Magic
Parte I. Efecto » Capítulo 8
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—No pude conmoverlos —dijo el Cartero.
Corky oprimió con fuerza el auricular del teléfono.
—¿Estás aún ahí, muchacho?
—Creí que habías dicho que Goldstone me necesitaba…
—Sí, pero…
—¿…Hablaste sobre los principios?
—…Ésta es política de compañía…
—…Era política de compañía cuando no quise firmar contigo…
—…Esto es legal —no están dispuestos a arriesgar medio millón de dólares para que, cuando llegue el día señalado, tropiecen con un problema de salud…
—…No hay ningún problema…
—…Corky…
—¡…Haz que lo comprendan! —gritó Corky.
Colgó a continuación y se puso a dar vueltas alrededor de la mesa de despacho. Luego preguntó: —¿Has oído eso?
—No puedo decir que obres bien —repuso Fats—. Tú mismo te has cavado ese hoyo.
—Estás con el Cartero.
—Lo que sé es que debes pasar ese examen médico.
—¡No lo haré!
—¡Entonces dime qué significa todo esto!
Corky se llevó una mano a la sien izquierda y comenzó a frotársela.
—¡No recurras ahora a una de esas malditas jaquecas!
El teléfono sonó otra vez.
—¿Dígame?
—Escucha, voy a ir ahí…
Corky se frotó la sien con más fuerza.
—No hay razón —dijo.
—Tenemos que hablar.
—¿Sobre qué?
—Muchacho, ¿tienes miedo de pasar por ese reconocimiento?
—No.
—¿Y me estás diciendo todo lo que hay?
—¿Qué significa eso de todo lo que hay?
—Ahora mismo voy…
—…No estaré aquí…
—Muchacho, escucha a el Cartero…
—…De verdad, si tú vienes, yo me voy.
—…Estaré contigo en esos momentos, ¡maldita sea…! ¿Qué te parece eso? Yo he tenido cáncer, padezco de enfisema, mis varices figuran en todos los mejores textos médicos… y si yo no temo pasar por un reconocimiento médico, ¿por qué has de preocuparte tú?
—Yo… yo no temo nada de nada.
—Espérame ahí…
Corky oyó cómo el Cartero colgaba, y él hizo lo mismo.
—Me voy.
—¿A dónde?
—No estoy seguro… ¿Vienes?
—¿Me necesitas?
—No estoy seguro… ¿Vienes o no?
—Dime a dónde vas.
Corky respondió calmosamente: —¿A casa?
—Tú no tienes casa.
Aún con más calma, repuso a continuación: —Dime algo que no sé…