Lily

Lily


Capítulo 6

Página 8 de 29

Capítulo Seis

Kyle se quedó mirando desde la puerta sin poder creer lo que tenía delante. Aquella pequeña diablilla sería su perdición. Lily estaba con su tía, que era una guerrera feroz, por lo que estaría a salvo, pero Gwyneth estaba ocupándose del campo de tiro mientras sus hijas veían a Lily corretear por el lejano prado.

A Kyle se le encogieron las entrañas cuando vio a varios aldeanos aproximándose al campo, llegaban en grupos para observar cómo Lily cantaba, se contoneaba y saltaba por el prado. Ciertamente, era un bello espectáculo con sus cabellos dorados desprendidos de las trenzas cayendo por su espalda, su brazo elevando la rama en alto para que las cintas que había sujetado ondearan al viento detrás de ella. Pero ¿es que no tenía sentido común? Que Lily anduviera sola invitaba a cualquier extraño de los bosques cercanos a atacarla. ¿Se había olvidado del hombre que la había perseguido poco antes y que le había declarado su amor? ¿Y si se encontraba por allí? Lily estaba tan lejos de él que no podría alcanzarla si aquel desconocido la montase en su caballo.

La decisión era tan obvia que ni siquiera parecía una decisión. Kyle corrió hacia su montura y en un segundo estaba agitando las riendas y espoleando al animal directamente hacia Lily. Cuanto más la veía serpentear por el prado, más se asustaba. Había mucha gente en los márgenes del campo que aplaudía y la animaba a continuar. Kyle pensó que moriría diez veces antes de poder llevársela de allí.

Bramó el grito de los Ramsay para avisar a los demás que le abrieran el paso. Se dio cuenta de que Lily seguía sin verlo y esperaba que no le diera con aquel palo, pero tenía que llegar a ella antes de que alguien más lo hiciera. Nada le impediría protegerla.

Pasó por entre algunos miembros del clan en dirección a la muchacha danzarina para poder cogerla con un brazo y subirla a su caballo. Sabía que era arriesgado, pero Quade había exigido a los hombres que practicaran esa maniobra por si alguna vez tenían que rescatar a mujeres o niños en peligro.

Solo en el último instante ella se volvió y se quedó mirándolo asustada. Dejó caer el palo con las cintas en el instante en que él llegó, se inclinó para levantarla por la cintura y la acomodó frente a él.

—¡Kyle Maule! —llegó a exclamar antes de que él la agarrara y se quedase sin aliento. Una vez que pudo volver a hablar, continuó—: ¿¡Qué estás haciendo!?

—¿Qué estoy haciendo? ¡Qué estás haciendo tú! ¿No tienes sentido común? ¿No recuerdas que un hombre intentó secuestrarte? Allí, en medio del prado, le has otorgado un blanco fácil. Vas a acabar conmigo, muchacha... ¿Cómo voy a proteger a la hermana del jefe si esta no reflexiona sobre sus actos?

¡Diablos! Había tenido el corazón en la garganta hasta que la tuvo a salvo en su regazo.

—¡Bájame, Kyle! Estaba pasando un buen rato, por una vez lograba olvidarme de este mundo absurdo que me rodea. Has arruinado mi diversión.

Lo golpeó en el pecho con sus pequeños puños. Estaba sentada de frente a él y su dulce aroma lo estaba torturando; olía a las flores y al sol y a las Highlands. ¿Qué mejor perfume podía haber? Pero había algo más que eso y él lo sabía. Lily, la fragancia que tanto lo atraía era su Lily, la reconocería en cualquier sitio. Justo cuando estaba a punto de responderle, una flecha pasó volando junto a ellos impactando en un árbol que estaba un poco más adelante. Detuvo su caballo y se dio la vuelta, Gwyneth y Logan estaban corriendo tras ellos.

—¿Adónde la llevas, Maule? ¡Suelta a mi sobrina!

El bramido de Logan fue tan feroz que se detuvo en el acto. Su caballo trastabilló un poco mientras Lily hacía lo imposible por darse la vuelta y quedar mirando al frente.

—¡Ha fastidiado mi diversión! Solo intentaba olvidar mis problemas y tuvo que venir él y estropearlo todo, como siempre. ¡Te odio, Kyle Maule!

Kyle se quedó atónito ante aquella declaración y algo atemorizado por Logan Ramsay.

—¿Qué he hecho mal? Solo estaba protegiendo a la hermana del jefe, como se me ha ordenado.

Gwyneth aproximó su caballo hasta su lado.

—Sí, pero actuaste precipitadamente. Logan y yo estábamos a una flecha de distancia, somos perfectamente capaces de cuidar de ella.

—No había visto a Logan, perdonadme.

A Kyle le daban vueltas en la cabeza todas las repercusiones a las que podría enfrentarse por haber actuado de forma tan descuidada. No podía evitarlo, Lily lo volvía loco.

