"Paranormal", la serie de Netflix con fantasmas y humor negro al estilo egipcio - Cubalite
www.cubalite.com - Creado PorEsta historia empieza por el final, cuando el protagonista ha aprendido un par de lecciones y se atreve a cambiar el axioma fundamental de su existencia. Primera ley de de Refaat, tras una enmienda: Lo paranormal… claro que existe, es la frase que abre la temporada debut de esta serie, una propuesta que, clichés aparte, no está nada mal si tenemos en cuenta que se trata de la primera producción egipcia de Netflix.
Paranormal es el título de este show estrenado en dicha plataforma de streaming el pasado 5 de noviembre, el cual toma como material de origen a la larga saga de novelas (81 en total) escrita por Ahmed Khaled Tawfik entre 1993 y 2014. Grosso modo, el argumento gira en torno al doctor y hematólogo Reefat Ismail y su eventual introducción al mundo de lo oculto. Vinculados a una experiencia fantasmagórica en su infancia, tanto Reefat como sus hermanos crecen con varios recuerdos reprimidos, hasta que el día del cuadragésimo cumpleaños del doctor, esa maldición regresa para atormentarlos a todos.
Si hay algo, mejor dicho, alguien que nos hace conectar con el relato desde el mismo comienzo es el actor Ahmed Amin, encargado de dar vida al bueno de Reefat. La interpretación de este hombre enfermizamente pragmático, escéptico, cínico y fumador, resulta una verdadera delicia para quienes estamos del otro lado de la pantalla, disfrutando cómo los sucesos de su vida le demuestran cada vez más que su realidad no se parece mucho a lo que él concibe como tal.
Amin le da forma a un sujeto temeroso que se la pasa conversando y contradiciéndose a sí mismo, siempre siguiendo un grupo de reglas cuasi inalterables con tal de quedarse tranquilo en su zona de confort. Resulta que el doctor Ismail vive en un mundo atestado de leyes: las de la física, la química, la fisiología e incluso las de Murphy por un lado, mientras que también tiene las suyas propias, una lista de “verdades” mediante las cuales suele explicarse y lidiar con cada evento que sucede a su alrededor.
Todo marcha aparentemente bien para nuestro antipático héroe hasta que “aterriza” de nuevo en su vida Maggie MacCaleb (Razane Jammal), su gran amor del pasado, y de pronto el impasible y sarcástico experto pierde el control de la situación.
A la par de sus líos personales, comienzan a aparecer en su día a día todo tipo de insólitos “casos”, que van desde un faraón maldito hasta crípticos espectros, hipnóticas náyades, flores mágicas protegidas por misteriosos guardianes en el medio del desierto, íncubos, mansiones embrujadas y otros tantos elementos extraídos de ese enorme arsenal de hechos y criaturas fantásticas que durante siglos han ido incorporándose a la cultura popular.
Sin embargo, Paranormal no es una serie que caiga fácilmente en el cliché occidental, recreado con más o menos tino por materiales como The Conjuring o The Haunting of Hill House. Sí, claramente esta tanda de seis capítulos dirigida por Amr Salama y Majid Al Ansari se la pasa haciendo guiños a productos precedentes y obviamente más mediáticos, pero a la vez es notable cómo la aproximación tiene su propia identidad.
Uno de los puntos más divertidos son sus cambios de tono, que, pese a navegar usualmente por los terrenos del thriller y el horror, se permite constantes pinceladas de humor negro mediante las reflexiones del protagonista. Además, esto queda expresado en ciertas escenas a medio camino entre lo risible y lo macabro, como esa durante la cual Reefat echa a correr por el Cairo con una momia milenaria en brazos.
A nivel de guion, no se puede decir que haya un trabajo digno de premio (ni siquiera de una nominación, realmente), pues si bien el arco argumental es en esencia bastante decente, las tramas que lo soportan son bastante pobres. No obstante, su enfoque de “el caso de la semana”, al estilo de Supernatural, funciona exitosamente.
Algo que me gustaría señalar en torno al relato es el casi nulo aprovechamiento que se hace del contexto histórico que rodea los hechos. Tampoco es que esté mal que no lo usen tanto como nos gustaría, pero también es innegable que una época como los años 60 del siglo XX, marcada por profundos cambios dentro del sistema sociopolítico de esa nación africana, hubiera resultado una apoyatura enriquecedora en función de la narrativa.
En los apartados técnicos, no hay demasiados aplausos o abucheos que dedicar. Eso sí, segmentos como el del gorila gigante o el espectro faraónico podrían haber tenido más horas-nalga en pos de pulir el CGI.
Resumiendo un poco, y siendo justos en nuestro juicio, Paranormal es un show disfrutable y con personalidad, capaz de “engancharnos” a lo largo de seis partes que se ven en lo que dura una tarde. Si yo fuera usted no esperaría descubrir aquí un exitazo de Netflix (sólo Stranger Things o Dark se salvan del desastre que han sido los últimos dos años), pero si le van los “sustos” y el humor ácido, se lo pasará bien.
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