Noli me tangere

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Advertencias a esta edición

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Advertencias a esta edición

1. EDICIONES DE NOLI ME TANGERE

La edición príncipe de Noli me tangere salió en Berlín en 1887. Desde entonces la novela ha sido reimpresa numerosas veces. La primera edición filipina no pudo llevarse a cabo hasta 1899. En España fue primeramente publicada en 1902 (Editorial Sempere, Valencia), aunque bastante mutilada. La primera edición íntegra es la de la Casa Editorial Maucci (Barcelona, 1903).

Noli me tangere ha sido traducida a los principales idiomas (inglés, francés, alemán…), así como al tagalo y otras lenguas vernáculas de Filipinas. Las primeras traducciones lo fueron al inglés, aunque extractadas (An Eagle Flight y Friars and Filipinos, ambas publicadas en Nueva York, en 1900 y 1902, respectivamente). La primera traducción a la lengua materna de Rizal fue realizada por P.H. Poblete y publicada en el folletín del diario Kapatid ng Bayan, de Manila, en 1903.

Existe también una edición facsímil del manuscrito original de Rizal, publicado por el National Historical Institute (Manila, 1986).

2. NUESTRA EDICIÓN

La presente edición reproduce la edición «princeps», publicada en Berlín, en 1887, única aparecida en vida del autor. Hemos seguido la edición facsímil publicada por la Comisión Nacional del Centenario de José Rizal en 1961 (segunda impresión por el Instituto Nacional de Historia, Manila, 1978).

Hemos respetado la puntuación y la gramática del autor y hemos adaptado la ortografía a las normas actuales.

La única modificación sobre la edición «princeps» es la adición del capítulo XXV, «Elías y Salomé», omitido en la edición de 1887, pero recogido en la edición del Centenario.

Las notas corresponden al autor del prólogo, que ha tenido en cuenta las de Sempere, para la edición de Maucci, y las de la Comisión del Centenario.

Las notas de Rizal a la edición príncipe, que traducen frases en latín, aparecen en el texto entre corchetes [ ].

¿Qué? ¿No podría un César presentarse

En vuestras tablas? ¿No más un Aquiles,

Un Orestes o Andrómaca mostrarse?

¡Quiá! Si no vemos más que concejales,

Curas, alféreces y secretarios,

De húsares comandantes y alguaciles.

Mas, di, ¿qué pueden estos perdularios

Hacer de grande? ¿Pueden tales ratas

Dar lugar a hechos extraordinarios?

Schiller: La sombra de Shakespeare

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