—Sé que tenías buenas intenciones —dijo Logan—, pero un guerrero entrenado comprueba la situación cuidadosamente antes de actuar. Tu inquietud por Lily no era del todo infundada, pero actuaste sin reparar en nadie más que estuviera en los alrededores. Te abalanzaste a través de una multitud de mujeres y niños sin ningún tipo de precaución, muchacho.

Logan tenía toda la razón. Kyle se había centrado en Lily y solo en Lily.

—Perdonadme, milord. Ha sido un error.

—Sé que no pretendías causar ningún daño, Kyle —añadió Gwyneth—, pero no intentes doblegar su espíritu. El espíritu de mi sobrina es un tesoro para mí y para muchos otros, y nos deleitamos en él, porque es una bendición para nuestras almas.

Lily se bajó del caballo a punto de llorar. Moqueando, corrió hacia su yegua y gritó:

—¡Tilly! ¡Ven aquí, Tilly!

En cuanto se montó y se puso en marcha hacia la torre, Kyle miró a Logan y a Gwyneth.

—¿Tilly? ¿No es esa Rayo de Sol?

—Ya no —respondió Gwyneth—. Sintió la necesidad de cambiar su nombre al de Tilly. —Frunció los labios y lo fulminó con la mirada—. Me gustaría que pensaras por qué pudo ser.

Dicho esto, Gwyneth dio la vuelta y se fue junto con Molly, Maggie y Sorcha, que ya estaban montadas y acompañaban a Lily de regreso a la torre.

Logan enarcó una ceja antes de ir detrás de Gwyneth.

—Ha sido hoy que le ha cambiado el nombre, muchacho.

¡Maldición! No era capaz de hacer nada bien cuando se trataba de la mujer que amaba. Necesitaba hablar con ella y disculparse.

La última vez que la había rescatado, ella lo buscó él muerta de miedo; esta vez era él de quien huía llorando.

Lily apenas podía ver a causa de las lágrimas que le nublaban la vista. ¿Qué ocurría con aquel muchacho? ¿Por qué actuaba como si la odiara?

Tal vez fuera porque su padre había intentado convencerlo de un compromiso que no deseaba. No sabía con quién enfadarse, si con Kyle o con él. Acarició las crines de Tilly con la esperanza de tranquilizarla ante el caos que las rodeaba. Una vez en el establo se dispuso a desmontar, pero un par de manos cálidas la sujetaron por la cintura y la depositaron en el suelo.

Era Kyle. Quiso discutir, pero ya no le quedaban fuerzas. Resignada a su destino de ser una indeseable para él, lo hizo a un lado y se dirigió a la torre.

—¡Oh, no! No te desharás de mí tan fácilmente, Lily. Necesito hablar contigo. —Tiró de su brazo atrayéndola.

—Déjame, Kyle. Ya me has hecho bastante daño por hoy.

—Lily, perdóname por ser tan impulsivo. No debí haberte detenido, pero temía que tu agresor volviera. Espera... ¿De qué modo te he hecho daño? Nunca quise hacer tal cosa. ¿Te torcí el brazo o algo así cuando te subí a mi caballo?

Le examinó las manos y los brazos alternativamente. Entonces se percató de que tenían público, puesto que Gwyneth, Logan y sus primas también habían regresado a los establos junto con algunos de los aldeanos. Logan intentaba que la gente del pueblo siguiera su camino, pero estos se demoraban para intentar escuchar la conversación. A ella no le importaba, diría lo que pensaba con o sin testigos.

—¿Qué cómo me has hecho daño? ¡Como si no lo supieras! Bueno, supongo que no estás al tanto de que yo lo sé.

—¿Qué cosa?

Él le soltó las manos. Lily podía ver la consternación en su rostro y tomó una decisión audaz, ya no ocultaría el hecho de que había espiado y de que lo sabía todo.

—Sé lo que ocurrió.

—Lily, ¿de qué estás hablando? —Él apoyó las manos en sus caderas.

Lily miró fijamente al hombre al que había entregado su corazón hacía mucho tiempo, su cabello oscuro estaba alborotado por el viento y sus ojos azules estaban clavados en los de ella y llenos de dolor. ¿Dolor? Realmente parecía afectado por algo, pero no creyó que tuviera nada que ver con ella, de modo que continuó:

—Lo sé, Kyle. Lo sé. —Hizo todo lo posible para contener las lágrimas jurándose no dejar que él notara lo disgustada que estaba.

—¿Qué sabes?

Ella pudo ver cómo un velo de miedo descendía sobre sus ojos. Su voz se redujo a un susurro.

—Escuché a alguien hablando de ti. Sé que mi padre te preguntó si aceptarías un compromiso conmigo.

Kyle abrió los ojos de par en par y se quedó boquiabierto, pero no dijo nada. Ella escuchó una exclamación por detrás que evidenció que sus primas estaban escuchando la conversación.

