡Ally! ─ Des gritó mi nombre.

─ No grites estoy frente a ti ─ le dije quitando sus manos de mis hombros.

─ Victoria va a dormir aquí ─ me susurró.

─ Que bien ─ me fui a mi cama cuando reaccioné ─. Espera, ¿qué?

─ Lo que has oído ─ se cruzó de brazos ─. Apenas la soportó en las actividades y ahora ¡tiene que dormir aquí!

─ Tranquila, sólo hay que ignorarla y ya ─ ella levantó sus cejas.

─ Yo me voy ─ tomó una manta y una almohada.

─ Y se puede saber ¿a dónde dormirás? ─ ahora yo fui la que levantó las cejas.

─ Me voy a acampar con el bosque ─ salió de la cabaña molesta.

Me acosté en la cama y suspiré. Me levanté y fui a cambiar la ropa por pijama, me lavé los dientes y ahora si llegué a la cama para acostarme.

─ Espero que esta cabaña sea solo mía ─ alguien dijo desde la puerta. Me levanté para ver quién era y estaba Victoria.

─ ¿Qué estás haciendo aquí? ─ me levanté de la cama.

─ Lo siento, pero tu ¿qué estás haciendo aquí? ─ dijo en un tono grosero.

─ Es mi cabaña ─ le dije obvia.

Rodeo su ojos, con su pie cerró la puerta detrás de ella.

─ Ugh, tendré que compartir mi cabaña con una arpía ─ entró y tiró sus cosas en la cama.

─ Espero que Des haya traído el repelente antiperras.

─ ¿Disculpa? ─ ella dijo ofendida.

─ Disculpa aceptada ─ conteste enojada.

Victoria no dijo nada. Después de una hora Victoria terminó de desempacar y yo terminé dormida.

 

 

Me desperté con el sonido de la puerta que sonó demasiado fuerte.

─ Ally, abre la puerta ─ dijo medio dormida Victoria.

─ Ve tu ─ me puse la almohada en la cara.

Volvieron a tocar.

─ ¡Ally, abre la maldita puerta! ¡Soy Des! ─ ella grita desde afuera.

─ ¿Des? ─ le pregunté confundida.

─ No el pato parlante ─ dijo irónica, me levanté de la cama y abrí.

Ella estaba totalmente mojada, la sábana la tenía sobre sus hombros y la almohada totalmente destruida.

 

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