—Sé que me has rechazado. Supongo que no soy lo suficientemente buena para ti, no soy heredera de nada, por lo tanto, no me quieres. Si ese es tu deseo, que así sea. Pero, por favor, mantén tus manos apartadas de mí. Jamás vuelvas a tocarme. —Luchó contra las lágrimas y finalmente el dolor estalló en furia. ¿Qué le había hecho aquel hombre?

—¡Te equivocas, Lily! No es eso por lo que he dicho que no.

Ella lo ignoró.

—Creo que es mejor así. Nunca he estado tan enfadada y alterada como lo estoy ahora. Es preferible que te mantengas al margen de mi vida, voy a pedirle a mi hermano que no se te asigne más la tarea de protegerme. Sé que es un trabajo que has aborrecido, quedarás relevado de él.

Kyle se quedó clavado en el sitio sin poder hablar. Finalmente lo comprendió todo. Miró por encima de su hombro para encontrarse con la mirada compasiva de las primas de Lily y la sorpresa en el rostro de su tía. Gwyneth acababa de darse cuenta de que su sobrina escuchó su conversación privada en los establos, pero ya no tenía importancia.

Lily se dio la vuelta y se dirigió hacia la torre con la intención de encontrar a su hermano cuanto antes.

Cuando entró en el gran salón fue directamente a su solar y llamó a la puerta.

—¡Entrad! —respondieron desde dentro.

Al reconocer la voz de su padre, abrió. Él y Torrian eran los únicos en la sala, estaban sentados detrás de sus escritorios. Sus tíos y Kyle venían detrás de ella, pero se detuvieron fuera del solar.

Logan asomó la cabeza por la puerta y dijo:

—Creo que sería bueno que nos permitieras entrar a todos.

A Lily no le importaba, siempre y cuando se pusiera fin a su relación con Kyle.

Torrian le hizo un gesto de interrogación:

—Lily, ¿te parece bien?

Ella asintió con los brazos cruzados al frente, aunque tenía que secarse las lágrimas de tanto en tanto. ¡Maldita sea! ¿Por qué aquel muchacho le provocaba tanto dolor en el alma? Deseaba cavar un agujero en el suelo y meterse dentro para no volver a hablar con nadie más.

Se adentró en la estancia y se detuvo frente a su hermano. Sus brazos seguían cruzados, pero ahora apretaba los dedos mientras pensaba en abofetear a Kyle.

—Mis lairds —comenzó Kyle.

Torrian negó con la cabeza y extendió el brazo hacia Kyle indicando que aún no estaba dispuesto a escucharlo.

—¿Lily?

Ella echó la cabeza hacia atrás intentando contener las lágrimas y dijo:

—Me gustaría solicitar que Kyle sea removido de sus funciones como mi protector. Tú eres el laird y yo soy tu hermana, de modo que él siente la constante necesidad de protegerme. Quiero que eso se acabe. —Alzó levemente la barbilla cuando acabó de hablar.

Su padre respondió:

—El segundo de tu hermano tiene la tarea de proteger a nuestra familia. Eso te incluye a ti, Lily, no es algo a lo que se pueda poner fin.

—¿Y hay algo escrito en nuestras tradiciones sobre lo que debe hacerse cuando el segundo del jefe rechaza un compromiso con su hermana? Porque, si no hay nada establecido sobre cómo manejar una situación así, debería haberlo.

Su padre preguntó:

—¿Cómo has...?

—¿Importa, papá? Lo sé. Sé que Kyle rechazó la oferta, de modo que solicito respetuosamente que deje de ser considerado uno de mis guardias.

Quade miró fijamente a Logan.

—¿Qué sabes de esto?

—No sé cómo se enteró, pero es verdad que Kyle es un poco precipitado cuando se trata de proteger a Lily —contestó Logan.

—Papá —interrumpió Lily—. No importa cómo lo sé. O consideras mi petición o encontraré a alguien dispuesto a acompañarme a casa del tío Alex. Estoy segura de que mis primos me recibirán con los brazos abiertos en el clan Grant. No puedo tolerar más la presencia de Kyle Maule.

Nunca había experimentado una rabia semejante y no sabía cómo enfrentarse a ella. ¿Qué podía hacer? Todo su clan sabría que Kyle la había rechazado. Deseó darle un puñetazo, arañarlo y patearlo todo a la vez. ¿Cómo alguien a quien amaba podía herirla tanto?

—Me iré con los Grant. —Fue la última declaración que añadió a la discusión.

Los cinco rostros se volvieron para mirarla como si pudieran leer sus pensamientos. Ella sabía que había amenazado con lo único que no podían evitar. Desde que era joven, había sido la favorita de su tío Alex, él jamás la rechazaría. Miró a su hermano con el ceño fruncido y preguntó:

—¿Y bien? ¿Cuál es tu decisión? No voy a cambiar de opinión.

Ir a la siguiente página

Report Page